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CIAT International (Flickr)
Fuente: alt1040.com | Ángela Bernardo | 19 de noviembre de 2013
El Proyecto Genoma Neandertal comenzó en 2006, impulsado por entidades científicas tan relevantes como el Instituto Max Planck, y trata de bucear en las secuencias genéticas que aún pueden encontrarse en restos fósiles de huesos o dientes de esta especie de homínidos.
Aunque aquella iniciativa completó su primer borrador en 2009, la lectura del ADN mediante las modernas técnicas de secuenciación genética sigue dando bonitas sorpresas a los investigadores.
Solo un año después, en 2010, científicos publicaron en la revista Nature la historia genética del homínido de Denísova, emparentado con los neandertales. Comparando las secuencias de ADN obtenidas entre ambos homínidos, hallaron restos de retrovirus endógenos, imposibles de localizar hasta el momento en los genomas de Homo sapiens que se usan como referencia.
¿Qué son estos retrovirus? La ciencia describe a estos elementos virales como restos ancestrales de infecciones de las líneas germinales. La mayor parte de estos retrovirus permanecen silenciados a lo largo de nuestra vida, pero en algunos casos, mutaciones genéticas y otros estímulos, pueden conducir a su reactivación, lo que en ocasiones se relaciona con el desarrollo del cáncer.
Una vez que conocemos qué son estos retrovirus, la pregunta es otra: ¿podrían estos elementos virales haberse conservado y mantenerse en nuestro genoma? Los primeros trabajos de comparación genética de esta posible evolución viral los llevó a cabo el grupo de Jack Lenz, de Estados Unidos, quienes publicaron en 2012 sus resultados en un interesante artículo en Current Biology.
Su estudio inicial concluyó que, al buscar los restos genéticos del retrovirus endógeno humano subtipo K, más conocido como HERV-K, solo hallaron en el genoma humano actual el lugar donde podría haberse integrado.
Sin embargo, según sus resultados, no parecía haber secuencia genética alguna insertada en nuestro ADN, lo que hacía pensar que la infección de este virus en las líneas generales de los antepasados homínidos se pudo producir en el momento de la divergencia de la población que dio lugar a los humanos actuales de los antiguos Neandertales y Denisovanos, estimada hace 400.000 años.
Sin embargo, un estudio realizado ahora por investigadores de la Oxford University, en colaboración con la Plymouth University, podría cambiar nuestro conocimiento sobre los virus neandertales insertados en nuestro genoma. Y es que, al contrario de lo que creyó el equipo de Lenz, sí pueden observarse virus de neandertales en el ADN de nuestra especie.
El trabajo publicado en Current Biology por los equipos de Robert Belshaw (izquierda) y Gkikas Magiorkinis (derecha) examinó el genoma de 67 pacientes con cáncer.
Para su sorpresa, varias de las personas afectadas presentaban 7 de las secuencias genéticas de estos virus neandertales escondidas en su ADN.
¿Podrían quedar restos genéticos de virus neandertales en otras partes del genoma? La respuesta es afirmativa, ya que se encuentran en localizaciones escondidas, es decir, en secuencias repetidas de ADN, por lo que su búsqueda es tan compleja como el famoso proverbio de hallar una aguja en un pajar.
Que nuestro genoma presente retrovirus endógenos no es algo novedoso, ya que desde hace tiempo sabemos que casi el 8% de nuestro ADN contiene este tipo de elementos virales. Lo novedoso ahora es que estos virus neandertales se hayan podido localizar en el genoma actual, y llama mucho la atención que estos resultados se hayan obtenido en pacientes con cáncer.
¿Significa acaso que estos restos de virus neandertales, aparentemente bien escondidos, podrían tener relación con el desarrollo de enfermedades como el SIDA o el cáncer? Aunque aún no podemos dar respuesta a esta pregunta, lo cierto es que los investigadores tratan ahora de entender el rol que juega la familia HML2, que pertenece a un tipo de virus neandertales, en la aparición de estos trastornos.
Los restos de estos virus neandertales en nuestro genoma vuelven a demostrar que el ADN de cada persona es único, y en algunos casos, estas secuencias genéticas pueden estar o no activas. Entender qué rol juegan en el desarrollo de algunas enfermedades no solo sería importante desde la perspectiva de la evolución humana, sino también desde un punto de vista médico.
Artículo relacionado:
* Neanderthal virus DNA spotted hiding in modern humans (New Scientist)
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