Después de una violenta batalla en Jutlandia, los cuerpos de los guerreros caídos fueron descarnados y se recolectaron los huesos para arrojarlos a una turbera cercana. Algunos huesos pélvicos fueron ensartados en un bastón, una muestra de alguna forma de ritual de los vencedores.

El hallazgo de los huesos desperdigados y mezclados con restos animales se hizo en 2012. Ya entonces se pensó en algún tipo de conflicto interno entre tribus germánicas como explicación para la gran cantidad de material óseo hallado, pero hasta ahora no se había podido determinar el tratamiento post-mortem que recibieron los muertos. Al parecer, el sitio era un bosque sagrado en los tiempos en los que sucedieron los hechos, al final de la Edad del Hierro, cuando el Imperio Romano estaba alcanzando su limes septentrional, lo cual concuerda con el sombrío tratamiento reservado a los vencidos. Sus huesos aparecen mezclados con restos animales y material cerámico que, quizá, formaría parte de recipientes con ofrendas a los dioses.

Expertos de la Universidad de Aarhus y de los Museos de Skanderborg y Moesgaard seguirán excavando en el sitio hasta el dia 8 de este mes. Por supuesto, la excavación ha estado está abierta al público y a la prensa en horarios estrictamente cerrados a lo largo del mes de Julio.

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