Vía: www.expatica.com / 24 de enero de 2010  (Traducción: G.C.C.)

Los científicos pueden estar más cerca de comprender por qué algunos seres humanos modernos les disgusta el sabor amargo  presente en las coles de Bruselas, el brócoli y el repollo.

Investigadores españoles dicen que están un paso más hacia la solución de un "misterio de la evolución": ¿Por qué algunas personas les gustan las coles de Bruselas, pero otros las odian?

Han descubierto que un gen en los humanos modernos provoca que algunas personas no les guste una sustancia química amarga llamada feniltiocarbamida, o PTC, y que también estuvo presente en los neandertales cientos de miles de años atrás.

Los científicos hicieron el descubrimiento después de recuperar y secuenciar un fragmento del gen TAS2R38, tomado de los huesos de un neandertal de hace 48.000 años encontrado en la cueva de El Sidrón, en el norte de España, dijeron en un informe publicado el año pasado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

"Esto indica que la variación en la percepción del sabor amargo es anterior a la divergencia de los linajes que llevaron a los neandertales y a los humanos modernos", dijeron.

Las sustancias similares a PTC dan un sabor amargo a las hortalizas como las coles de Bruselas, el brócoli y el repollo y algunas frutas.

Pero también están presentes en algunas plantas venenosas, así que tener una aversión de este tipo tiene sentido en términos evolutivos

"El sentido del sabor amargo nos protege de la ingestión de sustancias tóxicas", dijo el informe.

(Un detalle del gigantesco mural de Charles R. Knight  "Los trabajadores de piedra del río Vézère," de 1920. El cuadro muestra una familia de neandertales en Le Moustier, cueva en el sur de Francia, donde huesos de neandertal y artefactos de piedra fueron encontrados en 1909. Fue uno de los primeros intentos de describir los primeros ancestros humanos en un entorno real.)

Incapaces de probarlo

Lo que más intriga a los investigadores es que los neandertales también poseían una variante recesiva del gen TAS2R38, lo que provocaba que algunos de ellos no podían probar PTC. Una incapacidad que comparten con alrededor de un tercio de los humanos modernos.

"Esta característica ... es un misterio de la evolución", menciona el informe. "Estos compuestos amargos pueden ser tóxicos si se ingieren en grandes cantidades y por ello es difícil entender la existencia evolutiva de los individuos que no pueden detectarlo"

El autor principal del informe, Carles Lalueza Fox, de la Universidad de Barcelona, especuló que esas personas pueden ser "capaces de detectar algún otro compuesto aún no identificado."

Esto les habría dado alguna ventaja genética y explicaría el motivo de la continuación de la variante del gen.

Neandertales y humanos modernos comparten un ancestro común del que divergieron hace unos 300.000 años.

Las excavaciones desde el año 2000 en el sitio de El Sidrón, en la región de Asturias, ha proporcionado hasta el momento  los restos de al menos 10 individuos de neandertal.

Los Neandertales vivieron en diversas partes de Europa, Asia Central y Oriente Medio durante unos 170.000 años, pero sus huellas  desaparecen unos 28.000 años atrás, siendo Gibraltar su último refugio.

¿Por qué se extinguieron es un asunto de intenso debate, ya que existían al lado del hombre moderno.

La investigación del CSIS se publicó en las Cartas de la Sociedad Real Británica de Biología.

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Aunque la noticia tiene ya unos días de publicación, resulta interesante traerla a colación. Por lo menos ahora sabemos por qué algunos -como el que suscribe- detestan las coles de Bruselas, el repollo y el brécoli.

O sea, que no es una cuestión de acostumbrarse culturalmente a determinados alimentos vegetales, de que gusten o dejen de gustar según los hábitos alimenticios, sino que tiene una razón de ser genética de implicaciones evolutivas. Está bien saberlo.