Localizado pecio del HMS Victory hundido en el Canal de la Mancha en 1744

El 'Victory' naufragó con 1.150 personas y 100 cañones a bordo. A la espera de que la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration lo confirme hoy, el nuevo descubrimiento de la compañía se llama HMS Victory. Se trata de uno de los barcos más famosos de la flota inglesa del siglo XVIII y una de las pérdidas más dolorosas para la Corona británica. El Victory se hundió el 4 de octubre de 1744 tras una tempestad en el Canal de la Mancha. El almirante que capitaneaba el barco, Sir John Balchen, y toda su tripulación, formada por unas 1.150 personas, perecieron en el accidente. El mar engulló sus cadáveres, unos 100 cañones de bronce y unas cuatro toneladas de oro que ahora podrían ser recuperadas si es que, efectivamente, Odyssey ha dado en el clavo.

Vía: Álvaro de Cózar, Londres | El País.com, 2 de febrero de 2009. Fotos: gentileza Odyssey Marine Exploration.

El hallazgo de la firma estadounidense, especializada en la búsqueda de restos submarinos, se ha hecho en aguas internacionales, es decir fuera de las aguas territoriales británicas, según fuentes de la compañía. "Lo hemos encontrado a 50 millas (80 kilómetros) de donde se pensaba que estaba", señalan fuentes Odyssey.


Foto: Dos piezas. Los dos cañones descubiertos por Odyssey, cuyas fotos han sido mostradas durante una rueda de prensa con los arqueólogos de la compañía, son dos piezas de 12 y 42 libras de peso.

Aún así, se trata de un buque de guerra y Reino Unido podría reclamar lo encontrado por la compañía. Eso no quiere decir que el descubrimiento vaya a suponer una disputa entre el gobierno británico y la empresa. Según las mismas fuentes, ambas partes han estado negociando para colaborar en el proyecto y extraer los restos del naufragio. Por ahora, los rescatadores han podido sacar dos cañones de bronce que, según los expertos de Odyssey, suponen una prueba para determinar que el barco encontrado es el Victory.


Foto: Durmiendo en el mar. El buque ha estado durmiendo en el fondo del mar durante 265 años hasta que el sónar que utiliza la empresa lo localizó en el Canal de la Mancha, unas 50 millas más allá de donde se pensaba que se había producido su naufragio en 1744. En la foto se muestra un mosaico de miles de imágenes de la zona del naufragio. Los cañones se aprecian diseminados por el lecho marino.

El descubrimiento del pecio ha sido una "grata noticia" para los descendientes de la tripulación. Sobre todo para los de Sir John Balchen, el almirante del barco, un histórico marino que tras 58 años de servicio emprendió su última misión: rescatar a un convoy de barcos mercantes bloqueados por la flota francesa en la desembocadura del Tajo. Balchen rescató a los barcos y los escoltó hasta Gibraltar. Las provisiones eran vitales porque sin ellas Inglaterra corría el riesgo de perder la guerra de sucesión austriaca, que enfrentó a las principales potencias navales de la época. A su regreso, la tempestad dispersó a la flota, pero todos los barcos pudieron llegar a las costas inglesas a excepción del Victory, el buque que les había salvado de los franceses.


Foto: Cuatro toneladas de oro. Según Odyssey, el propio Schalch fue quien dio forma a los cañones del HMS Victory. En total, se calcula que en el fondo del mar aguardan hasta 100 cañones y unas cuatro toneladas de oro. En la imagen, fotografía cenital de uno de los caños sobre el lecho marino.

El naufragio manchó un ejemplar historial de servicios a la Corona. Los periódicos de la época publicaron entonces que el barco había chocado contra las rocas y se cuestionó la pericia del marino.Odyssey ha encontrado el barco más allá de las rocas. Robert Balchen, descendiente directo del almirante, relató ayer a este periódico su satisfacción por que el descubrimiento sirva para limpiar la imagen de su antepasado. "Mi abuelo me contó la historia del Victory cuando yo era muy pequeño. Recuerdo cuando me llevó a ver el cuadro del naufragio en el museo. Todo esto sirve para limpiar el nombre de mi antepasado y para que se conozca toda la historia. Es como si volviera a estar vivo otra vez", comentó.


Foto: Cañones de bronce. El HMS Victory fue probablemente uno de los últimos buques con toda su cañonería hecha de bronce. Poco después de su construcción, allá por 1733, los barcos ingleses empezaron a utilizar el hierro para la artillería por la reducción de costes que este metal suponía. En la imagen, un brazo robótico mide bajo el agua el calibre de uno de los cañones.

Las relaciones entre el gobierno británico y Odyssey han sido históricamente más fluidas que las que la empresa ha mantenido con España. Desde mayo de 2007, Odyssey mantiene un contencioso en los tribunales de Tampa (Florida) por los derechos de un barco bautizado entonces por la compañía como el Cisne Negro. Detrás de ese nombre en clave, se encuentra una identidad bien conocida, La Mercedes, un barco hundido en 1804 frente a las costas del Algarve tras un combate con la flota británica. España está convencida de que se trata de ese buque. Odyssey considera que es sólo una hipótesis. La disputa continúa en Tampa sin que el juez haya decidido aún quién tiene derechos sobre las 500.000 monedas de plata y oro halladas en el pecio.


Foto: Escudo de armas. El primero está decorado con el escudo de armas del rey Jorge II (1727-1760), mientras que el de 42 libras tiene el escudo de su padre, Jorge I (1714-1727). Ambos poseen además relieves con una decoración de delfines. En la imagen, detalle del cañón con el escudo de armas de Jorge II de Inglaterra.

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Experto acusa al Gobierno británico de 'doble moral' por negociar con Odyssey

Vía: EFE | Terra.es, 3 de febrero de 2009

Un experto en derecho marítimo acusó hoy de 'doble moral' al Gobierno británico por negociar con la empresa Odyssey el rescate de los restos de un buque de guerra británico hundido en 1744 mientras trata de convencer a los submarinistas aficionados de que no deben comercializar sus propios hallazgos.

En declaraciones a EFE, Mike Williams, de la Universidad de Wolverhampton (Inglaterra), criticó el que vaya a permitirse a esa empresa estadounidense el rescate del 'Victory', buque orgullo de la Royal Navy que se hundió con sus 1.150 tripulantes y cuatro toneladas de oro en el canal de la Mancha.

De acuerdo con la legislación internacional, el buque y sus contenidos son propiedad del Gobierno británico, pero, según explicó Williams, Odyssey quiere llegar a un acuerdo similar al firmado en 2002 con Londres tras descubrirse los restos del HMS Sussex, que se hundió frente a Gibraltar en 1694 con un importante cargamento de oro.

'En aquella ocasión, el Gobierno británico nombró a un panel de expertos independientes e invitó a Odyssey a presentar un plan de rescate, y sospecho que es lo que quiere hacer también ahora con el Victory', dijo Williams, quien recordó que aquella empresa no pudo seguir adelante debido a una disputa jurisdiccional con las autoridades españolas.

Lo que indigna especialmente a Williams, según confesó a EFE, es la clara contradicción entre un eventual acuerdo con Odyssey, por el que la empresa obtendría un porcentaje de la venta de los objetos del pecio, y la campaña que ha lanzado al mismo tiempo el Gobierno británico para convencer a los submarinistas de que no deben comerciar con los objetos arqueológicos que encuentren.

Un acuerdo con Odyssey violaría, según el experto, el anexo de la Convención de la Unesco sobre la Protección del Patrimonio Cultural Submarino, que el Gobierno de Londres se comprometió en el Parlamento a respetar aunque no lo haya firmado, anexo que establece que no se puede vender material arqueológico con fines comerciales.

El mismo Gobierno, dijo Williams, que ha lanzado una campaña de educación pública bajo el eslogan 'Mirar, pero no tocar', tendente a convencer a los submarinistas aficionados a la arqueología de que deben informar a las autoridades de cualquier hallazgo.

Es una campaña importante que quedaría totalmente desvirtuada si el Gobierno sigue negociando con Odyssey y llega a un acuerdo sobre el reparto de los beneficios de la venta de los artefactos del pecio, dijo Williams.

El experto británico especificó que aproximadamente un 80 por ciento de quienes se dedican a la arqueología submarina en Gran Bretaña son simples aficionados (unos 2.000).

Según Williams, tan pronto como Odyssey sospechó que el pecio encontrado en aguas del Canal de la Mancha era el 'Victory', contactó al Gobierno británico para llegar a un acuerdo.

De esta forma pretenden evitar una disputa -aún no cerrada- como la habida con España a propósito de otro buque descubierto en 2007 en un lugar del Atlántico y que las autoridades españolas creen que es la fragata 'Nuestra Señora de las Mercedes', hundida en 1804.

El experto británico explicó que todos los países, a través de la Convención Internacional sobre Salvamento, de 1989, reconocen la 'inmunidad soberana' de los buques de guerra, lo que prohíbe la exploración y explotación comercial no autorizada.

En el caso del Sussex, hay un doble problema, señaló Wiliams: Londres dio a Odyssey su consentimiento para el rescate por tratarse de un buque de guerra inglés, pero España considera que el hallazgo tuvo lugar en aguas jurisdiccionales suyas y además insiste en que no está probado tampoco que se trate de ese buque inglés.

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Odyssey gestiona en el juzgado de Tampa el patrimonio europeo sumergido

Vía: ABC.es/JESÚS GARCÍA CALERO | MADRID, 05-02-09 a las 04:26

Las recientes actividades de Odyssey Marine Exploration en el Canal de la Mancha, de cuyos hallazgos está dando buena cuenta el canal Discovery en una serie de documentales, ocultan una peligrosa estrategia legal de los cazatesoros. Por medio de procesos civiles ante los tribunales estadounidenses —en Tampa, Florida, sede de la compañía— los abogados de Odyssey tratan de arrogarse la propiedad de los yacimientos arqueológicos subacuáticos europeos. De hecho ya han reivindicado la propiedad exclusiva de al menos dos buques, uno inglés (el «Victory») y otro francés («Le Marquis Tournay») en mayo de 2008.

Aunque los cazatesoros actúan en las aguas del Canal con el visto bueno del Ministerio de Defensa británico, la Armada Francesa vigila de cerca sus actividades con helicópteros y aviones si se aproximan a sus aguas de soberanía.

Sin embargo, ni Londres ni París aparecen personados en los casos abiertos en Tampa por estos pecios. España tuvo que personarse en el caso del «Black Swan» para defender la integridad del patrimonio de la fragata «Mercedes», presuntamente expoliado por Odyssey cerca del Estrecho de Gibraltar. Y el ministro de Cultura, César Antonio Molina, explicó a sus colegas la postura española en la UE en el último consejo de ministros europeos.

Desde entonces ha entrado en vigor la Convención de la Unesco, que protege el patrimonio subacuático de cualquier expolio comercial, a pesar de lo cual, los británicos negocian con Odyssey un acuerdo para la extracción de los cargamentos preciosos del «Victory», hundido en 1744.
Años atrás, cuando operaba en aguas españolas del Estrecho de Gibraltar, Odyssey tenía también firmado un acuerdo con el Ministerio de Defensa británico para repartirse el botín del «HMS Sussex», pero cuando exportó en secreto el tesoro de «La Mercedes», puso en riesgo las relaciones hispanobritánicas por el conflicto del Peñón. Además, ni identificó el buque ni recabó la información necesaria, ni cumplió con la legislación británica de patrimonio. De hecho, no informó, como es obligado, al receiver of the wreck de la Roca.

El nuevo acuerdo del Gobierno británico no exige a los cazatesoros seguir protocolos arqueológicos, sino que se centra en el porcentaje de reparto entre las partes dependiendo de los millones de dólares en monedas de oro que se extraigan. Ello le ha valido las críticas de los arqueólogos británicos y estadounidenses, que en un reciente reportaje acusaron a quien apoya a Odyssey de avalar la destrucción del registro arqueológico naval de los imperios europeos. George Lambrick, la revista «Archaeology» y los arqueólogos españoles de Nerea son sólo tres casos del contundente rechazo de la comunidad científica internacional ante las prácticas de los cazatesoros y su trato con gobiernos europeos. Pensando en estos expolios tolerados, el abogado de Nerea, José María Lancho, añade que «Odyssey vacía los buques como libros para vender las letras sueltas. A cambio, todo el mensaje histórico que contenían se pierde».

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Salvage team finds wreck of the Victory

Marine experts fear a historic legacy could be lost if US treasure hunters raise the pre-Nelson flagship

Vía: Vanessa Thorpe, arts and media correspondent. The Observer, Sunday 1 February 2009. Article history.

The wreck of one of the most famous ships in British naval history has been discovered by a controversial US marine salvage company - a find that will fuel a major row about the UK's heritage.

HMS Victory, a warship known as "the finest ship in the world", went down with all hands in 1744 off the Channel Islands and its exact location has remained a mystery for more than 250 years.

But now Odyssey Marine Exploration claims it has proof of the whereabouts of the wooden wreck, in which 1,100 seamen died during a fierce storm. The valuable remains, including 100 brass cannon, would be worth hundreds of thousands of pounds today. After weeks of secrecy, Odyssey, an American based commercial company which is regularly accused of exploiting historic shipwrecks, plans to unveil artefacts retrieved from the wreck.


Foto: El cañoreon Schalch. Un detalle más ayuda a los arqueólogos a cerrar el círculo en torno al Victory. En el cañón de 12 libras aparece la inscripción SCHALCH, la firma del cañonero Andrew Schalch, el primer responsable de la Real Fundición de Bronce en Woolwich (1716-1770).

HMS Victory led the Channel fleet before Nelson's flagship of the same name and has been described this weekend as of "enormous financial value", as well as historic significance. Its brass cannon are estimated to be worth £10,000-£20,000 each.

Although the ship is thought to have been rediscovered in international waters, it is a military wreck and therefore protected by "sovereign immunity" and so officially belongs to the state. If the British government decides to allow Odyssey to salvage the wreck for commercial gain, it will be flouting the rules of the appendix to a Unesco convention on nautical archaeology which aims to protect international heritage. Britain has not yet signed up to the full international convention, but it has formally agreed to follow the guidelines laid down.

"If we allow Odyssey to go ahead with this operation, it will cause an uproar," said Mike Williams, a law lecturer at Wolverhampton University and member of the Nautical Archaeology Society. "A rumour has been going around for two or three weeks that they had found the Victory. People have been looking for it for years, and if Odyssey have done it then it will be extremely controversial. If they have found a cannon with the arrow mark that the Admiralty introduced into the dockyards at that time, that will go some way to proving they really have made this important find."

Historians and archaeologists claim that a wreck's most significant finds are not always the most valuable and are often destroyed in commercial salvage operations. A Council for British Archaeology spokeswoman said that the official receiver of wrecks had confirmed that Odyssey had found a cannon of the right era. "The ship was a very dramatic loss for Britain at the time and it would be of enormous financial value now."


The Odyssey treasure hunters worked in secret at the site of the find and will still not reveal its exact location. The Victory was codenamed "Legend" in correspondence, and the crew working on the wreck swore not to reveal its identity until the company announcement tomorrow.

The doomed flagship, which was returning from the Mediterranean after a skirmish with the French fleet, went down on 4 October 1744 after becoming separated from accompanying vessels. It is thought to have sunk after hitting Black Rock on the Casquets, off the island of Alderney. Not a soul survived. The ship's last moments were immortalised in an oil painting by Peter Monamy now at the National Maritime Museum.

Frigates searched for the lost ship, but to no avail; eventually parts of the topmast were washed up on Guernsey. The Victory was built in Portsmouth and launched in 1737. It became the flagship of the Channel fleet in 1741 and was the last British first-rate vessel to be armed entirely with brass cannon..

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