La lesión en el cráneo del hombre de Maba, en el cuadrado rojo.  Universidad de Witwatersrand

Vía: ELMUNDO.es | Rosa M. Tristán| 21 de noviembre de 2011

 

La especie humana, desde sus más tempranos orígenes, no ha podido reprimir su agresividad. El estudio de un cráneo de hace 126.000 años, encontrado en un yacimiento de la provincia china de Guangdong, así lo confirma. Según el nuevo análisis del fósil, el boquete de 14 milímetros que tenía aquel individuo en su cráneo no es fruto de un accidente, sino de una pelea con un congénere en la que recibió un fuerte golpe con un objeto pesado.

 

Los investigadores apuntan, en un trabajo publicado en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS), que la herida fue realizada con un arma roma. "Es un pequeño ejemplo de cómo los humanos de la Edad de Hielo se pegaban, posiblemente el ejemplo más antiguo de agresión documentada en nuestra especie", afirma Lynne Schepartz, de la Universidad del Witwatersrand (Sudáfrica), uno de los comentarios de autores del artículo.

 

Los paleontólogos reconocen que no es posible tener la certeza absoluta de si la agresión fue accidental o intencionada, ni si fue fruto de un desacuerdo coyuntural o fue planificada y premeditada. Sin embargo, como reconoce Schepartz, identificar una lesión traumática es de gran interés para ayudar a conocer el comportamiento humano en aquellos tiempos y, además, aporta datos sobre la capacidad que tenían de sobrevivir con una grave herida en la cabeza.

 

Cuatro posiciones del mismo cráneo, en el que se observa la fractura. | PNAS

Ayuda del grupo social

 

"El herido de Maba tuvo que necesitar ayuda de su grupo social, y eso quiere decir que alguien tuvo que cuidarle y proporcionarle comida hasta que se curó su herida", señala el investigador, que ha trabajado con el chino Xiu-Jie Wu y con Erik Trinkaus, de la Universidad de Washington.

Cuando se encontró el cráneo de Maba, en 1958, también se descubrieron restos de otros mamíferos en la misma cueva. Fueron unos campesinos quienes se toparon con los huesos cuando quitaban sedimentos dentro de la cavidad para echar fertilizante. El cráneo se encontraba partido en varias piezas, que fueron ensambladas por los paleontólogos de hace medio siglo.

 

Sin embargo, aquellos investigadores no supieron determinar a qué se debía la lesión curada que se apreciaba (foto a la izquierda), si había sido causada por una infección, un tumor, quemaduras o golpes. Es por ello que ahora se retomó su estudio. Los investigadores utilizaron técnicas de estereomicroscopía y un escáner topográfico de alta resolución para analizar la estructura interna del hueso.

 

La conclusión fue que el golpe en la parte derecha frontal se debía a un impacto localizado, suficientemente fuerte como para producir ir un agujero. "Con anterioridad, se han encontrado heridas en restos de neandertales y otros homínidos, pero no se sabe si fueron accidentes de caza o agresiones. También se sabe que los neandertales practicaban el canibalismo, así que agredían a otros individuos para comérselos, pero en este caso es la guerra por la guerra y eso marca la diferencia", explica el paleontólogo Jordi Agustí, del Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES).

 

Noticia relacionada:

* Evidence uncovered of world's oldest violent argument

 

Post de Terrae Antiqvae relacionado:

* El extraño caso del neandertal asesinado

 

 

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Comentario por Patricia Priano el noviembre 22, 2011 a las 7:19pm

evolucionados o no... seguimos siendo igualitos... aunque la mona se vista de seda...

queremos ignorar nuestra agresividad y no nos damos cuenta que es parte de la humanidad (desgraciadamente)

Comentario por Paco Aceitero Sac el noviembre 22, 2011 a las 8:19pm

Nosotros hemos sobrevivido gracias a la tribu. En la tribu las hembras compartían y aliviaban indistintamente todos los machos "impacientes" y las proles eran de todos mantenidas y cuidadas por las hembras.Los machos a cazar de forma colectiva y competitiva.La sociedad tribal aliviaba muchas tensiones y conatos de violencia. La familia es un "invento moderno", convencional e institucional...y muy retorcido. Se justifica, entre otras consideraciones, en un concepto machista como es el cabeza de familia y su representatividad e importancia social...Una sociedad como fue la romana es el paradigma de todo ello.

Comentario por Patricia Priano el noviembre 22, 2011 a las 9:10pm

en la del mono desnudo??

Comentario por Horacio Atilio Fleitas el noviembre 22, 2011 a las 9:37pm

Que poco hemos aprendido, seria bueno empezar de nuevo.

 

Comentario por Augusto Pugliese Rossi el noviembre 23, 2011 a las 7:26pm

Nihil novum sub solem. No tenemos porqué pensar que nuestros antepasados eran menos agresivos que nosotros. Lo importante es que sobrevivió gracias a los cuidados de otros.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el noviembre 24, 2011 a las 12:26am

Lo siento, pero no estoy de acuerdo en que nada ha cambiado respecto al instinto agresivo que acompaña al ser humano. En realidad, en términos generales, mucho más interesante que verificar que dicho instinto agresivo sigue presente en nosotros desde la prehistoria, es constatar cómo este ha ido ritualizándose (culturalmente) en sus posibles manifestaciones con el fin de que no alcanzara sus peores desarrollos (por la causa que fuese), y con independencia de que se hayan dado (o se sigan dando) casos que parecen demostrar lo contrario.

Y otra pregunta interesante sería saber hasta qué punto la humanidad podrá seguir mitigando los efectos del instinto agresivo mediante estos procesoso de ritualización cultural. Me temo que al vivir en una biocenosis como en la que vivimos ello vendrá dado, en ultísima instancia, por las posibilidades finales de supervivencia, primero del individuo y luego de la especie.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el noviembre 24, 2011 a las 2:34am

En realidad, Servan, las posibles consecuencias negativas del instinto agresivo son siempre posteriores a otros problemas más graves para la supervivencia de la especie. Las múltiples contradicciones y problemas que surgen en un planeta habitado ya por más de 7.000 millones habitantes no son algo que sea fácil de conjurar o mitigar.

Comentario por Augusto Pugliese Rossi el noviembre 24, 2011 a las 5:26pm

 Creo que nuestra agresividad es una sola, se ejerza dentro del grupo para determinar nuestra jerarquía o se ejerza fuera de él para depredar. La necesaria ritualización de esa agresividad ha ido haciéndose cada vez más compleja en la misma medida en que las sociedades humanas se hacían complejas, pero, a lo largo de nuestra evolución, no hemos desarrollado ningún mecanismo que inhiba esa agresividad que sigue siendo la misma desde que existe nuestra especie. Quizá esa sea la clave del progreso humano, Guillermo: el tener al mismo tiempo la capacidad de construir una sociedad sublimando los conflictos y de actuar con toda ferocidad como guerreros o cazadores.

Que la agresividad nos fascina lo vemos cotidianamente en nuestra literatura, películas, etc.; ritualizada la encontramos en el mundo laboral, económico, político o deportivo y consideramos la competencia como una virtud. A veces, en el ámbito del delito, esa agresividad surge sin disimulo, pero es en las guerras donde los frenos terminan cayendo y personas corrientes se convierten en el más peligroso de los animales.

Nuestra rapacidad, Servan, es una faceta de nuestra agresividad. Al ser expulsados del Edén, por comer el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, se nos impide comer el fruto del árbol de la vida. Es una metáfora apropiada a la situación en que hoy se encuentra nuestra especie.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el noviembre 24, 2011 a las 10:19pm

Totalmente de acuerdo con usted, amigo Augusto. Ciertamente, no tenemos mecanismos inhibitorios de la agresividad (salvo que, en cierta medida, consideremos los procesos de ritualización como un resultado funcional con capacidad inhibitoria), sino represores, bien por vía indirecta (la moral, la ética, la religión, la educación, etc.), o bien por vía directa (las leyes, con los correspondientes castigos de su vulneración), las cuales necesitan, a su vez, de sus pertinentes dosis de violencia/agresividad para poder ser ejercidas cuando se ponen a recaudo del Estado. Recaudo, en definitiva, que hemos hecho en tiempos relativamente modernos para no terminar matándonos unos a otros por un quítame allá cualquier cosa. Con todo, ya digo, nunca como ahora se ha logrado una mayor racionalización de ese instinto agresivo.

Saludos

Comentario por Patxuka de Miguel el noviembre 25, 2011 a las 6:41pm

He leido el artículo periodístico que nos ofreceis con interés. De entrada la lesión no es de 14 centímetros, no creo que tenga ni siquiera 14 milímetros. No veo la perforación. La evidencia de traumatismos de este tipo es frecuente durante toda la Prehistoria, pero es muy arriesgado llegar a conclusiones sobre enfrentamientos interpersonales. Hay mucho que se pueden justificar simplemente con accidentes fortuitos. Respecto a la supervivencia y cuidados, salvo que tenga signos de alteración grave, puede que la conmoción hubiera sido leve, con una recuperación sin incidencias.

 Está claro que durante que en toda la evolución humana los cuidados han básicos para la supervivencia del grupo. Incluso en diversos casos se documenta que las lesiones supusieron claras mermas para el autocuidado, por lo que  debieron requerir redes de apoyo grupal.

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