Reconstrucción de la pequeña mujer de Flores (LB1).
Por Elisabeth Daynès. (©2009, S. Plailly/E. Daynès—Reconstruction A...
Vía:
europa press / 19 de noviembre de 2009
Investigadores del
Stony Brook University Medical Center de Nueva York han confirmado que el
'Homo Floresienses' es una genuina antigua especie humana y no descendientes de seres humanos con buena salud reducidos en su tamaño por efecto de las enfermedades.
Utilizando análisis estadísticos de restos óseos de una hembra bien conservada, los investigadores han determinado que los
''hobbit" son una especie diferenciada y no una versión genéticamente defectuosa de los humanos modernos.
Detalles de este estudio aparecen en el
número de diciembre de 'Significance', la revista de la Royal Statistical Society.
En 2003, científicos australianos e indonesios descubrieron restos de homínidos de pequeño porte y capacidad cerebral en la remota isla de Flores, en el archipiélago indonesio. El descubrimiento del
Homo Floresiensis ha sembrado el debate ya que algunos científicos han argumentado que estas pequeñas criaturas eran en realidad pequeños humanos modernos, cuyo escaso porte era el resultado de una enfermedad llamada microcefalia.
Los investigadores
William Junger y
Karen Baab, han estudiado los restos óseos de una hembra, denominada
'pequeña dama de Flores' (LB1) para confirmar la senda evolutiva de esta especie de hobbit. El especimen estaba completo e incluía el cráneo, la mandíbula, brazos, piernas, manos y pies y proporcionó a los investigadores información integral.
La capacidad craneal de LB1 era de 400 centímetros cúbicos, más parecida a la de un chimpance o un primate del Este o el sur de África. El cráneo y la mandíbula eran sin embargo mucho más parecidas a las de un humano moderno. El análisis estadístico de las placas del cráneo mostró que los humanos modernos corresponden a un grupo, los enfermos de microcefalia a otro, y estos seres de Flores a un tercero.
Debido a que el fósil estaba casi completo, los científicos fueron capaces de reconstruir un diseño corpóreo que tampoco correspondía al de un humano moderno. Los huesos del muslo y la espinilla eran mucho más cortos que los de los humanos modernos, incluidos los pigmeos de Äfrica del Sur y de Filipinas.
Algunos investigadores han conlcuido que estos seres puede responder a una reversión evolutiva.
"Es difícil creer que un cambio evolutivo se produjera para dar lugar a peores movimientos", explicó el doctor Jungers.
"Tiene poco sentido que esta especie evolucionara con piernas más cortas porque los miembros inferiores más largos mejoran el movimiento bípedo", dijo.
Otros análisis de los restos revelaron que LB1 medía aproximadamente 1,06 metros, más pequeño que los modernos pigmeos, cuyos adultos alcanzan el 1,50. Este dato también echa por tierra la hipótesis de que la microcefalia fuera la causa de la escasa talla de estos seres, que tenían una anatomía única.
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Bueno, está visto que cada vez son más los estudios que confirman que el
Homo floresiensis es una especie diferenciada. El problema, en este sentido, se aclara. Lo cual implica, por otra parte, que se torna más complejo explicar el origen de la misma, y cuya última teoría al respecto (su posible origen africano) la habíamos reseñado en el reciente post
"El pequeño gran hombre de Flores".