Cuando Raniero Gnoli publicó su espléndido "Marmora Romana", en 1971 (foto 1), sólo se conocía una cantera de mármol en la P. Ibérica, el "broccatello" de Tortosa, y las mejores esculturas romanas se solían considerar importadas.

En 1977-1978 publiqué los resultados de una investigación de dos años, tras la cual se pudo comprobar que, por el contrario, en Hispania había muchos mármoles (foto 2), y algunos de excelente calidad, como los de Almadén de la Plata, SE, el antiguo Mons Marmorum (mejor que Mariorum) (foto 3). Aquello abrió una nueva línea de investigación, hoy muy frondosa, y también suscitó cambios en la forma de considerar la escultura hispanorromana. Se puede consultar ahora aquel artículo y su resumen en: http://uam.academia.edu/AliciaMCanto/Papers/1127996/Avances_sobre_la_explotacion_del_marmol_en_la_Espana_romana