En artículos anteriores se ha hecho mención al curioso alineamiento de dos de los petroglifos del panel de A Ermida, en la ourensana aldea de Eiras, con el punto de puesta de Sol en el solsticio de verano. En esos artículos también se ha hecho mención a la posibilidad de que uno de los petroglifos implicados en el alineamiento solsticial de verano también tuviese relación con otro curioso alineamiento en el solsticio de invierno, con otro petroglifo y con el punto de puesta del Sol.

Esta segunda posibilidad no es fácil de demostrar matemáticamente, ya que el Sol se pone algún grado más al Oeste que la dirección acimutal de la línea que forman los petroglifos. Una posible explicación puede ser la presencia de un tupido bosque en las épocas en las que se insculturaron las figuras. También he barajado la posibilidad de que en la Edad del Bronce el Sol se ocultase aproximadamente 1º hacia el Sur.

El petroglifo implicado en los dos alineamientos presenta algunas diferencias con los demás: posee un mayor diámetro, tiene más líneas concéntricas y presenta restos de líneas radiales.

Un último problema es el de las distintas distancias entre el petroglifo principal y los dos que señalan los puntos de puesta de Sol solsticiales, pues para señalarlos sería suficiente con una distancia semejante entre cada uno de los petroglifos secundarios con el principal. En la realidad, el petroglifo que señala el solsticio de invierno está más alejado del principal que el que señala el solsticio de junio.

No voy a extenderme con interpretaciones. Simplemente subo una fotografía para que cada cual saque sus propias conclusiones.