Una nueva investigación cuestiona la afirmación de que el género Homo se originó en respuesta a los cambios ambientales

Instalaciones de la Sala de los Orígenes Humanos, de Anne y Bernard Spitzer, en el Museo estadounidense de Historia Natural. Shannon Stapleton / Reuters.

La afirmación, citada con frecuencia, de que los seres humanos, que son más inteligentes y tecnológicamente avanzados que sus antepasados, se originaron en respuesta al cambio climático ha sido cuestionada en una investigación del Center for Advanced Study of Human Paleobiology de la George Washington University.

Muchos científicos han argumentado que una afluencia, descrita como un "impulso", de nuevas especies animales aparecieron en el registro fósil africano hace entre 2,8 y 2,5 millones de años, incluyendo a nuestro propio género Homo. Los expertos creen que se necesitó un evento a gran escala, como un cambio climático global, para provocar la aparición de tantas especies nuevas y diversas.

Sin embargo, W. Andrew Barr (izquierda), profesor asistente de Antropología en la George Washington University, ha publicado un estudio en el que dice que es posible que dicho "impulso" de nuevas especies podría haber ocurrido por casualidad y no estar directamente relacionado con el cambio climático.

Está generalmente aceptado que, cuando ocurren cambios ambientales importantes, algunas especies acabarán extinguiéndose y otras se originarán, lo cual puede crear un grupo o "impulso" de nuevas especies en el registro fósil.

Ahora bien, no hay una definición estándar sobre lo que se considera un "impulso", por lo que los expertos han discrepado acerca de qué aspectos constituyen eventos significativos y cuáles pueden ser explicados como fluctuaciones aleatorias.

El Dr. Barr ha usado la simulación por computadora a fin de crear un modelo sobre el registro fósil que ha aparecido con el tiempo, pero con ausencia de cualquier cambio climático, y encontró que el conjunto de aspectos que daban origen a las especies eran de la misma magnitud el conjunto de aspectos observados en el expediente fósil. "Esto significaba que los patrones al azar están probablemente infravalorados sobre el papel que juegan en la fluctuación de la especiación", dijo.

Los hallazgos del Dr. Barr significan, en consecuencia, que los científicos pueden necesitar repensar ideas ampliamente aceptadas acerca de por qué los antepasados ​​humanos se hicieron más inteligentes y sofisticados.

"La idea de que nuestro género se originó hace más de 2,5 millones de años como parte de un "impulso" sustitutivo en respuesta directa al cambio climático tiene una profunda historia en la paleontropología", declara el Dr. Barr. "Mi estudio muestra que la magnitud de ese 'impulso' podría haber sido causado por fluctuaciones aleatorias en las tasas de especiación. Ello implica que quizá necesitemos ampliar nuestra búsqueda sobre por qué nuestro género surgió en ese momento y lugar".

Cada rectángulo azul muestra el rango de una especie fósil hipotética, con una fecha de origen y extinción. El cuadro resaltado en rojo muestra un conjunto de aspectos de generación (de especies) que se producen aproximadamente al mismo tiempo. CRÉDITO: W. Andrew Barr

El Dr. Barr comparó el modelo con tirar una moneda al aire. Si usted tira al aire una moneda 100 veces, usted esperaría registrar 50 caras y 50 cruces. Sin embargo, si usted tira la moneda solamente 10 veces, podrá ver que puede haber un desequilibrio más grande, registrándose, por ejemplo, siete caras y solamente tres cruces. Esto puede observarse en un periodo de tiempo, pero incluso en el corto plazo se puede constatar distintos resultados al tirar monedas al aire, dijo.

Del mismo modo, las fluctuaciones que se observan en la rotación del modelo del Dr. Barr son pronunciadas, pero son causadas puramente por procesos aleatorios.

"La idea de que el origen del 'Homo' es parte de un impulso de recambio, causado por el clima, realmente no se sostiene cuando se examinan cuidadosamente las evidencias y se las compara con otras posibles explicaciones", afirma el Dr. Barr.

"Esta investigación desafía a los científicos a tener más cuidado con las historias que los mismos cuentan sobre la historia de la adaptación humana. Los rasgos que hacen a los seres humanos diferentes a nuestros antepasados, como tener cerebros más grandes y una mayor sofisticación tecnológica, podrían haber surgido por una variedad de razones", añade.

"Podemos sentarnos en el presente y contar historias sobre el pasado que den sentido a nuestras adaptaciones modernas. Pero los seres humanos podrían haber evolucionado por razones que no sabemos", concluye.

Fuente: George Washington University | 3 de agosto de 2017 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)

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