Una mano de bronce encontrada en Navarra es el texto más antiguo en lengua vasconia

El texto se compone de cinco palabras dispuestas en cuatro líneas que cubren todo el dorso de la mano. Foto: Sociedad de Ciencias Aranzadi

La pieza fue descubierta por la arqueóloga Leire Malkorra el 18 de junio de 2021 durante la campaña de excavaciones llevada a cabo en el Irulegi (Navarra) por la Sociedad de Ciencias Aranzadi con el apoyo del gobierno navarro. Como la mano estaba cubierta por una gruesa capa de tierra y sedimento su inscripción pasó desapercibida en un primer momento, y no fue hasta su limpieza en el laboratorio que Carmen Usúa descubrió lo que se ha convertido en el ejemplo de alfabeto vasco más antiguo encontrado en el mundo.

Esta mano fue tallada en una fina plancha de bronce de 1,09 mm de anchura, y mide 12,7 cm de ancho por 14,3 de alto, su peso es de 35.9 gramos. Su composición química es muy similar a las aleaciones de bronce habituales en la época, con una predominio del estaño (53,19%) seguido del cobre (40,87%) y una cantidad testimonial de plomo (2,16%). La alta pureza del metal se explica por la existencia de minas de cobre en el Pirineo vasco, una zona por la que, además, circulaban importantes rutas de transporte de estaño.

En el momento de su descubrimiento la inscripción estaba cubierta por una pátina de tierra y sedimento que la hacía ilegible. Foto: Sociedad de Ciencias Aranzadi

Hasta ahora solo se ha descifrado la primera palabra “Sorioneku”, interpretada como “de buena fortuna” por su parecido con un término vasco de igual significado (zonioneko). Además, dado que el artefacto fue desenterrado en el umbral de una casa los investigadores creen que se trataría de  un amuleto para atraer la buena suerte clavado en la madera de la puerta. Parece ser que la invocación no surtió efecto y la aldea fue destruida durante la guerra sertoriana (83-73 a.C.), que enfrentó a indígenas y romanos en el marco de la Primera Guerra Civil.

Al retirar la capa de sedimento apareció una inscripción en unos extraños caracteres que recordaban al íbero.Foto: Sociedad de Ciencias Aranzadi.

UN SIGNARIO VASCO

El hallazgo ha desbaratado la teoría de que los vascos no empezaron a escribir hasta después de ser asimilados por Roma, una idea muy extendida, dado que, en palabras de Joaquín Gorrochategui, catedrático de Filología Indoeuropea en la Universidad del País Vasco: “estábamos casi  convencidos de que los vascones eran analfabetos en la antigüedad y no hacían uso de la escritura, nada más que para acuñar alguna moneda”.

En cambio esta inscripción previa a la conquista demuestra que los vascos adaptaron el alfabeto ibérico añadiéndole algunos signos propios, para de esta forma marcar sonidos y fonemas exclusivos de su idioma. Así, ya desde el siglo I a.C. los vascos contarían con un alfabeto propio.

Las palabras se separaron unas de otras mediante puntos. Dado que el texto empieza atrayendo a la buena suerte se cree que podría ser un texto de carácter mágico o religioso para asegurar la protección de una familia. Foto: Wikimedia Commons.

Según el otro traductor de la inscripción, el catedrático filología latina de la Universidad de Barcelona  Javier Velaza Frías, "el texto es también excepcional por combinar dos técnicas de escritura, algo prácticamente desconocido, no sólo en toda la epigrafía de Hispania, sino en toda la epigrafía antigua del mundo occidental”.

El lugar fue incendiado y abandonado tras la guerra sertoriana, en el siglo XII se construyó en la colina un castillo para vigilar la frontera con la Corona de Aragón. Foto: Sociedad de Ciencias Aranzadi.

En efecto los 40 signos que componen la inscripción fueron primero trazados con un objeto punzante (esgrafiado) y luego inscritos mediante líneas de puntos marcados con punzón y martillo.

A la espera de encontrar nuevos textos que permitan descifrar la inscripción los trabajos continúan en el yacimiento, donde es seguro que aparecerán nuevos hallazgos que arrojarán un poco más de luz sobre el casi desconocido pasado de los vascos.

Fuente: nationalgeographic.com.es | 16 de noviembre de 2022

Load Previous Comments
  • ROLAND MOR ROY

    Joaquín Gorrochategui, Comentó en la conferencia del museo San Telmo, que la palabra Akar'i de la mano de Irulegi tiene un paralelo en ibérico nororiental en la inscripción de la Joncosa, (Jorba) : akari : la diferencia reside en el tipo de s en ibero es r simple mientras en Irulegiko eskua es r multiple.(r') Mi opinión es que el tipo de sonoridad de la r no es motivo para descartar su posible parentesco con el ibero. Luego si observamos los puntos de separación veremos que en la 1ª linea y en la última linea són 3 los puntos de separación mientras en la 3ª linea són 6 puntos, lo que podría indicar otra letra en forma de palo que representaria la letra Ba / pa en ibero nororiental. Por lo que posiblemente 3ª otzirtan Baese akar'i  4ª erraukon.

    https://signarioiber.wordpress.com/2022/12/18/la-mano-de-irulegi/

  • Percha

    De 'sorioneku' a 'sorioneke' y otras dudas sobre la 'mano de Irulegi', el hallazgo que iba a revolucionar el origen del euskera

    La mano de Irulegi.

    Rodrigo Saiz - El Diario.es

    En 2022 la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia) eligió 'zorioneko', afortunado en castellano, como palabra del año en euskera en honor a la mano de Irulegi. Lo hizo después de que en noviembre de ese año, la Sociedad de Ciencias Aranzadi hubiese dado a conocer el descubrimiento de esta pieza de bronce datada en el siglo I a.C. con una inscripción de cuatro líneas en la que los expertos lingüistas Joaquín Gorrochategi y Javier Velaza interpretaron la primera palabra como 'sorioneku', muy similar al 'zorioneko' actual, lo que, de confirmarse, revolucionaría las investigaciones sobre el euskera al demostrar que los vascones escribieron en su propio idioma. De repente, aparecieron joyas, postales y todo tipo de objetos con el hallazgo.

    Un año después de su descubrimiento, la revista editada por el Gobierno de Navarra 'Fontes Linguae Vasconum' ha reunido a diferentes expertos lingüistas para analizar el detalle de la inscripción de la mano. La conclusión a la que han llegado es que no se puede determinar que el idioma en el que se hizo la inscripción sea vascónico, pero tampoco lo contrario. Es, de hecho, la misma hipótesis que defendieron Gorrochategui y Velaza el día que presentaron la mano.

    Tras el estudio más minucioso de la inscripción, que ha incluido una mejor limpieza de la mano, los expertos se decantan ahora por que la primera palabra sea 'sorioneke' y no 'sorioneku'. Este cambio de la última letra da origen a una nueva hipótesis: la mano se trataría de una ofrenda a la fortuna en un contexto de las guerras sertorianas (años 83-73 a.C), de las que los pobladores del valle de Aranguren tomaron parte. Sería por tanto un dativo a la fortuna, costumbre que los vascones habrían imitado de alguno de los pueblos cercanos, como los romanos, y no una pieza que se colgó en una puerta para desear “buena fortuna” a los pobladores de una casa, como se teorizó en un inicio.

    Además, el filólogo y especialista de la lengua vasca de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Joseba Andoni Lakarra descarta que el término 'sorioneku/ke' equivalga al a 'zorioneko' –'dichoso', 'feliz', en castellano– ni se relacione con 'zorion' –dicha, felicidad– del euskera actual. Según añade el autor, estos términos no se formaron hasta el siglo XVIII, cuando el impulsor de esta lengua en la Ilustración Manuel Larramendi y sus seguidores comenzaron a difundirlos a través de la literatura y el uso oral.

    Más allá del cambio de 'sorioneke' a 'sorioneku' y el significado que tenía la mano para los pobladores de Irulegi, la gran duda que despierta la pieza es si realmente está escrito en lengua vascónica, la lengua de los antiguos vascones y que dio origen al euskera actual. Esta es la hipótesis que siguen defendiendo el catedrático de lingüística indoeuropea por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Joaquín Gorrochategui y el catedrático de Filología Latina en la Universidad de Barcelona y experto en epigrafía Javier Velaza, quienes sostienen que la mano contiene algunos signarios fácilmente atribuibles a los vascones. En concreto se refieren a uno con la forma de la letra 'T' latina mayúscula. “Es un signo que ya aparece en dos monedas que proceden del mismo territorio y que en su día nos sorprendió mucho porque son monedas escritas aparentemente con un signario derivado del ibérico con una letra que no aparece en ningún otro texto en ibérico, por lo que parece que se trata de un signo diferente creado por los vascones”, explica Javier Velaza en conversación con elDiario.es/Navarra.


    Pero el epigrafista experto en lengua ibérica Joan Ferrer i Jané apunta otra hipótesis: que si bien la mano estaría escrita en lengua vascónica, ésta fuese pariente de la lengua ibérica. En su artículo publicado en la revista 'Fontes Linguae Vasconum' sustenta esta teoría arguyendo que la pieza “presenta un mayor grado de afinidad con el ibérico de lo esperado”. Así, analizando la inscripción desde la lengua ibérica llega a la conclusión de que el protovasco se tratase de “alguna variante aquitana”, lo que lo acercaría al ibérico. Este extremo lo confirmaría también el hecho de que la inscripción esté realizada sobre la figura de una mano cortada que, como apunta Francisco Beltrán Lloris, catedrático en Historia Antigua en la Universidad de Zaragoza, es típica de la cultura íbera.

    En todo caso, esta teoría no supondría que la hipótesis de que es vascónico quedase anulada. Gorrochategui y Velaza sostienen que se podría tratar de una adaptación del signario ibérico al vascón. “Los vascones seguramente aprendieron a escribir de los íberos, al igual que hicieron los celtíberos; pero es que los íberos aprendieron de los pueblos del sur, y éstos a su vez aprendieron de los fenicios”, apunta Velaza. Es decir, la mano de Irulegi viene a demostrar el continuo contacto entre culturas y pueblos que se dio en la Antigüedad en la zona de la actual Navarra.


    Todos los expertos comparten que para llegar a alguna certeza sobre si el idioma empleado en la inscripción de la mano es vascónico será necesaria la aparición de nuevas piezas con las que poder comparar el texto, cuestión que no descartan que suceda en próximas fechas a la vista de este reciente descubrimiento. “Siempre hemos trabajado con hipótesis que creemos verosímiles, nunca con certezas porque no las tenemos”, argumenta Velaza.

    el artículo continúa después del siguiente mensaje

    Apoya el periodismo de elDiario.es en Navarra

    elDiario.es es el único medio de comunicación nacional con edición propia y sede en Navarra, lo que dota de un plus de cercanía a nuestros contenidos sobre la comunidad foral.

    Apostamos por un periodismo local, de calidad, riguroso e independiente. Para continuar creciendo en Navarra necesitamos tu colaboración. Si quieres apoyar nuestro trabajo, puedes darte de alta como socio o socia aquí.

    Apoya el periodismo local, riguroso e independiente en Navarra

    Y es que hasta la fecha tan solo se conocen cinco inscripciones que se cree que pueden estar escritas en lengua vascónica y que, además, “son muy breves”. Un dato que puede servir de referencia que apunta Velaza es que del ibérico se tienen más de “2.500” inscripciones y todavía no se ha podido traducir la lengua; de la lengua etrusca se tienen “13.000” inscripciones y se ha podido traducir “un 20%”. “Este es el principal problema. Entiendo que la gente quiera saber, pero tienen que entender que llegamos hasta donde podemos llegar”, concluye el catedrático de Filología Latina en la Universidad de Barcelona.

    Otro punto en el que coinciden los expertos que han participado en el análisis de la mano de Irulegi es que la pieza es auténtica y que el trabajo arqueológico se hizo bien, documentando cada punto del proceso con imágenes desde el momento de la excavación en la que se localizó la pieza y manteniendo en todo momento la cadena de custodia, que no se rompió nunca. Eso no es algo menor, ya que hace una década se pretendió situar el origen del euskera en el yacimiento romano de Iruña-Veleia, a las afueras de Vitoria, donde aparecieron centenares de piezas excepcionales también sobre la cristiandad o incluso jeroglíficos egipcios o un pretendido Cenáculo (la última cena de Jesucristo). Aquella acabó en condena judicial por falsificación de las piezas romanas originales y la constatación de que los surcos de las inscripciones presentaban restos de metales modernos.


  • Percha

    Pongo enlace con los últimos artículos al respecto.

    En Fontes Linguae Vasconum: