Primeras evidencias de la cultura material San representada por artefactos orgánicos de Border Cave (Sudáfrica)

Un equipo internacional de investigadores ha descubierto que el comportamiento humano, tal como se concibe en la actualidad, surgió hace 44.000 años y no hace 10.000 o 20.000 años como se creía hasta la fecha. La investigación, realizada por científicos de Sudáfrica, Francia, Italia, Noruega, Estados Unidos y Gran Bretaña, ha sido publicada en 'PNAS'.

Fuente: Europa Press, 30 de julio de 2012

El artículo, titulado 'Primeras evidencias de la cultura material San, representada por artefactos orgánicos de Border Cave, en África del Sur', tiene en cuenta a los San, bosquimanos de África, y ha sido escrito por Francesco d'Errico, Lucinda Backwell, Paola Villa, Ilaria Degano, Jeannette Lucejko, Marion Bamford, Thomas Higham, Maria Perla Colombini y Peter Beaumont.

 

"La datación y análisis del material arqueológico descubierto en Border Cave, en el sur de África, nos ha permitido demostrar que muchos elementos culturales que caracterizan el estilo de vida de los cazadores-recolectores San, formaban parte de la cultura y la tecnología de los habitantes de esta zona hace 44.000", señala Backwell, paleoantropólogo en Witwatersrand (Sudáfrica).

Sin embargo, hasta el momento, la mayoría de los arqueólogos creían que los restos más antiguos de la cultura San se remontaban entre 10.000 y 20.000 años atrás, como máximo. El equipo internacional de investigadores, dirigido por Francesco d'Errico, Director de Investigación del Centro de Investigación Nacional de Francia, dató y analizó objetos de las capas arqueológicas de Border Cave. Situado en las estribaciones de las montañas Lebombo, en KwaZulu-Natal (Sudáfrica), el sitio ofrece material orgánico excepcionalmente bien conservado.

Según Backwell, los resultados del análisis han demostrado, "sin lugar a dudas" que, hace 44.000 años, los habitantes de Border Cave utilizaban palos de escarbar que incorporaban piedras perforadas, iguales a los palos utilizados tradicionalmente por los San. "Los San se adornaban con huevos de avestruz y cuentas de conchas marinas. Además, tallan finas puntas de hueso para su uso como flechas envenenadas, una de las puntas que encontramos estaba decorada con una espiral llena de ocre rojo, semejante a las flechas de caza de los bosquimanos", señala Backwell.


El análisis químico de los residuos en un palo de madera, decorado con incisiones, revela que, al igual que los objetos de los San, utilizados para la misma finalidad, éstos se utilizaban para transportar un veneno llamado ácido ricinoleico, presente en las semillas de ricino, lo cual representa la primera evidencia de uso del veneno.

Los investigadores también hallaron un trozo de cera de abejas, mezclado con resina tóxica, envuelto en fibras vegetales elaboradas a partir de la corteza interior de una planta leñosa. "Este compuesto complejo, utilizado para el enmangamiento de las puntas de flecha, de hace 40.000 años, es la evidencia más antigua conocida de la utilización de la cera de abejas", añade Backwell.

Además, el estudio de las herramientas de piedra descubiertas en las estas capas arqueológicas muestra una evolución gradual en la tecnología de las herramientas de piedra. Estos hallazgos apoyan la idea de que, aquello que percibimos hoy en día como 'comportamiento moderno', es el resultado de trayectorias no lineales, que pueden comprenderse mejor cuando se documentan a escala regional.

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Comentario por José Luis Santos Fernández el julio 31, 2012 a las 11:03am

* Aporte de Percha. 

Los San lo iniciaron todo

El hallazgo incluye bastones de madera, punzones de hueso y ornamentos corporales. / F. D'ERRICO / L. BACKWELL

Javier Sampedro / El País

Una de las grandes paradojas de la paleontología es el llamado Gran Salto, o aparición repentina en Europa, hace unos 40.000 años, de los instrumentos avanzados propios de la creatividad humana moderna. Pero los últimos datos revelan que ese Gran Salto ya había ocurrido en África 4.000 años antes. Un grupo de arqueólogos encabezados por Francesco d’Erico (foto), de la Universidad de Burdeos, acaba de descubrir estas evidencias en la cueva de la Frontera (Border Cave), un yacimiento de extraordinaria riqueza situado en el límite entre Suazilandia y la provincia surafricana de Zululandia, en el sudeste del continente. Los artefactos pertenecen a la cultura San, uno de los grupos de bosquimanos que, según todas las evidencias, inventaron la moderna cultura de los cazadores-recolectores que enseguida se propagó por el mundo.

Las huellas arqueológicas de instrumentos sofisticados y de la primera cultura simbólica de que se tiene noticia ya habían aparecido en este y otros yacimientos sudafricanos —en particular la cueva Blombos, en el puro extremo meridional del continente— en estratos datados hace 75.000 años. Sin embargo, esa cultura relativamente avanzada no debió establecerse con firmeza, pues desapareció 15.000 años después sin dejar rastro aparente.

Los artefactos de la cultura San hallados en la cueva de la Frontera, por el contrario, abarcan un periodo extenso de tiempo y un abanico mucho más amplio de tecnologías. Incluyen ornamentos corporales hechos de conchas y cuentas, huesos con muescas, bastones de madera para excavar, punzones de hueso y puntas de flecha del mismo material. Los resultados se presentan este martes en PNAS.

Los San también fueron los primeros, si no en domesticar a las abejas, al menos sí en utilizar la cera de las colmenas para sus propósitos industriales, según proponen los autores. La cueva de la Frontera contiene restos analizables de una pócima hecha con huevo, cera de abeja y resina de euphorbia, un material francamente pegajoso que los primitivos bosquimanos, posiblemente, utilizaban para adherir las herramientas a su mango. El primer pegamento de la historia, datado en 40.000 años.

El artefacto más reciente, que data de hace 24.000 años, es un aplicador de veneno que aún conserva restos tóxicos derivados de semillas de ricino. Nuestros ancestros no se andaban con tonterías a la hora de cazar.

Los resultados añaden fuerza a otras evidencias genómicas obtenidas el año pasado, y a los análisis lingüísticos que se han ido acumulando en los últimos años. También según estas líneas de investigación, nuestros primeros ancestros eran bosquimanos del sur de África, como los San, y se comunicaban en khoisán, el lenguaje-clic que probablemente fue lengua ancestral de la humanidad, donde las consonantes eran chasquidos como el que aún usamos para indicar fastidio, y como el sonido de un beso.

Los San y otros bosquimanos del sur revelan una variedad genética interna mucho mayor que cualquier otra población humana actual. Y la explicación más simple es que toda la humanidad actual proviene de aquellos primitivos habitantes del sur de África —no de Etiopía, como se pensaba anteriormente—, y que los actuales hablantes de lenguajes clic son los herederos en línea directa de nuestros primeros padres.

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