Red social de Arqueologos e Historiadores
Figurillas de madera egipcias representando la elaboración de cerveza (Museo Egipcio Rosacruz, en San José, California). Foto: Michael E. Smith
Vía: LIVESCIENCE | Charles Q. Choi | 5 de noviembre de 2010 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)
¿Pudo la cerveza haber contribuido al surgimiento de la civilización? Es una posibilidad, dicen algunos arqueólogos.
Su argumento es que los agricultores de la Edad de Piedra fueron domesticando los cereales, no tanto para llenar sus estómagos, sino para alegrar sus cabezas, transformando los granos en cerveza. Esa ha sido su posición durante más de 50 años, y ahora un arqueólogo dice que la evidencia es cada vez más fuerte.
La señal de que la gente recorría grandes extensiones para obtener los granos de cereal, a pesar del duro trabajo que era necesario para hacerlos comestibles, junto con el conocimiento de que las fiestas o celebraciones eran reuniones importantes para el desarrollo comunitario, apoyan la idea de que los granos de cereal estaban siendo convertidos en cerveza, dijo el arqueólogo Brian Hayden (izquierda) de la Universidad Simon Fraser en Canadá.
"La cerveza era algo sagrado en la mayoría de las sociedades tradicionales", manifestó Hayden, que tiene previsto presentar la investigación sobre los orígenes de la cerveza a la revista Current Anthropology.
La aparición de la agricultura comenzó en el período Neolítico de la Edad de Piedra, hace unos 11.500 años. Una vez que los grupos nómadas se habían establecido entraron en contacto unos con otros con más frecuencia, estimulando el establecimiento de costumbres sociales más complejas y poniendo las bases para comunidades más interrelacionadas.
Los pueblos neolíticos que vivían en grandes áreas del suroeste Asia, llamado el Levante, se desarrollaron a partir de la cultura Natufiense, siendo pioneros en el uso de cereales silvestres, lo cual evolucionó hacia una verdadera agricultura y un comportamiento más sedentario. La explicación más obvia para que se diera semejante cultivo es que se hizo para comer.
La evidencia arqueológica sugiere que, hasta el Neolítico, cereales como la cebada y el arroz constituían sólo un elemento menor de la dieta, probablemente debido a que requerían mucho trabajo para conseguir algo comestible de ellos (uno normalmente tiene que reunir, aventar, quitar la cáscara y moler el grano, tareas que requieren mucho tiempo).
Hayden dijo a LiveScience que él había visto este duro trabajo por sí mismo. "En los tradicionales pueblos mayas, donde yo he estado trabajando, el maíz se utiliza para las tortillas y para la chicha, la cerveza de allí. Las mujeres dedican cinco horas al día sólo a moler los granos".
De otro lado, en lugares de Siria se comprueba, sin embargo, que las personas van a veces a sitios inusuales (hasta 40 o 60 Km) sólo para adquirir granos de cereales. Uno podría especular, señala Hayden, que el trabajo asociado con los granos podría haber sido atractivo en las fiestas, durante las cuales a los huéspedes se les ofrecía alimentos de difícil o muy costosa preparación, y la cerveza podría haber sido la razón clave para adquirir los granos utilizados en su fabricación.
"No es que el consumo y la elaboración de la cerveza, en sí misma, ayudara a comenzar el cultivo, sino que es este contexto de las fiestas lo que une a la cerveza con el surgimiento de las sociedades complejas", aclaró Hayden.
Foto: Relieve mesopotámico que muestra a dos personajes bebiendo cerveza de una jarra común a través de un sorbete.
Las fiestas habrían sido algo más que simples encuentros, pues tales ceremonias han tenido un significado social y vital durante milenios, desde la "Última Cena" a la primera "Acción de Gracias".
"Las fiestas son esenciales en las sociedades tradicionales para crear compromisos, formar facciones y vínculos entre las personas, para la creación del poder político, para realizar redes de apoyo, y todo esto es esencial para el desarrollo más complejo de los distintos tipos de sociedades", explica Hayden. "Las fiestas son, además, recíprocas. Si yo te invito a mi fiesta, tú tienes la obligación de invitarme a la tuya. Si yo te doy algo así como un cerdo o una jarra de cerveza, estás obligado a hacer lo mismo para mí o incluso más".
"En las fiestas tradicionales a través de todo el mundo, hay tres ingredientes que están casi universalmente presentes", dijo. "Uno es la carne. El segundo es una especie de grano de cereal (por lo menos en el Hemisferio Norte) en forma de pan o gachas de avena o similares. El tercero es alcohol, y dado que usted necesita suplementos de cereales se ponen en el mismo, así como el tiempo y esfuerzo, los cuales se producen casi exclusivamente en las sociedades tradicionales en ocasiones especiales, a fin de impresionar a los invitados, hacerlos felices y modificar sus actitudes favorablemente hacia el anfitrión".
Foto: Jarra de cerveza de la que se bebía directamente (posiblemente frigia).
La elaboración de la cerveza parece haber tenido un desarrollo muy temprano y está ligada con la domesticación inicial, según se ve durante el Neolítico en China, el Sudán, las primeras cerámicas en Grecia y, posiblemente, con el primer uso del maíz. Hayden dijo que la evidencia circunstancial para la elaboración de la cerveza se ha visto en el Natufiense, y que toda la tecnología necesaria para hacerla está allí: cultivos de levadura, piedras de moler, vasos para cerveza y rocas agrietadas por el fuego como signos del calor necesario para preparar la masa.
"Todavía no tenemos la `smoking gum´ (la pistola humeante) de la fabricación de la cerveza en la cultura Natufiense, con residuos de cerveza en el fondo de las tazas de piedra, o algo así", recordó Hayden. "Pero espero que la gente comenzará a buscarla, dado que todavía no la tienen".
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Foto: Tapones de bronce que servían para sellar las vasijas donde fermentaría la cerveza y con pequeños agujeros para dejar escapar los gases.
He decidido respetar el contenido del título de la información, pero, a tenor de la tesis fuerte del autor del estudio, quizá habría sido más propio decir que fueron la cerveza y las fiestas las que favorecieron el inicio y desarrollo de la civilización.
En cualquier caso, no deja de ser una propuesta explicativa curiosa e interesante, pues, de algún modo, le da la vuelta, en importancia, al argumento de que fue el desarrollo agrícola de los cultivos cerealísticos lo que propició el desarrollo civilizatorio. Es decir, no fue tanto la búsqueda de conseguir alimentos de forma más estable -mediante la agricultura-, sino la necesidad de elaborar cerveza en cantidades apreciables lo que llevó a materializar la actividad agrícola.
Cerveza que sería no sólo imprescindible para el consumo masivo propio, sino también elemento indispensable a la hora de favorece las relaciones de los distintos grupos sociales comunitarios. Lo que nos lleva también a considerar, por otro lado, hasta qué punto pudo ser decisivo también, en esta secuencia de hechos, los actos de hospitalidad con ofrecimientos y regalos de comida y bebidas alcóholicas a los invitados en las fiestas o celebraciones que se llevaban a cabo entre los grupos comunitarios, pues no en vano tales actos habrían de conformar nuevas y productivas interrelaciones en provecho del proceso civilizatorio.
En una palabra, los cereales y la cerveza se presentarían así como artículos de lujo que favorecen la calidad del regalo (el "don" del que nos hablara Marcel Mauss o el "potlatch" del que nos habla Marvin Harris) y, en consecuencia, la posibilidad de establecer pactos de hospitalidad en un estadio superior, en términos sociales y políticos, dentro del fenómeno civilizatorio.
* Muy interesante y complementario con este post resulta la lectura del trabajo titulado: Did the Ancient Israelites Drink Beer?
Un reciente artículo, que viene como anillo al dedo del post, es la descripción del trabajo que realiza el profesor Patrick McGovern y sus colegas en la Universidad de Pensilvania sobre los orígenes de las bebidas alcóholicas y ciertas drogas que se utilizaban a modo de fármacos o ungüentos. Publicado por Cathie Gandel en www.miller-mccune.com, lo he traducido para que sea leído con mayor comodidad.
Descubriendo antiguos fermentos y curas (medicamentos)
Cuando Patrick McGovern se pone sus guantes de látex de "púrpura real" parece un médico. Pero este médico no está trabajando con organismos vivos, sus "pacientes" son fragmentos de cerámica de la antigua China, Egipto, Líbano e incluso Honduras.
A diferencia de los arqueólogos tradicionales que estudian los mismos fragmentos, para que ellos nos hablen del pasado de las civilizaciones, McGovern, director científico del Laboratorio de Arqueología Biomolecular del Museo de Filadelfia en la Universidad de Pensilvania, está buscando evidencias de materia orgánica en estos restos de vasijas, copas y cuencos.
"La mayoría de lo que somos como seres humanos es orgánico", dice McGovern. "Nuestros cuerpos, nuestra ropa, tintes, casas de madera, muebles. Así que cuanta más información se pueda obtener de la parte orgánica, más nos damos cuenta de cómo nuestros antepasados se desarrollaron y por qué somos hoy como somos".
La arqueología biomolecular es el análisis científico de los antiguos restos orgánicos y McGovern es uno de sus más activos investigadores. Aplicando técnicas cada vez más sofisticadas, como la espectrometría de masas y la cromatografía de gas líquido de los residuos pegajosos de color amarillo y rojo en estos recipientes antiguos, McGovern y sus colegas han establecido las primeras evidencias del tinte púrpura real -de ahí el color de los guantes de látex- que se remonta a principios de la Edad del Bronce, 1300-1200 a. C.
Ellos también han identificado las primeras bebidas alcohólicas en el mundo, las cuales datan alrededor del 7000 a.C., provenientes de un lugar del río Amarillo de China, en un valle llamado Jiahu. Era lo que hoy se conoce como una "bebida extrema".
"Cuando descubrímos que era una combinación de cerveza de cebada, fruta de espino, uva de vino, aguamiel y miel, tuvimos una especie de shock", dijo McGovern. "Ahora todo el mundo da por sentado que se mezclan todas estas cosas juntas".
McGovern, quien ha sido apodado el "Indiana Jones de las bebidas alcohólicas antiguas", y es el autor de "Descorchando el pasado: la búsqueda del vino, cerveza y otras bebi..., piensa que las bebidas alcohólicas han recibido una mala crítica a largo de los siglos. "Hay una gran cantidad de prensa negativa sobre el alcohol. En la Biblia, hay versos que dicen que no se beba, pero hay otros que dicen que un poco de vino, a causa del estómago, está bien".
Mientras tanto, otros arqueólogos de las bebidas alcohólicas atribuyen el desarrollo de la agricultura a la búsqueda de la espuma de la cerveza. Más recientemente, Brian Hayden, de la Universidad Simon Fraser de Canadá, sugiere que el deseo de tener alguna bebida alcohólica en las fiestas antiguas fue la causa principal del cultivo de los cereales, lo que fue, en sí mismo, piedra angular de las sociedades modernas. "No es que el consumo y la elaboración de la cerveza en sí misma ayudara a iniciar el cultivo", dijo Hayden a Charles P. Choi de LiveScience, sino que "Es este contexto de las fiestas lo que une a la cerveza y el surgimiento de sociedades complejas" (leer post más arriba)
La arqueología biomolecular quizás pueda ayudar a restablecer el equilibrio. "Al hacer estos estudios, estamos en realidad descubriendo una parte de la historia humana que tal vez no ha sido bien explicada en el pasado y tiene mucho que ver con la forma en que nos hemos desarrollado biológica y culturalmente", aclara McGovern.
Su enfoque actual está en lo que él llama "la oncología arqueológica" o "la excavación para el descubrimiento de drogas". Pasar de una a la otra es natural para McGovern. "Bueno, el alcohol disuelve estos diferentes compuestos de plantas. Como bebida fermentada los productos botánicos pueden ser ingeridos fácilmente o aplicarse sobre la piel".
Trabajando con el Centro del Cáncer Abramson de la Universidad de Pennsylvania, McGovern y sus colegas han descubierto la primeras evidencias de vino con aditivos orgánicos medicinales.
Pruebas llevadas a cabo sobre los residuos hallados dentro de un frasco de la tumba de uno de los primeros faraones, Escorpión I, alrededor de 3150 a. C. revelaron que el vino se había mezclado con hierbas como el cilantro, menta y salvia, así como resina de pino e higos. "Esto nos demostró que los antiguos estuvieron mirando alrededor de su medio ambiente diferentes hierbas y otras sustancias que podrían ser disueltas en las bebidas alcohólicas y administrarlas de esa manera", dice McGovern.
Otras pruebas en un frasco con residuos de un antiguo vino de arroz chino resultó tener la artemisinina. "La artemisinina es muy poderosa. Proviene de un ajenjo, Artemisia annua", dice McGovern. "Tiene una historia muy larga que se remonta a la medicina tradicional china, a la primera receta prescrita conocida como un medicamento, tal vez en el 170 a. C., más o menos. Y la muestra proviene de 1000 años antes de eso. Ello sugiere entonces que la gente ya sabía de estas plantas, que se encuentran en la familia del ajenjo o la Artemisia y fueron utilizadas con diferentes propósitos".
¿Estos particulares compuestos tienen un potencial especial en las terapias modernas?
McGovern responde con un claro "sí", mientras él y sus ayudantes han publicado, en julio de 2010, los resultados en la Revista Internacional de Oncología. (la publicación, en PDF, de su trabajo puede verse aquí). Una extensa serie de prubas in vitro sobre la artemisinina muestran un cierto éxito en la inhibición del cáncer de pulmón y colon.
El siguiente paso es realizar ensayos in vivo con ratones y, finalmente, estudios clínicos. McGovern y su laboratorio están trabajando con el Centro de Cáncer Abramson y el Centro Médico de la Universidad de Pennsylvania, con una subvención de los Institutos Nacionales de Salud para proseguir completamente esta línea de investigación.
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McGovern y sus colegas señalan a la quinina y al ácido salicílico como ejemplos notables de un remedio tradicional y natural que han podido convertirse en fármacos efectivos y modernos. La quinina, proveniente de la corteza de un árbol de América del Sur, era conocida como un medicamento contra la malaria por los nativos peruanos antes de que la ciencia occidental la utilizara, mientras que los beneficios de la corteza del sauce, para aliviar el dolor, era conocida por los antiguos egipcios, griegos y mesopotámicos, mucho antes de que su ingrediente activo se convirtiera en la maravillosa droga de la aspirina.
"Todavía hay muchas preguntas sin respuesta", concluye McGovern. "Pero eso es parte del proceso. Eso es lo que hace importante la arqueología, realmente. Si usted va a Marte y obtiene allí restos de alguna antigua civilización, usted trataría de averiguar quiénes eran esas criaturas. Estamos hablando, básicamente, de descubrir lo que nos hace humanos".
es muy muy interesante y me hace pensar que , si bien es cierto que la ciencia avanza, en algunos casos , como estos , no tanto : que nuestros ancestros sabían mucho .
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