Gran roca mágicoritual horadada

 

Gran roca ritual horadada del Castro de Ulaca vista desde el oeste.

 

Todos los que visitan el castro de Ulaca buscan su gran santuario rupestre, más conocido como el altar de los sacrificios, pero aunque es verdad que tal elemento es el más grandioso de este tipo de los que existe en Ulaca también lo es, como se decía en la anterior entrada “ROCAS RITUALES DE ULACA (I), que en este castro, como en cualquiera de nuestras ciudades, existieron muchos otros elementos de culto rupestre, de uso privativo unos, para los miembros de una familia; y de uso colectivo otros, para los miembros de una comunidad más o menos amplia.

La función de estos elementos, como ocurre hoy (altares, cruces, pilas bautismales, cátedras, santos, iconos de todo tipo, etc.), también fue diferente y son algunos de ellos los que someramente se tratarán en este post.

  

GRAN ROCA HORADADA. En la parte suroeste del castro, formando parte de la línea defensiva del recinto uno, se alza una colosal roca, de 6 m. de altura, la cual presenta, en el tercio superior de su costado este, un agujero circular de 50 cm. de diámetro que continúa en vertical, doblando su tamaño, hasta la parte alta de la roca, dando lugar a una especie de gigantesco genital femenino, por el que cabe una persona adulta. Vista desde el oeste, la roca principal recorta su silueta sobre la falda de la imponente Sierra de El Zapatero asemejándose a las fauces de una bestia abiertas hacia el cielo.

Roca ritual horadada de Ulaca desde el norte.

 

El elemento en cuestión fue descubierto por mi amigo y colaborador Juan Antonio, durante el tiempo en que fue guarda de este yacimiento, a quien invité a escribir sobre él, trasladándome, lo siguiente: “se trata de uno de los ejemplares más interesantes de las llamadas “Piedras Horadadas” -pedras foradas-, piedras sacralizadas por la creencia de que son el receptáculo de una fuerza superior, de una energía espiritual que las convertiría en lugar de culto. Existen otras piedras horadadas en el castro, pero ninguna tan espectacular, paradigmática y tan claramente ritual como la que nos ocupa pues aunque el agujero quizás tenga un origen natural, la mano del hombre está presente en toda la roca. Primero, para facilitar la subida a ella colocando una gran piedra a modo de primer escalón; y luego, tallando los pasos de una incipiente escalera que permite alcanzar la parte superior de la roca, donde se encuentra el agujero de entrada, pues de otro modo sería difícil lograrlo Y, segundo, realizando en la cara este, en la que se encuentra la salida del agujero, unas acanaladuras horizontales, pequeñas concavidades y, ya en el borde a 1,5 m. de altura, una pequeña plataforma, elementos todos ellos practicados con la finalidad de atravesar el agujero sin correr el riesgo de despeñarse y recoger a la persona sometida al rito”.

Parece evidente que la roca en cuestión no es un altar rupestre propiamente dicho porque ni reúne condiciones ni para realizar el sacrificio de animal alguno o de persona, ni para ofrecerlo caso de realizarse en su pie y en tal sentido Juan Antonio afirma sobre este elemento que “según el gran historiador de las religiones, Mircea Eliade, este tipo de piedras suelen estar relacionadas con la fertilidad -Frazer, hablando de los años sesenta, dice que en algunos lugares de Inglaterra y de Grecia, las mujeres estériles pasan por el orificio de una piedra-, o con rituales de regeneración, de renacimiento o de curación a través de un nuevo nacimiento simbólico. El propio Eliade dice que, en pleno siglo XX, en muchas zonas de Europa, es costumbre hacer pasar al recién nacido por el orificio de una piedra. Otros autores relacionan este tipo de piedras con el simbolismo solar y la liberación cósmica”.

Cuando Juan Antonio me mostró esta “Piedra Sagrada” quedé impresionado, tanto por su grandiosidad como por la originalidad de la función que seguramente desempeñó, por lo cual decidí ascender a la parte alta y pasar por el agujero representando así parte del ritual para el que fue concebida. Ritual, por cierto, no exento de peligro pues, tal como están las cosas hoy, fácilmente se puede terminar estrellado contra el suelo y terminar el ritual en peor estado que se empezó.

Y por cierto que cuando estábamos observando la roca llamé la atención de Juan Antonio acerca de otra, situada en su costado sureste, algo más baja, cilíndrica y de aspecto faloide la cual seguramente representaba precisamente eso: un falo, el cual, según Juan Antonio, “vendría a ser el complemento masculino en ese juego de contrarios eternamente presente en la religiosidad de las civilizaciones arcaicas”.

 Este tipo de piedras horadadas, que han recibido culto desde la Prehistoria, añade Juan Antonio, no han perdido su vigencia pues actualmente, en algunas regiones de Francia, se sigue creyendo en su poder fertilizador.

 

POSIBLES SITIALES RITUALES. Aunque no son raros en el castro de Ulaca los bancos o escaños trabajados en el granito en el interior de alguna vivienda, he encontrado dos de características muy especiales que seguramente desempeñaron una función que fue más allá de la puramente doméstica.   

 

Posible trono en el recinto uno.

 

Trono. Uno de estos elementos, un trono ritual seguramente, se encuentra en la parte noreste del recinto uno, el más elevado del castro, inmediato a un importante grupo de casas pero exento a ellas. Trabajado en el extremo este de una gran roca, tiene un respaldo redondeado de 2 m. de ancho y un asiento semicircular de 0,8 m. de diámetro elevado del suelo 0,25 m. Frente a él se encuentra una aplanada superficie rocosa y unas rocas con una cavidad en su base con capacidad para alojar una persona. Estos elementos, verdaderamente escasos, considerados sagrados, podrían tener la finalidad de hacer venerable o consagrar a determinadas personas; recordemos en este sentido las palabras “acceder al trono”, la “cátedra” (silla) de los obispos, incluida la de Pedro, o el mismo trono en el que se representa a Jesús en la reproducidísima iconografía cristiana de “El Pantocrátor”.

 Posible sitial colectivo ritual en el recinto uno.

 

Sitial colectivo. Dos centenares de metros al oeste del anterior, exento a cualquier construcción y próximo a una puerta del castro se halla un curioso sitial o escaño de cuatro asientos, tres de mayor tamaño, orientados al oeste donde se encuentra el gran santuario de Ulaca. Su amplitud media es de 0,6 m. y, aunque podría tratarse de un simple banco doméstico, su originalidad, el que al parecer no formó parte de ninguna construcción y, sobre todo, el que cada asiento disponga de una cazoleta presuntamente ritual junto a cada uno de los asientos da pie a pensar razonablemente, que tal sitial pudo desempeñar una función ritual.   

 

Altar en la parte sureste del recinto uno provisto de sitial y cazoletas.

 

ALTAR. Dos o tres centenares de metros al sur del elemento anterior, en el recinto uno y dando vista a casi toda su superficie, se halla lo que con toda probabilidad constituyó un altar. Una curiosa roca con forma de atril natural en cuya parte superior se han labrado dos profundas cazoletas semiesféricas (de 10 cm. de diámetro y 5 de profundidad) que se comunican con un canalillo y que desaguan por otro, practicado en la cazoleta del lado derecho, hacia una tercera cazoleta de menor tamaño labrada unos centímetros roca abaja. ¿Representan tres planetas o deidades, los elementos de la naturaleza, la dualidad natural?,… quién sabe, pero de lo que no cabe duda es que se trata de un lugar de culto, de un altar de uso colectivo que debió cumplir similar función a las aras clásicas griegas y romanas: sacrificio de pequeños animales, libaciones, etc. El altar cuenta con una grada labrada en redondo, donde se situaba la persona que ofrecía el ritual, a la cual se accedía a partir de una piedra arrimada, al estilo de la que presenta la Gran Roca Horadada.  

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Comentario por Paco Aceitero Sac el diciembre 6, 2011 a las 8:09pm

Es sin duda un lugar muy interesante Mariano. Saludos

Comentario por mariano Serna Martínez el diciembre 7, 2011 a las 12:02am

Ulaca es mucho Ulaca Paco,... hay muchas cosas allí,... de todo tipo. Estoy preparando alguna cosa más de las muchas que identifiqué como rituales en mi investigación sobre el particular en este castro,... en alguna me he podido equivocar, y las introduciré en dos articulillos en el grupo petroglifos del cual formas parte. Un abrazo.  

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