Se conoce como Hispania Romana a los territorios de la Península Ibérica durante el periodo histórico de dominación romana.
Este periodo se encuentra comprendido entre 218 a.C. (fecha del desembarco romano en Ampurias) y los principios del siglo V (cuando entran los visigodos en la Península, sustituyendo a la autoridad de Roma). A lo largo de este extenso periodo de siete siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas.
De hecho, tras el periodo de conquistas, Hispania se convirtió en una parte fundamental del Imperio romano, proporcionando a éste un enorme caudal de recursos materiales y humanos, y siendo durante siglos una de las partes más estables del mundo romano y cuna de algunos gobernantes del imperio.
El proceso de asimilación del modo de vida romano y su cultura por los pueblos sometidos se conoce como romanización. El elemento humano fue su más activo factor, y el ejército el principal agente integrador.
La sociedad hispana se organizó como la del resto del Imperio romano, en hombres libres y esclavos. Los hombres libres podían participar en el gobierno, votar en las elecciones y ser propietarios de tierras. los esclavos, en cambio, no tenían ningún derecho y eran propiedad de algún hombre libre. Las mujeres podían ser libres o esclavas, pero no tenían los mismos derechos que los hombres.
La alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón (c), visita los nuevos hallazgos en las termas romanas de Amador de los Ríos.
Un equipo de arqueólogos ha descubierto nuevas piscinas frías del siglo II dentro del complejo termal romano del casco histórico de Toledo, considerado el más importante de cuantos se han hallado en España.
Se estima que las termas tienen una extensión de 3.000 metros cuadrados y hay indicios del antiguo edificio de Hacienda y Nuncio Viejo. Por esta razón, Carmelo Fernández, el arqueólogo responsable del proyecto ha manifestado que "suponemos que eran muy grandes".
Los nuevos hallazgos arqueológicos son piscinas frías y "tienen elementos decorativos importantes". Estas nuevas termas se incluirán después de Semana Santa en las rutas de Patrimonio Desconocido del Consorcio de Toledo, de forma gratuita.
Vista de las termas romanas de Amador de los Ríos.
Fernández ha defendido que con esta nueva intervención "podemos hablar de los restos termales más importantes de la Hispania romana, muy bien conservados y de una gran monumentalidad".
El arqueólogo ha destacado el método de trabajo que el Consorcio de la Ciudad de Toledo aplica en estos proyectos, llegando a acuerdos con los propietarios de los inmuebles.
"Es un proceso muy laborioso, una labor de rehabilitación de los inmuebles que se compagina con los trabajos arqueológicos gracias a un gran equipo multidisciplinar", ha apuntado Fernández.
Guillermo Caso de los Cobos
La última sorpresa hallada en el suelo de Toledo podría reescribir la historia de Roma
En la plaza Amador de los Ríos de Toledo, a escasos 200 metros de la Catedral Primada, un vecino abre la puerta su casa. Sin saberlo, su vivienda se asienta sobre los restos de las termas romanas más importantes descubiertas hasta el momento en el territorio de la antigua Hispania, un complejo que pudo superar los 3.000 metros cuadrados y cuyo hallazgo podría rescribir la importancia de Toletvm dentro del Imperio.
El último descubrimiento sobre este complejo era presentado esta misma semana por Milagros Tolón, alcadesa de la ciudad y Jesús Corroto, el gerente del Consorcio de Toledo, una institución pública integrada por Estado, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Ayuntamiento y la Diputación que ejerce de dinamizador de la actividad rehabilitadora y revitalizadora del casco histórico. Se trata de unas piscinas frías del siglo II d.C. que avalan la monumentalidad de un lugar que no deja de ofrecer sorpresas a los investigadores.
Sin embargo, para sostener la teoría de la importancia de estas termas, hay que remontarse al año 2004, momento en el que los investigadores comenzaron la excavación de unos vestigios hallados en 1986 en el edificio que actualmente acoge el Centro de Recursos Culturales del Consorcio.
"Desde que empezamos el trabajo, recopilamos datos que atisbaban que estábamos ante unos restos termales importantes", recuerda el arqueólogo Carmelo Fernández (izquierda). Esta sospecha llevó al Consorcio, en lugar de conformarse con el descubrimiento, a liderar una ambiciosa estrategia poniéndose en contacto con los dueños de los inmuebles de los alrededores para firmar convenios que permitieran seguir tirando del hilo del yacimiento.
Así, en una de esas propiedades privadas en las que los dueños accedieron a que los técnicos trabajasen, en 2016 se produjo un punto de inflexión que empezó a sostener esa teoría lanzada por Fernández. La primera pista fue el hallazgo de una estatua romana, un efebo sátiro danzante. "La presencia de esta escultura no dejaba dudas de que nos encontrábamos ante un gran complejo termal público", reflexiona Fernández. Junto a la efigie también afloraron restos arqueológicos de gran valor y varios metros de galerías que posteriormente se comprobó que conectaban con la parte de las piscinas frías presentadas esta semana.
Efebo sátiro danzante hallado en las termas romanas de Toledo.
Previamente, otro inmueble colindante les había puesto sobre aviso. "Encontramos restos de unas bóvedas de cuarto de círculo de oppus caementicium (hormigón romano) aunque muy destrozadas por los expolios sufridos, posiblemente en la Tardoantigüedad y la Edad Media". Estos indicios fueron la antesala del descubrimiento de "varios metros de galerías de servicio subterráneas dedicadas a la conducción de agua que solo se encontraban en las grandes termas del Imperio Romano".
Si planteamos los sucesivos hallazgos como un rompecabezas, a las piezas del edificio del Consorcio y del inmueble donde se hallaron la escultura y la red de galerías, pronto se unieron dos más. La tercera surgió en el marco de la restauración del oratorio de San Felipe Neri donde aparecieron unos restos "muy parcos", como reconoce Fernández, de lo que parecían ser unas piscinas. En concreto, se hallaron revestimientos hidráulicos que les llevaron a la cuarta y definitiva pieza descubierta hasta el momento, "unas piscinas romanas de libro con todos sus elementos como mármoles y demás ornamentos" en el subsuelo de un edificio aledaño en la calle Navarro de Ledesma.
Imagen de la excavación de las piscinas romanas.
Apenas se ha excavado un 15%
En todos estos años de investigación, el equipo del Consorcio de la Ciudad de Toledo ha ido desenterrando, poco a poco, parte de un complejo termal con muchas incógnitas por despejar. Carmelo Fernández cifra en "alrededor del 15%" la parte que se conoce de una instalación que podría llegar a los 3.000 metros cuadrados. "Sabemos que hay restos asociados a las termas que bajan por la calle Nuncio Viejo, otros que en su día fueron descubiertos en la anterior Delegación de Hacienda y creemos que podrían llegar hasta la calle de la Plata", agrega.
En el afán de buscar más piezas, los investigadores ya han señalado el siguiente lugar en el que trabajarán y que no es otro que la propia plaza Amador de los Ríos. Sobre sus adoquines, se van a efectuar catas arqueológicas con las que intentarán localizar nuevos elementos de este vasto complejo.
Para sostener que las termas de Toledo son las más importantes descubiertas hasta la fecha sobre la antigua Hispania romana, los investigadores han tenido en cuenta su composición y su monumentalidad. Una vez que pudo esbozar la planta del complejo y compararla con otras termas que se conocen, Carmelo Fernández se dio cuenta de que "estábamos ante unas termas imperiales, basadas en las que había en Roma y que después tuvieron su traslación a otras zonas del imperio, sobre todo en el norte de África". La peculiaridad de estas instalaciones es que son totalmente simétricas, por lo que sus salas se reproducen a un lado y otro como si hubiese un espejo entre ellas.
Así lucen los últimos restos recuperados. Foto: redes sociales de Milagros Tolón.
En España, se conoce el hallazgo en Tarragona de unas termas imperiales con cierto paralelismo con las de Toledo. "Se optó por taparlas por lo que lo único que se conoce es por publicaciones" explica Fernández, sobre un complejo que "es similar en cuanto a la planta" pero que, en su opinión, "carecía de la monumentalidad que hemos encontrado en Toledo como indican, por ejemplo, sus grandes sillares de granito".
Otro lugar con el que establece cierta similitud el arqueólogo toledano son las termas mayores de Itálica, en Sevilla, que "no tienen nada que ver en cuanto a la distribución pero sí respecto a que es una construcción monumental".
Red de galerías restauradas. Foto: Consorcio de Toledo.
Toletvm en el Imperio romano
En cualquier caso, lo que se conoce hasta el momento de las termas imperiales de Toledo y varios de los descubrimientos llevados a cabo en el siglo XX rebaten, como mínimo, las fuentes clásicas y la historiografía posterior que hablan del Toletvm romano como una ciudad pequeña y de escaso peso en la administración del Imperio.
"Además de estas termas, también tenemos los restos del circo romano, uno de los más grandes de Hispania y los de un acueducto de sifón. Conocemos muy pocos acueductos de este tipo en ciudades romanas, lo que indica que hicieron un gran esfuerzo por llevar el agua. Todos estos indicios apuntan a que la ciudad tuvo mucho más peso en la España romana de lo que hasta ahora se pensaba", reflexiona Carmelo Fernández.
Una de las particularidades de este yacimiento es que se encuentra en el subsuelo de un casco urbano plagado de monumentos de épocas posteriores. Esta situación "requiere un trabajo mucho más complejo que en una excavación al aire libre", como reconoce el arqueólogo, sobre todo porque "no todos los propietarios están de acuerdo en que cavemos en sus sótanos".
Galerías de las termas de Toledo.
No obstante, Fernández subraya que el "atractivo" que aporta el resultado no tiene comparación: "Hay muy pocas ciudades que hagan lo que se está haciendo en Toledo, que se excave dentro de una casa, y eso hay que ponerlo en valor. Después, el resultado está ahí. Cuando la gente visita estos sitios y ve que, por ejemplo, están pasando por debajo de una tienda, les sorprende mucho".
Un buen ejemplo de equilibrio entre investigación, excavación y propiedad privada se dio en los trabajos para hacer aflorar estas piscinas frías. En la presentación, el arquitecto al cargo de la obra, José Antonio Losada, subrayaba que el hecho de haber tenido que excavar 3 metros respecto a la cota de suelo actual, había requerido "labores de sujeción en su cimentación" además del reto que supone "la integración de los restos arqueológicos con la arquitectura del edificio".
Un trabajo, el de seguir recuperando patrimonio de una fuente inagotable como Toledo, que se puede disfrutar en las Rutas del Patrimonio Desconocido que el Consorcio organiza de manera gratuita y a través de la que se podrán visitar estas piscinas romanas después de Semana Santa.
Fuente: elespanol.com| 12 de marzo de 2023
12 Mar 2023