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Una mujer contempla la estela ubicada en el Museo Arqueológico de Montoro (Córdoba). Los expertos la califican como la principal de Europa Occidental.
La estela de Montoro, una losa con un código inscrito descubierta en la localidad de ese nombre próxima a Córdoba (Andalucía, España) en 2002, aún supone un misterio para los arqueólogos.
Hasta el momento, los investigadores identificaban sus glifos como imágenes abstractas que también contenían elementos en griego, íbero y cananeo, pero nunca han logrado descifrar esa mezcla.
Sin embargo, un equipo científico encabezado por la Universidad de Sevilla ha empleado "caracterización química, imágenes digitales y análisis litológico y epigráfico" para revelar algunos detalles que podrían arrojar luz sobre esta reliquia o, por lo menos, ofrecer una hipotesis al respecto.
Así, estos especialistas han establecido que la piedra pertenece a la Edad de Hierro y fue elaborada entre los siglos IX y III a. C., algo que indicaría que los autores de los símbolos intrincados eran analfabetos y solo podrían dibujar lo que veían.
Este "enfoque multifacético" ha permitido acotar que el objeto de estudio "es fruto de las primeras interacciones entre las sociedades letradas mediterráneas del Bronce Final y la Edad de Hierro con las sociedades analfabetas íberas".
Y es que, según David Wheatley, de la Universidad de Southampton, esta estela "es la más monumental de la Edad del Hierro de la Península, y posiblemente de Europa Occidental", tal y como se recoge en las conclusiones del trabajo técnico y arqueológico.
Leonardo García Sanjuán, miembro de la Universidad de Sevilla, detalló que «la estela está hecha de piedra local con signos de orígenes diversos y parece que no fue utilizada para formar un texto comprensible».
En este sentido, "no evidencia pigmentos, ni erosión ni líquenes", ya que, continuó, "estuvo protegida en un edificio o enterrada desde su manufactura", lo que ha permitido su excelente estado de conservación, que ya puede comprobarse en las instalaciones del Museo montoreño.
En su contexto paisajístico, "la pieza se situaba junto a una vía de paso: vía pecuaria o vía de sangre, y en un lugar de valor estratégico". Más concretamente, en las proximidades de la zona conocida como «Llanete de los moros», donde hubo sendos asentamientos durante la Edad del Bronce y Edad del Hierro.
A nivel cultural, "se recoge dentro de la tradición del concepto conocido como piedras levantadas que permiten monumentalizar lugares importantes del territorio", y su escritura tuvo que contener connotaciones mágicas.
Fuente: RT| ABC.es | 14 de agosto de 2017
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En el Museo Arqueológico de Montoro (Córdoba) se conserva una estela de piedra con extraños caracteres. Ahora un equipo de científicos españoles y británicos ha comprobado que sus grafemas son compatibles con las escrituras ibéricas más antiguas conocidas y con otras de origen oriental. Se trata de una inscripción monumental que podría ser la más antigua de la península ibérica.
Un grupo de expertos de las universidades de Sevilla, Granada, Cardiff y Southampton y del CSIC ha establecido que los signos descubiertos en la estela de Montoro (Córdoba) podrían ser la escritura más antigua conocida en Iberia. Estos signos son compatibles con las escrituras ibéricas más antiguas conocidas, como la levantina, la tartésica, y la meridional, pero también con otras orientales, como la fenicia, la protosinaítica, la protocananea y la sudarábiga.
El estudio concluye, sin embargo, que los signos presentes en la estela no tienen sentido en su conjunto dentro de ninguno de estos ‘alfabetos’ tempranos. Por tanto, los investigadores aseguran que el autor o autores de la monumental estela de Montoro utilizaron signos que no tienen coherencia como sistema de escritura en sí, sino que parecen haber sido usados de una manera peculiarmente selectiva. “Esto constituye en sí mismo una situación extraordinaria, pues sería como si hoy día encontrásemos una inscripción con signos de los alfabetos latino, cirílico y chino combinados”, explica el profesor de la Universidad de Sevilla (US) Leonardo García Sanjuán.
En el trabajo, publicado en la revista Antiquity, los expertos señalan dos posibles explicaciones para esta extraña combinación de motivos. Por un lado, se piensa que en algún momento indeterminado al comienzo de los contactos con los navegantes orientales de sociedades literarias que frecuentaron el sur de España, algunos sujetos de las poblaciones locales del valle del Guadalquivir, que eran ágrafas (no usaban la escritura), fascinados por el poder de la escritura, hicieran un monumento gráfico donde representaron signos que no podían leer pero que ellos asociaban a sociedades tecnológicamente más desarrolladas, distantes y exóticas. Esta hipótesis tendría mayor verosimilitud si la estela se datase en la fase inicial de la Edad del Hierro, cuestión que no ha podido ser establecida con certeza.
Por otro lado, si la estela correspondiese a una fase más avanzada de la Edad del Hierro se baraja la posibilidad de que quienes grabaron la estela de Montoro sí conociesen y entendiesen el significado de los signos que estaban reproduciendo, pero que, deliberadamente, los usasen de forma no gramaticalmente significativa. En esta segunda hipótesis los signos habrían sido utilizados no como parte de unas ‘frases’ comprensibles, sino como códigos que designaban alguna realidad. La estela de Montoro podría haber designado grupos humanos (clanes, tribus, ciudades), unidades militares o algún otro tipo de colectivo o realidad social.
Los orígenes de la escritura en la península ibérica
“En uno u otro caso, lo que sí podemos afirmar es que la estela de Montoro ofrece nuevas evidencias para entender los orígenes de la escritura en la península ibérica, sugiriendo que las pautas de incorporación y uso iniciales de esta compleja tecnología en un territorio poblado de sociedades ágrafas fueron complejas”, comenta el profesor García Sanjuán.
Las prospecciones geofísicas mediante magnetometría llevadas a cabo en el lugar donde se halló la estela sugieren la existencia de un edificio o recinto de planta rectangular y grandes dimensiones. El siguiente paso sería tratar de aclarar qué uso tenía esta construcción y así fechar la estela con más precisión, mediante dataciones radiocarbónicas.
Las estelas (piedras de gran tamaño grabadas o pintadas con diversos motivos gráficos) constituyeron, en la Prehistoria reciente, la Protohistoria y la Antigüedad, elementos conmemorativos y monumentales análogos a las estatuas.
La de Montoro tiene unas dimensiones de 1,5 m de alto, 0,85 m de anchura máxima y 0,31 m de espesor máximo. Apareció en las cercanías de la finca conocida como Torre Villaverde, en superficie y fuera de contexto arqueológico de ningún tipo. Actualmente se conserva en el museo arqueológico de la localidad cordobesa.
Geológicamente se talló en un bloque de roca subarcosa de origen sedimentario detrítico disponible en las proximidades de Montoro. Su estado de conservación es bastante bueno y llama poderosamente la atención la ausencia de líquenes y evidencias de desgaste por agua en la superficie del anverso y los laterales.
Preservada en un edificio o bajo tierra
Esto ha llevado al equipo investigador a deducir que la pieza pudo haber estado originalmente protegida en un edificio, a salvo de la acción de los elementos, o bien que estuvo poco tiempo en uso antes de quedar enterrada, o ambos. Además, cabe pensar que el lugar del hallazgo probablemente no estaba lejos de su instalación original, pues no hay evidencias de desgaste por rodamiento ni por reutilización.
En la estela se han identificado 31 motivos gráficos grabados. Algunos de estos motivos son muy someros y por tanto difíciles de apreciar con el ojo desnudo, por lo que su reproducción digital ha sido de gran importancia. Según el análisis gráfico y epigráfico combinado realizado por Marta Díaz-Guardamino y Juan Pablo Vita Barra, del Grupo de Investigación ATLAS de la US y del CSIC, respectivamente, 21 de estos motivos gráficos podrían ser posibles signos de escritura, aunque de éstos sólo 13 son susceptibles de ser interpretados como grafemas.
El grupo ATLAS se encuentra actualmente desarrollando una línea de investigación de estelas de la Edad del Bronce y la Edad del Hierro, incluyendo algunas nuevas como las halladas en Almadén de la Plata y Mirasiviene (Sevilla) y la revisión de estelas ya conocidas como las de Almargen (Málaga) y Setefilla (Sevilla).
Referencia bibliográfica:
García Sanjuán, Leonardo; Díaz-Guardamino, Marta; Wheatley, David W.; Barra, Juan Pablo Vita; Rodríguez, José Antonio Lozano; Rogerio Candelera, Miguel A.; Erbez, Ángel Justo; Barker, Dominic S.; Strutt, Kristian D.; Casado Ariza, Manuel. "The epigraphicstela of Montoro (Córdoba): The earliest monumental script in Iberia?". Antiquity 91 (358): 916-932, agosto de 2017.
Fuente: SINC, 19 de octubre de 2017
Montoro (Córdoba) refuerza su pasado íbero con un nuevo hallazgo: una espada de hace 2.500 años
Punta de la espada íbera hallada en Montoro - A. O.
Montoro sigue siendo un importante foco arqueológico de la provincia de Córdoba. Gracias a la colaboración ciudadana y la generosidad del dueño de una finca del término municipal montoreño, hace unos días el Museo Arqueológico municipal ha recibido una nueva pieza para su colección.
En concreto, se trata de una espada corta, cuya primera datación realizada correspondería al periodo entre finales de siglo V y la primera mitad del siglo IV antes de Cristo. La pieza ya está en manos de expertos como el arqueólogo provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Alejandro Ibáñez Castro, y cuenta con un primer estudio preliminar de la pieza realizado por Fernando Quesada Sanz, director del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, que próximamente se hará público.
La estela de Montoro apareció en esta localidad cordobesa, en superficie - US
No es el único hallazgo de importancia en la zona. La estela de Montoro (piedras de gran tamaño grabadas o pintadas con diversos motivos gráficos) sigue siendo protagonista en este museo, convirtiéndose en la escritura más antigua de Iberia, según un estudio realizado por expertos de las universidades de Sevilla, Granada, Cardiff y Southampton y del CSIC.
Según estos estudios, se ha establecido que los signos descubiertos en la estela de Montoro podrían corresponder con la escritura más antigua conocida en Iberia, que son compatibles con las escrituras ibéricas referencia como la levantina, la tartésica, y la meridional. Y también con otras orientales, como la fenicia, la proto-sinaítica, la proto-cananao y la sudarábiga.
Fuente: ABC.es | 29 de octubre de 2017
El Ayuntamiento de Montoro custodia desde hace varias semanas una espada ibera que ha sido entregada por el dueño de una finca situada junto la campiña, en el entorno de la Vía Augusta. Este nuevo hallazgo arqueológico ha sido datado entre los años 425 y 350 antes de Jesucristo y, de momento, es el primero que se ha encontrado en la localidad. Sí se sabe que el mundo ibero estuvo muy presente en Montoro, sobre todo en el Llanete de los Moros, que se destruyó entre los años sesenta y setenta del pasado siglo, tras la construcción del Instituto de FP Antonio Galán Acosta, según explica el cronista oficial de esta localidad y archivero municipal, José Ortiz. Así, añade que «las pocas falcatas que salieron en su día se encuentran en el Museo Arqueológico Provincial».
Ortiz explica que la pieza encontrada se denomina «espada corta ibera, del tipo Quesada III, y lo que tiene de especial es que por el entorno no ha aparecido ninguna». El historiador añade que se han encontrado cerca en la finca La Aragonesa, en Villa del Río, así como en Mengíbar (Jaén) y en Illora (Granada). La aparecida en Montoro tiene una longitud de 31 centímetros. «La hoja está deformada, pero no de forma accidental -aclara Ortiz- ya que en los enterramientos, cuando tenían que anular ese tipo de espadas las doblaban para que no se pudieran utilizar», ya que formaban parte de la vida del guerrero fallecido.
Gracias a la colaboración ciudadana y a la generosidad del dueño de la parcela donde apareció, se ha recibido en el Museo Arqueológico Municipal de Montoro dicha pieza. Tras los primeros contactos con el arqueólogo provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Alejandro Ibáñez Castro, y un primer estudio preliminar de la pieza realizado por Fernando Quesada Sanz, director del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, próximamente se hará una presentación pública de la misma.
Hay ciudades que son historia viva paseando por sus calles. Enclaves elegidos por la mano del hombre que esculpió en ellos obras que superan al tiempo. Una de ellas es Montoro, que, como dice su alcaldesa, Ana María Romero, «es un paseo, una experiencia inigualable, para quien no la conozca la imagen del abrazo del río Guadalquivir a nuestro conjunto histórico artístico».
La primera edil añade que «es igualmente increíble visitar nuestro museo arqueológico, con importantes piezas como la Estela, única en España», y concluye diciendo que «es imposible entender la historia de España sin comprender la importancia que tuvieron sus diferentes reinos. Y hay que conocerlo a través del estudio de la historia y de piezas únicas como la Estela».
Junto a la citada estela, que sigue siendo objeto de estudio, esta nueva pieza los vecinos quieren que se quede en el Museo Arqueológico de Montoro tras su estudio para que aumente de esta manera el patrimonio arqueológico de esta localidad milenaria, en la que el antiguo Betis ha sido el centro de numerosas culturas.
Fuente: diariodecordoba.com | 31 de octubre de 2017
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