La ‘Gioconda’ visita a la ‘Gioconde’

La 'Gioconda' del Prado, en la muestra del Louvre. / CHARLES PLATIAU (REUTERS)


Miguel Mora / El País

El antiguo azul tenue del manto de la Virgen es ahora de un lapislázuli muy vivo. El peinado y el velo de Santa Ana aparecen tan nítidos que casi se pueden tocar. En el rocoso paisaje del fondo, la célebre perspectiva atmosférica de Leonardo, perfilada con la misteriosa técnica del no finito, y sus grises vibrantes se han aclarado tanto que el comisario asegura que se puede ver un torrente de agua al fondo —quizá olvidó añadir “con una buena lupa”. La Santa Ana de Leonardo da Vinci, su obra más ambiciosa y la más meditada, un enorme óleo sobre madera de álamo macizo (168 x 130 centímetros) que el genio arrastró por Europa durante los últimos 20 años de su vida (1452-1516), brilla ahora con una luz majestuosa y más que un cuadro parece una escultura.

Después de una restauración de 18 meses, que escindió al comité científico internacional formado por 16 especialistas hasta provocar dos sonadas dimisiones, el Louvre abre mañana una exposición abrumadora, que dura hasta el 25 de junio y arropa a la nueva Virgen con el niño y Santa Ana con 135 obras más.

La visita, un martes y con el Louvre cerrado al público, es emocionante, “como asistir a una resurrección o un renacimiento”, según lo define el joven y apasionado Vincent Delieuvin, el conservador del museo que ha organizado la muestra. A su juicio “toda gran obra de arte merece al menos una restauración por siglo”, y esta ha requerido un proceso largo y nada fácil. El Louvre empezó a pensar en limpiar la última e inacabada obra de Leonardo en los años noventa, dado su aspecto apagado y desvaído, y a la vista de los desconchones y las numerosas capas de barniz amarillo que tenía —como la Gioconda—.

Una vez se decidió, en 2009, que era urgente intervenir, se tardó un año en buscar financiación y elegir al equipo de restauradores mediante concurso público. La directora de la restauración es la italiana Cinzia Pasquali, y el mecenas Barry Lam, consejero delegado de Quanta Computer, un grupo de Taiwán.

Pese a que, durante los trabajos, los dos científicos dimitidos acusaron a Pasquali de haber hecho una restauración demasiado agresiva, el museo defiende hoy su tarea como “muy cuidadosa”, y afirma que se ha seguido el principio de limpiar lo menos posible usando técnicas reversibles para que en el futuro se puedan revisar sin daños.

La parte más complicada fue “limpiar las manchas y retirar las capas de barniz y los repintados” que ocultaban el trazo sutil y a la vez muy físico de Leonardo. Una de las sorpresas que desvelaron los rayos infrarrojos es que había huellas dactilares de Da Vinci impregnadas por todas partes. “Ahora sabemos que metía los dedos en el óleo, que moldeaba las capas con la mano, las aplastaba y ponía nuevas capas hasta alcanzar el efecto relieve deseado”, cuenta Delieuvin.

La Santa Ana fue la gran obsesión del maestro toscano, el mejor síntoma de su perfeccionismo, según los más de 50 estudios y dibujos preparatorios, venidos en su mayoría de la colección real de los Windsor y de la National Gallery, que presta también el único cartón original que se conserva de los tres que hizo Leonardo (conocidos por una copia de Bresciano que viene del Prado, y por sendos homenajes-variaciones firmados por Rafael y Miguel Ángel).

Ese impresionante boceto inicial, fechado en 1500, que recuerda de una forma extraña a la potencia de Picasso, presenta cuatro figuras en vez de tres (Juan Bautista se cayó al final del cartel, sustituido por el inocente corderito que anuncia el trágico destino del niño) y se expone por primera vez junto al resultado final.

Concebida en Florencia, abandonada para pintar la Batalla de Anghiari en el Palazzo Vecchio, ejecutada sobre todo en Milán y terminada sin terminar en la corte de Francisco I de Francia, donde murió Leonardo, nadie sabe bien quién encargó la obra; los historiadores dudan entre Luis XII de Francia y un coleccionista florentino. Pero sí se sabe que de la Santa Ana se empezó a hablar en 1503, y que Leonardo se la llevó —junto a la Gioconda y el maravilloso San Juan Bautista, que también se expone ahora— cuando en 1516 se marchó a Francia.

Según Vincent Delieuvin, la obra es “su testamento científico y artístico, todo su mundo está ahí, toda su sabiduría. La renovación de la iconografía, el dinamismo de la escena, la naturalidad, el paisaje, la vida y la tragedia de los personajes, la ligereza de los trazos le dan un efecto mágico, y entendemos por qué en 1517 ir a ver la Santa Ana al estudio de Leonardo era ya una gran atracción”.

¿Y por qué tiene más fama y seduce más la Gioconda? “Porque mira al espectador directamente, porque es un retrato no divino, porque es más próxima, porque esa sonrisa nos interpela y es una estrella inigualable”. La dirección del Louvre pensó trasladar temporalmente la Mona Lisa a las salas del entresuelo donde se expone la Santa Ana. Al final desistió, pensando que los 20.000 visitantes diarios que entran al Louvre para verla no permitirían apreciar el perdurable influjo de esta Virgen lánguida que fascinó a Delacroix, Degas y Max Ernst.

Otra de las joyitas de la exposición es la humilde Gioconda madrileña. El hallazgo del Prado tiene un lugar preferente, a 25 metros de la Santa Ana, y muy cerca delSan Juan Bautista. Colorista y pimpante, su llegada al hogar de su modelo recuerda que la Mona Lisa es solo un oscuro y borroso reflejo de lo que fue. Barnizada hasta la suciedad, metida en su jaula de cristal, entristecida por el paso del tiempo. ¿Se atreverá el Louvre a tocarla? “La restauración de la Santa Ana, y la magnífica restauración de la copia del Prado han demostrado que técnicamente es posible restaurar la Gioconda”, dice el comisario. “Ahora la vemos con otros ojos, la copia de Madrid nos ha revelado detalles que no conocíamos. Todavía está mejor de lo que estaba la Santa Ana. Pero un día habrá que hacerlo, porque cada día está más oscura.



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Comentario por Percha el marzo 28, 2012 a las 9:55am

La "visión" de ABC de la nueva exposición. Haciendo amigos, y hablan de chovinismo:

La «Gioconda» del Prado sigue siendo «boicoteada» por la prensa fra...

Comentario por ALIADO el marzo 29, 2012 a las 5:12pm

A mi me parece que se han quedado cortos. Los franceses se merecen todo eso y mucho más.

Saludos.

Comentario por Percha el marzo 29, 2012 a las 6:13pm

Claro, Aliado, en ese artículo de ABC no hay chovinismo por nuestra parte. 

Lo que ocurre es que la exposición es por la restauración de la Santa Ana, no por nuestra Gioconda, además de que es falso que la prensa francesa no se haya ocupado de ella. Aquí le dejo dos artículos ocupándose de ella a raíz de la exposición, Le Monde y Liberation, por poner unos ejemplos.

Comentario por ALIADO el marzo 30, 2012 a las 12:05am

"Est-ce Salaï, l'élève androgyne et voleur, à qui le maître lègue ses tableaux"  "L'intérêt de la copie ne réside pas dans sa qualité artistique mais dans ce qu'elle nous apprend de l'original et du processus créatif de Vinci."

No me parecen muy justas estas frases a la hora de definir un cuadro. Estoy completamente seguro de que si los dos cuadros hubieran estado siempre en Francia, no se referirían al nuestro de ese modo.

Saludos.

Comentario por Roberto el marzo 30, 2012 a las 1:47am

El artículo del ABC es puro chovinismo ibérico en dura competición con el legendario chovinismo francés que intenta crear una polémica donde no la hay y la segunda frase en francés es basicamente la postura del conservador de Prado y responsable de la obra, Miguel Falomir, que considera que la obra es de un autor que no es de primera fila (lo dice literalmente) o ente otros de Martin Kemp, uno de los máximos expertos en Leonardo. Creo que deberiamos centrarnos en que la obra aporta una información muy valiosa (al menos mucha más información que la que hasta ahora había aportado cualquiera de las otras copias de la Mona Lisa que parecen copiar directamente la obra una vez acabada) sobre las prácticas en el taller de Leonardo.

Muy posiblemente a su regreso al Prado la obra no formaría parte de la colección permanente de no ser por la expectación que ha generado y sobre todo porque el Prado posee una colección bastante escasa de obras italianas de comienzos del XVI.

Pongo un enlace a una recopilación de copias de la Mona Lisa, aunque la mayoría de las fotos no son de muy buena calidad:

http://www.flickr.com/photos/61538883@N04/sets/72157626483895843/wi...

Se ha dicho que la obra del Prado muestra los colores originales de la obra de Leonardo, ahora velados por los barnices de la obra del Louvre, pero prácticamente todas las copias muestran unos colores más cercanos a la obra original que a la obra del Prado, pero la edad de la modelo en las diferentes copias va desde adolescente hasta mujer madura como la original. ¿por qué?

Comentario por Percha el marzo 30, 2012 a las 9:29am

Aliado, no pretendía entrar en un debate sobre el chovinismo francés, bien conocido. Lo que ocurre es que el artículo de ABC hace lo mismo, y lo que es peor faltando a la verdad, la prensa escrita se ha ocupado de la copia del Prado y estoy seguro que la gráfica también. Es más, en el artículo que sirve de base a este post, el comisario de la exposición, el Sr. Delieuvin, habla muy bien de él y de su restauración.

Y además el artículo de ABC aparece en la sección de cultura, más parece un editorial, refiriéndose a la presentación de una exposición organizada con motivo de la restauración de la Santa Ana de Leonardo, casi ná, y en el mismo sólo se hace referencia, y breve, a este hecho, resaltando además la polémica. Ni siquiera opina sobre ella. Más parece que el autor se dedicó a espiar a los fotógrafos para ver que hacían, y poco más. Patético.

Comentario por Roberto el marzo 30, 2012 a las 11:26am

El artículo del ABC pretende crear una polémica donde no la hay, apelando a la secular competencia entre Francia y España. Según su tesis y la de bastante gente en comentarios a la noticia, el motivo de que no se expongan juntas o que los franceses la ignoren (lo cual ha quedado desmotrado que es falso) es que la del Prado es la mejor y que los franceses no lo soportan y por eso la ningunean y esto es ridículo y solo cabe en la cabeza de quien ve esto como una competición.

Comentario por Percha el marzo 30, 2012 a las 2:22pm

Así es, Roberto, pero es más, aparece hoy una de las consecuencias que para el Louvre ha tenido la aparición de la copia del Prado, raro ya que según ABC la boicotean:

El Louvre cambia la datación de 'La Gioconda' (El País)

Al tenerlos todos juntos se notan más las diferencias. Y las semejanzas. Así que, tras analizar la copia de La Gioconda del Prado, que llegó la semana pasada a París, y la recién restaurada Santa Ana, el Louvre ha cambiado la datación de laMona Lisa original. Hasta la fecha, se consideraba que Leonardo da Vinci pintó su obra más famosa entre 1503 y 1506. Ahora el abanico se amplía: el cuadro pudo ser realizado entre 1503 y 1519. La revista Art Newspaper asegura que las otras dos obras también comparten las nuevas fechas.

El mismo magazine británico explica que algunas de las pruebas que han llevado al museo francés a esta modificación se deben al análisis de La Gioconda del Prado. Y es que el paisaje de ambas monas lisas, estudiado con rayos infrarrojos por los expertos, parece inspirado en un dibujo de Leonardo de la Colección Real Británica y que está fechado entre 1510 y 1515.

La modificación establecida por el Louvre aparece en el catálogo de la exposiciónSanta Ana, la última obra maestra de Leonardo da Vinci, que abrió sus puertas ayer y que permite ver la copia del Prado de la Mona Lisa y la Santa Ana tras su recientelifting.

Además de la exposición, La Gioconda del Prado se ha encontrado en París con untour de force. Según Art Newspaper, cuando el Louvre cierra sus puertas, la obra pasa bajo la mirada de un pequeño grupo de especialistas, que se dedica a analizarla centímetro por centímetro, en busca de más detalles y más descubrimientos.

Comentario por Percha el mayo 24, 2012 a las 6:24pm

Hoy en El País se da noticia de la conferencia ofrecida por Vincent Delieuvin en el Museo del Prado, relativa a la Santa Ana, su restauración y temas adyacentes:

El testamento del perfeccionista Leonardo

Iker Seisdedos

En el reparto de papeles de la Santísima Trinidad del Renacimiento italiano, Rafael era el maestro despreocupado de vida y labores ligeras; Miguel Ángel, el hombre de la feroz determinación superado por el mal genio; y Leonardo, el esclavo de la perfección paralizado por la enormidad de sus empresas artísticas y científicas. Esto último, dato bien conocido, volvió a quedar demostrado anoche con la brillante conferencia sobre la restauración de la Santa Ana que el conservador de pintura italiana del museo del Louvre, un jovencísimo Vincent Delieuvin, impartió en el Prado.

El rescate al que fue sometida durante 18 meses la tabla, propiedad del Louvre, así como el proceso de investigación necesario para montar la muestra de 135 piezas (entre ellas, la Gioconda del Prado) que le dedica el museo parisiense hasta el finales de junio, han desvelado secretos que Delieuvin desgranó con contagioso entusiasmo y un español envidiable.

En el proceso resultó crucial el descubrimiento en 2005 en la universidad de Heidelberg de una edición de Cicerón, impresa en 1477, que contiene una anotación datada en octubre de 1503 del funcionario de la cancillería florentina y colaborador de Maquiavelo Agostino Vespucci en el que compara a Leonardo da Vinci con Apeles, gran pintor de la Grecia Antigua. También se hace referencia a la Santa Ana trinitaria y a la famosa Lisa Gherardini, en un apunte que sirvió para disipar todas las dudas sobre la identidad del personaje retratado en La Gioconda.

Esto viene a confirmar que Leonardo le dio vueltas al cuadro desde 1500 hasta su muerte en 1519. También que, en contra de lo que se creyó siempre, Da Vinci se atascó en el proceso de acabado de la tabla y no tanto en su concepción. Delieuvin se apoyó en imágenes y en el resultado de las reflectografías infrarrojas efectuadas durante la restauración para surcar las procelosas aguas del proceso de creación leonardiano (se llegaron a hacer tres cartones aunque solo se conserve el de Londres, propiedad de la National Gallery y presente en la exposición) y una docena de dibujos. De hecho, recordó el conservador, “se trata de la única obra del pintor de la que ha sobrevivido tanto material preparatorio”.

La exposición rastrea la influencia de la pieza, que cuenta la terrible historia de una madre que acepta la muerte de su hijo, en el arte occidental: de Miguel Ángel o Rafael (que no la vio terminada) al surrealista Max Ernst. En su preparación se fijaron las tres teorías sobre quién pudo encargar la pieza. Pudo ser un capricho de Luis XII y de su mujer Ana durante la invasión francesa de Venecia, o quizá la iniciativa partió del propio Leonardo, porque buscaba desafiar con esta tabla a Miguel Ángel y Botticelli e imponerse como el gran pintor de su época, cimentando así el éxito obtenido en la magistral Última cena. Aunque a lo mejor simplemente respondió a un interés de la diócesis florentina y su recobrado por Santa Ana, símbolo republicano en la ciudad, tras la expulsión en 1499 de los Médicis.

También quedó justificado en la charla de Delieuvin el remoloneo de Da Vinci en sus propias circunstancias vitales. No es ya que la realización de la inconmensurable obra La batalla de Anghiari se pusiera por medio, es que durante la concepción de la Santa Ana vivió, además de en Florencia, en Milán (1506-1508), en Roma (1513-1513) y, hasta su muerte, en Francia, donde se quedó la pieza para siempre, entre las brumas en sfumato propias de la técnica del no finito y su naturaleza de obra inacabada. “Fue sin duda su testamento artístico”, explicó el conservador, que desveló que en el reverso de la tabla se hallaron tres dibujos.

Delieuvin hizo referencia a La Gioconda del Pradoque fue redescubierta durante el proceso de preparación de la expos.... El Louvre la solicitó para ser mostrada junto a la Santa Ana y eso propició la restauración efectuada por Ana González Mozo y Almudena Sánchez, que ayer atendieron a la charla junto a Miguel Falomir, conservador de pintura italiana del Prado. Gracias a ella, la tabla pasó de copia del montón, perteneciente a las colecciones reales desde el siglo XVII, a réplica hecha simultáneamente y de vital importancia para avanzar en el conocimiento sobre el original.

La Gioconda del Louvre, explicó, no podía ser movida para complementar la muestra: “Unas 20.000 personas la visitan cada día y las estancias en las que se encuentra la exposición no están preparadas para tal afluencia de gente”.

También tocó Delieuvin la polémica por la restauración de la Santa Ana, proceso durante el cual dos de los integrantes del equipo técnico denunciaron que el proceso estaba siendo agresivo y dimitieron. “La restauración se debió a meras razones de conservación. Se quitaron barnices y reentelados, pero se dejaron dos o tres capas para evitar entrar en contacto con la pintura de Leonardo”.

Comentario por Augusto Pugliese Rossi el mayo 24, 2012 a las 7:40pm

Gracias, Percha, todo lo que tenga que ver con la exposición del Louvre y la restauración de la Santa Ana es novedoso e interesantísimo. El tema parece inagotable.

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