Los útiles, de 1,57 millones de años, se encontraron en una cantera de basalto cerca de Motpellier.

Vía: Público.es / 15 de diciembre de 2009

DANIEL MEDIAVILLA - MADRID

Los humanos ya habían llegado a Europa occidental hace 1,57 millones de años. Unos 200.000 años antes de la muerte de los homininos más antiguos encontrados en Atapuerca, hace 1,3 millones de años, una especie humana ya tallaba sus herramientas en el Valle del Herault, cerca de Motpellier.

Allí, en una cantera de basalto de Lézignan-la-Cèbe, se han encontrado 20 herramientas de piedra labradas al estilo olduvayense (la industria humana más antigua que se conoce) que aquellos individuos utilizarían para descuartizar animales o extraer el tuétano a sus huesos. El hallazgo lo publica un equipo del CNRS (Centro Nacional de Investigaciones Científicas, de sus siglas en francés) en el número de diciembre de la revista Comptes-Rendus PALEVOL.

El nuevo yacimiento lo encontró hace 15 años Jean Rouvier, un habitante de un pueblo cercano que recogió de la cantera un puñado de huesos y diéntes de mamífero fosilizados. En verano de 2008, Rouvier le habló de su hallazgo a uno de los autores del estudio y se comenzó a investigar el yacimiento.

Los paleontólogos se encontraron un gran número de especies antiguas, desde roedores y bóvidos hasta parientes antiguos de los rinocerontes o los elefantes. Además, las lluvias otoñales descubrieron los artefactos humanos que convierten la cantera de Lézignan-la-Cèbe en una nueva referencia para comprender las migraciones de los primeros homininos que poblaron Europa. La conjunción de restos de vertebrados terrestres y trazas de presencia humana en el Pleistoceno inferior europeo solo se encuentra en Atapuerca y en el yacimiento búlgaro de Kozarnika.

Foto: Una vista de las montañas en el Valle del Hérault.


Faltan los huesos

Hasta ahora, se habían encontrado restos de poblaciones humanas en Europa de entre 1,2 y 1,4 millones de años de antigüedad en Bulgaria, España e Italia. Algo más al este, en el yacimiento georgiano de Dmanisi, se habían hallado humanos de hasta 1,8 millones de años. Este tenue reguero de vestigios está ayudando a reconstruir el camino de entrada en Europa de aquellos humanos que comenzaron a elaborar herramientas en África hace 2,5 millones de años.

Por el momento, en Francia no se han encontrado huesos de los autores de aquellas lascas, pero los paleontólogos del CNRS son optimistas. En su opinión, el contexto geológico en el que han aparecido las herramientas puede haber conservado restos humanos. De hecho, los objetos se han encontrado en la superficie del yacimiento. Los niveles de donde proceden aún no han sido excavados y pueden conservar agradables sorpresas.

El año que viene, están previstas nuevas excavaciones para profundizar en el conocimiento de la que, por ahora, es la ocupación humana más antigua de Europa. Además, los paleontólogos quieren estudiar el significado de las marcas de dientes e indicios de carroñeo y huesos roídos que se han encontrado en los fósiles de Lézignan-la-Cèbe. Cada vez hay más pistas para empezar a saber quiénes fueron y cómo vivieron los primeros europeos.

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A continuación podemos leer un comentario al respecto publicado por el paleontólogo, y Director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, Burgos, José María Bermúdez de Castro.

Vía: blogs.publico.es / 15 de diciembre de 2009

Primeros europeos

Desde el feliz primer hallazgo en el yacimiento de Dmanisi en la República de Georgia, allá por el año 1991, y a medida que las dataciones de este sitio nos decían que la primera expansión demográfica fuera de África pudo haber ocurrido hace casi dos millones de años, los hallazgos que confirman una población muy temprana de Eurasia se han venido sucediendo con cierta frecuencia. Y se están produciendo tanto en las regiones más orientales del continente como en las más occidentales. Obviamente, como europeos que somos, estas últimas nos llaman más la atención.

La revista francesa Comptes-Rendus anuncia ahora el hallazgo de un nuevo yacimiento en el valle del Hérault del sur de Francia, en un artículo firmado por un equipo de investigadores del CNRS (el equivalente al CSIC español). El trabajo describe el descubrimiento de un interesante conjunto de herramientas de piedra de manufactura muy arcaica, junto a restos de mamíferos de la denominada fauna Villafranquiense del Pleistoceno Inferior. El hecho de que en el yacimiento esté situado en una cantera de basalto ha favorecido la posibilidad de realizar dataciones, que arrojan cifras en torno al millón y medio de años. Me llama la atención que este trabajo no se haya publicado en una de las revistas de mayor prestigio, como Nature o Science. Es muy posible que la ausencia de restos fósiles humanos (por el momento) haya disminuido el impacto mediático, algo muy deseado por estas grandes revistas.

En cualquier caso, no deja de tener una enorme importancia el hecho de ir confirmando la presencia de una humanidad muy antigua en Eurasia y en particular en la península europea. Los únicos restos humanos conocidos del Pleistoceno Inferior proceden de los yacimientos de Atapuerca: Gran Dolina, nivel TD6, con una antigüedad de hasta cerca de un millón de años y Sima del Elefante, nivel TE9, son un dato de hasta 1,3 millones de años. Pero estamos muy interesados en conocer mejor a esta población europea, en primer lugar para tener elementos de comparación y, por otro lado, para confirmar la existencia de una especie europea (Homo antecesor), diferente y contemporánea de las nombradas en Asia (Homo erectus) y África (Homo ergaster).

Aún me parece posible que las primeros homínidos que entraron en Europa tuvieran un aspecto tan primitivo como el de los homínidos de Dmanisi, con cráneos de 700 centímetros cúbicos, estatura muy baja y proporciones corporales aún no plenamente humanas. Debemos estar abiertos a cualquier posibilidad y pensar que Europa pudo ser poblada mucho antes de 1,5 millones de años por una especie de homínido, que todavía tendrá que ser descubierta y nombrada por la ciencia.

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