Imagen: Xurxo Constela
Los últimos hallazgos genéticos añaden más interés al yacimiento de Cova Eirós
Vía:
Francisco Albo/La Voz de Galicia/ 11de mayo de 2010
Los sorprendentes descubrimientos sobre el genoma del hombre de Neandertal anunciados la semana pasada en la célebre revista
Science -según los cuales las poblaciones eurasiáticas actuales llevan entre un 1% y un 4% de herencia genética de la especie extinguida- pueden incrementar considerablemente el interés científico y la popularidad del yacimiento de Cova Eirós, en
Triacastela. Así lo creen los responsables del proyecto de investigación de los poblamientos paleolíticos del sur lucense que coordina la Universidade de Santiago, dentro del cual se descubrió en el 2008 este yacimiento, el más importante rastro de los neandertales conocido en Galicia y el único del noroeste ibérico que conserva a la vez vestigios del hombre de Neandertal y del hombre de Cromañón u
Homo sapiens actual.
En opinión de
Xosé Pedro Rodríguez, arqueólogo del proyecto Atapuerca que codirige las excavaciones de Cova Eirós,
«el descubrimiento de la hibridación genética que se produjo entre el neandertal y el cromañón hará que crezca aún más el interés por las relaciones entre las dos especies, que es uno de las grandes cuestiones del estudio de la prehistoria y una de los que más curiosidad despiertan a nivel popular». A su juicio, ello hará que aumente también el interés por los yacimientos neandertales y en especial por aquellos que -como sucede en Cova Eirós- guardan rastros del paso de las dos especies humanas.
«En la Península hay también algunos yacimientos con materiales del hombre de Neandertal y del Homo sapiens , pero en el conjunto de Europa son muy pocos los yacimientos de este tipo y su valor científico es muy grande porque permiten comparar mejor los comportamientos de las dos especies y buscar indicios de las relaciones que pudo haber entre ellas», señala Rodríguez. El yacimiento de Triacastela, añade el arqueólogo, puede proporcionar informaciones de gran interés en este terreno.
Foto: Uno de los sondeos realizados en la cueva
Una larga etapa oscura
En las excavaciones realizadas en Cova Eirós en los últimos años apareció, por una parte, un yacimiento neandertal con varios niveles de terreno formados en diferentes épocas. Al nivel más antiguo, que ya fue datado con métodos radiométricos, se le ha asignado una edad de en torno a 84.000 años. En el yacimiento cromañón, por otra parte, se consiguieron datar diversos materiales cuya edad se calcula en unos 30.000 años. Por el momento no hay información sobre lo que sucedió en Cova Eirós entre esos dos momentos, un largo período de más 50.000 años durante el cual las poblaciones neandertales se fueron reduciendo hasta llegar a la desaparición total, mientras el
Homo sapiens se iba extendiendo por toda Europa. Pero los investigadores no descartan en absoluto la posibilidad de reconstruir al menos una parte de esa etapa oscura de la historia de la cueva y de sus habitantes.
Foto: Punta de cuarcita de 3 cm. hallada en Cova Eirós
Xosé Pedro Rodríguez indica que entre los materiales recogidos hasta ahora en Cova Eirós hay una buena parte que aún no ha sido investigada a fondo en el laboratorio y que podría proporcionar nuevos datos sobre ese período por ahora desconocido.
«Todavía tenemos que determinar la antigüedad de un nivel del yacimiento neandertal que es más reciente que el nivel de 84.000 años que ya fue datado», explica. También es preciso analizar y datar otro nivel del yacimiento cromañón más antiguo que el citado nivel de 30.000 años.
«Trataremos de datar con la máxima precisión los materiales más modernos del yacimiento neandertal y los más antiguos del yacimiento cromañón para acortar todo lo posible ese lapso de tiempo del que ahora no tenemos información», agrega.
La investigación de estos materiales -entre los que hay industrias líticas y restos de fauna- puede hacer avanzar significativamente el conocimiento de esa etapa del Paleolítico en la montaña lucense y tal vez llegar a determinar en qué momento la gruta dejó de servir de refugio a los neandertales para pasar a ser ocupada por los
Homo sapiens . Los hallazgos que puedan realizarse a partir de ahora en el yacimiento -en el que todavía quedan más de dos metros de sedimentos sin estudiar- podrían por lo tanto llegar a aclarar si el hombre de Neandertal y el hombre de Cromañón llegaron a compartir en algún momento este territorio o bien si la primera de estas especies ya había desaparecido de esta área geográfica cuando hizo aparición la segunda.
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Sería realmente fantástico que se acabaran encontrando restos óseos de neandertales y H. sapiens en esta parte de Galicia. De momento, mientras no se terminen los trabajos no hay que perder la esperanza. De suceder, estaríamos ante un hallazgo sumamente importante, que no iría a la zaga de lo hallado en cueva del Sidrón (Asturias), por referirse a la zona norte de España.
Seguiremos expectantes.