En el plano general del castro, se señalan las zonas intervenidas en 1947-1953 (1), 1979-1985, con limpieza de las anteriores y excavación nueva en la croa (2) y 2002-2006, con sondeos longitudinales y excavación en área en la esquina SW de la croa (3).

Fuente: laopinioncoruna.es | 1 de diciembre de 2013

El castro de Elviña es todo un paradigma de asentamiento céltico romanizado, está excepcionalmente integrado en un entorno urbano y, por si eso fuera poco, va ligado a relevantes aconteceres de la historia de la ciudad. La dimensión de sus murallas, tal y como se recoge en el proyecto cofinanciado por el Ministerio de Fomento y el Concello de A Coruña, habla de su importancia militar, y la cúpula de una de sus casas circulares es única en Galicia en esta clase de cubrición. Es decir, que sin duda es merecedor de una atención que, incomprensiblemente, no está recibiendo.

El coruñés Luis Monteagudo, profesor entonces de la Universidad de Santiago, descubrió en 1947 el yacimiento arqueológico. En esa primera campaña ya se pudo definir que el asentamiento castreño es un poblado de altura con recintos concéntricos, fuertemente amurallado, con una entrada monumental en rampa flanqueada por torreones y, al menos, dos niveles de ocupación, uno prerromano y otro de plena época romana, según detalla un trabajo del director del Museo Arqueológico, José María Bello (izquierda). 

En esa etapa ya apareció la primera pieza de oro, un fragmento que anunciaba el hallazgo, años más tarde, del conjunto de diadema-cinturón, gargantilla y collar conocido como Tesoro de Elviña, que puede contemplarse hoy en el museo del Castillo de San Antón (abajo).

Pese a la relevancia de estos hallazgos, transcurrieron más de veinte años hasta que se retomaron las excavaciones, a finales de los años 70. Sin embargo, el empeño del entonces director del Museo Arqueológico, Felipe Senén, no fue suficiente para evitar que los trabajos se interrumpiesen otra vez seis años más tarde.

Hubo que esperar hasta 2001 para que se presentase un plan director del castro de Elviña, realizado entre la Universidad de Santiago y el Ayuntamiento de A Coruña. Se trataba de un proyecto concebido para recuperar un yacimiento prehistórico y, a la vez, convertirlo en un equipamiento cultural que incrementase la oferta turístico-cultural de la ciudad. No solo eso, sino que el ambicioso plan, al integrar el castro en la trama urbana, revitalizaría la zona en la que se inscribe y aportaría nuevos valores que contribuirían al desarrollo del tejido social. Para entonces el yacimiento ya había quedado cubierto por la maleza y la falta de control había permitido que algunos elementos ya reconstruidos quedaran dañados.

Finalmente, el Ejecutivo local aprobó un plan especial. Más tarde se ejecutaron las expropiaciones, se elaboró un proyecto para la Casa de los Antepasados o Casa de la Historia, se desbrozaron los terrenos y se iniciaron los trabajos arqueológicos, bajo la dirección de José María Bello como director del Museo de San Antón. El objetivo era la creación de un parque arqueológico de 65 hectáreas con un museo. Un proyecto valorado en 38 millones de euros que debía estar terminado en 2007 y que nunca llegó a ejecutarse.

Las excavaciones se han desarrollado desde entonces de forma irregular y sin ningún tipo de reversión social. En la legislatura pasada, la Concejalía de Cultura promovió un impulso trienal bajo el título Horizonte 2012, que incluía la ampliación de las visitas guiadas y cuyos resultados han quedado, una vez más, diluidos.

 
Si algo es este proceloso proceso es un paradigma de cómo se puede desperdiciar en los despachos una oportunidad de aprovechar una riqueza patrimonial única por la obsesión de la novedad por la novedad y de primar onerosos y obscenos continentes culturales sobre los contenidos.

Pero, con todo, la guinda del despropósito es que la desidia en este asunto del gobierno local actual y del anterior pone en peligro un convenio firmado con Fomento en 2008 por el que se lograba para el proyecto una financiación de 1,7 millones de euros. El ministerio amenaza, tal y como ha publicado este diario, con no entregar la última partida del convenio, que ascendería a 260.769 euros, al no haber recibido ninguna justificación de los trabajos realizados desde que se suscribió el acuerdo. El Gobierno local se limita a afirmar que están intentando dar solución a un problema heredado de la etapa anterior, mientras los socialistas le recuerdan que va ya para tres años al frente del Concello.

Hay ciudades que han sabido convertir en activos atractivos vestigios del pasado cuidados y promocionados con criterios de modernidad. Mérida suele ser puesta como ejemplo de tal proceder. Pero no es necesario ir tan lejos, pues basta con acercarse a Lugo para ver un buen ejemplo de integración del espacio arqueológico en el entorno urbano.

Sería una vergüenza que la mala gestión de la Administración acabe convirtiendo el castro de Elviña en una oportunidad perdida para un espacio que tendría que haberse erigido ya en atractivo punto de encuentro entre la historia y la cultura de A Coruña.

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