Red social de Arqueologos e Historiadores
Tres de los cascos que se han vendido en una sala de subastas alemana. /HERMANN HISTORICA
18 cascos celtibéricos, un conjunto único procedente de un yacimiento zaragozano, se hallan en el centro de una polémica que enfrenta a historiadores y arqueólogos con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Aquellos exigen a la Administración que tome cartas en el asunto para evitar la venta de las piezas en Alemania. Y este niega su responsabilidad.
La novela (¿de un expolio?) comenzó a escribirse en 2008, año de la subasta en Múnich de la enorme colección de Axel Guttmann. Entonces, el museo arqueológico Romano Germánico denunció que los cascos eran de procedencia española y que se habían exportado ilegalmente. La fiscalía de Múnich retuvo las piezas y solicitó al Gobierno español que reclamara su legítima propiedad en tres meses. No hubo respuesta. Las piezas pasaron a manos de sus nuevos dueños.
“De las miles de tumbas que se han excavado en España, tan solo se han recuperado unos seis o siete fragmentos de cascos, pero estas piezas de la panoplia militar ofensiva: 18 cascos, espadas, lanzas y puñales, producidas en España, entre los siglos III y I a. C., harán cambiar el discurso histórico”. Así de contundente se muestra Raimon Graells, investigador del museo alemán. Junto a Alberto Lorrio, catedrático de la Universidad de Alicante, y Fernando Quesada, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, denunciaron ayer, según ha sabido EL PAÍS, el expolio y venta ilegal en Alemania de estas piezas procedentes de un yacimiento de Aranda de Moncayo.
Para el catedrático Martín Almagro Gorbea, de la Real Academia de la Historia, “no hay duda de que es el conjunto de armamento más importante jamás localizado del Mediterráneo occidental”. Todos se quejan de que la Administración no haya actuado con contundencia para recuperar los cascos y evitar su venta. Y han elevado a Cultura y al Defensor del Pueblo sus quejas. Cultura asegura que “se han dado los pasos administrativos y legales”, y que, tras pedir un informe en 2009 a Patrimonio de la Policía Nacional, un juzgado de instrucción de Madrid determinó “cerrar el caso en 2011 al no haber pruebas suficientes”.
La Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo del Tribunal Supremo, con todo, no comparte esta idea. En octubre pasado abrió diligencias. Para el fiscal jefe Antonio Vercher, “el proceso está abierto y se tomarán las medidas pertinentes para saber si ha habido tolerancia, dejadez y falta de determinación de la administración”. Según Vercher, la Guardia Civil y la Interpol trabajan para esclarecer el tema.
La falta de actuación de las autoridades españolas hizo que las subastas de las piezas se sucedieran en 2009 y 2010. Se han vendido al menos ocho cascos, por un precio de hasta 77.000 euros.
“Estamos convencidos que hay margen para recuperar las piezas, al menos las vendidas en estos años que sabemos que han ido a parar a colecciones particulares de Francia y España. El resto se devolvieron a la familia de Guttmann”, según Graells.
“Es una pena que el Ministerio no haya mostrado interés siendo tan importantes o más que las monedas de Odyssey”, se lamenta Lorrio. “Mientras que las piezas acuñadas son recurrentes, los cascos son diferentes y proporcionan información muy valiosa de quién los produjo que no conocíamos, sus influencias y sus conocimientos técnicos”.
En cuanto a las posibilidad de hallar más piezas en el yacimiento, Lorrio asegura que se están haciendo prospecciones. “Dudo que haya nada, con lo que hemos perdido la información del contexto y no se podrá determinar por qué se enterraron y si fue una ofrenda ritual”, se lamenta el arqueólogo. Desde el Ministerio aseguran que si se aportan nuevas pruebas sobre la exportación y venta ilícita se volverá a abrir el caso, “porque queremos recuperar el patrimonio”.
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Realmente lamentable la desidia de las autoridades en tantos y tantos casos de verdaderos expolios y atentados contra el patrimonio. A ver si en este caso reaccionan, ya que parece que están a tiempo.
Una muestra de algunas subastas de esta colección hechas en Christies (1 y 2)
Vídeo: "Los cascos celtíberos de la discordia". 18 cascos deberían formar parte del patrimonio español pero han acabado en manos privadas o en paradero desconocido por dejadez del Ministerio de Cultura. La denuncia la hacen varios historiadores.
Cascos Celtíberos from Archeoten. on Vimeo.
Me temo que, si es verdad que las autoridades alemanas avisaron en tiempo y forma a las españolas y aquí no hicieron nada, dieron por sentado que la transacción era legal y ya no hay prácticamente nada que hacer. Es lo que tiene vivir en Europa con una Justicia propia de Africa. Así que seguiremos siendo el hazmerreir del mundo.
Saludos.
Por cierto, una cosa que me ha chocado mucho es el estado de los cascos. Nunca había visto cascos antiguos en tan buen estado.
Saludos.
Los intereses de los alemanes por los restos arqueológicos españoles vienen de muy antiguo.
http://www.flickr.com/photos/etecemedios/2564313424/
Saludos.
yo me pregunto,¿porqué no se hace una ley general en el tema de las subastas de manera que antes de subastar,se informe a los paises originarios de esas piezas,si son piezas "robadas" o " desaparecidas", o, en tal caso,si es novedad,pues que sean primero los de las administraciones de los paises que se interesen adquirir dichas piezas,por interes cultural e histórico, antes de que se lo quede otro comparador?
sólo,de esta manera con este control,se podria evitar continuos expolios o ventas ilegales,al estar más controlado..
Eso ya se hizo en este caso. Lo que no se puede pretender es que los alemanes se esperen 1 año para que les conteste la Justicia española, como hacen habitualmente.
Saludos.
MARIANO GARCÍA | El arqueólogo alemán Michael Müller-Karpe, del Römisch-Germanisches Zentralmuseum de Maguncia, lleva décadas luchando contra el expolio arqueológico en Europa. Denunció en dos ocasiones que salían a subasta unos cascos celtibéricos expoliados en Aranda de Moncayo. Y sin éxito alguno, ya que las autoridades españolas nunca los reclamaron. En esta entrevista del Heraldo de Aragón cuenta las claves del caso.
“¿Cuándo recibió el museo la oferta de comprar los cascos?
El primen contacto se remonta a antes de que yo entrara a formar parte del ‘staff’ del museo: en mayo de 1990 Fernando Cunillera, anticuario suizo de origen español, entró en contacto con el centro. Sabía que el profesor Markus Egg, ahora director de nuestra sección de Prehistoria, es uno de los principales especialistas de todo el mundo en cascos antiguos. El comerciante buscaba su asesoramiento y le mostró fotografías de un casco de bronce de morfología inusual. El profesor Egg inmediatamente vio que se trataba de un tipo hasta entonces desconocido y de gran importancia. El comerciante le dijo que el casco era parte de un ‘tesoro’ descubierto por saqueadores cerca de Termantia (Soria). El había visto alrededor de una docena de estos cascos.
Dos semanas más tarde, Cunillera le entregó dos de los cascos para que fueran examinados en nuestros laboratorios. Desgraciadamente, ya habían sido ‘mutilados’ por alguien inexperto, que había empleado el soplete en ellos. Pese a su lamentable estado de conservación, los cascos eran de extrema importancia. Después de examinarlos fueron devueltos al comerciante. En otra visita, de septiembre de ese mismo año, Cunillera reveló al profesor Egg el lugar exacto del hallazgo: Aranda de Moncayo, en la provincia de Zaragoza. En ese tiempo, los saqueadores habían extraído más cascos del mismo sitio, e incluso el propio Cunillera se había desplazado allí y lo había visitado.
¿Qué pasó luego?
El anticuario vendió los cascos a un comerciante berlinés que coleccionaba cascos de proveniencia poco clara.
¿Cuándo y por qué denunció el caso? ¿Y por qué, en este tiempo, no ha pasado nada?
En abril de 2008 un colega me descubrió el catálogo de la subasta donde se ofrecían dos de los cascos. En él no se mencionaba que hubieran sido legalmente exportados de su país de origen. Enseñé las fotos al profesor Egg e inmediatamente los reconoció como aquellos que había visto 18 años antes. Di cuenta del caso a algunos colegas españoles y al abogado del Estado en Múnich, al que pedí que los retuviera para devolvérselos a su legítimo dueño, España. Él paralizó la subasta y comenzó las investigaciones. Sin embargo, como nunca llegó una petición oficial de España reclamando la propiedad de las piezas, finalmente volvieron a la casa de subastas. ¡En lugar de respaldar a las autoridades en su intento de que se respetara la ley, mediante la petición oficial de ayuda, el Gobierno español había decidido enviar a un representante a la subastas para intentar comprar los cascos que eran propiedad del pueblo español y habían sido robados! Como ciudadano de un Estado constitucional, me dio muchísima pena que el Gobierno español pareciera no tener ninguna confianza en el sistema legal alemán y prefiriera colaborar con los delincuentes en lugar de seguir el dictado de la ley. Ahora la casa de subastas asegura que el Gobierno español no hubiera intentado comprar los cascos si fueran realmente de su propiedad.
¿Está seguro de que los cascos de la subasta son los encontrados en Aranda? Ha pasado mucho tiempo desde que se estudiaran y fotografiaran en el museo, y han sido muy restaurados.
Los cascos subastados son de un tipo muy específico. No hay ninguna duda de que pertenecen al grupo de cascos que fueron examinados en nuestro museo hace ahora 22 años.
¿Por qué su segunda denuncia tuvo tan poco éxito como la primera?
Tras lo ocurrido con los dos primeras cascos, la casa de subastas ofreció otros dos, pertenecientes al mismo hallazgo, en 2010. Y otra vez, tras mi nueva denuncia, las autoridades alemanas suspendieron la subasta. Pero, una vez más, no hubo ninguna reclamación oficial desde España. Incluso llegamos a contratar a un abogado, pero, sin ayuda de España, todo quedó de nuevo en nada.
¿Puede demostrarse arqueológicamente de dónde provienen las piezas?
Sí. Los estudios, especialmente los realizados por mi colega español Raimon Graells i Fabregat, han demostrado claramente que los cascos provienen de Aranda de Moncayo.
La comisión que el Gobierno de Aragón ha creado para intentar recuperar los cascos celtibéricos expoliados en Aranda de Moncayo mantuvo su primera reunión el día 16. Fuentes del Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte se limitaron a asegurar que en la comisión se integran historiadores, representantes del ayuntamiento de Aranda de Moncayo, delSEPRONA y del propio departamento, sin especificar sus nombres. «Se está empezando a estudiar cómo está el tema yqué medidas se pueden adoptar», se limitaron a afirmar. Según ha podido saber HERALDO, en la comisión se integran, entre otros, los historiadores Fernando Quesada, Alberto Lorrio, Martín Almagro y Raimon Graells. Uno de los asistentes a la reunión la calificó de «productiva y cordial». «Se han adoptado tres o cuatro líneas de trabajo, pero se ha acordado que vamos a trabajar con la máxima rapidez y con la mayor discreción posibles», dijo.
Fuente: Heraldo de Aragón 17/4/2012
Desolador.
Nuevo artículo en El País sobre este triste caso:
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