Se conoce como Hispania Romana a los territorios de la Península Ibérica durante el periodo histórico de dominación romana. Este periodo se encuentra comprendido entre 218 a.C. (fecha del desembarco romano en Ampurias) y los principios del siglo V (cuando entran los visigodos en la Península, sustituyendo a la autoridad de Roma). A lo largo de este extenso periodo de siete siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas. De hecho, tras el periodo de conquistas, Hispania se convirtió en una parte fundamental del Imperio romano, proporcionando a éste un enorme caudal de recursos materiales y humanos, y siendo durante siglos una de las partes más estables del mundo romano y cuna de algunos gobernantes del imperio. El proceso de asimilación del modo de vida romano y su cultura por los pueblos sometidos se conoce como romanización. El elemento humano fue su más activo factor, y el ejército el principal agente integrador. La sociedad hispana se organizó como la del resto del Imperio romano, en hombres libres y esclavos. Los hombres libres podían participar en el gobierno, votar en las elecciones y ser propietarios de tierras. los esclavos, en cambio, no tenían ningún derecho y eran propiedad de algún hombre libre. Las mujeres podían ser libres o esclavas, pero no tenían los mismos derechos que los hombres.
El Instituto de Geomática ha determinado la posición del acueducto subterráneo romano de Tarragona, que data de entre los siglos I y II a. C., mediante tecnología de posicionamiento, informa esta entidad.
Gracias a esta tecnología, el equipo de trabajo ha precisado el mapa del cuniculus -acueducto subterráneo- y ahora intenta localizar las entradas de los diferentes pozos de acceso al acueducto.
El Instituto de Geomática -entidad integrada por la Universidad Politécnica de Cataluña. BarcelonaTech (UPC) y la Generalitat- colabora con la Unidad de Documentación Gráfica del Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC) para determinar la posición exacta del acueducto romano subterráneo de Tarragona.
Los responsables del trabajo de campo son los investigadores M. Eulàlia Parés y David Calero (izquierda), miembros del grupo de búsqueda sobre navegación del Instituto de Geomática.
Como resultado del trabajo llevado a cabo hasta ahora, se ha obtenido un mapa más esmerado y preciso del cuniculus romano, mejorando el actual, elaborado por espeleólogos hace unos años.
Actualmente, de este acueducto subterráneo situado en el centro de la ciudad se conoce desde los años 90 del siglo pasado un tramo muy corto de unos 300 metros de longitud, que se encuentra a una profundidad de 12 metros y que tiene un acceso desde la calle Gasòmetre, por debajo de la cuarta planta de un aparcamiento. Según los expertos, el cuniculus podría ser mucho más largo y con otras vías de acceso.
El acueducto subterráneo está datado, según los expertos, entre los siglos I y II a. C., aunque probablemente este "conducto", que servía para transportar agua, atravesaba toda la antigua Tarraco hasta llegar al puerto de la ciudad.
Para poder determinar las coordenadas del túnel se ha efectuado una prueba en el subsuelo tarraconense mediante un sensor inercial (Inertial Measurement Unido, IMU).
Asimismo, los investigadores intentarán localizar las entradas a otros pozos de acceso, ahora cubiertos de tierra, por si alguna vez se quisieran abrir.
El sensor inercial (IMU) va detectando las aceleraciones y los giros, y, de esta manera, a partir de un punto de origen conocido, se puede estimar la posición y la trayectoria.
Esta tecnología es de mucha calidad, se utiliza habitualmente para posicionar aviones, tiene pocos errores y en este caso se prevé una precisión de entre medio metro y un metro.
En el ámbito de las aplicaciones subterráneas es inédito el hecho de utilizar la IMU como única técnica de localización de túneles, sin complementarla con otras de las que se usan habitualmente, como altímetros, odómetros, láser, barómetros o brújulas, descartadas porque el terreno no es lo suficiente plano, porque la presión a lo largo del túnel es cambiante y porque el terreno tiene hierro.
Además, tampoco se pueden usar antenas GPS puesto que, al ser una galería muy sinuosa, no hay señal.
Hispania Romana
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Descripción
Se conoce como Hispania Romana a los territorios de la Península Ibérica durante el periodo histórico de dominación romana.
Este periodo se encuentra comprendido entre 218 a.C. (fecha del desembarco romano en Ampurias) y los principios del siglo V (cuando entran los visigodos en la Península, sustituyendo a la autoridad de Roma). A lo largo de este extenso periodo de siete siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas.
De hecho, tras el periodo de conquistas, Hispania se convirtió en una parte fundamental del Imperio romano, proporcionando a éste un enorme caudal de recursos materiales y humanos, y siendo durante siglos una de las partes más estables del mundo romano y cuna de algunos gobernantes del imperio.
El proceso de asimilación del modo de vida romano y su cultura por los pueblos sometidos se conoce como romanización. El elemento humano fue su más activo factor, y el ejército el principal agente integrador.
La sociedad hispana se organizó como la del resto del Imperio romano, en hombres libres y esclavos. Los hombres libres podían participar en el gobierno, votar en las elecciones y ser propietarios de tierras. los esclavos, en cambio, no tenían ningún derecho y eran propiedad de algún hombre libre. Las mujeres podían ser libres o esclavas, pero no tenían los mismos derechos que los hombres.
Determinan la posición del acueducto subterráneo romano de Tarragona
por Guillermo Caso de los Cobos
27 Mar 2012
Vía: ABC | EFE | 27 de marzo de 2012
El Instituto de Geomática ha determinado la posición del acueducto subterráneo romano de Tarragona, que data de entre los siglos I y II a. C., mediante tecnología de posicionamiento, informa esta entidad.
Gracias a esta tecnología, el equipo de trabajo ha precisado el mapa del cuniculus -acueducto subterráneo- y ahora intenta localizar las entradas de los diferentes pozos de acceso al acueducto.
El Instituto de Geomática -entidad integrada por la Universidad Politécnica de Cataluña. BarcelonaTech (UPC) y la Generalitat- colabora con la Unidad de Documentación Gráfica del Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC) para determinar la posición exacta del acueducto romano subterráneo de Tarragona.
Como resultado del trabajo llevado a cabo hasta ahora, se ha obtenido un mapa más esmerado y preciso del cuniculus romano, mejorando el actual, elaborado por espeleólogos hace unos años.
Actualmente, de este acueducto subterráneo situado en el centro de la ciudad se conoce desde los años 90 del siglo pasado un tramo muy corto de unos 300 metros de longitud, que se encuentra a una profundidad de 12 metros y que tiene un acceso desde la calle Gasòmetre, por debajo de la cuarta planta de un aparcamiento. Según los expertos, el cuniculus podría ser mucho más largo y con otras vías de acceso.
El acueducto subterráneo está datado, según los expertos, entre los siglos I y II a. C., aunque probablemente este "conducto", que servía para transportar agua, atravesaba toda la antigua Tarraco hasta llegar al puerto de la ciudad.
Para poder determinar las coordenadas del túnel se ha efectuado una prueba en el subsuelo tarraconense mediante un sensor inercial (Inertial Measurement Unido, IMU).
Asimismo, los investigadores intentarán localizar las entradas a otros pozos de acceso, ahora cubiertos de tierra, por si alguna vez se quisieran abrir.
El sensor inercial (IMU) va detectando las aceleraciones y los giros, y, de esta manera, a partir de un punto de origen conocido, se puede estimar la posición y la trayectoria.
Esta tecnología es de mucha calidad, se utiliza habitualmente para posicionar aviones, tiene pocos errores y en este caso se prevé una precisión de entre medio metro y un metro.
En el ámbito de las aplicaciones subterráneas es inédito el hecho de utilizar la IMU como única técnica de localización de túneles, sin complementarla con otras de las que se usan habitualmente, como altímetros, odómetros, láser, barómetros o brújulas, descartadas porque el terreno no es lo suficiente plano, porque la presión a lo largo del túnel es cambiante y porque el terreno tiene hierro.
Además, tampoco se pueden usar antenas GPS puesto que, al ser una galería muy sinuosa, no hay señal.