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Bandera de España adoptada en el S. XVIII
La idea de España tiene su origen en la Hispania romana, y los españoles en los habitantes hispanorromanos (hispanos). Antes de la Hispania romana la península ibérica estaba poblada por una gran variedad de pueblos y etnias sin sentido de unidad territorial peninsular. A partir de los romanos, el territorio de la península ibérica queda ligado a la idea de España, que será referente de los distintos reinos que irán surgiendo, y de las diferentes formas de relaciones que se irán sucediendo.
Los Reyes Católicos inician la unión peninsular, a excepción de Portugal, sobre la base de relaciones internacionales, que extienden fuera de la Península y traen el ascenso al trono de la dinastía Habsburgo quien agrega territorios germánicos para componer la denominada Monarquía hispánica de territorios políticamente independientes entre sí, hasta que en el siglo XVIII España se constituye como Estado con la dinastía Borbón, tras haberse reducido la alianza internacional al territorio peninsular sin Portugal.
Desde los Reyes Católicos hasta la Monarquía española de los borbones, resultan reseñables acontecimientos, hechos y datos, en los más de dos siglos del proceso de desarrollo previo que preceden a la configuración del naciente Estado español, y que se resumen, a continuación.
Con el ascenso de Fernando a la Corona de Aragón (1479), se produce la unión dinástica de las coronas de Castilla y Aragón, al haberse casado Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Trece años después se entrega Granada a la Corona de Castilla (1492), fallece Isabel la Católica en 1504, mientras Navarra se mantenía independiente hasta ser conquistada por Fernando en 1512 y anexionada a la Corona de Castilla en 1515. La unión no será efectiva, finalmente, hasta 1520 con el reinado del nieto de los Reyes Católicos, Carlos, primer monarca en ostentar las coronas de Castilla, Aragón y Navarra. Antes Duque de Borgoña (1515), rey de Castilla (1518) y rey de Alemania (1519), nacido y educado en Flandes, comienza el aprendizaje del castellano un año antes de ser rey de Castilla, lo que apenas logró con dificultad. Llega a Castilla con su corte flamenca, donde es percibido como extranjero, utiliza intérprete para comunicarse. De este modo, la dinastía Habsburgo asciende al trono español.
No se había producido una unión política peninsular, sino una alianza entre reinos medievales para las relaciones internacionales, donde cada corona, Castilla y Aragón, mantenía su propia soberanía, sus leyes, instituciones, moneda y fronteras, independientes, que habrán de perdurar hasta el final de la regencia de los Habsburgo.
Carlos V es proclamado emperador electo del Sacro Imperio Romano Germánico en Aquisgrán, en 1520, siendo monarca de las Españas como planificado paso previo para su objetivo imperial. Se titula Rey de los romanos, coronado en 1530; Felipe IV, su padre, había fallecido sin suceder a Maximiliano I como primogénito. Reúne en su persona los cuatro territorios, políticamente independientes, herencia de sus abuelos: habsburguesa (Maximiliano I), borgoñesa (María de Borgoña), aragonesa (Fernando de Aragón) y castellana (Isabel de Castilla). Reside en la itinerante corte multinacional imperial, donde los representantes de la corte de las Españas fueron extremadamente impopulares en el Imperio germánico. Se empeña en frenar la expansión del Imperio otomano, las guerras con Francia y la desintegración de la Reforma protestante. Desempeño que ejerce alejado de las Españas hasta su abdicación y retiro en 1556.
Frustrado el intento de Carlos V de dejar la corona del Sacro Imperio a su hijo Felipe II, en su lugar, es proclamado emperador del Sacro Imperio el hermano menor de Carlos, Fernando I. Nacido en Alcalá de Henares, Fernando I recibe nombre de su abuelo Fernando de Aragón, educado bajo su auspicio y nieto favorito. A consecuencia, la dinastía Habsburgo se divide en la línea hispánica y la austro-alemana que se queda con la corona imperial. La corona de la Monarquía hispánica recae en Felipe II.
La Monarquía hispánica que estrena Felipe II se compone de Castilla, Aragón, Navarra, Países Bajos, Borgoña, Nápoles, Cerdeña, Sicilia y Ducado de Milán, destacando la preeminencia de Castilla donde establece su residencia y corte en Madrid, y se construye el simbólico Monasterio de El Escorial; durante su regencia, se agrega transitoriamente Portugal. Al poco de morir Felipe II, Quevedo escribe: “España se compone de tres coronas: de Castilla, Aragón y Portugal”.
La Monarquía hispánica estaba compuesta de diversos y dispersos territorios europeos, dominium politicum et regale, peninsulares y extra peninsulares comunicados sólo por mar al estar Francia situada entre ellos. Un conjunto de Reinos, Estados y Señoríos, de los que formaban parte las Españas, las coronas de Castilla y Aragón y Navarra, unidos bajo el principio aeque principaliter: «los reinos se han de regir, y gobernar como si el rey que los tiene juntos, lo fuera solamente de cada uno de ellos» (1647, Solórzano).
“Los distintos reinos en la Península Ibérica tenían sus propios reglamentos financieros, monedas y barreras aduaneras. La autoridad del rey variaba en estructura y poder de reino a reino, de ciudad a ciudad” (Juan de Ovando: governing the Spanish Empire in the reign of Phillip II, página 5). “Las Alteraciones de Aragón ponen de relieve los límites del poder real fuera del territorio castellano, así como los sentimientos de los aragoneses, que consideraban a los castellanos como extranjeros. El poderío de Carlos V y, mucho más, el de Felipe II es impresionante y, sin embargo, llama la atención la falta de coherencia de aquel cuerpo inmenso, formado por varias naciones que no tienen la impresión de pertenecer a una misma comunidad” (Tuñón de Lara (1984, p. 201)). “España, hasta el comienzo del siglo XVIII, era un conglomerado de diferentes reinos: Castilla y León, Aragón y Navarra” (Reinhard y Blockmans (1996, p. 92)).
La dinastía Borbón francesa asciende al trono español, proclamado rey Felipe V en el Palacio de Versalles, a la edad de dieciséis años y sin hablar una palabra de castellano; reinará bajo la supervisión y consejo del rey de Francia, Luis XIV. Sin los territorios europeos y reducida a las Españas (sin Portugal y Gibraltar), como resultado del Tratado de Utrecht, la Monarquía hispánica pasa a denominarse Monarquía española.
A consecuencia de la victoria de la dinastía Borbón sobre la dinastía Habsburgo en la Guerra de Sucesión (1715), Aragón pierde sus derechos al ponerse del lado Habsburgo que resulta perdedor; por el contrario, Navarra mantiene sus derechos históricos al actuar de puente y ser fiel a la regencia de la nueva dinastía Borbón. Mediante el "derecho de conquista", se unifica jurídicamente todo el territorio y se abolen fueros, excepto para vascos y navarros, se extiende el uso del castellano, se centraliza la administración y se divide administrativamente el territorio en provincias; el castellano adquiere la categoría de español instituido por la RAE. Se adopta la actual bandera de España.
En conclusión, a semejanza del modelo borbón francés, España se constituye como Estado en el siglo XVIII.
La Monarquía de la dinastía Habsburgo, la Monarquía Católica, la Monarquía Hispánica como es denominada desde la perspectiva actual, Monarquía sin adjetivar en los testamentos reales, era multinacional, pluriestatal y supraterritorial. No existía una soberanía supraterritorial de la Monarquía. El Rey actúa en cada territorio como soberano particular del mismo y sometido a su constitución interna. Los territorios estaban representados en Consejos. España no lo estaba, en su lugar Castilla, Aragón y Portugal, como Quevedo describe, además de los de fuera de España, Italia y Flandes. El poderío de Felipe II y el oro de América es una realidad como el hecho que España no estaba representada como entidad jurídico-política propia en época de los Austrias. La Monarquía Hispánica no es sinónimo de España; Países Bajos, Borgoña, Milán, ni son ni han sido nunca de España, ni de Castilla, ni de Aragón, la Monarquía de los Habsburgo y España son dimensiones distintas; la bandera de Felipe II es de Borgoña, junto al Toisón de Oro, Castilla ostentaba los derechos privativos de las Indias.
Hola:
Pero si los testamentos de las Austrias están plagados de alusiones a España. Archivado quedó el de Felipe II con el título "Testamento original del catolico Rey delas Españas Don Philipe II nro. señor y fundador otorgado en Madrid 7 de Março del año de 1594". Quince veces se nombra a España: como lugar geográfico "... en rentas de mis reynos y señorios de España", como lugar afectivo "... he estado parte del tiempo absente de España", diciendo cuáles son la Coronas que componen España: "... que hagan pleyto homenaje según costumbre y fuero de España en los que fuesen delas coronas de España Castilla-Aragon y Portugal y nauarra", para nombrar heredero a su hijo distingue claramente sus reynos y señoríos dentro y fuera de España "Y para la buena y breue execuçion y cumplimiento desde mi testamento (...) ...assi los que son dentro de España, como fuera de ella en cualquier parte y forma". Todos los ejecutores y testamentarios son españoles, excepto el archiduque de Austria, cosoberano de los Países Bajos y conde de Borgoña.
El codicilio trae algunas cosas interesante sobre la cuestión de la soberanía supraterritorial. Unas "Disposiçiones sobre lo de Flandes" demuestran que la soberanía de los territorios era amplísima pero no tanto como que no pasara por el filtro del monarca español. De entrada les impone a los de Flandes un Archiduque leal, casado con la hija de Carlos, María de Austria y les da a ambos "en dote y feudo de la corona de Castilla y de los Reyes que fueren de ella". Más adelante le prohibe navegar "... de aquellos estados a las Indias orientales ni occidentales (...) ni tener ningún comercio ni contratación con dichas Indias". Y acaba ordenando el establecimiento de tropas en los castillos de Anuers, Gante, Cambray y más "las quales guarniciones y personas mandare que sean pagadas de dinero de España". Poco más adelante y con relación los franceses, deja bien claro donde tienen que negociar si quieren la restitución de "las plaças que eran suyas", " ... es cosa que no está en su mano y se ha de negociar en España"
No abundaré en otros testamentos, solo un detalle del de Felipe III. Afirmas que los Países Bajos no han sido nunca de España, pero sí eran de la Corona de España y esta corona actúo con mucha perfidia y violencia. Felipe III. en su testamento escribe sobre ellos "... por ser los dichos Estados Bajos mayorazgo indivisible y inseparable desta Corona de España". Luego vinieron la masacre y la mala fama.
En todo lugar la identificación del nombre de España como sujeto político y jurídico internacional está ampliamente documentada. Por ejemplo, en el "Sumario de la Liga hecha en Baden, el año de 1511, entre el Emperador Maximiliano, por si y por Archiduque Carlos, Duque de Borgoña, Príncipe de España". ¿Hace acuerdos el emperador con el príncipe de un sujeto político inexistente, de fantasía? Basta buscar por entre correspondencias reales, diplomáticas, de cualquier tipo, propias y extrañas para ver de inmediato que el sujeto político el estado con el que se negocia, como los franceses de antes, es España, tal y como se entendía.
Decir que los Austrias y España están en dos dimensiones distintas es mucho decir, fueron los Austrias los que dieron dimensión a un sujeto político, que acabó en imperio. Un fenómeno muy interesante. Aunque si es cierto que la única insitución común de la Corona Española era la Santa Inquisición que estaba bajo el control de la monarquía en España, caso único; y que por ello fue una especie de KGB más preocupada por el hereje y judaizante - cualquiera podía ser acusado de ello - que de las brujas. Ya tenemos la guinda de un estado "comme il faut".
Y para terminar esta perorata. Hay muchas definiciones de estado. De entre ellas tomo la de Heller. Si el estado es una «unidad de dominación, independiente en lo exterior e interior, que actúa de modo continuo, con medios de poder propios, y claramente delimitado en lo personal y territorial», la Corona Española incipente en Isabel y Fernando y que se afianza en con Carlos I y Felipe II cumple por completo con todos estos requisitos.
Lo que sí se puede admitir es que el sueño de los Austrias españoles de unidad y proyecto común de los cinco reinos, se vio solapada por el ansia católica e imperial y ese proyecto fracasó y se tuvo que adaptar a los nuevos tiempos. No hay un nuevo "estado", es el mismo adaptado a otros tiempos.
Sin más. Un repaso de un período muy interesante. Saludos.
El emperador del Sacro Imperio, Carlos V, Rey de los romanos, Rey de las Españas al serlo de las coronas de Castilla y Aragón, sabía de primera mano que el rico, moderno, codiciado, Círculo de Borgoña no era de España, y sí privativo de sus derechos dinásticos de máximo valor en la época. Como demostración, Carlos V dió los Países Bajos a Inglaterra por el matrimonio de su hijo el Príncipe Felipe con María Tudor, aunque a la postre quedase truncada la unión al morir prematuramente sin descendencia la católica reina inglesa.
En el testamento de Felipe II queda claro repetidas veces lo que significa dentro de España y fuera de España, que España se compone de las coronas de Castilla, Aragón y Portugal, y que el resto no es España. Que la Monarquía sin adjetivar no es igual a España, en el testamento se refleja, y, antes, esto mismo había quedado patente en el matrimonio del Príncipe Felipe con la Tudor inglesa.
Escasas las ocasiones donde aparece Corona de España en los muchos escritos, y, en cualquier caso, lo más importante, no tiene sustento jurídico-político. No tiene representación en los Consejos territoriales, ni existe como órgano superior que controle, limite o coordine los territorios en el organigrama de la administración de la Monarquía Hispánica.
El ámbito del Consejo de Inquisición se limita a Castilla y Aragón, una prueba de la asimetría de la Monarquía Hispánica, y otra diferencia ostensible más entre lo de dentro y fuera de España.
La taxonomía obliga a no establecer equivalencia entre España y la Monarquía Hispánica, y a reconocer que España no era Estado en época de los Habsburgo. Como Alemania no es equivalente al Sacro Imperio Germánico, y Alemania no era Estado en época de los Habsburgo.
Pero, la Monarquía, sin adjetivar en los testamentos regios, era consustancial a España: núcleo irradiador, polo hegemónico, centro administrativo, sostén económico, imperio colonial, baluarte católico universal; en fin, columna central del complejo edificio de la asimétrica Monarquía de la dinastía extranjera de los Habsburgo. Felipe II, una vez que supo no podría cumplir con la ambición imperial ansiada por su padre, y que se tenía que conformar con los territorios que finalmente heredaba, que no eran moco de pavo, puso todo el empeño en demostrar que su Monarquía era la nueva potencia, consciente de que para ello España debía liderar y sufragar la mayor parte de la costosa empresa. Erigió El Monasterio de El Escorial con el granítico limes votivo, no se sabe si casualmente, de la Cartaginensis y la Lusitania, para que las cancillerías del mundo entero supieran de su poderío expandido por los cuatro continentes, donde, en efecto, "nunca se ponía el sol".
Desde la perspectiva actual, resulta certara la denominación de Monarquía Hispánica, porque el componente hispánico era lo nuclear. Las referencias a España como el todo simplificación funcional geopolítica, ingleses en lugar de británicos, rusos por soviéticos, americanos por estadounidenses.
Como se denota interés en resaltar el carácter de imperio de la Monarquía Hispánica, y aunque no afecte al fondo de la cuestión, aclarar que no constituyó un imperio porque el monarca carecía jurídicamente de tal titulación, ninguno de los reyes se denominó a sí mismo como emperador, aunque de facto ejerciera como tal en sus posesiones coloniales, y, en este sentido, podríamos hablar del primer imperio de la historia a escala mundial.
En cualquier caso, todos los "méritos" de España, denominaciones españolizadas del monarca y la Monarquía, españolización a partir de Felipe II, y de lo extenso de sus dominios, resultan vanos para que la taxonomía pueda aceptar que en época de los Austrias fuese un Estado España, puesto que carecía de lo sustancial, no tenía entidad jurídico-política propia.
La Corona de España (las Españas) queda definida ya en los testamentos de Carlos I y Felipe II como el conjunto de los reinos ibéricos, diferenciándolos del resto. Carlos I le pasó a Felipe II una parte de sus territorios patrimoniales y no la corona imperial, lo que le hizo centrarse en España.
Esta Corona de España acata y jura las diferentes constituciones del estado compuesto, pero también es autónoma con relación a ellos y en este sentido hace una política de estado. La paz, la guerra, el comercio, la acuñación de moneda, los tratados con otras potencias europeas y los tratados de la Corona con los propios territorios y entre ellos, son suscritos por plenipotenciarios españoles por orden del Rey de España y la Corona de España, como queda reflejado en tantos y tantos documentos diplomáticos a los cuales hoy podemos tener acceso.
El término Estado como organización política aparece en la Italia del XVI. Maquiavelo fue el primer autor que lo utiliza. A Maquiavelo no le interesan los orígenes del ejercicio del poder, ni del nacimiento del estado, sino de la creación y de la conservación del mismo. Da por hecho la existencia del Estado. La vocación del Estado es la permanencia. Valora que para el mantenimiento del orden y del interés político del estado se disponga de milicias y aparatos de gobierno. Se dice que toma como ejemplo para “El Príncipe”, a la postre “hombre de estado” que actúa por “razón de estado” al rey Fernando, al que llama “rey de España”. Quizás habría que preguntar al florentino sobre su visión de España, si era Estado real, una entidad jurídico-política o una desiderata y el apelativo dado a Fernando era como declararlo rey de Jauja.
Muchas gracias por su conversación y empeño. Mis mejores deseos para el año que viene, a toda T.A.
Leo la respuesta en el propio "El Príncipe":
“Nada hace estimar tanto al príncipe como sus grandes empresas y sus
ejemplos excepcionales. Vive en nuestros días Fernando de Aragón, rey de
España. Casi puede llamársele príncipe nuevo porque se ha convertido, por
propio mérito y gloria, de rey de un pequeño Estado en primer soberano de
la Cristiandad. Si examináis sus acciones, las hallaréis todas enormes y
algunas extraordinarias. Al principio de su reinado atacó el reino de
Granada, empresa que fue el fundamento de su nuevo Estado. Inició sin
otros compromisos y sin temor de impedimento alguno; tuvo así ocupados
en dicha campaña los ánimos de aquellos nobles de Castilla que,
absorbidos por aquella guerra, no tenían tiempo de maquinar
conspiraciones."
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3760673
La visión de Fernando el Católico en El Príncipe Manel Rodríguez Fuster
.
Gracias por contribuir a dilucidar, y a la generosa plataforma TA. Próspero año nuevo.
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