A partir del ADN del hombre de Denisova, científicos rusos afirman que hubo cuatro especies evolucionando en paralelo

Foto: Cueva de Denisova

 

Vía:La Gran Época.com | Anastasia Gubin | 11 de julio de 2011

 

Antropólogos rusos descubrieron restos de las criaturas de Altai en las Cuevas en Denisova, Siberia, y en una reciente investigación presentada a la revista Nature descubrieron que el código genético de estos antiguos seres humanos es muy diferente al del humano moderno, según revelan los científicos en un informe del pasado 9 de julio.

 

La importancia del hallazgo radica en el cambio que generan en la comprensión del desarrollo de la especie humana. Estos restos indican la existencia de una especie previamente desconocida que vivió hace entre 40.000 y 50.000 años.

 

El Instituto de Arqueología y Etnografía SB RAS celebró un simposio en la cueva Denisova, titulado: "Las peculiaridades de la transición al Paleolítico Superior en Eurasia: la dinámica cultural y el desarrollo del género Homo".

 

En el encuentro, antropólogos e investigadores concluyeron que hubo una población previamente desconocida a la que denominaron "denisova", por el nombre de la cueva donde se encontraron los restos. Pero los científicos no pueden concluir cómo es que "denisova" apareció y desapareció. Sólo saben que vivía en esta cueva hace 230.000 años atrás.

 

Razas humanas paralelas, según ADN

 

Los científicos descubrieron que el ADN mitocondrial "denisovano" tiene 202 genes de un ADN neandertal y 385 genes del ADN humano moderno. La población de criaturas de la cueva Denisova es intermedia a la época entre Homo habilis y el Homo erectus conocidos por la ciencia como los antiguos habitantes de la Eurasia: cromañón y neandertales.

 

Se ha hecho mucho trabajo en el análisis comparativo del genoma, incluyendo los núcleos de células derivadas de los restos de 54 genomas de los humanos modernos de todo el mundo y los ADN del Homo sapiens y seis neandertales. Como resultado del estudio, los científicos encontraron que "denisovanos" sólo podría haberse apartado de las ramas comunes de la humanidad un millón de años atrás.

 

Los genes "denisova" no tienen continuidad en los habitantes de Eurasia, lo que indica que los "denisovanos" no estuvieron en contacto con los antepasados ​​de la población actual. Solo la población de los antiguos "melanesios", al este de Asia, tienen del cuatro al seis por ciento del genoma de "denisovanos". Al parecer, los ancestros melanesios alguna vez estuvieron en contacto con los "denisovanos" en dicha zona de Asia.

 

El estudio encontró además que la cultura de los habitantes de la cueva Denisova era más avanzada que la cultura de los neandertales, que vivían en las cuevas cercanas. Las herramientas que se encontraron requieren un proceso de producción más complejo. Por ejemplo, se halló una aguja de cinco centímetros de largo, que tenía un pequeño orificio.

 

Cambiar los textos escolares sobre la evolución

 

Como consecuencia del hallazgo, los científicos rusos pretenden establecer, junto con los antropólogos, en los libros de texto, que el desarrollo humano difiere del concepto de evolución aceptado hasta ahora.

 

"Cada uno de nosotros y de ustedes somos todos descendientes de cuatro ramas de la raza humana. Una de estas ramas es el hombre llamado 'Altai' o 'Denisova' (el nombre de la cueva en la que los huesos encontrados), que vivió hace 50.000 años", declaró el Director del Instituto de Arqueología y Etnografía, Anatoli Derevianko.

 

Antes de los resultados de estos estudios, "se creía que toda forma humana evolucionó, cambiando poco a poco, hasta convertirse en moderna", explica Anatoli Derevianko. "Ahora, hay otra hipótesis: vivieron varias especies juntas y en paralelo", agregó

 

En la conferencia se debatirán los últimos descubrimientos de los antropólogos y los hallazgos de la investigación, entre ellos unos huesos y un cráneo. Los científicos esperan que se dibuje un retrato de un antepasado del hombre moderno.

 

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Es fácil suponer que las conclusiones que aquí se ofrecen le sonarán a Erik Trinkaus, y a todos aquellos que vienen defendiendo la teoría multirregional de la evolución de humana, a música celestial.

En los últimos tiempos varios hallazgos y estudios científicos les vienen favoreciendo en sus consideraciones al respecto.

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