Red social de Arqueologos e Historiadores
Presentación de la investigación./ Rosa Blanco
Fuente: segoviaudaz.es | 27 de junio de 2013
Los estudios arqueológicos en la denominada como zona del ‘Abrigo del Molino’ en el valle del Eresma constaron la existencia de neandertales en la provincia segoviana refutando las tesis que fechaban la primeras ocupaciones humanas en Segovia hace 4.500 años y extendiéndolas en el tiempo hasta 50.000 años.
El estudio de los restos encontrados pertenecientes a herramientas y a mamíferos como caballos o conejos remontaron la existencia humana en la provincia no en el Calcolítico, como se creía hasta ahora, sino miles de años atrás y en la zona conocida como ‘Senda del Cretácico’.
El descubrimiento en abril de 2012 de un yacimiento cercano al ‘Molino de los Señores’ junto a la capital ofreció la posibilidad a los arqueólogos David Álvarez, María de Andrés y Julio Rojo junto al geólogo Andrés Díez, de constatar la datación del yacimiento a través de la técnica Optically Stimulated Luminescence (OSL) en un laboratorio de Dinamarca.
Los arqueólogos María de Andrés, David Álvarez y Julio Rojo, ayer, ante el abrigo colmatado cercano al Molino de los Señores en los que han descubierto evidencias de poblamiento humano. / Foto: Juan Martín
“Este descubrimiento ha sacudido los cimientos de la historia de Segovia”, explicaron los arqueólogos para subrayar la idoneidad de la zona para la ocupación humana debido a la existencia de refugios naturales y recursos como el río. Allí fue donde encontraron piezas de sílex, material tradicional del hombre neandertal con el que fabricaron sus herramientas según su propia técnica. “Lo importante no son los hallazgos, sino la repercusión para poder conocer datos de fauna y paleoambiente”, incidió De Andrés para explicar que ofrecerán la posibilidad de entender el contexto en el que vivían los neandertales.
Una vez encontrados los útiles líticos y restos óseos en el transcurso de las obras de apertura de un camino en la zona, los profesionales comunicaron el hallazgo al arqueólogo territorial de la Junta, Luciano Municio y al Ayuntamiento de Segovia para que fuera concedido un permiso de actuación. Tras obtener los resultados, los arqueólogos incidieron en su importancia además para el estudio de de los neandertales en el interior de la Península Ibérica.
Durante el próximo mes continuarán desarrollándose investigaciones para confirmar la importancia del hallazgo y sentar las bases de otra investigación, como explicó Álvarez. Además, subrayaron la importancia de continuar con la misma a pesar de los momentos de dificultad económica porque “creemos que la búsqueda del conocimiento no debe paralizarse por las dificultades económicas”, y para ello apelaron a la colaboración como “suma de todos”.
Para emprender esta “aventura arqueológica”, se conformó un equipo de investigación integrado por distintos especialistas, doctores en diferentes disciplinas relacionadas con el Paleolítico y el estudio de los neandertales, con el objetivo de asegurar el correcto desarrollo de las investigaciones, así como su difusión por distintos medios.
y para ofrecer a Segovia “un importante salto en el panorama científico internacional”.
En este sentido aseguraron que los trabajos sobre el ‘Abrigo del Molino’ serán presentados en congresos y publicaciones a nivel europeo, en donde se incidirá en la labor de las entidades participantes, “sin los cuales la excavación de este yacimiento no sería posible”.
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El ‘Abrigo del Molino’ fue ocupado por neandertales de forma prolongada
Fuente: eladelantado.com | Guillermo Herrero | 25 de julio de 2013
En sus caras se ve satisfacción. Cuando, a principios de julio, comenzaron a excavar el ‘Abrigo del Molino’ ya sabían con certeza que allí había habido presencia humana, de neandertales. Cuatro semanas después, los directores de la campaña arqueológica saben algo más de este yacimiento. Mucho más. “En el Abrigo del Molino hubo una ocupación prolongada por parte de grupos neandertales”, revela David Álvarez, a modo de balance. Esta “ocupación prolongada” no quiere decir que aquellos humanos prehistóricos utilizaran de forma permanente la covacha, sino que lo hicieron periódicamente, durante un lapso de tiempo amplio, aún sin determinar.
Los investigadores tenían, antes de iniciar la excavación, una fecha de la antigüedad del yacimiento, 60.000 años, gracias a una muestra tomada en el Abrigo del Molino y después analizada por la técnica de OSL (Optically Stimulated Luminiscence) en un laboratorio de Dinamarca. Pues bien, los trabajos realizados este mes han permitido constatar la existencia de niveles arqueológicos por encima y por debajo de donde se tomó esa muestra, lo que significa que la ocupación humana no se ciñe a un momento puntual. “Se podría decir que el Abrigo del Molino fue un sitio bastante frecuentado durante el Paleolítico Medio, en distintos momentos a lo largo de mucho tiempo”, explica Álvarez.
Para intentar acotar la ocupación del yacimiento, los arqueólogos han tomado muestras en el primer y el último nivel arqueológico con presencia de material neandertal. El mismo laboratorio de Dinamarca datará ahora esos niveles. A la espera de conocer los resultados concretos, los investigadores no albergan dudas de que se confirmará la existencia de diversas fases de ocupación.
Un mes de estudio de la covacha también ha permitido descubrir que el Abrigo del Molino tuvo una superficie mucho más amplia que la actual. Al menos 50 metros cuadrados fueron destruidos por una excavadora durante las obras de instalación de un colector. “Es una lástima que aquella actuación arrasara una parte importante del yacimiento —indica Álvarez—; esperemos que lo que se ha salvado pueda proporcionarnos la información necesaria para conocer a sus pobladores”. Aunque los directores de la excavación reconocen que todavía no saben las dimensiones exactas de yacimiento, uno de los sondeos llevados a cabo en los últimos días confirma que la covacha tiene más de tres metros de profundidad.
El material lítico y fauna hallado por los arqueólogos ha sido “abundante”. Aparecen piedras recogidas en el entorno más inmediato, en el lecho del río Eresma (cuarzo o pórfidos), y otras procedentes de lugares lejanos (sílex o jaspe). Álvarez sostiene que este hecho revela patrones de movimiento de los neandertales. “Conocían lo suficiente el entorno como para saber dónde estaban las materias primas líticas”, defiende, insistiendo a renglón seguido que el material recogido demuestra que “no estaban en el Abrigo del Molino por una casualidad”.
En cuanto a los restos de fauna encontrados, el zooarqueólogo Julio Rojo asegura que las piezas desenterradas son similares a las de yacimientos del entorno (cueva del Búho y de la Zarzamora, en el valle de Tejadilla). Así, se pueden ver huesos de ciervos, de caballos, de conejos… Pero, a su juicio, lo más interesante es “el elevado porcentaje de huesos aparecidos con marcas de origen antrópico”. Un buen número presenta golpes o cortes que son, indiscutiblemente, obra de humanos. A ese respecto, Rojo es capaz de ofrecer una lección magistral diferenciando la fractura de un hueso realizada por un humano —con la intención de extraer el tuétano— de la que es capaz de realizar otro animal carnívoro.
De momento, lo que en el Abrigo del Molino todavía no se han descubierto han sido huesos de sus primitivos pobladores. “No hemos identificado ningún resto humano, lo que no significa que no pueda haber en el yacimiento”, advierte Rojo.
Siguiendo las tendencias de la arqueología, una ciencia que en los últimos años se ha tecnificado sobremanera, los directores del Abrigo del Molino han aprovechado el último mes para tomar muestras que, analizadas en laboratorio, permitan ofrecer datos que visualicen la vida en la covacha. De esta forma, se estudiarán los micromamíferos que utilizaron el Abrigo del Molino como lugar de refugio. El geólogo Andrés Díez, codirector de las excavaciones, se está encargando de hacer un estudio de sedimentología. Y, esta misma semana, acudirá María José Iriarte, investigadora de la Universidad del País Vasco, para recoger muestras de polen que posibiliten reconstruir el medio ambiente del valle del Eresma en el Paleolítico Medio.
De cara al próximo año, los cuatro codirectores no ponen en duda la continuidad de la excavación, dado el “enorme interés” de los descubrimientos del último mes. “Segovia —insistía ayer María de Andrés— tiene la suerte de ser la única ciudad Patrimonio de la Humanidad con un yacimiento musteriense [industria del Paleolítico Medio]; en España no hay ninguna ciudad que tenga en su entorno un yacimiento de estas características”. “Es -sentenciaba la arqueóloga segoviana— un yacimiento excepcional”.
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