La pintura hallada en Pego

Fuente:lamarinaplaza.com| 7 de junio de 2016

Fruto de la fatalidad, ya que es consecuencia del trágico incendio que asoló los valles del interior norte de la Marina Alta hace algo más de un año, tres vecinos de Pego (Alicante) han localizado un hallazgo de enormes proporciones. No en cuanto a sus dimensiones ni por su valor intrínseco, sino por lo que significa de haber encontrado uno de los eslabones perdidos del relato prehistórico de la comarca, y lo que puede significar como primer paso para la búsqueda de más evidencias de la existencia de población neolítica en la zona y de sus manifestaciones artísticas.

La Casa de la Cultura de Pego ha acogido este martes la presentación del hallazgo, y de los trabajos de documentación e investigación que a partir de ahora se van a acometer. En el acto, que ha llenado la sala, los grandes protagonistas han sido los tres pegolinos artífices del descubrimiento, José Sendra, Fernando Sendra y Juan Pastor, tres aficionados a la montaña y a la historia que se toparon con la pintura durante una reciente exploración del Barranc de la Canal.

Los tres vecinos que encontraron la pintura.

Ellos son los artífices, pero el hallazgo no habría sido posible tampoco sin el trágico incendio que arrasó, principalmente, Pego y la Vall d’Ebo en mayo de 2015. Aquel fuego dejó ese enclave “socarrado”, por lo que “un día decidimos ir a ver”, ha narrado José Sendra. Todo lo que antes estaba oculto por la vegetación había quedado al descubierto y era una oportunidad para contemplar lugares recónditos hasta entonces inaccesibles. Y entre ellos, casi por casualidad, otro de los vecinos, Juan Pastor, echó la vista atrás y vio, en lo alto, una pequeña cueva. Y fue en la parte derecha de su entrada donde vieron la pintura.

Los tres vecinos comunicaron el hallazgo al archivero municipal, Joan Miquel Almela, y el Ayuntamiento de Pego inició los trámites. Se comunicó a Patrimonio y ahora el consistorio ha encomendado ya a una técnica de prestigio y con reconocida experiencia en la prospección de yacimientos en las comarcas de la Marina, como Virginia Barciela, el proyecto de investigación que comenzará en breve.

Una imagen de detalle.

Los expertos confirman el carácter excepcional del hallazgo

Tanto Barciela como el jefe de los servicios territoriales de Patrimonio en Alicante, José Antonio López, detallaron el valor de lo encontrado y lo que puede acabar significando.

La pintura localizada representa a un ciervo macho adulto, ya que presenta una gran cornamenta, que acaba de ser cazado. Al menos seis flechas aparecen clavadas en su vientre. En este sentido, sería una figura similar al conjunto de ciervos existentes en el yacimiento de La Sagra, en Alcoi.

José Antonio López y Virginia Barciela.

En cuanto a su datación, habría sido pintada hace unos 8.000 años, en el momento de las primeras sociedades agrícolas y ganaderas del Neolítico, según explicó Barciela.

Aunque la presencia de pátinas negras y desconchados dificulta su interpretación a simple vista, los técnicos ya han tratado la imagen por ordenador, lo que permite no sólo recomponerla, sino también rescatar en gran medida su aspecto original.

Ahora, el proyecto de prospección arrancará en breve, en cuanto la Dirección General de Cultura y Patrimonio autorice los trabajos. Será una exhaustiva prospección no sólo de la cueva (en realidad, una fisura en la roca con 12 metros de profunidad y metro y medio de ancho), pero también de todo el barranco de la Canal.

Y ahí, precisamente, es donde están depositadas las esperanzas de los expertos para que, realmente, se pueda recomponer el eslabón perdido del arte rupestre de la Marina.

A ello aludía José Antonio López.  “Que apareciera en Pego una pintura rupestre es algo que los prehistoriadores estábamos esperando”, dijo. Desde los múltiples hallazgos de los años 80 en el interior de las comarcas alicantinas, fruto principalmente de la labor del prehistoriador y arqueólogo Mauro Hernández y del Centre d’Estudis Contestans, o de los posteriores descubrimientos más próximos al litoral de la Marina, llamaba la atención de los expertos el “vacío” existente en la zona de Pego y les Valls, cuando debía ser “el paso natural de comunicación entre la costa y el interior”. Es decir, que si hay multitud de yacimientos en el litoral y también en el interior alicantino, necesariamente debe haberlos en toda esta área de tránsito. En este sentido, el hallazgo de la pintura “era algo que necesitábamos” para lanzarse a la búsqueda de más evidencias.

De hecho, el lugar donde se ha encontrado la pintura es en “la peor superficie rocosa de toda la Vall, con lo que si eso está ahí, es de suponer que habrá más a lo largo del barranco”. Y no sólo pinturas, sino también otro tipo de yacimientos, recalcó López.

De forma automática, porque así lo dispone la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano para todos los casos del arte rupestre levantino, el yacimiento queda protegido bajo la figura de Bien de Interés Cultural (BIC). Ahora se realizará la ficha del mismo para incorporarlo al catálogo de yacimientos que tiene, a su vez, la protección de la Unesco.

La anécdota: ¿Un ciervo o una cabra?

No es fácil interpretar el arte rupestre, y más cuando no se tienen conocimientos al respecto. El paso del tiempo hace que, por lo general, las pinturas aparezcan parcialmente borradas u ocultas. En el caso de la localizada en Pego, fue fundamental que sus tres descubridores hubieran realizado previamente alguna formación sobre arte rupestre. Aún así, una pintura de este tipo no es fácil de interpretar. Por ello, cuando la encontraron, los tres pegolinos discutieron sobre si se trataba de un ciervo o de una cabra.

El Ayuntamiento de Pego agradece la contribución de los descubridores al conocimiento de la prehistoria de la zona

El hallazgo ha sido cogido con entusiasmo también en el Ayuntamiento de Pego. El alcalde, Enrique Moll, reconocía abiertamente que no había podido morderse la boca desde que supo de él. “Lo primero que me dijeron es que no dijera nada”, señalaba; pero admitió que se le escapó un par de veces.

En todo caso, Moll destacó que no hay mal que por bien no venga, y el incendio de hace un año ha brindado “una oportunidad para ver cosas que antes no se podía” y, por ejemplo, abrir nuevas sendas de montaña. También agradeció a los tres descubridores la contribución que han hecho al conocimiento del pasado de la zona, así como al Centre Excursionista de Pego, al que animó a “que busquen por ahí y a ver si tenemos la suerte de tener un mosaico más amplio de pinturas” que engrandezca ese patrimonio.

Por su parte, la concejala de Cultura, Laura Castellà, expresó la alegría municipal por el hecho de que hayan sido tres vecinos de Pego los descubridores de la pintura. En este sentido, les dio las gracias porque “es por la pasión que tienen por la montaña y por la historia por lo que estamos hoy presentando este hallazgo”.