Foto: Primeros granjeros en Europa. Ilustración: Ego Technique.

Un equipo de científicos dirigido por la Universidad de Leicester (Reino Unido) demuestra que la mayoría de hombres europeos desciende de los primeros agricultores que emigraron desde Oriente Próximo hace 10.000 años. Los científicos, que han estudiado la diversidad genética de las poblaciones modernas, arrojan luz sobre la expansión de la agricultura durante los últimos miles de años.

Hasta ahora, el debate sobre si la expansión de la agricultura hacia Occidente desde Oriente Próximo estuvo impulsada por los agricultores que migraban o por la transferencia de ideas y tecnologías a los cazadores-recolectores indígenas seguía dividiendo a la comunidad científica. Sin embargo, el nuevo estudio, que se publica hoy en PLoS Biology, ha examinado la diversidad del cromosoma Y, que pasa de padres a hijos varones, para esclarecer este fenómeno de la antigüedad.

"Nos hemos centrado en el linaje más común del cromosoma Y en Europa, portado por unos 110 millones de hombres. Sigue un gradiente de sudeste hacia el noroeste, alcanzando una frecuencia de casi el 100% en Irlanda. Hemos estudiado la distribución del linaje, su diversidad en las diferentes partes de Europa y su antigüedad”, señala Mark Jobling (izquierda), director del estudio, e investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido). Los resultados sugieren que el linaje se expandió junto con la agricultura desde el Oriente Próximo.

Según Patricia Balaresque (derecha), primera autora del estudio y también investigadora de la Universidad de Leicester añade que “esto significa que más del 80% de los cromosomas Y de los europeos desciende de los agricultores que llegaron. No obstante, la mayoría de los linajes genéticos maternales parecen descender de cazadores-recolectores. Para nosotros, esto sugiere una ventaja reproductiva de los hombres agricultores sobre los cazadores-recolectores indígenas durante el cambio de la caza y la recolección a la agricultura; quizás, entonces, resultaba ‘más sexy’ ser agricultor”.


La agricultura, el paso hacia la modernidad

La creación de la agricultura es quizás el cambio cultural más importante de la historia del ser humano moderno. La mayor producción de alimentos ha llevado al desarrollo de sociedades que se han hecho sedentarias, en lugar de desplazarse continuamente en busca de alimentos. El consecuente crecimiento de la población culmina en los 7.000 millones de personas que habitan en la actualidad en el planeta.

En Europa, la agricultura se ha extendido desde la “Media luna fértil”, una región que se extiende desde la costa oriental del Mediterráneo hasta el Golfo Pérsico, e incluye los valles del Tigris y el Eúfrates.

Fuente: sinc / 19 de enero de 2010

Referencia bibliográfica:

Balaresque P, Bowden GR, Adams SM, Leung H-Y, King TE, et al. “A Predominantly Neolithic Origin for European Paternal Lineages” PLoS Biology 8(1):e1000285. doi:10.1371/journal.pbio.1000285 (2010).

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Bueno, aquí tenemos lo que es el último trabajo de investigación genética sobre el origen poblacional europeo, el cual viene a contradecir las conclusiones que se emitieron en otro informe publicado -por parte de otro grupo investigador-  el pasado mes de septiembre, y que recogimos en el post titulado "Los cromañones no aprendieron a labrar el campo".

Como se sabe, se lleva ya varios lustros de intensa polémica académica entre dos hipótesis rivales:

- Por un lado, una buena parte de la comunidad científica dedicada al estudio de este asunto sostiene que los actuales europeos descienden de los primeros seres humanos que introdujeron la agricultura en Europa central hace unos 7.500-10.000 años.

- Y otro sector de investigadores argumenta que los ancestros de los europeos actuales fueron las poblaciones de cazadores-recolectores que llegaron mucho tiempo antes al continente, hace alrededor de 40.000 años.

A pesar de que ambos utilizan el estudio genético para elaborar sus conclusiones, no se observa que lleguen resultados concluyentes que demuestren quién lleva razón, aún cuando parece que se aprecian (a falta de información más precisa) parciales concesiones en las argumentaciones respectivas.

Para los profanos en materia genética sólo nos queda constatar que, aún cuando ambas posiciones científicas parten del estudio genético, éste parece presentar resultados distintos, o no definitivos, si se toma como punto de partida el análisis del ADN mitocondrial (sólo transmitido por vía materna) o se parte del cromosoma Y (transmitido sólo a los varones por vía paterna).

El reciente trabajo del que nos hacemos eco en este post, y que toma como referencia el cromosoma Y, va en la línea de avalar la hipótesis presentada en el año 2002 por el genetista Lounes Chikhi, de la Universidad Paul Sabatier, de Toulouse, el cual llegó a la conclusión de que la mayoría del ADN analizado (cromosoma Y) procede de esos introductores de la agricultura que colonizaron el centro del continente.

Mientras que los resultados del grupo investigador recogidos en el post referenciado "Los cromañones no aprendieron a labrar el campo", se incardinan dentro de los resultados (tomando como referencia el ADN mitocondrial) ofrecidos en 2005 por el profesor Joachim Burger, que venían a poner de relieve que los actuales habitantes del Viejo Continente no serían descendientes de esos primitivos agricultores, sino de las poblaciones de cazadores-recolectores que llegaron hace 40.000 años.

En estas condiciones sólo queda constatar, como digo, que el fenómeno del poblamiento prehistórico europeo es sumamente complejo de elucidar, por el momento.

Recuérdese, no obstante, que el genetista Bryan Sykes, en su famosa obra "Las siete hijas de Eva", venía a desmontar precisamente, como corolario, la hipótesis de que los actuales europeos descendieran de los agricultores que surgieron en Oriente Próximo en el período Neolítico. Las conclusiones del análisis del ADN mitocrondrial que Sykes reflejaba en su obra, demostraban que era una teoría equivocada y que más del 80% de la población europea tiene su origen en el Paleolítico, miles de años antes de que se inventara la agricultura.

En este sentido, quizá haya que tener más en cuenta la reconstrucción que al respecto elaboró Martin Richard, de la Universidad de Huddersfield, en Inglaterra, según la cual un 6 % de europeos descienden de los primeros ocupantes del continente que llegaron hace 45.000 años. Otro 80 % arribaría hace unos 30.000 ó 20.000 años, antes del pico de la última glaciación; y un 10 % vino en el período Neolítico, hace unos 10.000 años, cuando finaliza la Edad del Hielo y la agricultura comienza a ser introducida en Europa.

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Respuestas a esta discusión

Sí, Sr. Servan, eso es lo que recogía un artículo aparecido en elmundo.es a finales del año 2.008, y que básicamente se corresponde con los estudios realizados sobre los orígenes genéticos de los pobladores de la península ibérica.

Lo cual viene a demostrar la reducida variación interpoblacional del cromosoma "Y" y la parca heterogeneidad que al respecto se ha dado en los lares ibéricos, como consecuencia de la escasa influencia que han tenido los haplogrupos provenientes del norte de África y de Oriente Próximo.

Por lo demás, habría que tener en cuenta, tal como se dice en el artículo referenciado, que el "...20% de españoles que el estudio señala como descendientes de sefardíes podrían haber heredado ese rasgo de movimientos más antiguos, como el de los fenicios o, incluso, primeros pobladores neolíticos hace miles de años". Es decir, que el 20% que se dice específicamente de origen judío sería menor.

Foto: Impresión artística de un agricultor neolítico. - Imagen de Karol Schauer, Sachsen-Anhalt LDA

Un nuevo estudio genético sobre tan controvertido asunto, dirigido por investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia), se ha presentado estos días, según podemos leer en Science Daily (edición del 10/11/2010), en el cual afirman haber resuelto definitivamente este problema sobre los orígenes de las personas que introdujeron la agricultura en Europa hace unos 8.000 años.

El ADN antiguo utilizado en este estudio proviene de un cementerio de los primeros agricultores neolíticos descubierto en la ciudad de Derenburg, en Sajonia-Anhalt, Alemania central, y revela marcadas similitudes con las poblaciones que vivían en el Próximo Oriente Antiguo (la actual Turquía, Irak y otros países) en lugar de los de Europa. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista científica PLoS Biology.


(El profesor Alan Cooper. Foto por Larcombe Randy)

El líder del proyecto, el profesor Alan Cooper, director del Centro Australiano de ADN antiguo (ACAD) anunció: "Esto anula el pensamiento actual, que aceptaba que las primeras poblaciones agrícolas europeas se constituyeron, en gran parte, con las poblaciones de cazadores-recolectores, los cuales habían aprendido rápidamente las técnicas agrícolas o se habían cruzaron con los invasores".


El autor principal del estudio, el Dr. Wolfgang Haak (foto de la izquierda) ha subrayado que "Finalmente hemos resuelto la cuestión de que los primeros agricultores en Europa fueron invasores con nuevas ideas revolucionarias, en lugar de las poblaciones de la Edad de Piedra de cazadores-recolectores que ya existían en la zona".

"Hemos sido capaces de aplicar nuevos métodos de alta precisión de ADN antiguo para crear una imagen genética detallada de esta población agrícola antigua, la cual revela que eran radicalmente diferentes a las poblaciones nómadas (de cazadores-recolectores) que ya estaban presentes en Europa. También hemos sido capaces de utilizar registros genéticos para identificar una potencial ruta desde Oriente Próximo y Anatolia, donde la agricultura evolucionó hace unos 11.000 años, a través de Europa sudoriental y la cuenca de los Cárpatos (la Hungría de hoy) en Europa Central", dijo, finalmente.


Los puntos negros indican la ubicación de las poblaciones de hoy en día utilizadas en el análisis. El color indica el grado de similitud de la población moderna local con el conjunto de las muestras del Neolítico: distancias cortas (mayor similitud) están marcadas por el color verde oscuro, y las de mayor distancia (mayor diferencia) de color naranja, con colores más tenues o degradados entre ambos extremos.

Hay que decir que el resultado no sorprende mucho dado que los últimos estudios ya apuntaban esta dirección. A este respecto pueden verse el post Los cromañones no aprendieron a labrar el campo. No obstante, mucho me temo que, a pesar de las seguridades que aquí se exhiben al respecto del asunto, no terminarán con la polémica, y los partidarios de un origen de la población europea basada en los antiguos cazadores-recolectores no tardarán en volver a la carga y desautorizar estos últimos resultado.
Buenas tardes, Sr. Servan:

Según se puede leer en este trabajo de Razib Khan, en este último estudio los análisis genéticos se han tomado preferentemente del ADNmt, "muy seguramente porque se encuentra en cantidades mucho mayores que el ADN nuclear", pero también se han obtenido algunos resultados del cromosoma Y".

En este caso, como dice el autor: "Sin embargo, con las salvedades en la mano creo que los patrones de ADNmt pueden ser muy informativos, porque si las mujeres están en el movimiento (colonizador) eso es un indicador clásico de una cultura popular nómada, donde todo un pueblo trasplanta su cultura a través de la migración. Muchas más mujeres británicas llegaron al Nuevo Mundo que mujeres españolas, y ahí radica uno de los factores cruciales de la diferencia entre Anglos y Latinoamérica".

Es decir, por lo que respecta a su última reflexión, es normal que en Chile (o el resto de Latinoamérica) el cromosoma "Y" sea predominantemente español, y el linaje de ADNmt femenino sea predominantemente originario-indígena, pues es sabido que fueron muchos más los varones españoles, que mujeres, los que allí fueron.

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