Acabo de recibir una llamada de un representante del Consell Insular de Menorca pidiéndome, con buenas maneras, que autocensure mi página "La Arqueología de Menorca", con trece años de vida a cuestas, porque doy demasiados detalles de donde están los monumentos de la isla (y los doy por lo mucho que a mi me ha costado hallarlos) ya que ello facilita a los expoliadores el localizarlos.

Me he quedado sorprendido y así se lo he hecho saber. Es como si llamaran a los constructores de coches (ahora que está tan de moda) y les dijeran que si dejaran de fabricar coches habría menos muertos en las carreteras o a los médicos que si dejaran morir a un paciente seguro que ya no cogería ninguna otra enfermedad.

También le he recordado que la mayor parte de propietarios incumplen la ley de patrimonio al no señalar los monumentos, tener cuidado de los mismos y permitir su visita al menos una vez al mes (aunque creo que la ley balear dice cuatro días). Pero como quién oye llover.

Es la típica censura, semejante a la de los libros por la Iglesia. Si no lees libros prohibidos, no pecarás. La ciencia (para mi la Arqueología lo es) no ha de estar en manos de todos, ya que se podría hacer un mal uso, sólo de los autorizados.

El colmo.

Ferran

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Comentario por Ferran el octubre 22, 2009 a las 9:55am
Totalmente de acuerdo. Es como, si para que no hubiera atracos en los bancos (otra forma de expolio, pues), estos estuvieran en lugares secretos ¿Cómo diablos ingresaríamos y sacaríamos dinero de los mismos? ¿Este representante del Consell, se ha atrevido a darles el "consejo" a los fabricantes y vendedores de detectores de que los dejaran de fabricar y vender (hoy parece que su fabricación y venta son legales, pero su uso no)? Seguro que no (se le habrían reído). Van siempre al eslabón más débil. Pero entiéndame, no es que no esté en contra de los expoliadores, incluso en contra de los detectores que creo que son unas herramientas que habría que vender con licencia, como las armas, para saber quién los tiene (¿sabía que ni los propios arqueólogos en ejercicio están autorizados a usarlos sin un permiso?), pero ¿no son también expoliadores los que cobran de la sociedad por hacer un trabajo, excavar los hallazgos efectuados y ponerlos al servicio de la sociedad, y sólo hacen la mitad, los excavan y los esconden, se los reservan y jamás los publican o dan acceso a los mismos a los interesados, los que amontonan sacos de materiales en los museos y se llevan a casa los más interesantes para "estudiarlos" durante décadas (y le aseguro que conozco casos)?

Se extrañan que la gente vea la arqueología como algo poco interesante, secundaria, que se paga y no da fruto y así mayormente es, a pesar de los esfuerzos de algunos. La sociedad, cada persona en general, quiere algo a cambio de lo que paga y si es o no interesante para el público lo ha de decidir éste no el que cobra.

Y soy arqueólogo. Mal que les pese soy arqueólogo titulado. Es más, no tengo el simple título que te dan al acabar la carrera, sino uno superior. Eso sí, no hago trabajo de campo, o, mejor dicho, no excavo, entre otras cosas porque esto parece coto reservado casi de los que trabajan en la administración pública (un título de médico te da opción a trabajar por cuenta propia, lo mismo que el de arquitecto, ingeniero o fontanero, pero parece que el de arqueólogo no). En mi generación, cada año salían, sólo en mi facultad, unos 40 arqueólogos (calcule en toda España), los cuales, por supuesto, es imposible que tengan trabajo en su totalidad en dicha administración o en las universidades (que también son mayoritariamente públicas). A pesar de mis notas (y le aseguro que no es por farolear) y currículum (el "enchufe" sigue siendo algo real en este país) acabé decantándome por otro tipo de trabajo y cuendo pude busqué un camino de practicar mi ciencia al margen del "circuito" (los que han conseguido un puesto oficial). No era difícil, se trataba tan solo de hacer por cuenta propia (eso sí, sin cobrar) aquello a lo que por contrato están obligados muchos de estos arqueólogos oficiales y no hacen (¡Cuidado, también hay muchas y honrosas excepciones!), dar a conocer la arqueología a todo el mundo con palabras que puedan entender y de forma que la puedan aprovechar, hacerla práctica, que sirva de algo, aún pagándola de mi bolsillo (ellos publican, a veces, libros con el dinero de los demás, yo lo hago con el mío, no gano nada, pero, gracias a Dios, cubro gastos). Por supuesto, siempre habrá quién haga un uso torticero de la información. Hay quién hace un mal uso de Internet (los pederastas, por ejemplo), de los teléfonos móviles (molestar a la gente), de los coches (haciendo carreras por las carreteras), etc., pero no veo que se prohiban.

Bueno, me he alargado demasiado en mi indignación. El caso es que ¡No al expolio! ¡No a las excavaciones ilegales! pero tampoco ¡No a la exclusividad de la arqueología en manos de unos pocos "mantenidos"!¡Obligación de devolver a la sociedad algo por lo que se les paga! y, sobre todo, ¡No a la censura! y ¡No a las cortapisas a la libertad de expresión!
Comentario por Ferran el octubre 22, 2009 a las 7:59pm
Pero es que estos monumentos son patrimonio de todos y, por ello, se supone que todo aquél que esté interesado ha de poder visitarlos sin más. Por supuesto, hay quién puede hacer un mal uso de la información, pero eso sucede con casi cualquier objeto puesto a nuestro alcance.

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