Foto: Cueva y Abrigo de Benzú
Juan Jesús Cantillo y el equipo investigador de la UCA demuestran científicamente que la explotación de recursos marinos comenzó en torno a 150.000 años antes.
El equipo investigador de la
Cueva y Abrigo de Benzú acaba de publicar su segunda tesis sobre el trabajo que se lleva a cabo en este yacimiento. Gracias a la beca ofrecida durante los tres últimos años por el Instituto de Estudios Ceutíes (IEC),
Juan Jesús Cantillo acaba de defender la tesis que, basada en un estudio sobre el yacimiento de Benzú,
desmonta un paradigma sobre la evolución humana que decía que la explotación de los recursos marinos comenzó hace 100.000 años. Cantillo y los moluscos que ha estudiado en Benzú prueban que fue mucho antes, con un marco de casi 150.000 años de diferencia. El estudio de la Cueva y el Abrigo de Benzú sigue desvelando novedades significativas sobre los pobladores de esta zona norteafricana cientos de miles de años atrás. La segunda tesis doctoral surgida de la misma y defendida hace escasos días por Jesús Cantillo, acaba de plantar sobre la mesa un nuevo debate con el que se echa abajo el paradigma de la
‘Human Revolution’, una teoría asentada que básicamente venía a explicar que los humanos no habían iniciado la explotación de los recursos marinos antes de 100.000 años atrás. Con la presentación de su tesis doctoral, Jesús Cantillo y el equipo investigador de la Universidad de Cádiz sobre el yacimiento prehistórico de Benzú acaban de documentar científicamente que esto ya existía 150.000 años antes, en torno a los 250.000, en el Pleistoceno Medio.
La tesis
‘Análisis arqueomalacológico del abrigo y cueva de Benzú, Ceuta. El aprovechamiento de los recursos acuáticos por sociedades prehistóricas en la región histórica del Estrecho de Gibraltar’ ha sido dirigida por
Pepe Ramos Muñoz y
Milagrosa Soriguer, ambos titulares de la UCA, y se ha llevado a cabo gracias al apoyo económico del Instituto de Estudios Ceutíes, que otorgó una beca de investigación a Cantillo y sin cuya aportación
“este estudio no habría sido posible”. Cantillo sintetiza el trabajo que ha llevado a cabo en diversas campañas en el yacimiento de Benzú, durante los últimos tres años.
“En los niveles basales del abrigo también han aparecido restos de moluscos, cuyo análisis taxonómico indica que estas conchas habían sido expuestas al fuego”, explica.
Para el autor de la tesis, llegar a las conclusiones que han podido demostrar supone una gran satisfacción, “teníamos datos sobre la mesa que sugerían esta hipótesis, nosotros la hemos convertido en tesis con una base científica sólida. Pero por el argumento que desmonta esto va a generar debates”, comenta.
Colaboración con York
Tal y como explica, aunque la tesis fue defendida a principios de diciembre, ya se han establecido alianzas para avanzar en estudios coordinados sobre la materia con la Universida de York (Inglaterra) y la Universidad de Cantabria. “Queremos seguir profundizando sobre toda la información que puede ofrecer el componente malacológico. ¿Lo recogían solo para consumirlo, o también como herramienta?”, se pregunta. Según explica, hay especies de moluscos que se recolectaban también para otros usos, y es algo que se puede ver en el yacimiento de Benzú.
Imagen: Adolfo Arranz/ELMUNDO Topografía De todas las especies estudiadas, cerca de un 99% son lapas. Pero no un tipo de lapas iguales a las de la actualidad, sino mayores en tamaño.
“Esto nos proporciona muchos datos sobre paleontopografía, nos habla del hábitat en el que debió predominar el acantilado y el roquedal, contrastando con el tipo de moluscos que se encuentran en la misma época en la costa de Cádiz, donde hay más almejas que habitan en terrenos arenosos”. Mientras el IEC prepara la próxima publicación de las conclusiones a las que Cantillo ha llegado con sus tesis, el debate sigue abierto y siguen surgiendo los interrogantes.
“Aunque tengamos una base científica sólida que prueba que se utilizaron este tipo de técnicas antes de lo que hasta ahora se había documentado, nunca se ha querido ver más allá de lo que se quería ver”. “Hay mucha ideología de por medio, pero no hay evidencia. Al 'Homo sapiens sapiens' siempre se le ha querido ver como el gran avance de la Humanidad”, dice Cantillo. Pero al margen de que se tratara del
Homo sapiens o del neandertal quien utilizó estos moluscos (todavía no se ha encontrado ninguna evidencia ósea que demuestre que un neandertal habitó el Abrigo, aunque sí se han encontrado piezas con técnicas de elaborar herramientas (izquierda: punta de lanza) que utilizaba al otro lado del Estrecho), Castillo defiende que hay cuestiones que se pueden seguir investigando, con independencia de quién las puso en marcha.
El trabajo de Juan Jesús Cantillo, José Ramos, Milagros Soriguer y Darío Bernal titulado ‘
Evidencias de explicación de recursos marinos en la orilla norteafricana del Estrecho de Gibraltar por sociedades del Pleistoceno en el Abrigo de Benzú (Ceuta)’, se presentó en la reunión científica
'Arqueomalacología de la península ibérica', celebrada durante dos días en la Universidad de Cádiz. Según explicó Ramos recientemente esta es la tercera reunión científica de este ámbito donde el Abrigo de Benzú despierta interés en relación a la explotación de recursos marinos en la zona del Estrecho.
Fuente:
El Pueblo de Ceuta | Cristina Rojo | 16 de diciembre de 2012
Posts de Terrae Antiqvae relacionados: