Esta es la falange humana descubierta en 2008 y que ahora ha sido objeto de un nuevo estudio - IPHES
Fuente: IPHES | 10 de septiembre de 2014
El Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) acaba de publicar en la revista
Journal of Human Evolution,
un estudio basado en el análisis de una falange humana hallada en 2008 en la Sima del Elefante, en Atapuerca (Burgos), de 1,3 millones de años de antigüedad, con la cual se demuestra que la morfología de nuestras manos estaba ya definida en aquellos tiempos.
El firmante principal del artículo es
Carlos Lorenzo (izquierda), investigador del IPHES (Institut Catalá de Paleoecologia Humana y Evolució Social) y de la URV (Universitat Rovira i Virgili de Tarragona), que ha encabezado el trabajo junto con
Adrián Pablos (derecha), investigador postdoctoral de la Universidad de Burgos (UBU) y del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en colaboración con otros científicos de esas instituciones y del Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos. Por parte del IPHES-URV, además de Lorenzo son autores
Rosa Huguet,
Josep Vallverdú y
Eudald Carbonell.
El fósil analizado, identificado científicamente como ATE9-2, consiste en la primera (proximal) falange del quinto dedo izquierdo de un individuo adulto y fue hallada en el mismo nivel que la mandíbula publicada en la revista Nature como el homínido más antiguo de Europa, de 1,2-1,3 millones de años.
Las comparaciones que se han establecido con el escaso registro fósil mundial para esta parte anatómica, y con dos muestras de humanos modernos, indica que el fósil ATE9-2 no difiere en gran medida no de estos ni de los neandertales, por lo que a su morfología se refiere. “Es decir, que la falange, y por tanto la mano, ha cambiado poco en su morfología desde hace 1.3 millones de años hasta la actualidad”, explica Carlos Lorenzo.
“Las únicas diferencias observadas –prosigue- tienen que ver con la robustez del fósil, algo que comparte con los neandertales y los homínidos de la Sima de los Huesos. Esta robustez, o anchura de la articulación distal, parece un carácter primitivo que ya se detecta con otras partes esqueléticas y en homínidos más antiguos. Lo que confirma el hecho de que la especie Homo sapiens se diferencia de otras especies fósiles en su gracilidad corporal”.
Mano del 'Australopithecus sediba'. Science.
Hasta la aparición de esta falange, no hay registro fósil del género Homo para este elemento anatómico más antiguo que los neandertales y los homínidos de la Sima de los Huesos. Solamente existen restos de falanges proximales de mano del quinto dedo de Australopithecus, y algunos restos fragmentarios de los que no se sabe si pertenecen al género Homo o Australopithecus.
“Las falanges de los Australopithecus son curvadas, hecho que algunos investigadores han relacionado con su dificultad o imposibilidad a la hora de realizar y utilizar herramientas de piedra”, puntualiza Carlos Lorenzo. “El fósil de la Sima del Elefante es tan recto como los humanos modernos". Sin embargo, “el modo de fabricar herramientas –continua- ha cambiado mucho desde hace 1,3 millones de años”. Este hecho ha llevado a los investigadores a concluir que las falanges (y por tanto, la mano) de los homínidos ya tenía todas las características morfológicas para realizar herramientas de piedra muy avanzadas hace al menos 1.3 millones de años.
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