Los arqueólogos localizan una calzada en el yacimiento de Medina Azahara.

Vía: MANUEL PLANELLES, Córdoba | El País.com. 13 de julio de 2008

El viajero tenía que quedarse pasmado. Debía sentir que estaba a punto de entrar en la capital de un poderoso estado. Así fue concebida en el siglo X la ciudad palaciega de Medina Azahara por el califa cordobés Abderramán III. Era una urbe pensada para impresionar antes incluso de franquear la muralla exterior. Los arqueólogos acaban de descubrir una enorme calzada adosada al muro sur de la antigua ciudad. Se trata de un camino decorado, de al menos nueve metros de ancho, que conectaría con las vías que llevaban hasta Córdoba, situada a unos siete kilómetros de Medina Azahara.

Es un hallazgo único que ha surgido gracias a las excavaciones arqueológicas de la Consejería de Cultura financiadas por el Gobierno central. Las obras comenzaron en abril de 2007 y finalizan el próximo 15 de julio. EL PAÍS ha recorrido la obra junto a Antonio Vallejo, director de este yacimiento cordobés, y Manuel Acién, arqueólogo y miembro del equipo que supervisa la intervención. Es la primera excavación que se realiza en Medina Azahara desde 1966.

La ciudad de Medina Azahara tenía 112 hectáreas de superficie, aunque actualmente sólo está al descubierto un 10%. Se trata de la zona noble en la que tenía su residencia el califa y se localizaba el rico salón en el que se recibía a los embajadores de otros estados. Pero, rodeando al alcázar, se levantó una urbe amurallada que está oculta bajo la tierra. Las actuales excavaciones se han centrado en la muralla sur, que tiene una longitud de 1,5 kilómetros. "Medina Azahara es el yacimiento medieval islámico más importante de Europa", sostiene Acién.

Los arqueólogos sabían donde tenían que empezar a buscar gracias a las fotografías aéreas y a las prospecciones previas en las que se observaba la existencia en un edificio importante en esa zona: una mezquita de 25 metros de largo por 18 de ancho levantada antes de la construcción de Medina Azahara en el siglo X. Actualmente, los restos del edificio se han consolidado y se puede apreciar perfectamente el patio interior del tempo. Además, se han recuperado las tejas que cubrían las tres salas interiores donde rezaban los fieles.

En aquellas prospecciones se observaba también la huella de la antigua muralla. "No se trataba de una muralla defensiva", señala Vallejo. Era una estructura pensada también para impresionar al visitante. Cada diez metros se levantaba una pequeña torre y los sillares estaban perfectamente pulidos. Sin embargo, de la muralla sólo se ha localizado el foso donde se asentaba, de unos 2,5 metros de profundidad. Todo se debe al expolio que sufrió Medina Azahara, que fue abandonada en el siglo XI. Acién y Vallejo señalan cómo, gracias a estos trabajos de excavación, se ha conseguido averiguar que el proceso de expolio empezó antes de lo que se pensaba: "Ahora sabemos que arrancó a partir del siglo XIII, a partir de la conquista cristiana". Hasta la fecha, se tenía constancia escrita de que en el siglo XV se levantó el cercano monasterio de San Jerónimo con los sillares y los ricos capiteles de Medina Azahara.

Pero lo que más ha sorprendido a los arqueólogos es el hallazgo de la enorme calzada adosada a la muralla. Este camino no se había detectado en las fotografías aéreas y prospecciones debido a que acumulaba encima gran cantidad de escombros. Ahora se ha limpiado y despejado y se puede observar perfectamente el trazado de este camino pensado para los viajeros que iban a caballo. "Era una obra de estado del califa", apunta Vallejo. "Es sin duda la mayor calzada de al-Ándalus; es espectacular", añade. En total, ya están al aire unos 175 metros de este camino gracias a los cinco cortes en los que se ha excavado.

El califa, por encima de todo

Cuenta el arqueólogo Manuel Acién cómo era normal en el mundo islámico del medievo que los gobernantes levantaran nuevas ciudades. Pero la urbe que construyó Abderramán III era distinta porque se jugó con la orografía de la zona. Medina Azahara se levantó en las faldas de Sierra Morena.

Las dependencias del califa se situaron en la parte superior y el resto de la ciudad quedaba bajo su dominio gracias a un sistema de terrazas. "Debajo de él estaba todo, la vivienda de su hijo e, incluso, las mezquitas", señala Acién. Esta rica urbe medieval tenía incluso un jardín botánico y un zoológico.

En los trabajos arqueológicos se han descubierto elementos que sirven para conocer la vida de las zonas menos ricas de Medina Azahara. Se han encontrado junto a la muralla sur varias estructuras de viviendas de la época en las que se conservan, por ejemplo, antiguas letrinas. Además, también se ha localizado una canalización subterránea de saneamiento que servía para conducir fuera de la ciudad el agua.

Gracias a esta intervención arqueológica se ha conseguido averiguar que Medina Azahara no sólo contaba con una gran puerta de entrada, ya que se ha hallado otra más modesta en la muralla sur. Aunque las excavaciones terminan el próximo 15 de julio, el trabajo no acaba aquí.

Los investigadores tienen que analizar e interpretar ahora todo lo que han encontrado. Se trata de centenares de piezas de cerámica, tornillos o semillas.