Lo que hizo Hiram Bingham a principios del siglo XX, llevando piezas arqueológicas de Perú, con pretexto de estudaiarlas científicamente, es en realidad práctica de muchos estudiosos y arqueólogos que deberían ser investigados.Es curioso: el museo que dirije y potrocina el arql Crhistopher Donnan en la UCLA Los Angeles, California, se ha ido conviertiendo paulatinamente en la colección mas completa de arte Moche en el mundo; y es curioso, digo, por no decir sospéchoso, que precisamente el arqueólogo norteamericano-connacional y colega de Bingham, excava única y exclusivamente tumbas de la cultura mochica desde hace mas de tres décadas.Conocí a Donnan y lo acompañé en un recorrido de exploración en los arenales de Tambo Real en Batán Grande por el año 1982.En realidad muchas piezas son sacadas del país para someterlas a estudio...pero muchas no regresan y otras son materia de ser reemplazadas por réplicas, como se ha constatado con valiosas piezas desaparecidas del Museo del Oro de don Miguel Mujica Gallo, que enriqueció su colección famosa comprando ajuares completos provenientes de las "huacas" de Batán Grande, a los hijos de don Juan Aurich Pastor, es decir, el clan Aurich Bonilla que excavaron desde los años cincuenta los cementerios prehispánicos ubicados, principalmente, enm el denso bosque del hoy Santuario Histórico de Pomach.Otro caso que debe de ser observado e investigado es el de Izumi Shimada.Es sorprendente observar que casi todas las vitrinas del Museo Nacional Sicán que se ubica en Ferreñafe, son piezas réplicas.El motivo de la construcción de un museo se supone, es precisamente exhibir las mejores piezas u objetos, en este caso, de la tecnología Sicán (ca.750-800 d.C), aunque éste museo mas parece ser un monumento al ego del Sr Shimada, pues, no se cita en texto de vitrina alguna,a los investigadores que estudiaron los contextos de ésta tradición cultural antes de la llegada de Izumi Shimada en 1978 (vale citar a : Rafael Larco, Jorge Zevallos, Asborn Pedersen, R5ichard Schaedel, Paul Kosok, Jorge Rondónetc,etc). He sido implacable denunciante de éste hecho, pero, el museo sigue igual.Opino que así como se reclama nuestro patrimonio de Yale University, tambien debería de repatriarse la hermosa colección de manuscritos coloniales del Museo Etnográfico de Hamburgo que llevó y vendió Hans Henrich Bruning Broostedt por los años veinte.También es patrimonio peruano y de todos los peruanos.Ni que decir del Archivo de Sevilla, hasta donde hay que ir para investigar la historia colonial andina.Estoy convencido que, a juzgar por los arqueólogos peruanos Ruth Shady y Daniel Morales Chocano(colecc.Milla Batres:1998, tomo I), muchos arqueólogos extranjeros viven y se enriquecen utilizando de varias maneras nuestras riquezas arqueológicas, a saber: con exhibiciones internacionales con patrocinio de grupos como la Tokio Broadcasting System-TBS- que saca patrimonio batangrandino cuando se les dá la gana sin reportar ningún beneficio económico para el pueblo de Batán Grande, epicentro de las excavaciones de donde salió el material que exhiben.El ejemplo de Huaca Rajada-Sipán-tambien es escandaloso.Algunos arqueólogos se enriquecen, publicando y vendiendo sus costosos libros que no son accesibles a la población, otros han hecho lobys de negocios fabricando réplicas y hasta han inscrito como propiedad intelectual ciertos nombres topónimos, pero no respetan la propiedad intelectual de otros investigadores.El caso del Templo de Collud-Zarpán-que hasta el nombre me pertenece conforme lo he demostrado-es patético. Insto a la comunidad científica y cultural del mundo debe de apoyar la repatriación de nuestro patrimonio arqueológico y cultural peruano.