CAMPANIFORME Y COMERCIO DEL VINO. UNA NUEVA HIPOTESIS

El Campaniforme es una manifestación arqueológica de la Edad del Cobre en Europa occidental, que ocupa un periodo cronológico relativamente restringido, entre el 2700-2600 y el 2000 AC aproximadamente, y que se caracteriza por la presencia en dotes funerarias de una serie de cerámicas ricamente decoradas y con un repertorio de formas restringido (vasos campaniformes, cuencos, cazuelas,etc.), que aparecen, junto a diversos objetos acompañantes tales como adornos de oro (diademas, pendientes, plaquitas, etc.), elementos de cobre, ya sea armas o instrumentos (leznas), y otros objetos de alto valor simbólico (botones de hueso de perforación en V, brazaletes de arquero de piedra). La distribución del este estilo en su fase más antigua comprende en lo que se denomina el Campaniforma Marítimo las costas del Mediterráneo Occidental y del Atlántico Europeo. El Campaniforme surge precisamente en ese momento del III milenio cuando cristalizan una serie de transformaciones que se vienen desarrollando desde finales del Neolítico, que consolidan el surgimiento de diferencias sociales y que originan líderes que tratan de asegurar su posición por medio de propiedades suntuarias (bienes de prestigio.)
Las cerámicas campaniformes y sus objetos acompañantes exhiben el estatus social de sus propietarios, pues solo pertenecerían a las aristocracias. Para explicar su amplia dispersión geográfica no sería necesario acudir al movimiento migratorio de pueblos, si bien tampoco se excluye totalmente misiones comerciales, sino que se podía atribuir al desarrollo de los sistemas de intercambios, así como a diversos mecanismos útiles para estos personajes aristocratas que facilitasen mediante regalos suntuarios los pactos políticos, las alianzas matrimoniales, etc. Así se elaboraría una tupida red social y surge una sociedad compleja con intercambios a larga distancia de productos de prestigio, una sociedad capaz de soportar las alianzas, en una relación estable.

La difusión del Campaniforme es muy similar a la que presentan las culturas Megalíticas y del Bronce Atlántico por las costas e islas del Norte europeo, si bien además se aprecia una penetración en el continente europeo siguiendo los cauces de los ríos. Yo estoy de acuerdo con la investigadora Laure Salano que plantea un origen sudlusitano para las cerámicas campaniformes, basándose en el Campaniforme Marítimo y que se verá reforzada además por la nueva hipótesis que a continuación planteo.
¿Cual podría ser el motivo de comercio que creó la ruta marítima y comercial campaniforme, desde finales del neolítico hasta finales del calcolítico? A esta cuestión tratará de responder con la hipótesis que aquí voy a plantear. Los elementos integrantes del complejo campaniforme no son distintivos de un pueblo determinado sino elementos materiales que se intercambian entre los distintos grupos de la Europa prehistórica (así se transmitiría esta moda en la cerámica aunque la fabricación de la misma fuese local) y que señalan un comercio a larga distancia, siendo los mismos artefactos campaniformes testigos de este comercio. El comercio entre esas zonas en Epoca Campaniforme lógicamente tendría que deberse a productos apreciados en las zonas de destino, pero de los que carecían en las mismas. ¿Que productos más mediterráneos que el vino y el aceite? En particular el vino pudo en si justificar el comercio desde el sur de España, unido su consumo al de una cerámica suntuaria. Eso justificaría unas redes comerciales de larga distancia que se consolidaría en el "Bronce atlántico" (cuando el estaño jugó un gran papel en el comercio de toda la zona que comprende el sur de España y las costas del Norte de Europa) de productos fácilmente transportables y convertibles en su valor de inmediato. Lógicamente cobraban tanto más valor un producto cuanto más distante estuviese el punto de llegada, por lo que esto justificaría un gran estimulo a la dispersión del comercio de productos únicos y de prestigio. Al mismo tiempo al ser productos de gran valor y aprecio sería un salvaconducto para los comerciantes de esas rutas. Desconozco los productos de canje en ese posible comercio de vino (algo de lo que se careciese en el Mediterráneo occidental y si lo hubiese en las costas nordatlánticas) cuando aún en ese momento el estaño no se requería en la península ibérica por no haber aparecido aún el bronce.

El vino se empezó a producir durante el neolítico, según los testimonios arqueológicos hallados en los montes Zagros, en la región que hoy ocupan Georgia, Armenia e Irán; a partir de Vitis vinifera sylvestris, su fabricación ha estado unida y a la aparición de la cerámica en ese periodo. Precisamente en este area se desarrollan las plantas hermafroditas de Vitis vinifera que se convierten asi en la variedad Vitis vinifera sativa la que se extiende por el Mediterraneo, si bien hay una variedad con cloroplastos de tipo A cultivada en el occidente del Mediterraneo y las de clorotipo C y D que se desarrollan y cultivan en el Mediterrneo oriental y Cercano Oriente. Ello parece evidenciar un desarrollo independiente en la Península Iberica del cultivo de la vid.

La caracteristicas de la vid salvaje son de plantas caducifolias trepadoras (lianas) que crecen en terrenos azonales bien adaptadas al encharcamiento, pero que necesitan de mucha luz (por eso tienen zarcillos para trepar) y un grado relativamente alto de humedad. Esta planta se asocia pues bosques caducifolios preferentemente bosques en las riberas de los rios en donde trepan por los arboles. En Andalucia existen dos variedades de vid silvestre (vid agraz o labrusca) conocidas con las denominaciones de Virgiliana y Garabatona siendo un territorio donde su presencia era muy comun en los bosques de la Algaida (Sanlucar de Barrameda) sobre terrenos arenosos  y humedos al pie del Guadlquivir. Hoy en dia las vides salvajes estan en claro retroceso por destrucción de su habitat. La vid cultivada llega con los fenicios sobre el s. IX a España como demuestran los hallazgos en yacimientos arqueologicos de pepitas de vid domestica ( estas pepitas se distinguen perfectamente de la visd silvestre cuyos granos no son tan lalargados sino redondeados).

La evidencia más antigua de la producción y consumo de vino, es una vasija del año 5400 a. C., hallada en el poblado neolítico de Hajii Firuz Tepe, en los montes Zagros. La vasija contiene un residuo rojizo, presumiblemente vino. Posteriormente, la fabricación y el consumo de vino se extendió por toda la cuenca mediterránea pues la existencia de la vid en la cuenca mediterránea es autoctona, por lo que no es arbitrario deducir que si ya en el mesolítico se consumia la uva fresca y posteriormente se introdujera la elaboración del vino. El transporte y la conservación de este preciado líquido se haría en pellejos de cabra o de ovejas. Al parecer la especie salvaje de vitis vinifera se asociaba al tratarse de una planta rastrera y trepadora a arboles el los que se podía fijar como olmos, arces o robles. La coincidencia de la vid y con la levadura exógena Saccharomyces cerevisiae, microorganismo que no se encontraba en principo entre la flora propia de la vid, pero sí en otras especies arbóreas pudo originar una espontánea inoculación en las uvas y la consecuente fermentación de su jugo, que permitiese el descubrimiento del vino. Por eso si la vid estaba dispersa por el Mediterráneo y su primer cultivo pudo consistir en el desbroce del terrreno y acercar nuevos esquejes a otros arboles próximos para multiplicar su producción dentro de zonas arboladas de forma espontanea. La vid en un terreno libre de arbolado si la mano del hombre no interviene se extiende caoticamente y dando escasos frutos y consumiendo la mayor parte de sus energías en la creación de nuevos brotes y largas ramas erráticas de materia leñosa con hojas, por  eso un segundo paso en cultivo "desarrollado" consistiria en aplicarle la poda y ponerle unos tutores para alejarla del suelo y que no se pudran los racimos o la consuman los animales (documentado en Chipre en el III milenio a.C. para la vid domesticada). Estas practicas son posteriores a las primeras de cultivo, pero en todo caso el cultivo de la vid en su forma primitiva se comprueba que fue unido al desarrollo de la agricultura del cereal en todo medio oriente , por lo que si a todo el Mediterráneo llegó la domesticación de los cereales, de igual modo pudo llegar la domesticación de la vid allí donde la planta fuese viable o se diese de forma espontánea.
Si la vid se recolecta o cultiva en un area favoralbe en clima benigno y húmedo, ya tenemos el elemento de comercio entre la zona Mediterránea y las del Noratlantico en donde no se puede cultivar estas plantas y por lo tanto habría necesidad de este liquido misterioso que sin duda estaba muy bien considerado por las elites de esas sociedades, haciéndolo testigo imprescindible en celbraciones de contenido mágico ritual en primer lugar y en segundo lugar en cualquier acontecimiento, banquete de importancia o tratado.
En este proceso es importante comprender que la vinificación es un proceso puramente anaeróbico y su conservación igual, es decir sin la presencia de oxígeno. A toda costa hay que evitar que el vino llegue a "oxidarse" lo cual ha sido siempre un problema hasta el descubrimiento de los barriles y las botellas con tapones de corcho. Por eso la elaboración se haría en recipientes de cerámica, pero su transporte en pellejos que así se garantiza que no el entre el aire. La fermentación tiene como principal efecto la conversión de los azúcares del mosto en alcohol etílico por parte de levaduras del género de las Saccharomyces. Si la fermentación del mosto se deja continuar se obtiene vinagre. Por eso a parte de que solo se produce en ciertas climas el secreto del vino está en a interrumpir el proceso de fermentación y evitar la decrepitud del vino que si no se convierte en vinagre, y para ello tuvo que añadir todo tipo de productos, como resinas, pez etc y conservarlo en pellejos.
En relación al comercio del vino es conocido como en el s. XVI d.C. se producían vinos en la costa de España claramente distintos a los de “tierra adentro”, pues eran los destinados a la exportación. Estos vinos costeros respondían a los dictámenes de los compradores "nordatlanticos", como los exigentes consumidores ingleses (el tostado de Ribadavia, Oporto, vinos de Jerez, el Málaga, el tinto de Alicante,) Todos esos vinos que se producían en las zonas cercanas a los puertos de embarque mientras que los vinos de tierra adentro, por su parte, eran de consumo propio y no trascendían fuera del entorno. Este comercio pudo tener su paralelo en la época calcolítica.
Por su parte acompañando al comercio del vino como producto principal en esa ruta, no se puede descartar tampoco el comercio del aceite de acebuche (Olea europaea oleaster), que aunque de un sabor peor que el aceite del olivo (Olea europaea ) y un rendimiento más pobre, también podría ir su comercio unido a dicha ruta gracias a a sus propiedades medicinales y a ciertas propiedades mágicas. El acebuche es un olivo silvestre (los dos son la misma especie pero el primero es una subespecie o variedad más primitiva del olivo cultivado) que se diferencia en que tiene un porte arbustivo debido al ramoneo de los herbívoros y en que da un fruto (acebuchina) bastante más pequeño sobre todo en la drupa, por tanto con menor rendimiento en aceite, que el fruto del olivo. Ambas variedades de árboles son tan parecidas que en arqueología no se pueden distinguir bien ni por los tamaños de los huesos (carpología) ni por su polen (palinología), aunque sí por el estudio de la composición química de los carbones de su madera.No obstante aunque el cultivo del olivo fue posterior a la época a que nos referimos, la acebuchina por su abundancia en el sur de la península, podía ser objeto de una relativamente fácil recolección y molturación al menos desde el Neolitico Reciente. Actualmente también existe en la zona cantábrica de la península acebuches en el medio natural y es de suponer que también existiese en el Neolitico, aunque con más escasez de ejemplares respecto al sur o levante de la península , pues la climatología le es menos favorable . Que el aprovechamiento del olivo silvestre o acebuche no fuera totalmente desconocido en la península ibérica, lo prueba que en los yacimientos arqueológicos de Garcel o Fuente del Alamo (Almería) (3000- 2500 a.C) correspondiente a la Cultura del Argar donde se han encontrado vestigios de acebuchina tomada como alimento, sin que se sepa si extraían su aceite. Además son otras muchas cuevas (Toro y Nerja , Neolitico Reciente) y otros yacimientos como Campos o los Millares (Calcolítico) donde se han encontrado restos de acebuchina. Mientras restos aceitunas de olivo cultivado aparecen por primera vez en la península en Doña Blanca (Cádiz) con anterioridad a la primera Edad del Hierro, por ello al parecer es en esta zona donde se empezaría el cultivo agrario de los olivos introducido por los fenicios, por su parte los griegos lo introducirían en Ampurias.
La zona Noratlántica carecía de aceites vegetales lo que podría motivar su demanda, y es de suponer más que su uso gastronómico del aceite de acebuchina, un uso religioso, medicinal o cosmético. A diferencia de las grasas animales la combustión del aceite vegetal no produce malos olores ni humos negros desagradables por lo que era adecuado su empleo como combustible en la iluminación de actos religiosas como lo fue también en los templos de la antigüedad en todo el Mediterráneo. Por su parte, sabemos que el aceite de oliva se comenzó a usar en Egipto con fines cosméticos y allí precisamente es donde al parecer se empezó el cultivo del olivo (Olea europaea) hacia el 2000a.C., aunque el origen del olivo o acebuche cultivado se sitúa en Asia Menor. Se asocia la difusión del olivo por el Mediterráneo a partir del s. X-IX a.C a los fenicios., aunque como hemos dicho anteriormente su variedad silvestre el acebuche, ya existía como hemos dicho, previamente en toda la cuenca del Mediterráneo. Son los fenicios, quienes hacia el siglo IX a.C. traen el cultivo del olivo a las costas del sur de la Península Ibérica, desarrollándose su cultivo siempre en terrenos cercanos a los medios de comunicación, como son las orillas de los ríos.
El aceite de acebuchina se conservaría y transportaría en pellejos igualmente, pues aunque la conservación del aceite plantea menos problemas de oxidación (enranciamiento) que el vino, también es aconsejable protegerlo del aire y de la luz. En este sentido decir que el aceite de acebuchina se conserva aún mejor que en el aceite de oliva, pues su contenido en tocoferol (Vitamina E, un antioxidante muy eficaz) es el doble. Este comercio en favor de las aristocracias de aceite desde el sur peninsular hasta el Atlantico Norte, debiera ser secundario respecto al del vino, pues el aceite no tiene como sabemos las propiedades euforizantes del vino y por otro lado el uso de grasas animales para la alimentación en los países anglosajones como ocurre hoy en día es preferida, esto hace que el aceite sea un producto mas prescindible y destinado a usos medicinales y religiosos. A propósito de esto, los romanos consideraban bárbaros los que usaban para su alimentación grasas animales en lugar de aceite de oliva.
Como conclusión, esta hipótesis del “comercio del vino” (y secundariamente del aceite de acebuchina) , justificaría el desarrollo de este estilo Campaniforme, referido al consumo ritual del vino por parte de las elites sociales de la áreas Noratlanticas (o al uso mágico- sagrado del aceite), y justificaría también que el propio estilo campaniforme desapareciese, cuando el consumo del vino se tomó como un valor cultural propio y decae la moda cerámica traida desde los puertos exportadores de vino del sur peninsular .


Difusión del Campaniforme
http://clio.rediris.es/n32/atlas/005.jpg

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Comentario por María // el junio 9, 2009 a las 12:47pm
Francisco,solo por si no lo conoces:én este artículo de Elisa Guerra Doce se dan datos sobre análisis de contenidos de vasos campaniformes y varias refexionse acerca de su utilidad.
http://tp.revistas.csic.es/index.php/tp/article/view/5/5

SOBRE LA FUNCIÓN Y EL SIGNIFICADO DE LA CERÁMICA
CAMPANIFORME A LA LUZ DE LOS ANÁLISIS DE CONTENIDOS
RESUMEN:
" Los vasos campaniformes suelen relacionarse con el
consumo de bebidas alcohólicas durante la celebración de
banquetes ceremoniales de exaltación masculina. Si bien las
analíticas de residuos han identificado cerveza e hidromiel
en unos cuantos ejemplares, no todos los campaniformes
desempeñaron esta misma función. Algunos hicieron las
veces de vasijas-horno para reducir el mineral de cobre, en
otros se han detectado restos de alimentos y también se
emplearon como urnas funerarias. A pesar de esta diversidad
de usos, creemos que existe una conexión ideológica
entre ellos, de tal manera que habría que considerar a los
campaniformes como una cerámica singular con un carácter
ritual, destinada a actividades que conllevan algún tipo
de transformación"
.

En su libro, “Las drogas en la prehistoria”,plantea la hipótesis de que estuvieran ligados a un ritual específico de élites con sustancias alteradoras de la conciencia;es decir ,que no sería solo vajilla suntuaria adquirida como un bien de prestigio por sí misma, sino ,además,por el ritual que llevaría implicado.(si lo entendí bién,claro) ;
Claro,que puede que al principio tuviera ese uso de ingestión ritual de alguna clase de bebidas y después se fueran ampliando sus funciones.
Comentario por F.J. Barragán de la Rosa el junio 10, 2009 a las 11:26am
Me parece muy importante al aportación del artículo de Elisa Guerra Doce citado más arriba sobre la funcion y el significado del Campaniforme. Gracias no lo conocía.

Señalar que el prestigio del vino aun hoy no lo alcanza al cerveza.
En cierto modo refuerza la idea de que el vino también formase parte de ese circuito comercial y que un punto de partida fuese el sur peninsular, a lo que se indica que al parecer el inicio de la técnica de reducción de cobre a partir de malaquita se inicio en el Sudoeste de la Peninsula , lo que pudo a su vez llevar a ciertas gentes emigrar (los pioneros) y a buscar nuevos yacimientos en el Noratlántico y llevar con ellos el vino (aceite en segundo lugar) y así como otra hipótesis proponer una contrapartida en ese comercio en el cobre. Pues en el articulo decía que para mi es "un misterio" cual fuese la contrapartida comercial al vino. Esto lo justificaría en el caso de ser cierto que los yacimientos superficiales de malaquita más abundantes en aquellas areas norteñas y demostrarse insuficiente los yacimientos de malaquita del Sudoesta para sostener la demanda. pero de momento desconozco este detalle.
Por otra parte me he permitido entresacar, adaptar , resumir y ordenar algunas ideas aportadas en el referido artículo de Elisa Guerra que seguro aportan luz a esta discusión:
"Según Burgess y Shennan (1976), la vastísima y rápida dispersión geográfica por el territorio europeo del equipamiento campaniforme constituiría la manifestación arqueológica de la propagación de un culto de libación supuestamente centrado en el consumo de bebidas alcohólicas. El propio nombre que recibe su pieza más distintiva (vaso) presupone su uso como recipiente para beber, algo muy acorde con su capacidad media que tiende a situarse entre los 500 cc. y los 1250 cc . La cerámica campaniforme se difunde en un corto lapso temporal y, tras cumplir cualquiera que fuera su cometido, desaparece de los repertorios materiales sin apenas legar elemento morfológico o decorativo alguno a las producciones cerámicas de la Edad del Bronce.

Las bebidas alcohólicas, para las sociedades calcolíticas europeas (cerveza, hidromiel y vino) jugaron el mismo papel que otros bienes de prestigio. Pues el alcohol era un producto valioso y escaso, cuya elaboración exigía desviar parte de los cereales y frutos con alto contenido en azúcar, que de otro modo se habrían destinado a satisfacer las necesidades alimenticias del grupo . Las bebidas alcohólicas, eran pues monopolizadas por las minorías hegemónicas quienes las consumirían en el transcurso de banquetes rituales destinados a exaltar el estatus social de los anfitriones. El empleo de estas y otras sustancias embriagantes en un marco ritual, permiten al consumidor evadirse de la realidad cotidiana y modificar momentáneamente su estado de consciencia, lo que quizá fuera interpretado por las comunidades prehistóricas como una comunicación con el mundo sobrenatural al igual que ocurre entre muchos pueblos primitivos actuales. Así, los vasos campaniformes harían las veces de cálices ceremoniales para distribuir y consumir bebidas alcohólicas, en algunos casos reforzadas con potentes alucinógenos, entre una minoría selecta de la comunidad en el transcurso de reuniones solemnes de carácter ritual, posiblemente relacionadas con la idea de tránsito y regeneración, según invitan a pensar los contextos de los hallazgos: ritos fúnebres, actividades metalúrgicas, y seguramente también ritos de paso, pactos con otros grupos, etc . Del mismo modo que permitían evadirse de la realidad cuando contenían bebidas alcohólicas, se buscaba que acompañaran también al difunto en su viaje psicotrópico al otro mundo, de ahí que se convirtieran en un artículo imprescindible de los ajuares fúnebres de las comunidades del III milenio A.C .

Una de las hipótesis que se barajaron a la hora de encontrar una explicación a la rápida difusión del campaniforme fue la de su vinculación a la expansión de la metalurgia del cobre, no en vano es en este momento cuando ciertas regiones europeas se inician en esta actividad, caso de las Islas Británicas (Harrison 1980: 70). Así, la explotación de la mina de cobre de Ross Island, Killarney (Co. Kerry, Irlanda) coincide precisamente con la aparición de cerámica campaniforme (O´Brien 1995), lo cual vendría en apoyo de esta propuesta. Asimismo, en varios asentamientos de la
Península Ibérica las cerámicas campaniformes se concentran, curiosamente, en áreas destinadas a la transformación del mineral de cobre, No obstante, lo cierto es que en gran parte de Europa, ya existía una floreciente metalurgia durante el calcolítico precampaniforme y, ahora tampoco se producen innovaciones significativas en este campo por lo que la propagación de ésta no debe considerarse como el motor de la difusión campaniforme, sino más bien una consecuencia .
En cualquier caso, nos parece interesante el hecho de que, en algunas ocasiones, se hayan empleado cerámicas campaniformes como vasos de reducción del mineral de cobre concreciones cuprosas (Montjardin 1996) de un mineral no reducido considerado como malaquita. Por lo que en algunos casos se pudo usar como vasijas de reducción, técnica que se habría difundido desde la Península Ibérica ".
Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el junio 10, 2009 a las 4:26pm

Sugerente hipótesis la que usted plantea, Sr. Barragán, dentro de la ya conocida idea de la posible asociación de la ingesta de alguna bebida alcohólica con la producción de la cerámica campaniforme, tal como se desprende del trabajo de Rafael Garrido-Pena, "El fenómeno campaniforme: un siglo de debates sobre un enigma sin resolver", así como el mismo que cita Mar de Elisa Guerra Doce, "Sobre la función y el significado de la cerámica campaniforme a la luz de los análisis de contenidos", sin ir más lejos.

No obstante, su hipótesis tiene, a mi modo de ver y hasta donde llego (que seguro no es mucho en este apartado), algunos aspectos que deberían ser más aclarados y/o fundamentados.

1º De los estudios que se han realizado sobre análisis de contenidos lo que se encuentra hasta ahora de modo mayoritario -en referencia a bebidas alcohólicas- es básicamente trazas de cerveza o de hidromiel, pero no de vino (trazas de ácido tartárico), lo cual no deja de ser un dato importante.

Por lo que he podido ver en internet, Rafael Garrido-Pena tiene publicado un trabajo titulado “No sólo cerveza: nuevos tipos de bebidas alcohólicas indentificados en análisis de contenidos de cerámicas campaniformes del valle de Ambrona (Soria)”, pero desgraciadamente no es posible tener acceso al mismo a través de la red.

Por el título, aunque habla de otras bebidas alcohólicas (derivadas posiblemente de frutas) nada dice específicamente del vino, si bien, ya digo, habría que hacerse con este trabajo para ver el alcance de sus aportaciones.

En cualquier caso, si fuera vino a lo que hace referencia, estaríamos ante un caso puntual y habría que esperar a que la arqueología nos deparase más ejemplos al respecto.

2º Luego tenemos el problema de la introducción y expansión de la elaboración del vino en el contexto peninsular ibérico y resto de Europa, el cual, introducido por los fenicios, no parece que alcanzara un grado de desarrollo suficientemente impo... y, en consecuencia, se hace muy problemático remontar su consumo y comercio a tiempos en que tiene lugar el desarrollo de la cerámica campaniforme.

3º Por último, a tenor de los dos artículos citados más arriba, en los que no se contempla una expansión de la cerámica campaniforme motivada por rutas comerciales, no parece posible tampoco que pueda adscribirse a una ruta comercial del vino. En todo caso, si se enfatiza que el desarrollo del fenómeno campaniforme puede venir derivado más de las influencias que supondrían el establecimiento de redes sociales (alianzas, intercambios matrimoniales, etc.) que de rutas comerciales propiamente dichas, ello obliga a descartar también la hipótesis de un posible intercambio comercial del vino asociado a la cerámica campaniforme.


No hay que olvidar, por lo demás, tal como subraya Rafael Garrido-Pena, que el análisis de las pastas cerámicas muestran que se trata de producciones locales en la mayoría de los casos. Ni viajaron los pueblos ni tampoco las cerámicas. Difícilmente se ve entonces que la difusión de las cerámicas campaniformes vinieran como consecuencia de una hipotética ruta comercial en la que el vino fuera uno de sus artículos principales.

Comentario por F.J. Barragán de la Rosa el junio 15, 2009 a las 3:24pm
Respuesta a Guillermo Caso:
En primer lugar los comentarios que Vd. aporta demuestran la novedad de esta hipótesis, aun en el rechazo de la misma por su parte. por la mia paso a contestar en lo posible a sus objeciones.

Con respecto a los puntos citados, el hecho de que se han encontrado trazas de hidromiel y cerveza, en las cerámicas campaniformes, no descarta el uso del vino en ceremonias privadas (entre aristócratas) o en banquetes públicos (donde se diferencian caudillos aristócratas de guerreros). La bebida de alcohol afectaba a todo el “cuerpo social de los guerreros” en los indígenas de estas áreas pues proporcionaba un frenesí emocional que los predisponía al combate por eso no es de extrañar su uso en banquetes de cohesión social de estos grupos. En las sociedades tribales la bebida de alcohol nunca es un fenómeno en solitario sino un motivo de reforzar lazos sociales. Frecuentes serían los banquetes jerárquicos, donde se establece una relación de dependencia moral asumida entre el señor y sus "compañeros nobles "; (iguales entre sí, quienes serían los que bebían vino, la bebida aristocrática), y una parte de la plebe (con rango de inferioridad, quienes beberían cerveza o hidromiel, las bebidas plebeyas) para establecerse una relación de superioridad y una deuda entre clases. También cuando la reunión fuese de nobles se bebería casi siempre vino o al menos cuando la ocasión lo justificase. Por tanto es lógico que estadísticamente abunde más las trazas de las bebidas de inferior calidad (cerveza e hidromiel) en las vasijas campaniformes en un ámbito donde su producción autóctona es muy fácil.
El hecho de que en el Mediterráneo la vid sea una especie autóctona guarda una correlación negativa con la difusión de la cerámica campaniforme , de forma que creo el vino se pudo extender de sur a norte desde el punto de más fácil comunicación maritima (sudoeste peninsular), hacia lugares donde no se podía dar la vid y el era un producto desconocido. El vino y su moda arrastraría el campaniforme fundamentalmente en esa dirección y no hacia oriente. Que la demanda de vino en épocas posteriores en el norte y centro de Europa fue importante por parte de las aristocracias celtas lo señala que algunos autores latinos traten el tema. Livio dice que los Celtas habían invadido la Cisalpina para conseguir esta bebida (como los ingleses asaltaron Cádiz para despojara sus bodegas) y Diodoro se refiera al vino como bebida muy apreciada entre los galos, quienes lo beben con frenesí sin mezclar con agua (como hacían los civilizados griegos y romanos), y que entre ellos alcanza precios elevadísimos,
El vino como todos sabemos tiene una graduación alcohólica y un paladar muy superior al de la cerveza que puede ser producida con inmediatez a partir del cereal (en cuestión de dos semanas de fermentación y degenera en otra dos o tres semanas), por otra parte su conservación tomando las precauciones adecuadas es de más largo plazo (envejecido el vino se podría consumir entre 1-4 años, mientras la cerveza caduca a las pocas semanas de producida), la elaboración del vino es más sofisticada (dura casi un año hasta que alcanza su madurez) , depende de un ciclo anual de la planta (vendimia) y además su origen es foráneo para todas las áreas campaniformes excepto la del Sudoeste de la Península Ibérica.. Además en ceremonias funerarias en particular, el vino arrojado al fuego por su contenido en alcohol puede avivar la llama, mientras la cerveza la apaga. Evidentemente todo ello pudo contribuir a hace del vino un producto de prestigio sobre todos en áreas donde era imposible climáticamente que se diese la vid, mientras en estas pudo llegar a pasar de ser un producto de prestigio a convertirse ya en época romana en un alimento (ya que aparte de convertir las uvas en pasas, otra forma es de conservar gran parte de sus calorías es la vinificación ).
En relación a l transporte del vino por parte de los pueblos calcoliticos el modo más fácil en que este pudo hacerse sería a través de vía marítima en odres (que no han dejado huella arqueológica teniendo en cuenta que los indígenas también construían sus embarcaciones con pieles) lo cual pudo perdurar durante mucho tiempo aún después de la presencia colonial fenicia, mientras en el ámbito mediterráneo (mar más tranquilo) el transporte de vino cuando se hizo usaba ánforas para luego pasar a odres en su transporte terrestre. Al parecer los calderos decorados de la Edad del bronce en el ámbito geografico al que nos referimos pudo estar asociado a banquetes ceremoniales e incluso a la producción de cerveza o cocción de carne, mientras que ciertos objetos con forma de jarra pudieron contener el vino en el momento de servirse como producto de prestigio, pues su conservación necesariamente debió hacerse en odres.
El uso de la uva es conocida en la península desde tiempos anteriores al calcolítico, es por tanto muy improbable que el vino no se conociese hasta la llegada de los fenicios cuando la planta ya se daba en el area, simplemente por convergencia evolutiva. El que los fenicios desde el s. VII a.C. usasen el vino como producto de intercambio colonial, no demuestra que fuese introducido el cultivo de la vid por su parte. No es creíble que la difusión neolitica de especies vegetales (trigo y cebada) o animales (oveja y cabra) llegase al sur de la peninsula, mientras que al aprovechamiento de otras especies autóctonas como la uva y la aceituna para producir sus productos elaborados (vinos y aceite) no se hiciese hasta 7000 años después con la llegada de los fenicios, cuando está probado que formaban parte de la alimentación de los indígenas calcolíticos. Otra cosa es que la arqueología no haya podio aportar evidencias a través del análisis de restos de estos productos en las vasijas, por la propia dificultasd de su conservación. El caso del cultivo de la vid es mucho más fácil que el del olivo, por lo que los calcoliticos campaniformes en nuestros lares lo debieron sin duda conocer. Como dije otra cosa es que la racionalización y nuevas aportaciones para su cultivo y la explosión del mismo se produjese en la época colonial fenicia y que los caldos fenicios pudiesen superar en calidad a los locales, lo que justificaría su demanda. Una vez igualadas calidades e incorporadas las mejoras productivas (variedades, técnicas de laboreo y de vinificación) la importación de vino dejaría de tener sentido pudiéndose incluso invertir la dirección de este comercio en el Mediterráneo.
La prueba de que existía una producción local desde muy antiguo, independiente de las aportaciones fenicias son algunas peculiaridades técnicas locales en la elaboración que relata Estrabón: “para cerrar los vasos de vino en Hispania se usa resina de pino, que es demasiado amarga y olorosa”. (FHA VIII, 184; VII,46). Por otra parte según Estrabón el vino llegaría al Norte de Hispania importado del Sur y del Este, y era consumido en banquetes se celebran con los comensales sentados alineados en bancos de pared, por orden de edad y posición social. Esto concuerda con una larga tradición en el consumo del mismo.

Según la hipótesis que aquí presentamos, el fenómeno de extensión en el uso del vino en pueblos con cerámica campaniforme, a partir de unos comienzos claramente “exclusivistas”, pudo quedar fijado así en el centro y norte de Europa al no ser áreas productoras , mientras que en las áreas mediterráneas con este uso cultural evolucionaría hacia un modelo de redistribución “democratizador “por grupos aristocráticos hacia colectivos de hombres libres (llegándose a convertir el vino en un alimento más en época romana). Siendo el área del sudoeste lugar clave donde las mismas aristocracias pudieron impulsar el comercio del vino en su favor propio, precisamente desde este enclave peninsular estratégico (mayo cercanía para el transporte y clima óptimo para su producción).
El establecimiento de una ruta comercial del vino no descarta que el desarrollo del fenómeno campaniforme puede venir derivado de las influencias que supondrían el establecimiento de redes sociales (alianzas, intercambios matrimoniales, etc) sino que se superpone, refuerza y vehicula este fenómeno en todo el Norte y centro de Europa en la época de referencia.
Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el junio 18, 2009 a las 11:26pm

Vamos a ver Sr. Barragán de la Rosa:

1º Nada tengo que objetar a su interpretación del significado de los banquetes rituales, sociales o guerreros, en los que se tomaba algún tipo de bebida alcohólica (cerveza y/o hidromiel) como elemento de cohesión, grupal, social, militar, etc.

Ahora bien, en la exposición de la teoría del uso y difusión de la cerámica campaniforme, tomando como elemento clave la ingesta de bebidas alcohólicas, se establece que este tipo de vajilla pudo haber alcanzado su desarrollo precisamente por proporcionar un elemento de diferenciación y prestigio social a determinados individuos destacados dentro los grupos sociales que la utilizaban.

Hasta donde se conoce (o yo conozco, tal como le dije en el comentario anterior), el análisis de los restos observados en dicha cerámica indican que lo que se consumía era cerveza y/o hidromiel, no vino. Si usted establece ahora que esos individuos destacados ingerían preferentemente vino, y los individuos subordinados tomaban cerveza (lo que no deja de ser una interpretación muy libre y gratuita del asunto), quiere decirse entonces que encontramos una profunda contradicción entre el análisis de los restos de la cerámica campaniforme y el uso y asociación de la misma que se adjudica a aquellos individuos relevantes que la utilizaban como elemento de prestigio y diferenciación social. Es decir, si la cerámica campaniforme se asocia a esa capa “aristocrática” de los grupos sociales, y éstos tomaban vino (también para diferenciarse de los que tomaban cerveza, tal como usted sugiere), ¿cómo es posible que no se haya encontrado ninguna traza de restos de vino en la misma? Pues sencillamente porque no se tomaba todavía (salvo que los estudios arqueológicos demuestren lo contrario en el futuro).

Lo lógico, y de acuerdo con lo que se sabe hasta ahora, es concluir que todos tomaban cerveza y/o hidromiel (dentro de esos banquetes o reuniones de cohesión social, ritual, militar, etc.), pero los individuos adscritos a esa capa “aristocrática” lo hacían justamente utilizando la vajilla campaniforme como elemento de diferenciación social, militar, etc.

2º No le niego tampoco la posibilidad de que, antes de la llegada de los fenicios a suelo ibérico, se conociera el uso del fruto de la vid como elemento para fabricar vino, pero nada indica que del mismo se hubiera llegado a derivar una profusión y comercio desde el sudoeste peninsular hacia zonas del norte europeo, y que además fuera asociado a la difusión de la cerámica campaniforme en tiempos en que ésta tiene su desarrollo y expansión. Lo siento, pero tal como lo veo, ello sería también una afirmación excesivamente especulativa y gratuita.

3º Las citas de Tito Livio, Estrabón, etc., que usted subraya, aun cuando pudieran hacer referencia a la antigüedad del consumo del vino entre los pueblos a los que aluden, cabe considerarlas muy posteriores al fenómeno campaniforme, y nada permite que con las mismas podamos remontarnos tan atrás para concluir que el uso y comercio del vino (asociado a la difusión de la cerámica campaniforme) ya vendría derivado desde aquellos tiempos de principios de la Edad del Bronce.

4º En conclusión: es posible que tal vez la arqueología le proporcione algún día elementos suficientes para sustentar con fundamento su sugerente idea, pero de momento me temo que debe todavía esperar o aportar más datos para que su hipótesis pueda tomar mejor forma y llegarse a considerar.

Saludos cordiales

Comentario por F.J. Barragán de la Rosa el septiembre 15, 2009 a las 9:20pm
Un dato que apoya esta hipotesis es las investigaciones que parecen indicar un cultio temprano del vino y la vid en el sur peninsular. En este momento no dispongo de la bibliografia sino de una nota de prensa que señala:
Miembros de las universidades de Cádiz y Valencia y del servicio de arqueología del Ayuntamiento de El Puerto encabezados por Juan José López, descubrieron los yacimientos de la Viña y Pocito Chico del Puerto de Santamaría el lugar de la península más antiguo hasta la fecha donde se ha encontrado vestigios de la agricultura de cereales y legumbres en el m.V a.C. al comienzo del Calcolítico. La investigación ha certificado también la existencia de cultivos como la vid y árboles frutales en esa época. Asimismo pretende confirmar el cultivo del olivo y la utilización del aceite en un periodo muy anterior a los fenicios, lo cual supondría una novedad de gran importancia.
Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el septiembre 16, 2009 a las 12:33am
Hola, de nuevo, Sr. Barragán de la Rosa.

El dato o noticia que usted apunta (por cierto, ¿podría proporcionar el enlace a la noticia), aunque sumamente interesante, resulta muy escueto como para decir que apoya su hipótesis, sobre todo en relación al vino.

Se lo digo, porque, dado lo que usted señala, nada se nos dice de si ese posible cultivo de la vid corresponde a vitis silvestre o a vitis vinífera, lo cual es fundamental saber. Me imagino que debe ir referida a la primera.

Lo que sí le agradecería también, en cualquier caso, es que proporcionara la bibliografía que usted maneja para sostener su hipótesis. De este modo se podrían cotejar mejor los argumentos.

Un saludo cordial
Comentario por F.J. Barragán de la Rosa el octubre 13, 2009 a las 12:37pm
Por dar algunos detalles más de la vid euroasiática original (Vitis Vinifera Sylvestris) en cuanto a su distinción respecto a la domesticada ( Vitis finifera sativa) decir que en el libro "Vid Silvestre en Andalucia" ( Fundación FALCOR) (GR-1783/2007) se hace una excelente mención a su distinción ampelográfica entre unas y otras, su distinción genética y descripción de su habitat de distribución tanto en la actualidad como en el pasado cuando la intervención antrópica aún no era tan devastadora. Este libro ha sido publicado al hilo de la protección de esta especie salvaje y su estudio con vistas a que pudiese servir como portainjertos en caso de plagas sobre el vidueño andaluz, como banco genético de refresco ante la vulnerabilidad de la especie domesticada, y como forma de preservar la biodiversidad en el medio natural de una especie bastante amenazada, por lo que la Junta de Andalucía tiene proyectos de reintroducción y replantación.

Vid euroasiática (Vitis Vinifera Sylvestris, vid labrusca) es una especie que pertenece al a la familia de las Vitaceas, y dentro del genero Vitis (con unas 60 especies distribuidas en todos los continentes pero especialmente representada en Norteamérica) es esa la única que se encuentra en Europa y que permite fabricar el vino a partir de su frutos. Existe en su variedad de planta masculina (improductiva) y femenina cuyos frutos son los racimos de uva labrusca Después de la última glaciación esta especie experimento una gran difusión a partir de sus refugios glaciales como otras especies botánicas. De esta manera llegó a ocupar toda la cuenca Mediterránea y la cornisa Cantábrica, donde aún persiste en forma salvaje. Su habitat son bosques de ribera de ríos y arroyos, terrenos arenosos como por ej. los aledaños la desembocadura del Guadalquivir y en menor medida zonas rupícolas. En todo caso necesita un clima suave y mediterráneo con cierta humedad que le aporta su proximidad al agua, el desarrollo de la planta es una serie de lianas, usadas por los pescadores de Andalucía hasta no hace mucho para fabricar algunos elementos rígidos de ciertas artes de pesca, que se enmarañaban sosteniéndose en árboles tutores de diversos géneros (Alnus -alisos, Fraxinus-fresno, Ficus-higuera, Olea- oliva, Pistacia-algarrobo etc.).

La vid cultivada (suespecie Sativa) surge cuando el hombre domestica la planta, tomando en exclusiva una mutación espontánea contiene tanto flores masculinas como femeninas, esta subespecie hermafrodita es autofecundable y por tanto garantiza la producción de frutos abundantes y al mimo tiempo se puede multiplicar fácilmente por vía vegetativa (esquejes). Se piensa que la inspiración hacia el cultivo, comienzo de la viticultura, vino de su brote espontáneo en basureros donde caían las pepitas del fruto recolectado en el medio natural. Después se concentró la viticultura en los ejemplares hermafroditas y a partir de entonces fue posible seleccionar por hibridación con vides silvestres o con ciertos ejemplares ya en estado más avanzado de domesticación, las variedades que más se adaptasen a las necesidades de los viticultores desde la época del desarrollo de la viticultura en Oriente próximo (concretamente en la región sirio-anatólica VI- V M a.C.). Esta selección se pudo hacer de forma continua y muy rápida por el dominio y la facilidad en la multiplicación de esquejes para la constitución varietal que ha continuado hasta nuestros días (cientos de variedades en el presente).

Aunque la viticultura avanzada se expandió de este a oeste por el Meditarraneo, es posible pensar según estudios arqueobotanicos en la recolección de uvas y en una protoviticultura en el sur de Europa en épocas neoliticas pues se han identificado otros centros de domesticación secundarios (griego-egeo V- IV M a.C., italia meridional III- II M a.C. V y sudeste ibérico II- I M a.C.) En este caso el protocultivo se limitaría a la protección de las plantas salvajes situadas en sus ambientes naturales : tutorización de la vid silvestre, extirpar maleza reduciendo la competencia, podar lianas secas o dañadas y extender sus semillas. Prueba de este protocultivo es que en la región del norte de Portugal de “los Vinos Verdes” este sistema de vid trepadora junto a olmos ha persistido hasta el 1940 .El viñedo autentico surgió anteriormente VI- V M a.C. en cuanto que los orientales deciden desbrozar el terreno con el arado para el cultivo especifico de la Vitis Vinifera Sativa, cuidando las plantas de manera sistemática, dándole por lo general el porte de parras, abonándolas y podándolas (así llegaría al sur peninsular con los fenicios). No obstante también coexistirían viñedos plantados en malos terrenos y las vides estaban esparcidas por estos sin ningún tipo de orden, aprovechándose muy bien el espacio (muchas cepas por unidad de superficie). Tenían el inconveniente de requerir mucha mano de obra para realizar tanto los cuidados de poda y como recogida de la uva, por lo que en las nuevas plantaciones se empezaron a alinear las cepas, dejando mayor espacio entre ellas, con el objetivo de poder usar animales para realizar algunas labores. De aquí surge el concepto de viñedo moderno para producción de vino, mientras que el emparrado ha persistido para la uva de mesa, y las “viñas lianas” han coexistido como reducto de antiquísimas costumbres para vinos de personalidad agreste allí donde se invertía menos en el trabajo y el terreno era más abrupto.
Comentario por F.J. Barragán de la Rosa el junio 24, 2013 a las 1:23pm

La uva euroasiática (Vitis vinifera)  según se dijo en el artículo fue  probablemente domesticada, en la región que se extiende desde las montañas de Zagros noroeste de Transcaucasia a las montañas del este Taurus ya en 7000 aC.  Si bien la evidencia más antigua  de restos de vino nos la ofrece  una vasija del año 5400 a. C. encontrada en la misma zona. Resultaría extraño que si después se produce la expansión neolítica de la agricultura referido a la viticultura  resultado de la misma mentalidad de cultivar plantas salvajes con utilidad,  no se  produjese hasta fechas de alrededor del 3.000 a. C. en que hay datos que apoyan que la vinicultura pudo haber viajado desde Oriente Medio hasta la zona del Mar Mediterráneo.   En todo caso aún no se conoce las  etapas  y como se produjo la expansión desde Medio Oriente hasta Europa de la viticultura. Hasta ahora se ha pensado en el vino y la viticultura como fruto exclusivo de la culturización y comercio fenicio. Negándose la posibilidad de una elaboración  del vino y  protocultivo autóctono temprano, puesto que la planta salvaje existía, aunque ello fuese a costa de un menor rendimiento que el que ofrece la variedad domesticada. Los pellejos y odres no dejan huellas arqueológicas y por ello se prescinde del puesto que pudo ocupar en la distribución de este producto. Teniendo en cuenta que el vino en los odres con resina de pino y otras hierbas, se puede conservar de una manera incluso mejor en ambiente más anóxico que en vasijas cerámicas y con mayores garantías de robustez del envase, es lógico pensar que los odres precedieran a los envases cerámicos.   

En mi opinión existe en este sentido actualmente una opinión desfasada en las concepciones de los arqueólogos quienes siguen asociando a la expansión colonial fenicia el conocimiento del vino en las costas mediterráneas. El mundo académico oficial piensa  que el vino fue expandido por el Mediterráneo a partir del 700 a.C. y diversos pueblos  aprendieron de los fenicios la cultura vitícola. Pero esta conclusión se ha  basado  en el uso ánforas con una forma particular cuando se destinaban al vino y en trazas de compuestos químicos indicadores a niveles de ultratrazas de que estas ánforas contuvieron vino. Las ánforas son contenedores estaban cerámicos  diseñados para el transporte de líquidos y sólidos y permitían la colocación ordenada de carga en el casco de las embarcaciones. Pero debió de existir un paso previo y más primitivo que supondría el uso de los odres.

 A partir de los fenicios el patrón de implantación de la cultura vitivinícola pudo ser que  el vino se importa inicialmente  desde oriente,  permitiendo  eventualmente en muchos casos que emerja una cultura vitivinícola local siempre que el clima lo permitiese con cepas alóctonas transplantadas.  Las vides domesticadas  transplantadas  después  se cruzaron con vides silvestres del lugar dando lugar a todo tipo de variedades cultivadas interesantes que permiten fabricar  un vino propio. Las distintas variedades de vides son las que luego se extendieron por toda la cuenca mediterránea. Pero esto no niega que como sostengo , anteriormente existiese una cultura vitivinícola local en algunas áreas más restringidas del Mediterráneo, en mi opinión lo que pudieron hacer los fenicios valiéndome de un símil químico fue inyectar un germen de cristalización que hizo que los pequeños núcleos cristalinos preexistentes se visualizaran y potenciaran de forma masiva.

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