Uno de los encendedores neolíticos descubiertos en las últimos tiempos en el norte de Israel y el valle del Jordán.

Fuente: biblicalarchaeology.org | Noah Wiener | 9 de agosto de 2012

La capacidad de producir fuego se destaca como un paso independiente en el desarrollo de la humanidad. Los antiguos griegos creían que el embaucador titán Prometeo robó el fuego a los dioses para dárselo a la humanidad, a fin conceder la independencia a nuestra especie. ¿Cuál es la historia real de la interacción humana con el fuego? ¿Cómo los antiguos encendían fuego? En el estudio, recientemente publicado, "Los primeros encendedores", arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén sugieren que los cilindros de arcilla y piedra de dos encaves israelíes, del VI milenio a.C., están entre los más antiguos con los que se comenzó a hacer fuego.

Carbón, cenizas y chimeneas, que se remontan a la época paleolítica, revelan que se aprovechaba el fuego mucho antes. Sin embargo, incluso a través del Neolítico Pre-Cerámico (hacia el VII milenio a.C.), no hay evidencia de artefactos para producir fuego. La mayoría de las primeras pirotecnologías habrían sido creadas a partir de material arqueológico invisible ("frotar dos palos juntos" no deja rastro miles de años más tarde). Los cilindros "mecánicos" hallados, de arcilla y piedra, habrían funcionado de manera similar a la varilla de madera utilizada junto con un soporte de hacer fuego y el arco para hacer girar dicha varilla, de acuerdo con la arqueóloga Naama Goren-Inbar (izquierda) y demás autores del artículo.

Mediante la comparación etnográfica, los arqueólogos razonaron que los pueblos neolíticos habrían hecho girar rápidamente los cilindros en una tabla de hacer fuego, creando calor por la fricción resultante, y causando la forma cónica que se ve en el extremo de los artefactos. Los taladros para hacer fuego de Sha'ar HaGolan (derecha) y Telulyot Batashi son comparables a los objetos hallados en otros enclaves neolíticos del Levante, incluidos Jericó, Mureybet, Tel Brak y Ugarit, lo que sugiere a los arqueólogos que se debe volver a examinar los hallazgos de una serie de yacimientos neolíticos.

Ejemplos de artefactos de barro cocido cilíndricos identificados como los primeros encendedoress. La sección resaltada muestra ranuras de uso que probablemente indican que este fue un taladro que se hacía girar mediante la cuerda de un arco.

Soportes de piedra caliza que sirven para hacer pivotar y girar los cilindros con el fin de hacer fuego.

Los taladros de hacer fuego no son objetos recientemente descubiertos, sino que, antes de la publicación del artículo en PLoS ONE (en acceso abierto), en agosto 2012, fueron mal interpretados y etiquetados como objetos de culto. Ilustrados en los informes preliminares de la excavación, junto con otras figurillas halladas (izquierda), fueron publicados como figurillas fálicas esquemáticas. Sin embargo, las estrías y la forma cónica en un extremo sugieren que tales cilindros se frotaban contra los agujeros de un soporte de hacer fuego, y los arañazos en la parte de arriba de los conos sugieren que los encendedores se hacían girar rápidamente usando un arco, una técnica muy común conocida en la comparación etnográfica (ver foto más abajo).

Los autores del estudio no descartan connotaciones simbólicas, y señalan que los taladros y soportes de hacer fuego pueden reflejar el género de órganos sexuales (y, en opinión del autor de este artículo, la capacidad de crear algo tan impresionante como el fuego no disminuye el valor esotérico o generalmente "especial" de los artefactos).

El artículo "Los primeros encendedores" tiene amplias implicaciones, más allá de los artefactos específicos que describe. Un nuevo examen de estos objetos neolíticos como artefactos funcionales, en lugar de elementos simbólicos, se puede aplicar a otros objetos contemporáneos. Por ejemplo, los autores citan los agujeros creados por fricción en placas de piedra caliza de Kfar HaHoresh para demostrar que en realidad son soportes de hacer fuego, y sugieren que otros artefactos neolíticos, incluyendo ejemplos famosos como los "juegos de mesa", pueden, de hecho, haber cumplido una función práctica.

"Los primeros encendedores" tiene, pues, un valor importante para entender la interacción humana con el fuego, así como con la comprensión de cómo debemos interpretar los artefactos arqueológicos.

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Nota: Aunque la noticia que reseñamos en este post ya salió en agosto del año pasado (y, por lo que sea, no nos percatamos de ello), la expongo, no obstante, dado su curiosidad e interés.