Las excavaciones que el Servicio de Arqueología de la Diputación Provincial de Valencia está realizando en la ciudad ibérica de Carmoxen han encontrado las primeras muestras de la trama urbana de este asentamiento, han informado fuentes de la corporación provincial.
La ciudad, que se extiende por la ladera meridional de la Sierra de Enguera en el Valle del Cáñoles, paraje conocido como Garmoixent o Gramogente en la actualidad, ocupa una superficie de algo más de cien mil metros cuadrados.
Junto con su cementerio (necrópolis), en el Corral de Saus, Carmoxen constituye uno de los conjuntos más completos y espectaculares del mundo ibérico.
Situada en la cabecera del Río Cáñoles, el paso más idóneo desde el Mediterráneo al centro peninsular y a Andalucía, forma conjunto con otras dos ciudades inmediatas, la Mola Torró o Santo Domingo y el Frare.
Desde principios de siglo es conocido este paraje por haberse encontrado en él uno de los más famosos tesoros de plata de época bárquida y, desde principios de los años setenta por las esculturas en piedra de época orientalizante, siglos VI y V antes de Cristo.
En esta necrópolis se enterraron los más pudientes habitantes del Castellaret, de ahí el interés de la Diputación por adquirir el poblado y la necrópolis por ser uno de los conjuntos más importantes del mundo ibérico.
El Castellaret ha sufrido graves alteraciones tras dos mil años de abandono y transformación en terrazas de cultivo, por ello las excavaciones ofrecen muchos inconvenientes a la hora de identificar lo que corresponde a hormas de los campos o a muros ibéricos, siendo las excavaciones labor imprescindible para su delimitación.
La excavación en profundidad y en extensión ha permitido recoger en los últimos años ingentes cantidades de cerámica ibérica y de importación griega desde el siglo VI al I antes de Cristo.
En la campaña de 2012 se ha encontrado ya en Carmoxen el primer recinto murado, con tres lienzos de piedra en seco en el primer nivel, uno de los cuales forma medianera con un segundo recinto, con más de un metro de alzada el zócalo. El resto se levantaba hasta la techumbre con adobes, con restos claros de los mismos. Se ha datado en el siglo III-II antes de Cristo.
Un tercer nivel contiene una nueva trama urbana datada provisionalmente en los siglos IV y V. Dos ánforas de adscripción greco-púnicas, más cerámicas ática de figuras rojas y negras remiten a los siglos IV y V.