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Escondida bajo una colina en la ciudad antigua Anfípolis, situada a las orillas del río Strymon, a unos 60 kilómetros de la moderna ciudad de Serres, la tumba de la era helenística consiste en una circunferencia casi circular de 497 metros. El edificio funerario, al que todavía no se ha accedido, se cubría con una montaña de tierra y cascotes de 30 metros de altura y está ubicado extramuros de la antigua ciudad en la denominada Colina Kasta. El edificio en sí estaba rodeado por un muro de tres metros de altura, construido con mármol procedente de la vecina isla de Thassos. Entre 2012 y 2013 se ha excavado en parte este muro, poniendo en evidencia que había desaparecido gran parte del revestimiento de piedra y que el perímetro de la tumba formaba un círculo casi perfecto de 498 metros.
El complejo funerario fue posiblemente construido por Dinócrates, un famoso arquitecto de la época. La tumba es 10 veces más grande que la del padre del Alejandro Magno, Filipo II de Macedonia, descubierta en Vergina en la década de los años 70. El primer ministro griego, Antonis Samaras, visitó la excavación y la televisión estatal informa diariamente sobre el proceso. El lugar se conoce desde los años 60 por el arqueólogo griego Lazaridis, pero hasta 2012 no se comenzó a excavar. La arqueóloga Katerina Peristeri se empeñó en buscar el material desmantelado de la tumba y lo encontró. Parece ser que en época romana el revestimiento de piedra fue utilizado para construir una presa en el cercano río Estrimón. Parte de los sillares y de una escultura de león magnífico habían aparecido en 1912 en el fondo del río y se habían considerado como parte de un monumento conmemorativo o tumba a uno de los generales de Alejandro Magno.
Parte de los sillares y de una escultura de león magnífico habían aparecido en 1912 en el fondo del río y se habían considerado como parte de un monumento conmemorativo o tumba a uno de los almirantes de Alejandro Magno. El león y parte del podium levantado ahora a varios cientos de metros de la tumba. Detrás, en el suelo, se pueden apreciar sillares del revestimiento del muro también encontrados en el lecho del río Estrimón. Las pruebas comparativas han permitido reinterpretar estos restos y atribuirlos a nuestra tumba monumental. Es más, Peristeri cree que la estatua del enorme león de más de cinco metros coronaría el túmulo como símbolo de la monarquía macedónica. La idea se ve reforzada por el hallazgo de losas de mármol en la cumbre del montículo que serían parte del pedestal original de la escultura.
Hasta ahora, los arqueólogos han exhumado parte de la entrada de la tumba de fines del siglo IV a.C., que presenta dos grandes esfinges de mármol. «Es notable, la mayor tumba que hemos hallado en Grecia hasta ahora», dijo el arqueólogo Chryssoula Paliadelli, un experto en historia antigua que no participa en la excavación. «Claramente muestra la riqueza que permitió la construcción de lo que fue, en ese entonces, un monumento sumamente costoso». Dos custodios de mármol Las esfinges, que quedaron expuestas luego que los arqueólogos removieran varias piedras del muro de protección, fueron hechas con mármol proveniente de la isla de Tassos. Tuvieron una altura de 2 metros antes de perder sus cabezas, y ambas muestran vestigios de coloración roja en sus pies, sugiriendo que estaban pintadas. «Encontramos fragmentos de las alas de las esfinges en el suelo, lo que permitirá una restauración de las mismas», dijo un portavoz del Ministerio de Cultura griego.
Dorothy King, una arqueóloga clásica, expresó que el hallazgo de dos esfinges sentadas, al contrario de las acostadas del arte egipcio, es algo sumamente inusual para el periodo de la tumba. «El paralelismo más cercano que se me ocurre es con aquellas hecatómnidas en Labraunda (Turquía), cerca de un cuarto de siglo antes». Las estatuas hecatómnidas barbadas eran comunes en la iconografía persa. ¿Puede ser esta una pista para descifrar la identidad del ocupante del ostentoso sepulcro?.
Además de las dos esfinges, los arqueólogos también desenterraron mosaicos blancos y negros con formas geométricas, pero lo que se oculta en el interior de la tumba continúa siendo un misterio. Sin embargo, un sondeo geofísico hecho con tecnología de escáner, ha permitido saber a los investigadores que el interior contiene tres habitaciones. ¿La tumba de Alejandro Magno? Los medios locales no tardaron mucho en especular si la tumba de Anfípolis podría pertenecer al gran conquistador macedonio, quien murió bajo sospechosas circustancias en 323 a.C. El Ministerio de Cultura fue tajante con este tipo de elucubraciones de la prensa y declaró que no hay evidencia alguna que enlace a esta estructura funeraria con Alejandro Magno.
No obstante, Dorothy King deja abierta la puerta a esta posibilidad, y cree que la tumba pudo ser construida para Alejandro, aún si su cuerpo jamás logró ocuparla. Una cosa es segura, muchos esperan con ansias los resultados de esta excavación a ser anunciados en unas semanas, cuando finalmente se revele el misterio de quién yace tras las dos esfinges sin cabeza… El Ministerio de Cultura pidió este jueves «comprensión» mientras se lleva a cabo la excavación en Anfípolis, trabajo que puede llevar algunas semanas más.
* Artículo con información de: Alfredo García en su blog “Algargos, Arte e Historia”: GRECIA. UNA TUMBA MONUMENTAL HELENÍSTICA DE LAS ESFINGES.
http://algargosarte.lacoctelera.net/post/2014/08/15/grecia-tumba-mo...
Mistery Planet: Dos esfinges sin cabeza custodian la más importante tumba de Grecia
http://mysteryplanet.com.ar/site/dos-esfinges-sin-cabeza-custodian-...
* Post relacionado en Terrae Antiqvae:
Atenas, 19 ene (EFE).- El Ministerio de Cultura de Grecia confirmó hoy que los restos óseos hallados en la tumba de Anfípolis -que data de entre 325 y 300 antes de Cristo-, en la región de Macedonia, pertenecen a cinco personas, una mujer anciana, dos hombres de mediana edad, un bebé y un adulto que fue incinerado.
En un comunicado, el Ministerio informó de que el esqueleto femenino hallado pertenece a una mujer de más de 60 años, que se ha podido identificar por los huesos de la pelvis, del cráneo y la mandíbula, estos dos últimos en muy buen estado de conservación.
En los medios griegos se especula con que el esqueleto femenino podría ser el de Olimpia, la madre de Alejandro Magno, para quien se hubiese construido el monumento funerario.
En la tumba se hallaron también los restos mortales de dos hombres de entre 35 y 45 años, que han sido identificados por la morfología de los huesos, diferenciados de los femeninos por ser más largos.
La cuarta persona sería un recién nacido, del que se han encontrado el húmero izquierdo y la mandíbula izquierda, pero del que no se ha podido esclarecer el sexo, ya que la diferenciación sexual en los huesos de niños tan pequeños no es clara.
De la quinta persona solo se han encontrado unos pocos huesos, largos en su mayoría y que podrían pertenecer a un adulto, pues al el resto había sido incinerado.
En total se han hallado 550 huesos, algunos enteros y otros en varios trozos, 157 de los cuales se han registrado en una base de datos para tratar de identificarlos.
Por el contrario, no se han encontrado dientes, sino únicamente una raíz de un diente.
Entre los restos óseos algunos pertenecen a animales y se sospecha que puedan ser de equinos, aunque deben ser analizados por expertos en este área.
Los arqueólogos hallaron el pasado noviembre, a una profundidad de 1,60 metros debajo de la tercera cámara de la tumba, un sarcófago de piedra caliza con restos de un ataúd de madera y huesos humanos.
Desde su descubrimiento, en 2012 las grandes dimensiones del monumento (30 metros de alto y un muro circular de 497 metros) hacían prever que se había construido en honor a un miembro destacado del ejército o a alguien muy cercano al rey de Macedonia.
Además, Olimpia fue una reina políticamente activa e influyente en las decisiones sobre las campañas militares de los macedonios.
Fuente: elnuevoherald.com | 7 de marzo de 2015
La tumba encontrada junto a una serie de salones abovedados de un montículo mortuorio antiguo en Anfípolis, en el norte de Grecia, fue construida posteriormente a las habitaciones, indicó el sábado un geólogo que participó en la excavación.
El geólogo Evangelos Kambouroglou agregó que el montículo en cuyo interior fueron encontrados los salones y la tumba no fue hecho por el hombre, como habían supuesto arqueólogos, sino que se trata de una colina natural.
Dijo además que el León de Anfípolis, una enorme escultura de un león sobre un pedestal, con una altura de más de 7,5 metros (25 pies), era demasiado pesado para sostenerse sobre la tumba, como aseveraban arqueólogos.
"Los muros (de la estructura de la tumba) apenas pueden sostener media tonelada, no 1.500 toneladas que se calcula pesa la escultura del león", señaló Kambouroglou.
En cuanto a la tumba tipo caja que contenía los restos de cinco cuerpos, posiblemente más, "es posterior al monumento mortuorio principal. La tumba principal ha sido destruida por saqueadores, que no dejaron nada", dijo Kambouroglou. "Las puertas de mármol (del monumento) contienen señales de uso constante, lo que significa que muchos visitantes llegaron una y otra vez".
Los salones abovedados se remontan a entre 325 años antes de Cristo —dos años antes de la muerte del antiguo rey y conquistador griego Alejandro Magno— y 300 a. C., aunque algunos arqueólogos han afirmado una fecha posterior.
Katerina Peristeri, arqueóloga principal en la excavación reciente, ha presentado la teoría de que un miembro de la familia de Alejandro Magno, o uno de sus generales, pudo haber sido enterrado en la tumba. Pero el descubrimiento de sepultura en forma de caja y de los cinco cadáveres ponen en duda la teoría y el anuncio de Kambouroglou parece refutarla por completo. Algunos arqueólogos presentes el sábado durante el anuncio criticaron la ausencia de Peristeri y sus métodos.
Alejandro Magno, quien construyó un imperio que se extendía de la Grecia moderna a India, murió en Babilonia y fue sepultado en la ciudad de Alejandría, que él fundó. El sitio preciso de su tumba es uno de los misterios más grandes de la arqueología.
Anfípolis, la tumba de Europa
Cariátide hallada en Amfípolis, hoy sin fondos para la excavación
Fuente: ABC.es | 6 de julio de 2015
Hace apenas unos días Silvia Costa, la eurodiputada italiana que preside la Comisión de Cultura y Educación del Parlamento Europeo, visitó la excavación de Anfípolis, en Macedonia, un yacimiento gigantesco relacionado con Alejandro Magno. Lo ha hecho acompañada de ocho representantes de su comité y de la arqueóloga griega responsable, Katerina Peristéri. La mera posibilidad de la salida griega del euro y la quiebra del Estado hacen temer por este y muchos otros yacimientos en los que la arqueología cifra el origen de la cultura occidental.
La eurodiputada italiana insistió que era obligación de todos los parlamentarios europeos el apoyar el trabajo realizado en este sitio arqueológico para que continúen las excavaciones y la labor de restauración, pero sobre todo para que se reconozca como unmonumento protegido de la Unesco. Y añadió que esperaba que haya una solución en el conflicto de Grecia y la UE para que se puedan utilizar fondos comunitarios para proteger el monumento.
La noticia fue acogida con alegría por Katerina Peristéri, la arqueóloga encargada por el Ministerio de Cultura de esta excavación desde hace varios años. Porque el actual gobierno ha dejado claro que en este momento no existe posibilidad de seguir financiando los trabajos de restauración con fondos del ministerio: el Ministro Alterno de Cultura, Níkos Xidákis, visitó recientemente Anfípolis y declaró que ya ha recibido la ayuda financiera programada, comentando que «no existen muchas excavaciones en Grecia recibiendo semejante ayuda. Esto no es necesario todo el tiempo». Añadió que la excavación se estaba tomando un respiro necesario y que la señora Peristéri había comenzado ahora el estudio de lo que se había descubierto, así como el del mantenimiento del sitio arqueológico.
La situación actual refleja el cambio de gobierno y la desesperada falta de liquidez del Estado griego. Situación muy diferente de la de la primavera y verano de 2014, cuando se dieron a conocer los grandes hallazgos de este enterramiento (las esfinges, las cariátides, las tres salas, el mosaico y las tumbas) y el gobierno presidido por el conservador Andónis Samarás le dio gran importancia. Samarás visitó personalmente la excavación con su esposa, y supo encontrar financiación extraordinaria (y algunas empresas privadas de la zona donaron más dinero y materiales).
Se nombró entonces una encargada exclusivamente para las relaciones con los medios a una conocida periodista, Ana Panayótarea, que es también profesora adjunta de periodismo y medios de comunicación de la Universidad de Tesalónica (también estuvo casada unos años con el arqueólogo Dimitris Patermalis, Director del Museo de la Acrópolis). Era algo nunca visto en Grecia: una excavación con su propia encargada relaciones públicas (se comenta que no cobró por este trabajo que abandonó antes de las elecciones generales). Todo ello mostraba el interés del gobierno en este enterramiento, no solo por la calidad de esta tumba del siglo IV a. C., sino por su situación geográfica.
Comenzaron entonces rumores nunca confirmados: que si podía ser la tumba final del propio Alejandro Magno, de su madre, de sus generales mas cercanos… Pero Anfípolis está situada en la región de Macedonia. Y es conocido el interés de Atenas por dejar bien claro que toda Macedonia era griega, parte del reino de Filipo II de Macedonia. Una manera de reforzar su posición en el conflicto con el nombre del vecino Estado conocido oficialmente como la Antigua República Yugoslava de Macedonia (y por sus siglas en inglés, FYROM), que los griegos no quieren reconocer formalmente como República de Macedonia. Aún se sigue negociando el nombre.
En estos últimos meses se ha visto algo muy claro: el patrimonio cultural griego está en peligro. Sin medios, sus arqueólogos y expertos trabajan con dificultad, sus museos no pueden estar abiertos suficientes horas, no hay fondos para asegurar la vigilancia de todos los sitios arqueológicos, muchos de los cuales permanecen cerrados. Y cabe pensar que la cultura es también Europa. La prioridad es pagar sueldos y pensiones, el funcionamiento de hospitales y demás servicios imprescindibles. Fuera de la UE, la quiebra tendrá un precio elevado para el patrimonio y consecuencias dramáticas para la cuna de la cultura occidental. Pero Atenas no puede ahora por sí misma cuidar de la memoria de Europa.
El carbono-14 pone fecha a la tumba de Anfípolis
Katerina Peristeri, jefa del equipo de arqueólogos, reveló que la tumba debió haber sido sellada «en el siglo segundo antes de Cristo»
Fuente: ABC.es | 3 de septiembre de 2015
A finales de enero de este año el Ministerio de Cultura griegoencargó realizar varias pruebas sobre los huesos que se encuentran en la cámara funeraria de la tumba de Anfípolis. Las pruebas se caracterizaban por incluir la datación mediante el carbono-14 (radiocarbono). Además, se utilizó el carbono-14 del material orgánico que se encuentra en el relleno de arena y grava del sellado de la tumba.
El equipo de arqueólogos de la excavación de Anfípolis recibió los resultados de esta datación y la jefa del equipo, Katerina Peristeri (izquierda), reveló estos resultados en una carta publicada en el periódico griego Avgi el pasado 11 de agosto. Escribió que cree que la tumba debió haber sido sellada «en el siglo II antes de Cristo». Esta afirmación se sustentaba en las fechas establecidas por el carbono-14. La datación de las pruebas de los huesos indica el período de los entierros, pero los estudios del material orgánico en el relleno sugiere la fecha de cierre de la tumba.
Los resultados que dio el carbono-14 revelaron fechas que no estaban más próximas del 100 a. de C., mientras que los huesos han sido situados por el carbono 14 en un periodo similar. Estos son resultados muy significativos y descartan la especulación previa sobre una fecha romana para la tumba o para los entierros. También está claro que estos resultados aumentan la posibilidad de que al menos algunos de los huesos pueden pertenecer a los ocupantes originales de la tumba. Katerina Peristeri reafirmó que datan la construcción de la tumba en el último tercio del siglo IV a. de C.
Sin embargo, debido a algunas ligeras variaciones en la cantidad de carbono-14 en la atmósfera de la Tierra entre el siglo IV y II a.C., puede ser necesario revisar la conclusión de que la tumba fue sellada en el siglo II a.C. Las muestras de alrededor del año 300 a.C. dan una fecha de distribución del carbono-14 que va desde alrededor del 380 a. C. hasta alrededor del 170 a.C. Las muestras del 200 a.C. hacen recaer la distribución de probabilidades de datación en una etapa que iría del 200 a.C. hasta el 50 a.C. Esta circunstancia es porque hubo un aumento pequeño, pero rápido y significativo, de la concentración de carbono-14 en la atmósfera alrededor del año 200, lo que significa que los seres vivos muertos en ese momento tienen demasiado carbono en ellos. Algo que les hace parecer mucho más antiguos.
Como consecuencia de esta anomalía en el registro de la datación, cualquier muestra que murió realmente en el siglo II a.C. dará lugar a una fecha de distribución del carbono-14 que se extiende hasta bien entrado el siglo I a.C. Igualmente, cualquier ser muerto en cualquier momento desde la muerte de Alejandro (323 a.C.) hasta el final del siglo III a.C. producirá un intervalo de fechas de carbono-14 que se extiende hacia el siglo II a.C. Puede ser que Katerina Peristeri esté sugiriendo que la tumba de Anfípolis fuera sellada en el siglo II a.C., porque las distribuciones de fechas del carbono-14 en los huesos y el relleno irían hacia el fin del siglo II a.C. Pero, de hecho, tales distribuciones implicarían un sellado antes del 200 a.C. y el sellado podría ser ya en el momento de la muerte de Alejandro.
Misteriosa tumba griega habría sido en homenaje a compañero de Alej...
"Suponemos que se trata de un 'heroon' funerario (santuario a un héroe de culto) dedicado a Hefestión", dijo a la prensa la aqueóloga responsable del yacimiento, Katerina Peristeri.
Añadiendo, no obstante, "no sabemos aún si él mismo fue enterrado en el interior de éste".
Según el gran historiador antiguo Plutarco, cuando Hefestión murió sorpresivamente en Ecbatana (hoy Irán), "Alejandro ordenó a (su arquitecto) Dinócrates que erigiera santuarios en su homenaje en todo el país".
Éste de Anfípolis, a unos 60 kilómetros de Serres (norte de Grecia), es el más grande santuario descubierto hasta ahora en el país.
Fue excavado en 2012, y en el verano (boreal) pasado se empezó a especular con que habría sido construido por alguien cercano a Alejandro Magno. Pero una búsqueda en todas las habitaciones de la tumba colectiva no ha arrojado hasta ahora respuestas.
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Encontrado en la tumba de Amphipolis el monograma de Hefestión
Anastasios Papapostolou / The Greek Reporter
Katerina Peristeri, el arqueóloga responsable de la excavación de la tumba Anfípolis, presentó un nuevo hallazgo que puede revelar la identidad de la persona inicialmente enterrada en la tumba.
Durante una conferencia en Salónica, Grecia, Peristeri dijo que su equipo descubrió el monograma de Hefestión, general, y el amigo más cercano de Alejandro Magno.
Ella reveló que el monograma de Hefestión se encuentra en tres inscripciones, contratos de proyecto para la construcción del monumento. (Nota: Al parecer se trata de “recibís” (“parelavon") hechos sobre piedras con el monograma inscrito).
La arqueóloga también dijo que sus nuevos hallazgos muestran que el monumento fue encargado por un poderoso personaje de esa época, podría ser incluso el propio Alejandro.
Las antiguas ruinas de Anfípolis se encuentran a 100 km de Tesalónica, en el camino a Kavala, cerca del río Estrimón. Fue una antigua ciudad construida en Macedonia oriental y fue fundada por los atenienses en el 437 a.C. para controlar la región rica en recursos naturales. La ciudad fue finalmente abandonada durante el siglo VIII.
Fuente: latercera.com| 1 de cotubre de 2015
Los arqueólogos griegos creen haber desvelado el misterio que rodea a la tumba de Anfípolis, un túmulo de la era alejandrina del que se llegó a especular que podría contener incluso los restos del propio Alejandro Magno.
Después de tres años de excavaciones, los experto en torno a la arqueóloga Katerina Peristeri han llegado a la conclusión de que se trata de un monumento construido en memoria de Hefestíon, uno de los generales de Alejandro Magno.
Según Peristeri, la tumba fue construida en el último cuarto del siglo IV a.C. en honor al citado general, amigo íntimo de Alejandro Magno.
Los expertos llegan a esta conclusión después de haber descubierto en la tumba dos inscripciones, cada una de las cuales incluyen tres especies de rúbricas: "parélavon" (recibí); el monograma del general de Alejandro Magno y la firma "And" que se atribuye a otro general de Alejandro, Antígono.
Peristeri cree que estas inscripciones constituyen un "contrato de construcción", lo que destaca, a su juicio, la importancia del monumento.
Desde un principio se había barajado la posibilidad de que la tumba, de no ser de Alejandro o algún familiar suyo, habría pertenecido a un alto general.
Los arqueólogos creen que de esas inscripciones se puede deducir que el monumento fue construido por Antígono -por orden de Alejandro Magno- para Hefestíon, quien murió un año antes que el emperador.
"Se trata de una interpretación muy interesante", comentó hoy a la cadena de televisión privada Skai la profesora de arqueología en la Universidad de Salónica, Jrysa Paliadeli.
Paliadeli destacó que otro argumento, además de las inscripciones, que fortalece la tesis de que se trata de un monumento dedicado a Hefestíon es que "con seguridad podemos atribuir la construcción del monumento de Anfípolis al último cuarto del siglo IV a.C o a los primeros años del siglo III a.C".
"Se ha hecho un trabajo importante. Hay mucho trabajo aún por hacer y en los próximos años debatiremos los nuevos hallazgos y sus interpretaciones", recalcó Paliadeli.
Desacuerdos
Otros arqueólogos contestan la estimación de Peristeri y atribuyen el monumento de Anfípolis a los tiempos romanos.
También hay división de opiniones sobre la pertenencia del león de Anfípolis, otro monumento que está en las cercanías, a la tumba.
Peristeri estima que inicialmente este león (arriba) estaba puesto a la cima del túmulo, pero algunos de sus colegas rechazan su interpretación y consideran que eso es imposible debido al tamaño y peso enorme del animal, hecho en mármol y con una altura de 5,30 metros.
En noviembre pasado, los arqueólogos hallaron los primeros restos mortales en la tumba de Anfípolis, tras abrirse camino a lo largo de varios pasillos y salas de este yacimiento, situado en el noreste del país, que con una altura de 30 metros y un muro circular de 497 metros podría ser el más grande de Grecia.
Por ahora, sin embargo, todavía no hay claridad sobre a quién pertenecen los huesos, únicamente que se trata de cinco personas. Los huesos se encontraban en un sarcófago de piedra caliza, en los que había un ataúd de madera, y a una profundidad de 1,60 metros debajo de la tercera cámara de la tumba.
Además, se hallaron dispersos trozos de hierro, clavos de cobre y elementos decorativos del ataúd.
Se cree que puede haber un segundo monumento debajo de la tumba de Anfípolis
Los arqueólogos del Laboratorio de Geofísica Aplicada de la Universidad Aristóteles de Tesalónica estiman que podrían haber detectado un segundo monumento en el túmulo de Kasta (Anfípolis, Grecia), informa el portal griego Protothema.
Así, los resultados del estudio geofísico que han llevado a cabo estos especialistas indica que la estructura recién descubierta se encuentra en el lado occidental del túmulo.
El profesor Grigoris Tsokas, director del laboratorio, ha detallado que "hemos realizado un mapa tridimensional de la distribución de la resistencia y podemos ver que hay algo".
Esta estructura, que "hay que explorar", estaría ubicada a alrededor de dos metros de profundidad y podría ser "un segundo monumento" mucho más pequeño que el que ya se conocía, ha indicado Tsokas.
El complejo funerario de Anfípolis fue descubierto en 2012. Dos años después, los arqueólogos abrieron su entrada y comenzaron un estudio geofísico completo del túmulo de Kasta.
Desde entonces, los arqueólogos han desenterrado el interior del monumento: la entrada y tres habitaciones, la última de las cuales era una cámara funeraria con los restos de cinco personas.
Los resultados indican que el mausoleo se construyó el último cuarto del siglo IV antes de Cristo, es decir, durante los últimos años del reinado de Alejandro Magno y los complicados tiempos posteriores tras su muerte.
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