Egipto quiere buscar el sarcófago del faraón Micerinos en aguas españolas, frente a las costas de Cartagena, y está buscando financiación para ello, según dijeron a Efe fuentes del Gobierno egipcio. El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Zahi Hawass, explicó hoy en una entrevista con Efe que su institución ha pedido al canal de televisión National Geographic financiación para llevar a cabo un proyecto "que sabemos costará mucho dinero".
Vía:
EFE, El Cairo. | Soitu.es, 4 de junio de 2008
En concreto, a Hawass -siempre con el ojo atento al impacto mediático- le gustaría que National Geographic contratara los servicios de Robert Ballard, el hombre que se cubrió de gloria con el descubrimiento de los restos del "Titanic" en 1985.
Por supuesto, y en línea con los últimos descubrimientos desvelados por Hawass, el canal de televisión tendría la exclusividad del reportaje, "pero yo me encargaré de que sea un auténtico boom", subrayó.
El sarcófago de Micerinos -que en realidad se llamaba Menkaura, pues Micerinos o Mikerinos es la forma helenizada del nombre y la que ha pasado a las lenguas occidentales- se lo tragaron las aguas cerca de Cartagena en
1838, al naufragar una goleta de nombre
"Beatrice" que lo llevaba, junto con otras piezas, al British Museum de Londres.
Hawass aclaró que el sarcófago estaba ya entonces vacío, y no se va a encontrar momia ni tesoro alguno, pues la tumba de Micerinos -la famosa tercera pirámide de Guiza- había sido saqueada a conciencia.
El sarcófago había sido hallado en 1837 por el arqueólogo inglés
Howard Vyse, con el expeditivo método de dinamitar las entradas a la pirámide de Micerinos, como ya había hecho en la de Keops, para no encontrar más que el sarcófago vacío.
Si el Gobierno egipcio consigue resolver la financiación de un proyecto difícil pero muy atractivo, entonces tratará la cuestión de los permisos pertinentes de exploración con el Gobierno español, ya que al fin y al cabo las aguas son españolas "y el proyecto de búsqueda sería conjunto" con España, aclaró Hawass.
Sobre este último aspecto, Hawass dijo que tiene la máxima confianza en la cooperación que prestarán las autoridades españolas, citando para ello la amistad que le une con el embajador de España en El Cairo, Antonio López, e incluso con la misma Reina Sofía.
Expertos en arqueología submarina subrayaron por su parte que el proyecto reviste gran dificultad y requerirá gran desembolso de dinero al no haber constancia del lugar exacto donde naufragó el "Beatrice".
Si el pecio de la goleta se encontrara a menos de treinta metros, las tareas de excavación serían relativamente fáciles, pero si se hallara a cincuenta metros de profundidad harán falta equipos altamente especializados, sobre todo un tipo particular de bombonas de aire, y por consiguiente mucho más caros.
En todo caso, la falta de certezas obligará a hacer una prospección amplísima, primero con equipos de radar o sonar, todo ello sin la perspectiva de una recompensa segura.
En el supuesto de que se encontrase el sarcófago de basalto habría que determinar en qué aguas jurisdiccionales está, pues la competencia -autonómica o nacional- puede influir en el curso de las cosas, al igual que la titularidad del pecio y de sus restos.
¿Reclamará Egipto la propiedad del sarcófago o lo hará el Reino Unido? Se adivina una interesante polémica. Pero primero habrá que encontrar el barco, todo un mito de la egiptología.
King Men-Kau-Re and a Queen. Reign of Menkaure (c.2551-2523 BC, 4th Dynasty) Giza, Menkaure Valley Temple. Graywacke; H. 142.2 cm., w. 57.1 cm., d. 55.2 cm. Harvard University-Museum of Fine Arts Expedition 11.17385
*** Menkaura (nombre egipcio), o Micerino (nombre castellanizado del griego Mykerinos, escrito por Heródoto), fue un faraón perteneciente a la dinastía IV, del Imperio Antiguo de Egipto.
Las fechas de su reinado no se conocen con exactitud pero se estima que se inició hacia c. 2514 a. C. y terminó hacia 2486 a. C. (von Beckerath). Hijo de Jafra (Kefrén) y nieto de Jufu (Keops), el constructor de la Gran Pirámide. Le sucedió su hijo Shepseskaf.
Heródoto escribió que Mykerinos era hijo de Kefrén y sobrino de Keops.
Heródoto también cuenta que fue un rey magnánimo, abrió los templos al culto, cerrados por Keops y Kefrén. Apenas subió al trono recibió un oráculo donde se advertía que reinaría solo seis años, y moriría al séptimo. Entonces Micerino ordenó colocar multitud de lámparas, que encendía por la noche, entregándose ininterrumpidamente a los placeres. Así creyó que burlaba al oráculo, pues los seis años resultaron ser doce, tras convertir las noches en resplandecientes días.
Manetón, según Julio Africano, en la versión de Sincelo, lo denomina Menkeres y cuenta que reinó 63 años. Eusebio de Cesarea, según las versiones de Sincelo y armenia, comentó que de este rey no ha quedado registrado ningún hecho de importancia.
Se le atribuye erigir la tercera pirámide de la meseta de Giza, en el complejo funerario compuesto por las tres pirámides de las reinas, el templo funerario, el templo del valle, y la calzada procesional que los comunica, pero contrariamente, tanto Julio Africano, como Eusebio de Cesarea, en las versiones de Sincelo y armenia, escribieron, copiando de Manetón, que la tercera pirámide la construyó Nitocris, la más noble y adorable de las mujeres de su tiempo.
La pirámide de Menkaura (Micerino, nombre helenizado) es la menor de las tres célebres pirámides de la necrópolis de la meseta de Giza. A Menkaura, faraón de la dinastía IV, se le atribuye ordenar construir esta pirámide. Conocida en su época como "La Pirámide Divina" era parte del complejo funerario junto con tres pirámides subsidiarias, un templo funerario, el templo del valle y una calzada procesional que vinculaba ambos templos.
En la antigüedad, esta pirámide estaba revestida con dieciséis hiladas de granito rosado procedente de las canteras de Asuán, aunque el resto del recubrimiento estaba conformado por bloques de piedra caliza de Tura. En la actualidad la pirámide se halla desprovista de casi todo su recubrimiento, pudiéndose observar las regulares hiladas que conforman su núcleo. Cerca de la base se encuentran algunas hiladas del recubrimiento de original granito. La pirámide presenta hacia el centro de la cara norte una gran brecha, posiblemente realizada por saqueadores, aunque no lograron por este método alcanzar la cámara funeraria.
Durante las exploraciones arqueológicas realizadas en el Siglo XX se encontró un sarcófago de basalto que contenía otro de madera, antropomorfo, con una momia en su interior. Sin embargo, el sarcófago interior de madera no era el de Menkaura; resulto ser de algún importante personaje de la época saíta. El sarcófago de basalto, perdido bajo el mar frente a las costas de Cartagena (España), en un naufragio, posiblemente perteneciese a Micerino.
Dimensiones:
Altura: 66 m
Lados de la base: 104,6 x 102,2 m
Pendiente, ángulo: 51º 36' 21"
Volumen: 235.182 m³
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«El sarcófago del faraón Micerinos está entre Cabo de Palos y Mazarrón»
El arqueólogo Iván Negueruela defiende la búsqueda en aguas de Cartagena del sepulcro egipcio, aunque otros expertos dicen que es un trabajo difícil, muy caro y que puede fracasar.
Vía:
G. MÁRMOL | La Verdad.es, 6 de mayo de 2008
¿El sarcófago de Micerinos está hundido en algún lugar de la costa entre los cabos de Palos y Mazarrón? ¿Qué tiene de leyenda y qué de realidad? ¿Es posible recuperarlo? ¿Quién es ahora su legítimo propietario? La intención del Gobierno egipcio de buscar en aguas de Cartagena el sepulcro del faraón de la IV Dinastía ha devuelto a la actualidad la que sigue siendo una de las grandes prioridades de la arqueología subacuática nacional. Las respuestas a esas preguntas podrían llegar una década después del fracaso de la última empresa para hallar ese tesoro.
El Ministerio de Cultura apadrinó durante seis meses en 1997 una campaña de prospecciones a partir de informaciones militares sobre el posible lugar donde estaba el sarcófago. Pero aquel estudio se hizo con mucha voluntad y pocos medios: sólo encontraron bloques de piedra en el fondo del mar que en un principio creyeron que podrían pertenecer a un palacio o monumento oriental pero que resultaron ser derribos de la Cartagena de posguerra.
El origen de todos estos proyectos está en el hundimiento a principios del siglo XIX en aguas cartageneras del buque inglés Beatrice que transportaba el sarcófago de Micerinos desde Egipto hasta Londres. De aquel naufragio existe una referencia escrita del militar que mandaba la expedición, quien reflejó en un libro el hundimiento del navío frente a Cartagena. También hay otras referencias escritas sobre lo poco que costó alcanzar a nado la costa a los marinos que sobrevivieron, lo que daría una idea de la proximidad del pecio.
No obstante, existen otras hipótesis, como que aquel marino diera esa referencia para confundir a otros expoliadores y el tesoro egipcio duerma en el Cantábrico, en el estuario del Tajo o incluso en las costas italianas.
«Lo encontrarían»
Entre quienes están convencidos de la autenticidad de la pista cartagenera destaca el reputado arqueólogo Iván Negueruela, ex director del Museo Nacional de Arqueología Marítima. Para él, el hallazgo podría ser una realidad en cuanto se hagan prospecciones con medios adecuados. «El sarcófago está en algún lugar de la costa entre Cabo de Palos y Mazarrón. Si lo buscan, lo encuentran», responde sin dudar.
El doctor Negueruela capitaneó el último estudio del Gobierno español con medios del Museo Nacional y la ayuda de la Armada: «Lo hicimos con una barca a punto de ser desguazada y con una linterna», dice con ironía para ilustrar la escasez de medios que emplearon hace diez años.
«Ahora, con los sistemas de teledetección que tienen todas estas empresas, como la del Odyssey, lo encuentran seguro. Sería cuestión de tres, cuatro o cinco semanas; pero lo encuentran fijo», dice Negueruela.
El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Zahi Hawass, pretende conseguir este nuevo objetivo con el apoyo de National Geographic, a quien sugeriría la contratación de Robert Ballar, el hombre que halló el Titanic en 1985.
Apoyo mediático
Si Hawass invoca a la colaboración de grandes empresas de ciencia y aventura es porque se trata de un proyecto complicado y costoso. «Es técnicamente complejo, largo [de duración] y con unas probabilidades de éxito escasas», tercia Daniel Alonso, propietario de la empresa Arqueomar y uno de los arqueólogos subacuáticos más reconocidos de España.
Alonso reconoce su escaso conocimiento del caso, aunque cree que buscar el sarcófago de Micerinos en una amplia franja de litoral es tan complicado como domesticar sardinas. «Las técnicas de detección han mejorado. Pero, ¿realmente sabemos qué estamos buscando?», se pregunta. Este experto que conoce bien la costa cartagenera no obvia que la traza de un barco de madera se pierde en pocos años, sobre todo si se hundió en una zona de rompiente; también habrá sedimentos ocultando por completo el tesoro.
Alonso, acostumbrado a trabajar con ayuda tecnológica, cree que la complejidad de la búsqueda del sarcófago viene dada por las características del material del que está hecho. «Puedes ajustar los sistemas de detección para que te den registros similares a los que tú estás buscando -un objeto de piedra bajo los sedimentos-. Pero es que en una zona tan amplia te puede dar muchísimos registros, que después hay que comprobarlos. Yo no lo veo tan fácil. Y, además, hay que estar preparados para el fracaso».
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