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Permalink Responder para Alicia M. Canto el diciembre 29, 2013 a las 4:28pm

Pues, ya que ando por aquí, le contestaré yo misma con mucho gusto.

En efecto, Adolf Schulten, por razones complejas de su carrera profesional y de su peculiar carácter, enseguida vio en España, casi desierta por entonces (fines del XIX y primer cuarto del XX) de estudios históricos sobre la Antigüedad a nivel europeo, una buena ocasión para obtener grandes éxitos.

De esa forma, se atribuyó en la práctica "el descubrimiento" de Numancia, aunque ya lo había sido por españoles, o dio una enorme importancia a sus exploraciones en busca de Tartessos (en las que el destino, en cambio, le castigó). No obstante, como bien se dice aquí, "durante décadas todas sus obras, sus puntos de vista y sus opiniones tuvieron...  un enorme peso en la Historia Antigua y en la Arqueología españolas, y muchos autores siguen citándole con reverencia".

En este marco Schulten dio por ciertas cosas que venían en los textos antiguos, pero que no eran nada seguras, y la gente le creyó, como en casi todo. Eso explica, por ejemplo, el caso de Corocotta, al que convirtió en un héroe nacional frente a Roma, en plenas guerras cántabras.

Lo que ocurre es que, cuando (porque el fenómeno Schulten me interesaba) en 2004 y 2005 revisé el famoso texto de Dión Casio, me di cuenta de que en su griego no venía tal "bandolero español", sino "un ladrón en Hispania". De que eso encajaba mejor con los hechos ciertos de que el tal Corocotta no era citado por el propio Dión Casio en el curso de las guerras, sino, ya muerto Augusto, para resaltar su clemencia. Y de que su conducta en realidad tampoco respondía para nada a lo esperable de un verdadero héroe. Nada de ello pude encontrar en autores anteriores (pues una dificultad añadida era que el texto de Casio estaba en griego). Pero, en fin, como dice Ud. que vio mis aportaciones en Celtiberia.net, no me paro más en esto.

¿Qué se sabe más, pregunta? Pues por razones personales, este trabajo y otros, en su versión científica, no he podido terminarlo aún, aunque está muy avanzado. Pero casi todos mis argumentos estaban ya expuestos a la lectura general, pues Celtiberia fue sin duda el portal temático más visitado hasta su cierre en 2008. Así que, como me temía que podía ocurrir, entre julio y octubre de 2008 me encontré con una serie de noticias según las cuales algunos colegas de la Universidad de Cantabría, en un libro general, casualmente habían "descubierto" lo mismo que yo (sólo que sin argumentarlo debidamente): José Ramón Aja Sánchez, Miguel Cisneros Cunchillos y José Luis Ramírez Sádaba, Los cántabros en la Antigüedad: la historia frente al mito, Ed. Universidad de Cantabria, 2008.

La presentación de este libro a la prensa fue muy notoria, con titulares como:

"La Universidad de Cantabria desmonta los mitos de los cántabros y sus héroes",

"La falsa leyenda de Corocotta",

"Investigadores de la UC desmontan mitos sobre los cantabros", o

"Laro y Corocota: del mito a la historia" (directamente por uno de los autores de la divina "inspiración").

Imagínese mi (relativa) sorpresa... Como por desgracia es lo habitual en estos casos (y hasta es la regla o "prueba del nueve"), aunque sería de una mínima decencia científica, en ningún momento, ni en el libro ni ante la prensa, se citó mi autoría o precedencia en nada de todo ello. Aunque era evidente (para quien sepa algo del tema) que, antes de 2004 (desde “Corocotta y Adolf Schulten”, 7-2-2004) y 2005 (en mi post sobre "El testamento del cerdito Corocotta") y por supuesto antes de 2008, nadie había dicho o publicado nada de que Dión Casio estaba mal traducido, de que la cita de Corocotta no tenía la menor relación con las guerras cántabras, que podía ser un simple ladrón descarado, no cántabro, o de que la culpa era de Schulten. El único historiador español, del alemán para acá, que se acercó, aunque sin profundizar, fue G. Chic en 1998.

Pero no: A pesar de todo el historial que hay (y se conserva, por fortuna) en Celtiberia (sólo he citado un par de enlaces), para los tres autores, en una referencia perdida en la pág. 62 (está en Google Books) yo sólo me habría limitado a defender el posible origen norteafricano del nombre Corocotta. Tal cual.

Y es que muchas veces en España "así se escribe la historia": aprovechándose del esfuerzo de otros y sin mencionarles. Un viejo maestro me dijo una vez que la regla de oro de todo "copista" (llamémosle así) es no citar a su fuente, en la confianza de que ésta no llegará a ser conocida, o se acabará perdiendo y confundiendo. Y la verdad es que es algo muy cierto. Menos mal que con Internet van quedando rastros más accesibles para todo el que quiere de verdad comprobar algo.

Pero lleguemos a la conclusión, que es lo Ud. pregunta: Tras todo este ciertamente sórdido y triste relato (cuyos extremos, sin embargo, hago comprobables con sus enlaces), parece quedar clara una cosa: Que mis propuestas sobre el no-cántabro, no-héroe Corocotta y lo demás eran válidas, ya que en 2008 fueron tan "calurosamente secundadas", aunque fuera "tácitamente", por los expertos de la propia Universidad de Cantabria, que hasta las presentaron en presencia y con el apoyo de su Rector.

Sigo pendiente de terminar mi artículo científico, espero que ya pronto. En él haré referencia, como es lógico, a todo esto. Y daré unos cuantos argumentos más. Que, por suerte (porque algo se aprende tras tantas experiencias similares), en su momento me reservé. 

Lamento haber sido algo prolija, pero, como puede ver, es un tema delicado, y delicadamente conviene precisar los detalles, por si acaso. De hecho, acabo de recordar que, tras un comentario sobre éste y otro tema aquí, en noviembre de 2008, uno de los autores me acusó privadamente de lanzarle "insidias". ¡Encima! Le contesté cumplidamente, claro. Espero ahora no tener que volver a hacerlo.

Un saludo de Fin de Año, para Ud. y para todos.

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Permalink Responder para Vorena Metella el diciembre 29, 2013 a las 8:56pm

Estimada Profesora Dra. Alicia M. Canto

Muchas gracias por la rapidez en su respuesta y por lo claro de sus explicaciones acerca de la cuestión sobre el origen de Corocotta  y decirle que estaré atenta a la publicación su artículo sobre el tema. He decirle que entiendo perfectamente   que no pueda dar más datos hasta que concluya sus investigaciones.

Por lo demás que cuenta de sus colegas cántabros, me parece una falta de ética profesional y académica el no argumentar sus conclusiones y una ruindad  citarla a usted de una manera meramente residual.

Le reitero las gracias y le deseo una feliz entrada de año.

Sandra Gálvez estudiante del Grado de Historia.

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Permalink Responder para Alicia M. Canto el diciembre 30, 2013 a las 10:16am

De nada, fue un placer, especialmente tratándose de una estudiante, y además con inquietudes ;-) Y gracias por su evaluación del aspecto profesional del asunto, de más valor por carecer Ud. de interés personal en ello. Saludos de nuevo.

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