Sodoma y Gomorra son dos ciudades mencionadas en la Biblia que han alcanzado la categoría de mitos. ¿Existieron? ¿Dónde estaban? ¿Qué les sucedió?
Casi todas las obras de consulta y mapas sitúan a estas dos ciudades en la orilla oriental del sur del mar Muerto, y lo cierto es que en toda esa zona sí se han encontrado restos de antiguas poblaciones humanas, también se han fotografiado troncos de árboles secos surgiendo de las saladas aguas del mar, así que en esa región una vez hubo vegetación y vida pero ahora es un desierto absoluto.
Tradicionalmente y desde hace mucho siempre se ha dicho que las bíblicas ciudades estaban en esa región, pero no todos los investigadores piensan del mismo modo. De hecho, ahora mismo, arqueólogos británicos están realizando excavaciones en un lugar muy distinto del tradicional, en el norte del mar Muerto, y lo que han encontrado resulta sorprendente y enigmático.
Pero si hemos de dejarnos guiar por el registro bíblico en cuanto a la localización de Sodoma y las otras ciudades, es imprescindible que antes establezcamos en qué lugar se encontraban Abrahán y su sobrino Lot en el instante en que ambos deciden separarse, pues es a partir de aquí que Lot se fija en Sodoma.
Dice el registro histórico de los antiguos hebreos, que Abrahán y todo su campamento entre los cuales estaba Lot y sus rebaños abandonaron Egipto después de una feroz hambruna, atravesaron hacia el norte el desierto del Négueb y llegaron a Beerseba en dónde descansaron unos días. Hacia su derecha, hacia oriente, estaba el sur del mar Muerto. Levantaron el campamento y llegaron hasta Hebrón en dónde también hicieron acampada, poco más tarde prosiguieron su camino hacia el norte y llegaron a Betel en dónde volvieron a acampar. Betel es un lugar que pertenece al sistema de oasis de Jericó, y Jericó se encuentra en la orilla occidental del río Jordán y al norte del mar Muerto. Pues fue en Betel en dónde Lot se puso a mirar hacia dónde marcharía él con su familia y con sus rebaños, y ¿hacia dónde miró Lot?
Desde Betel hasta la tradicional ubicación de Sodoma hay unos ochenta km. de distancia. Hay que tener en cuenta que por en medio había colinas más altas y más pequeñas, que Lot estaba en el norte de la zona occidental del mar Muerto y que la supuesta localización tradicional de Sodoma estaba en la orilla oriental del mar Muerto, y así y todo Lot precisó que el lugar elegido por él para ir a vivir estaba muy bien regado y que era como un jardín, ¿hizo Lot eso mirando a una distancia de unos ochenta km.? Para conseguir tal proeza Lot hubiera necesitado tener una vista de águila, y evidentemente ese no era el caso. No, Lot tuvo que mirar a un lugar mucho más cercano a Betel, que es en dónde él estaba. Además, el registro bíblico dice que Lot miró y vio todo el distrito del Jordán y le pareció bueno para ir a vivir, en ese lugar debía de estar la ciudad de Sodoma. Todos sabemos que el río Jordán acaba o muere en el norte del mar Muerto, y que en el sur del mar Muerto ya no hay ningún río ni nada que se le parezca, por lo tanto solo es el territorio del norte del mar Muerto al que se le puede describir con toda propiedad “distrito del Jordán”.
Pues bien, como antes decía, actualmente arqueólogos británicos dirigidos por el profesor Steven Collins están realizando excavaciones en la zona oriental del río Jordán, al norte del mar Muerto, en un lugar llamado Tell el-Hammam. Desde este lugar de excavaciones en la orilla oriental del Jordán hasta Betel, que está al otro lado, en la orilla occidental del río, hay más o menos unos 20 km. de distancia, y a esta distancia todavía hoy se puede apreciar perfectamente que todo el terreno que rodea a Tall el-Hammam es bien frondoso y hay muchos campos de cultivo, de lo cual se puede deducir que el lugar está bien regado, que es la misma conclusión a la que llegó Lot allá por el siglo XIX antes de Cristo.
El profesor Steven Collins ya ha excavado varias zanjas en el lugar, él no dice que aquello sea Sodoma, pero está trabajando en este lugar que está muy próximo al monte Nebo, que es en dónde murió y fue enterrado Moisés, el arqueólogo está guiándose por el relato de una viajera peregrina del siglo IV llamada Etheria que viajó por estas tierras. Esta mujer, desde lo alto del monte Nebo, dijo que podía ver perfectamente la tierra de los sodomitas abajo, al pie del monte, de modo que el profesor lleva ya varias campañas de trabajo en Tall el-Hammam. ¿Qué es lo que este arqueólogo ha descubierto? Pues que las casas sufrieron una gran quema por un fuego muy potente, entre los escombros se encuentran abundantes restos humanos, los habitantes de esta ciudad murieron dentro de sus casas. Algo que está indicando la potencia del fuego que aquí hubo alguna vez es un trozo de loza vidriado, un trozo de cerámica que perteneció a alguna ánfora o recipiente de barro, pero que el intenso calor que se produjo lo vidrió. Tal potencia de fuego para vidriar una ánfora de barro solo se consiguió en el siglo XIX de nuestra era, de modo que ¿qué clase de fuego fue el que consumió a toda esta ciudad? Uno de los colaboradores del profesor Steven que vio y tocó este trozo de cerámica vidriada, consiguió otro trozo de cerámica o piedra vidriada exactamente igual al trozo extraído de Tall el-Hammam, y cuando dijo de dónde lo habían conseguido el asombro fue mayúsculo: el segundo trozo vidriado procedía de la zona cero, en Álamo Gordo, dónde los norteamericanos habían realizado una de sus pruebas nucleares. ¿Fuego nuclear en Tall el-Hammam en algún momento del siglo XIX antes de Cristo? La cosa es de locos, ¿pero qué pueden significar los restos que se van encontrando en el lugar de excavaciones si no? El mismo profesor Steven Collins se muestra un poco confuso, no sabe en qué pensar. Estamos a la espera de nuevos descubrimientos y nuevas conclusiones, pero podría ser que tuviéramos que buscar un nuevo y definitivo emplazamiento para la bíblica ciudad de Sodoma.

Luis Marcos Núñez