Comento a continuación un estudio, que realicé sobre 1995, entorno a unos curiosos grabados que merecen una mayor atención y difusión, de los que se desconoce prácticamente todo, y que comparto aquí con el ánimo de intentar recopilar más referencias y visiones. Por lo que ruego que, si alguna persona cree encontrarse con algo similar, lo comparta aquí.

 

        Conocí la existencia de los mismos gracias a una publicación de las intervenciones arqueológicas que edita la Conseyería de Cultura asturiana cada cierto tiempo y que correspondía a los estudios y catalogaciones realizadas entre los años 1987 y 1990, y donde se presuponía que podían contener inscripciones numerales romanas.

        Conocedor de historicidad de la escritura oghamica, me interesó ver de cerca los grabados y documentarlos con un pequeño estudio, para lo que contacté, precisamente, con uno de los firmantes del artículo del referenciado libro, el arqueólogo Jorge Camino, que muy amablemente, y aprovechando uno de los viajes de trabajo nos acompañó hasta la zona, junto al también arqueólogo Ángel Villa.

        Sé de la existencia de calcos de los grabados en el Museo Arqueológico de Asturies, en Uviéu, conservados en su anterior etapa.

        El lugar donde se encuentran los grabados está en el occidente de Asturies, muy cerca de la actual frontera administrativa con Galicia. Desde la peña se ve a medio kilómetro en línea recta un castro que todavía conserva parte de su estructura.

        El nombre del concejo donde se encuentran es Allande y el lugar está cerca del pueblo llamado San Salvador de Valledor, casi deshabitado, Valledor quiere decir valle del oro. Se puede ver la zona en internet a través del Google maps: http://maps.google.es/  poniendo: allande valledor san salvador.

        Existen en todo el valle pruebas evidentes de actividad minera prerromana y romana. Se ven los canales de distribución del agua para trabajar y los derrumbes causados por este sistema de ruina montium. De hecho, también lo revela la toponimia de la zona con nombres como A Grova.

        La peña donde se encuentran las inscripciones se le denomina en la zona, pena colmea que significa peña colmena. Se llama así porque ese lugar se utilizó durante cientos de años, según consta en escrituras que conserva un vecino, para trabajar la apicultura con colmenas y obtener miel.

         A unos treinta metros pasa un pequeño arroyo y no fue un lugar frecuentado, ni fácilmente accesible, hasta que se abrió un camino cercano. Es un lugar empinado y rodeado de vegetación espinosa, ulex europaeus, que aquí llamamos cotolles o toxos.

         La peña tiene varias partes y una inclinación de unos 45 grados lo que hace ver claramente en que dirección están hechas las líneas, de arriba a abajo

         Según los acompañantes, parece claro que las líneas están hechas con algo metálico, lo que las encuadra, probablemente, en la Edad de Hierro.

         Con las fotos intento recrear los grabados como una especie de panel donde se puede ver su posición real y algún detalle.

           A mediados de los años setenta se cataloga como petroglifo por profesores de la Universidad asturiana, como José Manuel Gómez, ya fallecido.

 

           Para documentar los grabados, orientado por el Arqueólogo Miguel Ángel de Blas, utilicé un sistema de marco con cuadrículas, que es el que aparece en las imágenes.

           Las cuadrículas que sirven de referencia en las fotos tienen 10 centímetros de lado. Esta técnica de la cuadrícula me la recomendaron para su posterior estudio y trascripción de las líneas. Aunque es un tema muy difícil ya que hay algunas líneas que no quedan claras en cuanto a la intención real de grabarlas, o que sean parte del deterioro de la peña.

           Para que se vean mejor y resaltar la líneas, me comentaron que se utilizaba polvo de tiza, pero que esta técnica dañaba la roca por la propia composición ácida de la tiza. Entonces creí más conveniente utilizar harina.

          Una vez hecho el trabajo, intenté obtener opiniones sobre su posible adscripción a escrituras oghamicas. Escritura que desconocían los arqueólogos citados. Esta posibilidad abría un campo de estudio muy interesante.

          Para ello, recopilé información sobre algunos trabajos, como los del portugués Joaquim Rodrigues dos Santos JR., de la Universidad de Porto, realizados sobre 1984.

Dibujo del trabajo de Joaquim Rodrigues dos Santos JR.

           En un reportaje de una revista del año 1987 de la LLiga Celta d’Asturies, se habla de unas inscripciones conservadas en el concejo o territorio administrativo de Mogadouro, parroquia o división eclesiástica de Meirinhos, y en un lugar conocido como Prado da Rodela. Estas inscripciones fueron calificadas como oghamicas por el profesor Barry Fell, ya fallecido, de la Universidad de Harvard y presidente, en ese momento, de la Epigraphic Society, en los EE.UU.

          Este profesor que también creyó encontrar escritura oghamica en Estados Unidos, incluso se atrevió a hacer una posible traducción de las inscripciones.

          He contactado con la Epigraphic Society, a través de Donald Buchanan, amigo del profesor fallecido, y les he enviado las fotos, pero hasta ahora no han podido estudiar el tema y en diferentes consultas que les he realizado no se ha aportado ninguna novedad.

 

         Es curioso que para las inscripciones de Portugal se hayan basado en el antiguo gaélico para hacer la traducción.

         Me puse en contacto con gente de la Universidad de Porto para preguntar por los estudios de Joaquim Rodrigues dos Santos, pero no he tenido mucha fortuna ya que parece que nadie sabe nada. Solamente he podido contactar con María de Jesús Sanches, que trabaja como arqueóloga en la zona de las escrituras, Mogadouro, a Fraga da Fonte do Prado da Rodela, Meirinhos, y eventualmente con el PARM-Projecto Arqueológico da Região de Moncorvo, y ha publicado algo respecto, que he consultado, aunque no parece conocer los oghams, cree que puede ser arte abstracto prehistórico.

SANCHES, M. J. - Pré-História Recente do Planalto Mirandês (Leste de Trás-os-Montes), Porto: Grupo de Estudos Arqueológicos do Porto, 1992. (monografias arqueológicas; 3).

        También contacté con el profesor de la Universidad de Frankfurt, Jost Gippert, que ha realizado una ingente labor de recopilación y reconocimiento de grabados de Ogham, como se puede ver en este enlace:

http://titus.uni-frankfurt.de/ogam/ogsing.htm

http://titus.uni-frankfurt.de/ogam/

http://titus.uni-frankfurt.de/ogam/ogbildx.htm

         Su opinión es que las inscripciones asturianas no corresponden con la escritura oghamica más común, la que figura en los bordes o cantos de bloques pétreos. Y me comentó que abriría una línea de estudio sobre estos grabados.

         Sin embargo, los asturianos si son coincidentes con otros grabados tratados como oghams por varios autores y con algún ogham grabado en la parte plana de bloques pétreos, como puede verse en el catálogo de Jost Gipper de la página citada y del que es un ejemplo el que aparece en este enlace:

http://titus.uni-frankfurt.de/ogam/html/072x004l.htm

         He encontrado datos de este tipo de grabados similares a los asturianos en estos lugares, Almeida de Sayago; en Zamora, o Salvatierra de Tormes; en Salamanca. De este lugar no he podido ver los grabados, solo tengo los datos de su parecido con los de Almeida y los de Meirhinos, concejo de Mogadouro, en Portugal

Grabados de Almeida de Sayago

          He contactado con varios departamentos de Historia de la Universidad en Salamanca y no he obtenido resultado. Creo que es un tema completamente inédito y muy difícil de seguir dada su dispersión y falta de estudios.

         

         Sobre la trascripción de los oghams he encontrado información en varios libros. Uno de ellos está directamente relacionado con la música de harpa, pues hay autores como Sean O’Boyle, que encuentran una relación entre los grupos de 5 grafías de los oghams, la música pentatónica y la posible forma de interpretar música en la antigua Éire. 

         Ante esto tengo que decir que cualquier fórmula secuencial pudiera aplicarse a las estructuras musicales, es decir, se podría interpretar música hasta basándose en la cadena de adn. De hecho, se hacen experimentos en este sentido.

         He consultado el libro de Sean O’Boyle, Ogam the poet’s secret, edition Gilbert Dalton ltd, Dublín, 1980 y aparece un esquema en la pagina 10 y otro en la página 22 donde los dos primeros grupos de signos no coinciden con las mismas letras.

         La explicación a este tema la encontré gracias al músico bretón Myrdhin, y su recomendación de la lectura del libro La Diosa Blanca, de Robert Graves, que propone estas variaciones.

         Este libro de Robert Graves es, no sé como calificarlo, un estudio sobre lo que a él le parece que pudiera ser si fuera como a él le parece que és el tema de la escritura oghamica. Es muy denso y trata el tema de una forma muy difícil de entender, y a veces de creer, para mi. Se entremezclan demasiadas cosas. Hasta ahora tampoco hay muchos más estudios o por lo menos yo no he accedido a ellos.

         Un trabajo de referencia en este tema es el libro de Ballymote, que es en el que se basan varios autores para el estudio de los oghams. Envío unos enlaces donde consultar.

http://www.equinox-project.com/ogamscales.htm

http://homepage.tinet.ie/~jhiggins/book.html

 

       Lo dicho, si os encontráis con algo parecido podemos recopilarlo aquí. Por lo visto, sería más posible en las zonas citadas, pero con la difusión del tema pueden aparecer en otros lugares. Salud.

 

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Comentario por Viriato el enero 6, 2012 a las 10:51pm

No deberíamos descartar la posibilidad de que se tratara de marcas secundarías de trabajos en pieles o corcho, por ejemplo, aunque hay algunos grupos que no encajarían. Por otro lado, os dejo este enlace. Es bastante interesante: http://asombradebouzapanda.wordpress.com/2011/10/25/os-enigmaticos-...

María, del grupo de Petroglifos podría aportar bastante al respecto ;), pero me temo que no se ha percatado del tema (ya la he avisado). 

Comentario por María // el enero 6, 2012 a las 11:41pm

Oído cocina:-)

Dani,creo que Viriato se refiere a estos petroglifos de Alaska y de la península ibérica.Los de Alaska están  aquí y este es uno de ellos.

Estos otros los puse también al final del artículo:

Astorga :

Las Hurdes (aunque de   estos algunos ya parecen signos o letras ):

Y estos que he encontrado de Canarias  ,que parecen tener soles:

http://antiguaymedieval.blogspot.com/2011/12/hallan-mas-de-200-yaci...

Comentario por Dani García de la Cuesta el enero 7, 2012 a las 12:15am

Muy buenas.

Madre mía, como se dispara esto. Bien, bien, cuantas más aportaciones, más información a cotejar. Me gustaría que saliera un trabajo en común "on line", ya que tratamos de líneas, jejeje. 

Una manera de acotarlo sería indagar en lo "cercano" por si podemos establecer algún vinculo real. 

Muestro otra piedra que me llamó la atención y que se encuentra en el museo de Pontevedra. También tiene unas curiosas rayas. A su lado había una colección de petroglifos y alguna otra piedra con rayas una parece que igual la usaron como molino.

La piedra principal tiene un cartón pluma encima con los datos conocidos de su procedencia. Las fotos son del 2005.

Lado A

Lado A

Lado A

Parte superior

Lado B

Lado B

Comentario por María // el enero 7, 2012 a las 12:16am

Al final del artículo sobre los petroglifos de Alaska puse que me habían comentado que las piedras sobre las cuales cocinan hoy en día las mujeres Inuit son casi iguales y teein unas ranuras parecidas en el borde para mantener mechas encendidas .

 Los de las Hurdes no tienen pinta de ser marcas de trabajo.Tiene razón Viriato en que no todos entrarían en el mismo grupo.

Comentario por Dani García de la Cuesta el enero 7, 2012 a las 12:19am

Parece que estamos escribiendo a un tiempo, que casualidad.

Creo que se ha quedado alguna imagen fuera del mensaje. Lo Completo

Otra piedra

Otra piedra

Otra piedra

Comentario por María // el enero 7, 2012 a las 12:23am

Me he cruzado contigo,Dani;no conocía los de Pontevedra.Quizá podrían ser marcas de trabajo;sería facil sujetar las pieles para curtir poniéndolas en la parte de arriba y qeu cayeran a los lados.Bueno,no he curtido pieles en mi vida,pero supongo qeu se podrían sujetar mejor así.

El de Canarias ,uno de los que  yo llamo "soles" en realidad parece una especie de tres en raya.

Comentario por María // el enero 7, 2012 a las 9:29am

Bueno,he dicho curtir pieles,pero el  curtido en sí no produce cortes.Lo que me he preguntado,desde lo de Alaska,es la fuerza que tiene  que hacerse con una herramienta para hacer esos cortes,y he recordado que a veces , en el caso de algunas marcas  se habla de marcas dejadas por los arados. 

Comentario por Dani García de la Cuesta el enero 9, 2012 a las 3:40am

Muy buenas.

            Este domingo día 8 de enero del 2012 he visitado San Salvador del Valledor y he subido nuevamente a visitar Pena Colmea.

Primeramente, comentar que este otoño el valle ha sufrido la acción de los pirómanos y la gran mayoría del valle se encontraba en un estado desolador.

            Por otro lado, he contado en esta visita con la inestimable compañía de un vecino de Valledor, gran conocedor del entorno y la historia del Valle, al que agradezco su amabilidad, atención, conocimientos y compañía.

Hemos descubierto gustos en común y probablemente él fue quien me ayudó a encaminarnos hacia la peña durante mi primera visita, hace unos 18 años. El me comentó que ya desde pequeño le llamaron la atención los grabados de la roca, se preguntaba que podían representar,  realizó algunas copias y llevó a otras personas a verlo.  Recordaba que la gente mayor del pueblo le contaron varias historias relacionada con la peña, como la aparición en la peña durante San Xuan de personajes, como las filandeiras, ollas de oro, etc.., historias que no recordaba bien y de las que ya no queda nadie a quien preguntar.

Esto, realmente añade un valor mítico a la peña y le da un empaque histórico de importancia muy valorada para los habitantes cercanos, que además vieron como otra peña cercana fue volada hace unos años al hacer una pista, sintiendo pesar por la pérdida de la peña.

Esta pista, que pasa a unos 10 metros de la roca, ha servido de cortafuegos en la reciente quema.

Una vez en el lugar, con un día espléndido, aunque tuvimos que esperar a ver el sol hasta la una de tarde, ya que el valle se encontraba sumido en nubes, observamos detenidamente la peña, intentando visualizar alguna novedad. A simple vista se ve que el musgo ha cubierto un poco algunas de las líneas, hemos procurado no alterar nada, solo constatar lo que había y darle vueltas a las posibles opciones que barajamos. Nos encontramos con alguna idea in situ que puede proporcionarnos más información o maneras de interpretación.

Hay que recordar que las casas más cercanas se encuentran a unos 250 metros y un desnivel de unos 50 metros, y no se conoce ninguna otra peña similar en la zona.

Para llegar a la peña se desciende unos metros por la ladera, un tanto inclinada, y justo debajo de la peña, a unos 3 metros, todavía hay trobos, colmenas, que dan nombre a la peña.

La peña está muy próxima a la nacida de un afluente de agua que proporcionó y proporciona agua al pueblo, que según el vecino, que la llevó a analizar, es de muy buena cualidad.

Respecto a los trabajos realizados con el ganado que son las abejas, apicultura, y del que el vecino acompañante es un enamorado conocedor, poseyendo varias colmenas muy cerca, me comentó que no existe ninguna posibilidad de que las líneas de la roca se realizaran por motivo de trabajo en este tipo de dulce recolecta.

En lugar, por su inclinación, lejanía del pueblo y características, no es apto ni apropiado para cultivo, paso de arados, siega, tareas de secado de pieles, curticiones, ni ningún tipo de oficio, como se había planteado. Estas opciones están descartadas.

La visión que existe desde la peña en un día magnifico como el que vivimos, es de la ladera inmediatamente a nuestras espaldas, que s

Comentario por Dani García de la Cuesta el enero 9, 2012 a las 3:42am

La visión que existe desde la peña en un día magnifico como el que vivimos, es de la ladera inmediatamente a nuestras espaldas, que sube hacia una gran sierra.  Al frente hay una bajada muy pendiente hacia el valle y en frente se ve el paisaje de las montañas que conforman un cordal circular que cierra sobre si el valle.

Desde la peña se ve, perfectamente delimitado y a unos 500 metros en línea recta aérea, un castro del que todavía es posible constatar un foso defensivo y otras estructuras. Muy cercana al castro se nota la gran herida en la ladera con la marca del ruina montium practicado por los romanos, con sus visibles canales de transporte del agua, y que el vecino me confirma con su conocimiento de la zona y de otras explotaciones cercanas, a la vez que menciona el topónimo del lugar a grova rubia.

Es una de esas vistas espectaculares que te hacen entender el laboreo del oro, comprender el paisaje, sus modificaciones y además, gracias a nuestro acompañante, realizar observaciones que solo él nos puede comunicar al ir desapareciendo otros vecinos mayores, caminos antiguos, modernos, situación de otros pueblos del valle, etc.

Quizá una vista tan clara y concreta como la que hay allí arriba parece alejarnos de la opción de que las líneas representen un mapa de la zona, ya que no tendría sentido ni por el lugar donde está, ni porque tampoco facilitaría una mayor información que lo que se ve con una mirada, a no ser que se tratara de ocultar esquemáticamente algún tipo de información.

Para tener en cuenta esta opción, he intentado ponerme en una situación de trabajo similar a la persona o personas que realizaron las líneas, y me encontré, de mano con que para realizar las rayas en la peña existe una gran incomodidad, que ya encontramos al realizar sencillamente las fotos y dibujos, y que a la mínima que te despistes te puedes caer por la pendiente, con una primer caída de unos 3 metros. La misma peña tiene una inclinación incomoda que determina la ergonomía del que trabajara en ella, es decir, no se podrían realizar la líneas desde la parte superior hacia la parte inferior, sería trabajar con la cabeza hacia abajo y con pocas posibilidades de conseguir estabilidad en las manos para hacer las incisiones tan perfectas que existen.

Por tanto, y esto es algo que se ve allí, la líneas están hechas adrede nada más que en un sentido, de arriba abajo y de cara hacia la misma peña. Por tanto el paisaje queda de espaldas al grabador. Lo que nos llevaría o utilizar un efecto espejo, o ya a cuestiones poco datables, como realizar un esquema de un lugar que no se ve y que solo reconocerían los autores.

Otras observaciones que he tenido en cuenta parecen proporcionar algo de orientación.

Las líneas se realizaron teniendo absolutamente en cuenta la forma, o parte inscribible de la peña, lo que conlleva a un diseño previo de cómo y en que sitio se van a colocar los grabados. Lo que asegura una intención expresiva y no algo aleatorio.

Es fácil reconocer como se utilizaron las par

Comentario por Dani García de la Cuesta el enero 9, 2012 a las 3:43am

Es fácil reconocer como se utilizaron las partes más lisas de la misma obviando intencionadamente otras partes.

Las incisiones, para las que se necesitaría algo metálico muy puntiagudo y afilado, tipo clavo, están hechas de una sola vez, no parece que se hayan repasado mucho, se inician de una manera concreta y fina, se acentúan y profundizan, y se rematan como empiezan. No parecen existir “errores”, de hecho ninguna línea se sale del surco, cuestión que podría haber pasado con una simple desviación del punzón.

No están hechas con método de percusión, pues este tipo de piedra se rompería fácilmente, lo que tuvieron en cuenta los autores. 

Más detalles, los calibres y profundidad de las rayas no son iguales, unas son más delgadas, otras más profundas y gruesas, en las que incluso se puede apreciar una forma casi en v ancha, lo que quiere decir que los autores llevaron varios punteros y sabían que querían hacer con cada raya.

A la vista del detalle, se puede adivinar que en algunas líneas se aprovecha el borde de las fisuras de la peña para iniciar el ataque de la incisión, aprovechando el espacio inscribible, colocándolo en el borde y aprovechándolo para comenzar la línea con mayor facilidad.

Parece adivinarse que todas las líneas están hechas de una sola intención y que no se ha dejado hueco para otras.

Una parte, que denomino panel 1, está sobre una sección de la peña que pertenece a un estrato distinto, por tanto la peña ya debía estar así desde el mismo momento de las inscripciones y así ha aguantado hasta nuestros días, y no se intuyen desgajamientos de la misma.

El paso del tiempo y la erosión del agua no parece haber dejado rastro en los bordes de las líneas que se mantienen finos y definidos.

Todo esto puede proporcionar ayuda para entender que quienes hicieron estos grabados conocían el uso de herramienta incisiva en piedra, y que al estilo de cirujanos de la piedra, supieron tratarla para que durasen los grabados en el tiempo.

Espero que el compartir estas reflexiones pueda servir para acercarse con otras miradas a los grabados.

 

 

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