En la Sima de los Huesos se han recuperado restos de por los menos 28 individuos de una misma especie. Alberto Rodrigo.
Establecer una cronología fiable en un yacimiento tan antiguo como el de la Sima de los Huesos (Atapuerca, Burgos) es muy complejo. De ahí que cada vez que aparece un nuevo método de datación, el Equipo de Atapuerca decida aplicarlo para concretar y centrar su antigüedad, sumando los resultados a los obtenidos con métodos anteriores o con otras investigaciones, como la del ADN.
Una nueva datación acaba de revelar que los fósiles hallados en la Sima de los Huesos tienen una antigüedad mínima de 427.000 años, un dato que aunque se encuentra dentro de los márgenes que manejaban los investigadores (entre 400 y 500.000 años), permite ajustar mejor la edad del yacimiento. Y corrobora también
la cronología que aportó el estudio del ADN humano más antiguo, que situaba en torno a los 400.000 años la edad de estos homínidos.
La investigación se ha realizado combinando las técnicas de luminescencia y paleomagnetismo en los sedimentos que están por encima de los fósiles, proporcionando una antigüedad de 433.000 años a ese suelo. Como la datación del sedimento es siempre posterior a los fósiles, el estudio obtiene para estos restos una estimación de 427.000 años de antigüedad, lo que le sitúa en la horquilla general del Homo heidelbergensis. Y también «sugiere» a los investigadores «que la división entre los linajes Homo neanderthalensis y Homo sapiens tuvieron lugar a principios del Pleistoceno Medio».
La interpretación de estos datos según
Juan Luis Arsuaga (izquierda),
codirector del Equipo de Investigación de Atapuerca, apunta a que
el yacimiento de la Sima de los Huesos se halla «en el comienzo de los neandertales». «Con estas cronologías los fósiles nos indican que son incipientes neandertales, que estamos en el inicio inicial, que ya habría empezado la evolución hacia el neandertal».
Sin embargo, en el ADN humano de la Sima no se hallaron rasgos de esta especie y, evidentemente, ambos resultados deben relacionarse: «Esto nos viene a decir que el neandertal es aún tan incipiente que es posible que todavía no haya intercambiado líneas evolutivas o que genéticamente no todos estuvieran en el mismo linaje», añade.
Para poder concretar aún más una cronología que, según Arsuaga, no cree que pueda ser más antigua «salvo sorpresas», harían falta más dataciones y más ADN, dos cuestiones muy difíciles de obtener: «Es un desafío metodológico y técnico», subraya el codirector del Equipo de Atapuerca.
El método de la luminiscencia, que ya se ha usado en la
Trinchera y con el que trabajan en el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (Cenieh), consiste en determinar la cantidad de tiempo transcurrido desde que los granos del mineral sedimentario fueron expuestos a la luz por última vez. El paleomagnetismo averigua las variaciones de intensidad y dirección que ha experimentado el campo geomagnético.
Un congreso de Arqueología Experimental llenará de talleres el parque
La Arqueología Experimental es una disciplina que consiste en recrear las herramientas y el modelo de elaboración utilizados en el pasado. Desde cómo se fabricaba la industria lítica, por ejemplo, a cómo se usaba, reproduciendo los mismos pasos. Este tipo de estudio se utiliza con fines científicos en primer lugar, pero tiene una importante proyección en la didáctica y la divulgación.
El próximo mes de mayo (del 8 al 11) el Museo de la Evolución Humana acogerá el IVCongreso Internacional de Arqueología Experimental, que traerá a la ciudad a unos 200 profesionales, científicos y estudiantes de países como España, Francia, Portugal, Holanda o Dinamarca.
Organizado por Experimenta (Asociación Española de Arqueología Experimental), la Universidad Autónoma de Madrid (la primera universidad española que incorporó esta asignatura), el propio MEH y la EXARC, la red de parques arqueológicos, el congreso quiere ser una herramienta útil tanto para profesores, investigadores y estudiantes como para el público en general, que tendrá la oportunidad de asistir a alguna de las conferencias abiertas y sobre todo participar en los talleres que se desarrollarán en el parque arqueológico de Atapuerca.
La jornada del sábado 10 de mayo se reserva para lo que los organizadores han llamado Experimenta in Live. Se trata de una serie de actividades llevadas a cabo en horario de mañana y tarde donde los ciudadanos podrán retroceder en el tiempo y emular a los homínidos que vivieron en Atapuerca hace miles de años. Quienes se acerquen al parque arqueológico podrán aprender practicando: habrá talleres en los que, por ejemplo, se podrá despiezar una piedra de cordero con un sílex, modelar barro, fundir metales, practicar el tiro, etc.