Una mano de bronce encontrada en Navarra es el texto más antiguo en lengua vasconia

El texto se compone de cinco palabras dispuestas en cuatro líneas que cubren todo el dorso de la mano. Foto: Sociedad de Ciencias Aranzadi

La pieza fue descubierta por la arqueóloga Leire Malkorra el 18 de junio de 2021 durante la campaña de excavaciones llevada a cabo en el Irulegi (Navarra) por la Sociedad de Ciencias Aranzadi con el apoyo del gobierno navarro. Como la mano estaba cubierta por una gruesa capa de tierra y sedimento su inscripción pasó desapercibida en un primer momento, y no fue hasta su limpieza en el laboratorio que Carmen Usúa descubrió lo que se ha convertido en el ejemplo de alfabeto vasco más antiguo encontrado en el mundo.

Esta mano fue tallada en una fina plancha de bronce de 1,09 mm de anchura, y mide 12,7 cm de ancho por 14,3 de alto, su peso es de 35.9 gramos. Su composición química es muy similar a las aleaciones de bronce habituales en la época, con una predominio del estaño (53,19%) seguido del cobre (40,87%) y una cantidad testimonial de plomo (2,16%). La alta pureza del metal se explica por la existencia de minas de cobre en el Pirineo vasco, una zona por la que, además, circulaban importantes rutas de transporte de estaño.

En el momento de su descubrimiento la inscripción estaba cubierta por una pátina de tierra y sedimento que la hacía ilegible. Foto: Sociedad de Ciencias Aranzadi

Hasta ahora solo se ha descifrado la primera palabra “Sorioneku”, interpretada como “de buena fortuna” por su parecido con un término vasco de igual significado (zonioneko). Además, dado que el artefacto fue desenterrado en el umbral de una casa los investigadores creen que se trataría de  un amuleto para atraer la buena suerte clavado en la madera de la puerta. Parece ser que la invocación no surtió efecto y la aldea fue destruida durante la guerra sertoriana (83-73 a.C.), que enfrentó a indígenas y romanos en el marco de la Primera Guerra Civil.

Al retirar la capa de sedimento apareció una inscripción en unos extraños caracteres que recordaban al íbero.Foto: Sociedad de Ciencias Aranzadi.

UN SIGNARIO VASCO

El hallazgo ha desbaratado la teoría de que los vascos no empezaron a escribir hasta después de ser asimilados por Roma, una idea muy extendida, dado que, en palabras de Joaquín Gorrochategui, catedrático de Filología Indoeuropea en la Universidad del País Vasco: “estábamos casi  convencidos de que los vascones eran analfabetos en la antigüedad y no hacían uso de la escritura, nada más que para acuñar alguna moneda”.

En cambio esta inscripción previa a la conquista demuestra que los vascos adaptaron el alfabeto ibérico añadiéndole algunos signos propios, para de esta forma marcar sonidos y fonemas exclusivos de su idioma. Así, ya desde el siglo I a.C. los vascos contarían con un alfabeto propio.

Las palabras se separaron unas de otras mediante puntos. Dado que el texto empieza atrayendo a la buena suerte se cree que podría ser un texto de carácter mágico o religioso para asegurar la protección de una familia. Foto: Wikimedia Commons.

Según el otro traductor de la inscripción, el catedrático filología latina de la Universidad de Barcelona  Javier Velaza Frías, "el texto es también excepcional por combinar dos técnicas de escritura, algo prácticamente desconocido, no sólo en toda la epigrafía de Hispania, sino en toda la epigrafía antigua del mundo occidental”.

El lugar fue incendiado y abandonado tras la guerra sertoriana, en el siglo XII se construyó en la colina un castillo para vigilar la frontera con la Corona de Aragón. Foto: Sociedad de Ciencias Aranzadi.

En efecto los 40 signos que componen la inscripción fueron primero trazados con un objeto punzante (esgrafiado) y luego inscritos mediante líneas de puntos marcados con punzón y martillo.

A la espera de encontrar nuevos textos que permitan descifrar la inscripción los trabajos continúan en el yacimiento, donde es seguro que aparecerán nuevos hallazgos que arrojarán un poco más de luz sobre el casi desconocido pasado de los vascos.

Fuente: nationalgeographic.com.es | 16 de noviembre de 2022

  • Percha

    En la página de Joseba Abaitua se han empezado a hacer aportaciones.

    Lo siento, pero ese texto no está en ‘euskera’

  • Percha

    En Noticias de Navarra:

    Javier Velaza: “Es evidente que hubo un uso de la escritura y con un poco de ‘zori on’ encontraremos más textos” - Joaquín Gorrochategui: “El día que fuimos a ver el texto y tuvimos la mano en las manos fue muy emocionante”

    Hablamos con los dos lingüistas que intervinieron en la presentación de la Mano de Irulegi. Lo hacemos buscando sosiego, intentando acceder a los sentimientos de dos especialistas que coinciden en destacar el carácter excepcional del hallazgo, de entre el año 80 y el 70 antes de Cristo. Lo primero que les preguntamos es por el momento en que conocieron el descubrimiento de la pieza.

    –Javier Velaza: Recibí un mail de Mattin Aiestaran y de Juantxo Agirre, de Aranzadi, donde me decían que había aparecido una pieza de bronce en Irulegi y me anticipaban un dibujo, donde advertí que estaba escrita en signos que podemos llamar paleohispánicos, pero no era fidedigno. Les pedí una fotografía, y cuando en la transcripción del texto leí la primera palabra me di cuenta de que estábamos ante un texto extraordinariamente singular. No solo desde el punto de vista epigráfico y de cómo está escrito. La primera palabra es muy llamativa. Entonces vine para ratificar esa primera idea. Una vez que estuvimos viendo la inscripción, pensé que Joaquín Gorrochategui tenía, ineludiblemente, que formar parte del equipo de trabajo para hacer el estudio lingüístico de la pieza.

    –Joaquín Gorrochategui: Javier me envió la foto, vi también la primera línea, que se lee bien, nos parece entenderlo, y me dio un gran vuelco el corazón al ver que estamos ante algo realmente llamativo, que esa primera línea abría muchísimas esperanzas, que quedaron un poquito chamuscadas en las siguientes, porque tampoco entendí nada. Después, en abril, vinimos Javier y yo a Cordovilla, donde está guardado el texto, y lo pudimos leer in situ. Con unos anteojos especiales, de aumento.


    “El público tiene que tener clarísimo que esto es una pieza auténtica sacada en el más escrupuloso de los métodos científicos”


    –Javier Velaza: Con muchos textos de estas características estamos acostumbrados a que haya muchísimas dudas de lectura, que a veces, ni con muchas horas de autopsia de la pieza se logran disipar. Textos en los que seguimos dudando, porque se conservan muy mal o han padecido un mal trato por parte incluso de los arqueólogos. Pero este se lee completo. Teníamos unas pocas dudas de lectura, pero cuando ya estuvimos sobre la pieza con instrumentos ópticos que ayudan, se disiparon. La suerte en este texto es que fue escrito de dos maneras. Desgrafiando primero los signos y luego punteando por encima. Con lo cual, entre una y otra cosa, acabas resolviendo las posibles dudas. Si este texto no hubiera tenido el desgrafiado probablemente hubiéramos tenido más problemas para leerlo, pero como tiene ambas cosas, la lectura es absolutamente indiscutible. Se podrán discutir muchas cosas de este texto, pero la lectura no.

    –Joaquín Gorrochategui: No hay ningún problema en las lecturas, el 90% son clarísimas. Solo hay un signo en la segunda línea que tiene demasiada concreción calcárea, y lo oscurece un poco, y quizás en un futuro se podría limpiar un poquito para que estemos más seguros. El último signo de la primera línea, la ‘ku’ de la transcripción sorioneku, en la primera fase del redactado se escribió ‘ke’, pero en la segunda fase, el que punteó, completó la letra. Nosotros pensamos que el que escribió en esa segunda fase tenía más conocimiento e idea de lo que quería decir que el que escribió antes.  




    La pieza de bronce escondía una mano Infografía Joseba Larratxe


    El soporte

    Una mano en contexto de guerra

    –Javier Velaza: Es la ley de Murphy de la epigrafía, si una inscripción tiene una duda de lectura o un golpe, estará siempre allí donde más moleste para la interpretación (se ríe). No sabemos si fueron dos personas las que lo escribieron. Lo estamos valorando. Yo creo que no. Que intervengan dos personas al escribir un texto es habitual allí donde la grabación requiere de una maestría técnica específica. Por ejemplo, una inscripción sobre mármol, que requiere que el incisor trabaje bien, y a lo mejor no era el que ideaba el texto. Pero aquí puntearlo no parece requerir una técnica especial, sino que probablemente fue la misma persona.

    –Joaquín Gorrochategui: Es como escribir ahora en lápiz para después hacerlo en bolígrafo.  

    –Javier Velaza: Al final de la primera línea, de ese sorioneku, acaba como si fuera un título, una palabra especialmente marcada. Pero después aparece una ‘n’, que en realidad, pertenece a la segunda línea. El tío escribió esa segunda línea, se quedó sin espacio, y la puso arriba. Eso muestra que tampoco fue especialmente cuidada lo que nosotros llamamos la paginación del texto. 


    “Me dio un gran vuelco el corazón al ver que estamos ante algo realmente llamativo y que esa primera línea abría muchísimas esperanzas”


    –Joaquín Gorrochategui: El texto es coherente con el soporte. Esa referencia a la buena fortuna es coherente con una mano, que puede tener una función apotopraica, de alejamiento del mal, o también votiva...

    –Javier Velaza: La arqueología no nos da muchas pistas, parece ser que se trata de una casa. Sobre la buena fortuna, no debemos olvidar el contexto en el que esto se produce. Esta gente está en guerra. Roma está en guerra civil. Algo a lo que no sabemos responder ahora es si estas manos se colocaban de una manera más o menos convencional sobre las puertas de las casas o esta situación bélica las provocó. Lo único que hemos encontrado como paralelo cerca está en Huesca, donde hay una mano que también se clavó de la misma manera, pero no tiene texto. Sabemos por la antropología que estas manos en otras culturas tenían que ver con la buena suerte o la protección. 

    La autenticidad

    “La gente puede estar totalmente tranquila”

    –Joaquín Gorrochategui: Las expectativas son grandes ahora. ¿El caso de Iruña-Veleia? Aquello se aclaró que era falso. Fue triste, porque duró muchísimo tiempo, se debería de haber acabado bien pronto, y por unas circunstancias u otras ha durado muchísimo. Pero esto es otra cosa.

    –Javier Velaza: El público tiene que tener clarísimo que esto es una pieza auténtica sacada en el más escrupuloso de los métodos científicos en una excavación, y tratada durante todo el proceso hasta que se dio a conocer con el rigor y el secreto más absolutos para que no trascendiera sin poder dar todas las explicaciones que dimos. Las nuestras, epigráficas y lingüísticas, pero se han hecho análisis incluso del contenido de los puntos de la inscripción. La gente puede estar totalmente tranquila. 

    –Joaquín Gorrochategui: En Iruña-Veleia fue una ciencia a través de las ruedas de prensa, mientras que en este caso ya hemos enviado un texto a una revista científica, Antiquity, de la Universidad de Cambridge, y estamos absolutamente convencidos de que se publicará.

    –Javier Velaza: Antiquity es una revista del máximo prestigio internacional, la top de la arqueología, pero solo te dejan meter 4.000 palabras en el artículo. Lo explicaremos con más detenimiento en otro artículo o incluso una monografía más adelante. Paralelamente Aranzadi ha hecho una publicación excelente que está a punto de salir, donde se habla con un poco más de detenimiento. 



    Irulegi

    En el “corazón de Vasconia”

    –Joaquín Gorrochategui: Tiempo habrá, depende de si dándole vueltas al magín podemos dar explicaciones a algunas de las palabras que aparecen ahí. Yo he dado algunas pequeñas sugerencias, pero de las que no estoy en absoluto seguro. Es todo muy hipotético, y para avanzar necesitamos más paralelos. ¿Va a ser posible? Pues no lo sé. Hasta ahora los vascones tenían muy pocos textos. El único entero, más perfectamente legible, es el mosaico de Muruzábal de Andión.

    –Javier Velaza: Los arqueólogos lo datan ente el 150 y el 125 antes de Cristo. Lo que pasa es que no está seguro que sea vascónico. 

    –Joaquín Gorrochategui: Ese mosaico tiene unas relaciones directas y clarísimas con otros del valle del Ebro medio, lo que nos lleva a una cultura claramente más ibérica, relacionada con el celtibérico, mientras que aquí estamos geográficamente en un territorio mucho más septentrional, al lado de Pamplona, más corazón de Vasconia. El problema es que el texto no tiene paralelos, no tenemos otro igual.

    –Javier Velaza: Los textos de las monedas son muy breves, de una palabra. Y no nos dan gramática. Aquí sí hay sintaxis, habrá verbos...

    –Joaquín Gorrochategui: El problema es identificar el verbo, el sujeto y el objeto. Me gustaría que tras sorioneku lo demás fuera más claro, y por lo tanto, estoy sorprendido también.

    –Javier Velaza: Ahora los lingüistas tienen que trabajar duro, e intentar ver las posibilidades del texto.

     

    –Joaquín Gorrochategui: La terminación ‘eku’ de sorion es un poco chocante y plantea problemas con el euskera. Primero porque es ‘ku’ y no ‘ko’. Alguien puede decir que no hay ninguna importancia. Buen, pues sí la hay, y ese ‘ku’ no sé yo explicarlo. Etimológicamente pensábamos que zori, fortuna en vasco, está relacionado con txori, pájaro. Esto es una idea con sentido de Mitxelena, ¿Qué es antes, txori o zori? Tal vez, txori, o tal vez en este momento todavía la diferencia no era tan fuerte como ahora, que nos parecen dos palabras distintas. La terminación ‘eku’ es muy chocante, suena como demasiado moderno. A mí me resulta sorprendente. Imposible no, pero es muy sorprendente. 

    Sorioneku

    Un hallazgo “muy emocionante”

    –Javier Velaza: El día de la presentación fue muy especial. Veníamos preparados para esta repercusión, y además después del tema de Iruña-Veleia. Así que tienes que contar con la seguridad absoluta de que todo el trabajo de todo el mundo se ha hecho muy bien. Y eso es así. A partir de ahora, yo creo que la pelota está sobre todo en los lingüistas, en los estudiosos del protovasco, que reconstruyen la lengua. Para entender cómo podía ser la lengua vasca en la antigüedad tienen los documentos que tienen, mayoritariamente del siglo XVI, y alguna cosita un poquito anterior. Y luego están los testimonios dialectales. Encontrar ahora este texto les servirá, creo yo, de piedra de toque para ver también cómo se estaba haciendo la reconstrucción, y hasta qué punto hay que corregir cosas. Porque este texto no lo entendemos, y eso es muy testarudo, pero hay que darle explicación cuando se pueda. Tengo la esperanza de que aparezcan otros textos, porque conocemos lenguas en las que no escribieron muchísimo y durante mucho tiempo. Pero aun las que menos tiempo se escribieron, itálicas, por ejemplo, tienes de 30 a 40 textos. Si a nosotros nos dieran esa cantidad de textos así, nuestro conocimiento daría un salto cualitativo extraordinario. ¿Por qué estoy esperanzado? Mire, porque (la mano) es un uso privado de la escritura. La puso alguien para proteger su casa. Y esto nos hace releer las monedas que tienen ese mismo signo, indudablemente acuñadas por una autoridad. Tenemos ya un uso digamos oficial y un uso privado. Es evidente que hubo un uso de la escritura y que depende un poco de la zori on que encontremos más textos. ¿Y por qué no tenemos más? Pues porque hay culturas antiguas que escribieron mucho sobre soporte blando, y esos soportes han desaparecido, papiro, pergamino u hojas secas de árboles. Fíjese, de una cultura tan potente como los fenicios, enorme, conservamos muy pocas inscripciones y casi todas del cementerio de Cartago, donde ahí sí que escribieron sobre piedra. Pero sabemos que escribían muchísimo sobre soportes blandos. Y eso se ha perdido todo. Salvo Egipto, con su microclima, donde se han mantenido los papiros, en todo el resto del mundo mediterráneo ha desaparecido. Si aquí se escribía sobre soporte blando tenemos menos esperanzas, pero siempre debieron dejar cosas también sobre soporte duro. 

    –Joaquín Gorrochategui: El lunes fue un día especial, lo mismo que el día que leí por primera vez el texto, y el día que fuimos a verlo in situ y tuvimos la mano en las manos, que también fue muy emocionante. El lunes vi por delante una responsabilidad bastante grande, muchos ojos y expectativas, todos mirando qué dices y qué no dices, y qué puedes decir o no decir, y eso es un poco agobiante. Mi impresión es que algo podremos decir quizá con un poquito más de fundamento más adelante, pero me temo que muchas más cosas aclaratorias sobre el texto no van a ser posibles. 

    –Javier Velaza: Una pieza con más de 2.000 años está mostrando la vida de entonces, unas gentes atemorizadas que no sabemos de qué bando estuvieron, pero esto fue una guerra civil entre romanos que involucró a la Península Ibérica. Unos se ponían del lado de uno y otros del lado de otro. En Roma hubo un golpe de Estado, que lo dio Sila. Aquí había un gobernador oficial de Roma, Sertorio, nombrado por el Senado romano. Tras el golpe, Sertorio no se rindió y plantó cara, y hubo una guerra civil donde todos estos pueblos se ubicaron por simpatías o antipatías con unos y con otros. Imagínese que la mano fuera colocada casi a última hora, cuando se vieron asediados. Los arqueólogos tienen puntas de flecha con un arpón para enrollar la cuerda y encender la tea. A esa casa, seguramente le tiraron fuego encima y cayó. Esto lo arrasaron e inmediatamente se fundó Pompaelo.

    Javier Velaza

    Navarro en Barcelona. Nació en 1963 en Castejón. Es catedrático de Filología Latina en la Universidad de Barcelona. Se dedica, “entre otras cosas” a la epigrafía romana y a las epigrafías paleohispánicas.

    Emoción. “Reconozco que cuando vi el texto y empecé a leerlo, me temblaron un poquito las piernas, fue muy emocionante”. Velaza expresa su emoción por una pieza que nos acerca en “vivo” al contexto en el que se colgó la ya célebre Mano de Irulegi.

    Joaquín Gorrochategui

    A punto de jubilarse. Eibarrés de nacimiento (1953). Estudió en Salamanca Filología Clásica. Hizo la tesis con Koldo Mitxelena sobre la onomástica indígena de Aquitania. Este año se jubilará como catedrático de Lingüística Indoeuropea en la Universidad del País Vasco.

    Responsabilidad. Gorrochategui confiesa la presión que supone la expectación mediática en torno al hallazgo, y cómo se escrutan sus palabras en un momento como este. Teme que no se aclare gran parte del texto ahora indescifrable. 

  • Paloma

    Gorrochategui dice que es vascónico. Tiene claro que no es euskera, ni protoeuskera.
    Con la interpretación de “Sorioneku” cree que es una lengua paleohispánica relacionada en algún grado con el precedente del euskera en época prerromana. Sin embargo, por el resto del texto se ve obligado a cuestionarse, o reducir, el grado de parentesco pretérito. Además, ve una lengua influida por el ibero claramente por su signario.
    ¿Qué es vascónico?. Una lengua hablada en el territorio de los vascones. El vascónico de Gorrochategui no es una lengua propiamente dicha, sino un trasunto del texto en el contexto actual bajo la presión del esencialismo vasco y el vascoiberismo… un recurso para ganar tiempo y amistades.

  • Percha

    En El País:

    La Mano de Irulegi, más incógnitas que respuestas sobre el origen del euskera

    AMAIA OTAZU

    Los expertos admiten una utilización política del hallazgo y que la pieza bimilenaria reaviva la “controversia vascónica” sobre el origen del pueblo y de la lengua vasca

    El catedrático de Filología Latina en la Universidad de Barcelona, Javier Velaza, durante la presentación a los medios de la Mano de Irulegi el pasado día 14. Foto: IÑAKI PORTO (EFE).


    El reciente hallazgo de la conocida como Mano de Irulegi a diez kilómetros de Pamplona ―una pieza de bronce de hace 2.100 años y que incluye supuestamente las primeras palabras escritas en vasco― ha reavivado el debate sobre el origen del pueblo vascón y del euskera y sobre si ambos proceden o no de poblaciones de la antigua Aquitania ―al norte del Pirineo y en actual territorio francés― o de las asentadas en lo que hoy es Navarra. La polémica se alarga al disentir los expertos sobre si se trata de las primeras palabras escritas en vasco o, por el contrario, son vocablos en lengua celtíbera o, incluso, en latín, pero grabados en signatario ―una combinación de letras y sílabas― de una lengua indígena. El problema se complica, además, por las implicaciones políticas y culturales que cualquiera de las respuestas posibles conlleva, puesto que los lingüistas sitúan el uso originario del vasco en Navarra, La Rioja y Aragón, no en el actual Euskadi, donde no se hablaría vasco, excepto en el área de la antigua Oiassó (actual Irun, Gipuzkoa).

    Una cuestión, por tanto, compleja que va más allá de lo identitario y que el catedrático de Historia Antigua de la UNED, Juanjo Sayas, califica de “controversia vascónica”. Por su parte, el catedrático de Historia Antigua y director del Diploma en Arqueología de la Universidad de Navarra, Javier Andreu, denuncia la “utilización política” del hallazgo y recuerda, por ejemplo, el caso de la estatua del Togado de bronce de Pompelo el pasado junio. “Llegó [desde Estados Unidos] al Museo de Navarra el mejor bronce de la península ibérica y uno de los mejores de Occidente, y no lo recibió la presidenta del Gobierno de Navarra. En cambio, aparece una mano de 14 por 12 centímetros y se monta el boato que se ha montado con presidenta incluida”.

    De lo que no hay duda es de la autenticidad del hallazgo. De ello se ha ocupado la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que documentó exhaustivamente el proceso de desenterramiento, apunta la catedrática y epigrafista en la Universidad Autónoma de Madrid, Alicia María Canto, que en 2006 fue la primera en señalar “rarezas e imposibles en los revolucionarios gra... Los falsificadores incluyeron jeroglíficos egipcios, una representación del calvario y diversos vocablos en euskera que demostrarían la antigüedad bimilenaria de este idioma.

    Así, con la aparición de la Mano de Irulegi, han aflorado antiguos tópicos. Canto opina que el hallazgo de este objeto a tan solo 10 kilómetros de la antigua Pompaelo (la Pamplona romana) “puede terminar con la idea de quienes, desde el actual País Vasco, no se resignan al hecho de que en este antiguo pasado ―excepto en la zona costera de Irún― no habitaban vascones, sino indoeuropeos. Y a la vez, con la de muchos navarros que, cansados de tan continua identificación, quieren negar que Navarra fue la verdadera cuna y solar de los viejos vascones”.

    El catedrático en Sociología y Trabajo Social por la Universidad Pública de Navarra, Josetxo Beriain, cree que la relevancia de la mano radica en que “genera un nuevo comienzo, puesto que todas las comunidades tratan de marcar un punto cero a partir del cual se va desparramando la identidad”.

    Para Beriain lo que está claro es que “no existe una memoria única”. De hecho, considera que para toda la cultura vasconavarra, con los matices ideológicos que tenga cada uno, este hallazgo “puede representar una cierta conquista del pasado como un modo de conquistar el futuro, con ese nosotros estábamos ya allí cuando los romanos llegaron”. Lo que todavía no se puede determinar es si la cultura “vascona” era dominante o dominada. Es decir, si aceptó la cultura romana o impuso la suya. Es probable, indica Beriain, que los sectores nacionalistas utilicen este hallazgo para reivindicar que la cultura vascona no fue sojuzgada, si bien “eso es una construcción ideológica más que una construcción histórica con entidad”.

    ¿Pasó, por tanto, en la antigüedad, el vasco de Navarra a Euskadi? Sayas cree que hay que tener en cuenta que la información sobre el norte de estas comunidades es escasa y parcial. Todo apunta a que Roma utilizó el criterio geográfico para dividir las etnias. Ello supuso, por ejemplo, que aprovecharan “el macizo pirenaico para establecer la divisoria entre galos e hispanos”, si bien existía antes de los romanos una homogeneidad cultural entre las poblaciones de ambos lados de los Pirineos. Esta postura, defendida también por Andreu, puede recordar a la división del continente africano a finales del siglo XIX. El reparto se hizo sobre un mapa y no siempre se tuvieron en cuenta las etnias, poblados o culturas; solo intereses administrativos. En este sentido, no se puede descartar que en territorio vascónico confluyeran distintos grupos étnicos y lingüísticos. De hecho, en distintos textos recopilados se mencionan a celtíberos que en el siglo II a. C. “se proclaman a sí mismos descendientes del mundo celtibérico, pero no hay nadie que se proclame a sí mismo como vascón a partir del siglo I a. C. y hasta el final de la romanización”, recuerda el catedrático. “Sí que hay, en cambio, testimonios de quienes se consideran pompelonenses, carenses o andelonenses”.

    Por otra parte, Andreu recalca que a apenas 90 kilómetros de Irulegi está la Custodia de Viana, un yacimiento navarro en el que se han descubierto numerosos textos en celtibérico, pero ninguno en vascónico. A ello se suma al hecho de que las monedas de esa época halladas en territorio vascónico están también escritas en celtibérico. Una prueba más de que “en Navarra se hablaron en la antigüedad, con seguridad, el vascuence, el ibérico y el celtibérico”. Lo más probable, añade Andreu, por tanto, es que esta zona fuera ya un crisol de culturas y lenguas mucho antes de la romanización.

    En cuanto a la lengua en la que está escrita la Mano de Irulegi, tanto el catedrático en Lingüística Indoeuropea, Joaquín Gorrochategi, como el catedrático en Filología Latina, Javier Velaza, han concluido que el texto está escrito en vasco arcaico. De hecho, a su juicio, se ha descifrado la primera palabra en esta lengua, el vocablo sorioneko, que recuerda al término actual zorioneko, traducido como buena fortuna, y que estaría redactado en una adaptación del signario ibérico, pero con algunos caracteres vascónicos para reflejar sonidos propios de este idioma.

    Hay otras interpretaciones, como la formulada por el arqueólogo Guillermo López, de la consultora Estudio Arqueológico, que sostiene que estos signos son similares a los de “cientos de téseras celtibéricas encontradas en Navarra, La Rioja y Aragón”. Es más, plantea que esa inscripción contiene rasgos latinizados, consecuencia de la romanización de la zona, y que más que un objeto decorativo, es un símbolo de amistad. Es decir, existieron dos manos, la derecha, encontrada en Irulegi, y otra izquierda en el pueblo con el que se firmó un supuesto tratado.

    Una hipótesis que rechaza Andreu que, no obstante, no descarta que sorioneku pueda ser una palabra derivada del latín porque “en las lenguas antiguas esas concomitancias existen”. Encuentra, además, parecidos entre la Mano de Irulegi y la llamada Estela de La Vispesa (poblado de Huesca), un símbolo de protección propio de la cultura ibérica. Alicia Canto también se refiere a esta estela como un posible paralelo, pero plantea un significado distinto al de la mano: que sea “una extremidad cortada, una amputación clásica de ibéricos y lusitanos para con los enemigos, que pudo haber sido exhibida como un trofeo en la entrada de casas o santuarios”.



  • Paloma

    IVÁN IGARTUA:

    El texto de Irulegui refleja una lengua que difícilmente puede asociarse a alguna variante de euskera; o bien, si lo que palpita bajo la enigmática inscripción es el vascónico, este era muy distinto de nuestra imagen del vasco hablado en la antigüedad, que estaría en cambio cerca del aquitano.

    Contiene, lo que semeja ser una oración completa, con elementos previsiblemente gramaticales que poco o nada tienen que ver con lo que creemos saber acerca del vasco prehistórico.

    Tras 'sorioneku' se sucede una secuencia de palabras que son, a día de hoy, ininteligibles, como es impenetrable también la relación que guardan entre ellas.

    Los apoyos textuales son prácticamente nulos en la exigua documentación vascónica y tampoco ayudan los nombres indígenas de las inscripciones aquitanas (que representan una lengua con la que el vascón estuvo estrechamente ligado). Algo similar ocurre con los textos ibéricos, que siguen siendo herméticos. En ibérico apenas pueden identificarse sin violencia, como solía decir Luis Michelena, elementos léxicos asimilables a lo que en la mano inscrita de Irulegui parecen ser palabras independientes.

    https://www.elcorreo.com/culturas/mano-incertidumbre-20221125130006...

  • antton erkizia

    Ya he leído varios “correos” aquí y allá anunciando incertidumbres y decepciones varias pero creo que el vicedecano de la EHU/UPV en Álava, Iván Igartua, y otros tienen difícil negar la mayor esta vez.

    Nos exhortarán a que esperemos sentados al permiso de "la autoridad competente" antes de disfrutarlo, nos advertirán que solo los expertos están autorizados a interpretar la biblia pero, a estas alturas, tenemos conciencia de que puede haber (puede haber) rémoras y otros lastres en el colegio cardenalicio y reivindicamos, protestantes, poder leer las escrituras directamente. 

    Si es correcta la transliteración de los signos ibéricos, si no hay cambios, si mañana nadie dice donde dije digo digo diego, si tomamos en cuenta b, d, g / p, t, k y otras precauciones...

    Ya lo siento, pero eso es euskera arcaico y (casi casi) entiendo (o al menos le cojo el sentido) desde el euskera que me dieron de mamar. ¿Que puede ser otra "lengua pirenaica desconocida", como ha apuntado algún forero? Vale, está en su derecho.

    Y además (si la autoridad me lo permite y el tiempo no lo impide) me atrevo a proponer que esa mano de bronce de Irulegi, con sus líneas imitando las rayas de la palma, trazos independientes al curso del texto, eso así parece que pudo ser un rótulo colgante de un "augur lector de manos", un quiromántico, un echador de buena+venturas - de zorí-onekus.

  • Paloma

    Supongo está un poco de guasa… disfrute de la fiesta de su "euskera arcaico", donde están invitados los que lo han mamado, y vetados los expertos por aguafiestas.

  • potrokilo

    Entiendo que no está de guasa...lo que si se advierte en sus comentarios Paloma, es cierta animadversión hacia el euskera, o por lo menos es lo que yo intiendo por sus comentarios.
    Es curioso como este hallazgo que está generando tanta ilusión en las tierras de habla vasca, como es lógico, por otro lado este generando recelos e incluso desprecios hacia estos primeros. Una pena.
  • Paloma

    Siento gran aprecio por el euskera y lo vasco.
    Creo de interés La Mano de Irulegui, sea cual sea la lengua del texto.
    Llama la atención que pueda entender de mis comentarios, lo contrario de lo que siento y creo, máxime sin hacer referencia a algo en concreto.
    No soy responsable de las miles de opiniones, que se generan, en un sentido u otro, sobre la Mano de Irulegui.
    En base a lo anterior, entiendo que los resúmenes y extractos de los expertos de primer nivel, expuestos en mis comentarios, no le gustan porque van en contra de sus ilusiones y deseos. Si así fuera, entonces comprendo su comentario, pero entienda que los expertos son los principales responsables de su desilusión o contrariedad.

  • potrokilo

    Perdón, pero es a usted a quien no ha gustado la interpretación de Joaquín Gorrochategui y Javier Velaza, a los que ha acusado de conceder una interpretación y una etiqueta "Lengua Vasconica" que no es de su agrado "bajo la presión del esencialismo vasco y el vascoiberismo… un recurso para ganar tiempo y amistades".  La verdad que no sé de qué habla. 

    Yo no estoy ni contrariado ni desilusionado, todo lo contrario y póngase la etiqueta que se quiera al idioma en el que esté escrito según les interese políticamente o académicamente, que para mí poca duda hay de que ese castro es Vascón y esa legua en la que parece ser que también escribieron debe ser antecesora a la que hoy día todavía sobrevive como euskera. 

    De verdad, en su último comentario sigo interpretando su empeño en desvirtuar el hallazgo.

  • Paloma

    En lo de la etiqueta de Gorrochategui tiene algo de razón.

  • Jose Luis Gonzalez

    Buenas, os paso algunas dudas que se me han planteado con este extraordinario documento y que llevo dándole vuelta desde que fue dado a conocer, por si ayuda mientras se realiza la publicación científica.

    Algunas_cuestiones_sobre_la_mano_de_Irulegi_signed.pdf

    José Luis G.

  • Irulegiko Aztia

    Buenas tardes,

    Primero quisiera felicitarte, José Luis González, por tu trabajo. Me ha gustado el análisis del texto, el esfuerzo por completar el alfabeto o semisilabario de los vascones, utilizando como fuente las monedas e inscripciones conocidas.

    A continuación voy a añadir mi granito de arena sobre algunas cuestiones de la inscripción de la mano de Irulegi.

    En primer lugar, la primera línea:  "ZORIONEKU".

    Queda fuera de toda duda que "ZORION" significa "BUENA SUERTE". En eso coincide todo el mundo. El problema es el -EKU final.

    Le he estado dando vueltas a varias interpretaciones posibles: la primera y más evidente la que cualquier vasco moderno entiende, la que hoy en día diríamos  "ZORIONEKO", literalmente traducido "de buena suerte", y que si es con segundas tiene varias acepciones más coloquiales "el dichoso../el ...de las narices". En esta primera interpretación enseguida se relacionaría con el "usekerteku" de Caminreal que también José Luis menciona. A mí esto no acaba de cuadrarme, teniendo en cuenta que en todas partes y en todos los dialectos se usa -ko para el locativo, con las excepciones de -kua y -kue cuando se le añade el artículo. Pero incluso en las zonas donde se usan esas formas  se usa el -ko en las formas indefinidas. Además, tenemos el verbo EGON, que tiene en su raíz el -go-. No digo que sea imposible, pero me cuesta creerlo.

    La segunda interpretación sería leerlo como "ZORIONEGU" o "ZORIONEGUN" (este último añadiendo la -N que seguramente correspondería al final de la segunda línea). Lo cual significaría "día feliz" o "día de buena suerte". Aunque si aparece "egun" como "egu-" en palabras compuestas y derivadas "eguzki-sol" "eguerdi-mediodía" ..., he de decir que tampoco es la opción preferida por mí. No me convence con la -N, porque creo que está con la segunda línea.

    La tercera interpretación sería la de "ZORIONEKUN" con el final de "EKUN" verbo atestiguado en el dialecto roncalés con el significado de "tener", "ukan" en otros dialectos orientales. Su significado sería, pues, "TEN FELICIDAD O BUENA SUERTE". No me convence por lo mismo que antes, la -N final que va con la segunda línea.

    La cuarta interpretación, la que más puntos reúne en mi opinión, por ahora, es la de "ZORION-EKU", en euskara moderno "ZORION-ESKU" que significa "MANO DE BUENA SUERTE". Mi argumentación es la siguiente: hay palabras en todos los diálectos con eku- e iku- en palabras compuestas y derivadas. Tenemos "ekubil" "ikubil" que significa puño, literalmente eku-bil eku-mano y bil-cerrada/juntada/reunida. También "ekulondo" e "ikulondo" con el significado de "codo", que literalmente es eku- mano y -ondo "junto a ". Pienso que no se ha relacionado con esto porque en el euskera unificado se usa "ukabil" y "ukalondo", que son formas muy utilizadas, pero que ahora a mí me suenan como metátesis más modernas. He de insistir que tanto "ekubil" "ekulondo" como "ikubil" "ikulondo" se usan todavía en muchas zonas.

    Pero no es sólo eso, además tenemos otras expresiones con las que enseguida he asociado este "eku". Tenemos el verbo "ikutu" "ukitu" (presente en todos los dialectos modernos), "tocar con la mano", que en roncalés era "ekutu".

    Tenemos el "ikuzi" "limpiar, con la mano?", "ekuzi" en roncalés.

    Tenemos el "ukan" de los dialectos orientales, "ekun" "ekuntu" "tener" en roncalés.

    Añade a todo esto que el bronce es UNA MANO. Si esto fuera así, tenemos lo que sería una "MANO DE LA BUENA SUERTE".

    Esta opción tiene un problema, ¿Cómo justificar esa -s- de "esku"? ¿¿De dónde sale esa epéntesis?

    Creo que esto no ha hecho más que empezar.

    Un saludo!

  • Percha

    Nueva entrada en Trifinium sobre la Mano de Iluregi:

    Un texto paleohispánico

  • Guillermo Caso de los Cobos

                              La mano misteriosa

    La mano de Irulegi. JUANTXO EGANA | SOCIEDAD ARANZADI.

    Hipnotizados, vascólogos y especialistas en epigrafía paleohispánica llevan más de un año con los ojos en llamas intentando completar el intrigante rompecabezas que plantea el hallazgo de Irulegi. Un grafiti tallado hace 2.100 años sobre una fina lámina de bronce con forma de mano derecha donde aparece una sucesión de signos escritos.

    Cuatro líneas pero una sola palabra levemente familiar, la que encabeza el texto: “Sorioneku” (“Afortunado” en lengua vasca prerromana) caligrafiada por un anónimo autor como si cumpliera un servicio postal histórico. “Es un documento valiosísimo porque nos lleva a un tiempo anterior a los romanos, a su lengua, a su escritura, a aquel mundo”, explica el catedrático de Lingüística Indoeuropea de la UPV, Joaquín Gorrochategui.

    Bautizada por los arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi como ‘La Mano de Irulegi’, en honor al monte situado en el Valle de Aranguren donde la encontraron, la pieza ha desatado un terremoto sin precedentes en el mundo académico, ya que puede modificar la historia hasta ahora conocida sobre el origen de los vascos y del euskera. Un descubrimiento fantástico a diez kilómetros de Pamplona que el Heritage Daily, cabecera de referencia de la arqueología mundial, sitúa entre los diez más importantes del año

    Niños en la Casa de Cultura de Mutilva contemplando la Mano de Irulegi. Está prevista la celebración de una nueva jornada de difusión de este hallazgo el próximo día 29 de diciembre en el Planetario de Pamplona, donde se expondrá la mano y se impartirá una conferencia, con un formato semejante al del Valle de Aranguren. GOBIERNO DE NAVARRA.

    Un tesoro. Algunas de las respuestas a los enigmas que plantea pueden encontrarse en su vibrante jeroglífico. Un hito que alienta a los arqueólogos a seguir rastreando el Valle de Aranguren en busca de nuevas pruebas que iluminen los caminos por los que transitó la alfabetización de los vascones, pero que ha reavivado un viejo debate en Navarra, siempre dividida entre dos fidelidades: la que ratifica que aquí se encuentra la cuna de la cultura vasca y la que sólo ve usos partidistas en este insólito hallazgo.

    Los investigadores no albergan dudas. “Como explicó el catedrático de Filología Latina de la Universidad de Barcelona, Javier Velaza, el texto tiene una interpretación clarísima e inmediata desde la lengua vasca. No entendemos la polémica. Sobre las otras líneas y el signatario utilizado tenemos alguna hipótesis pero aún estamos a oscuras”, responde Gorrochategui fascinado.

    La pieza presenta muchos desafíos científicos. Uno de ellos es revertir la tesis asentada de que los vascones de la Edad del Hierro eran analfabetos, puesto que se las ingeniaron para representar los sonidos de su lengua. El misterio es descifrar de dónde sacó aquel escriba de Irulegi los recursos expresivos. Y ahí se extiende una espesa zona de sombra. Sospechan que pudo adaptar a su universo indígena algunos caracteres que los íberos ya cultivaban en la ribera sur del Ebro hace dos mil años. Mestizaje en la antigüedad.

    Sopla un viento racheado, frío y húmedo, en el Valle de Aranguren. Finalmente el sol se abre paso entre las nubes y su luz ilumina el castillo medieval allá en lo alto del monte con cierta melancolía hamletiana. Parece un lugar fuera de tiempo. Salvo para el arqueólogo Mattin Aiestaran (izquierda), director de las excavaciones que Aranzadi desarrolla en esta zona. Ahora está enfrascado en el estudio del yacimiento sito a los pies de ese castillo y lo cuenta con la misma emoción que otros pudieron sentir al pisar la Luna. “Es excepcional. Desde su catalogación hasta las primeras menciones que hacen de él en 2005 como uno de los poblados más importantes de la cuenca de Pamplona”, comenta. Aiestaran habla de la mano descubierta como se habla de un maravilloso misterio, pero no de una forma irracional. Su trabajo le exige esfuerzos detectivescos. Entonces, surgen las preguntas. Y esas preguntas plantean dilemas profundos que necesitan conocimientos para ser esclarecidos. “Sorioneku”. ¿A quién iba dirigido ese mensaje? “Al principio pensamos que podía ser el adorno de un casco, como las alas de Astérix, pero por la disposición de los restos no tenemos duda de que se trata de una especie de talismán clavado en la puerta de una de las cabañas con la misión de atraer la buena fortuna”, explica.

    Ahora imaginen por un instante. Están en Irulegi, entre los años 82 y 72 antes de Cristo, en un poblado de chozas rodeadas de ovejas, vacas y burros que pastan en la base de una colina estratégica para vigilar una vasta extensión del territorio. Todos los habitantes del castro conocen las tensas relaciones políticas que vive la región. Aquí se libra una guerra civil durísima entre un romano insurrecto llamado Quinto Sertorio y el general Pompeyo enviado por Roma al mando de seis legiones para aplastar la revuelta. El poblado vascón apoya al rebelde y termina arrasado hasta los cimientos. Dos mil años después se han recuperado pequeños fragmentos de cerámicas y una mano de bronce con una inscripción de buena fortuna que, irónicamente, ofrece el relato de aquel mapa dividido. “El fuego hizo que se derrumbaran los edificios y que las cosas quedaran como estaban en aquel momento. Es un contexto que denominamos primario, inalterado, sin moverse”, añade Mattin Aiestaran.

    Queda aún mucho terreno que excavar, demasiados datos por descubrir. Arqueología fina que la Sociedad de Ciencias Aranzadi y el Gobierno de Navarra, a través de la Institución Príncipe de Viana, seguirán realizando en los próximos años gracias, en parte, a los 300.000 euros que EH Bildu y el ejecutivo de Pedro Sánchez acordaron destinar a este proyecto en las negociaciones de los presupuestos. Pero hay algo vital para garantizar el futuro de este yacimiento: el trabajo colaborativo que Aranzadi mantiene con el Ayuntamiento de Aranguren para evitar a toda costa que la repercusión del hallazgo termine convirtiendo la zona en un imán del turismo masivo. Sería una grave amenaza para el patrimonio arqueológico y un trastorno para la vida agraria de los pueblos del valle. Siempre hay un término medio. Estudiantes, científicos y vecinos voluntarios se aplican periódicamente para sacar este modelo adelante. 

    Imagen aérea del yacimiento del poblado de la Edad del Hierro donde se encontró la mano. Al fondo, el castillo medieval de Irulegi. Foto cedida por la Sociedad Aranzadi.

    El secretario general de Aranzadi, Juantxo Agirre Mauleon, recalca que la filosofía de trabajo de la sociedad científica siempre es ayudar a las comunidades locales rurales que están sufriendo la despoblación. “Y son ellas las que nos solicitan ayuda como entidad científica para conocer su patrimonio y enriquecer sus relaciones internas”, añade. El ejemplo más claro es el Ayuntamiento del Valle de Aranguren. Se trata de un caso único en la organización municipal de Navarra. Fue fundado tras una derrota. Hace 29 años, los vecinos declararon una guerra pacífica contra la instalación de un vertedero en el pueblo de Góngora. De aquella resistencia general brotó una cepa de solidaridad indestructible. Reconstruyeron el municipio, ladrillo a ladrillo, pueblo a pueblo, conciencia a conciencia, hasta aglutinar ocho pequeñas localidades dispersas. Desde entonces, gobierna la Candidatura Popular del Valle de Aranguren (CPVA) con un alcalde como Manolo Romero, nacido en Badajoz y con alma de albañil libertario. Con él volvieron a empezar. Romero es hoy es una leyenda del movimiento vecinal del valle con una visión de la vida profundamente ética. Agirre le admira. “Aranzadi ha encontrado en este ayuntamiento el mejor compañero de viaje que podía imaginar para desarrollar estas investigaciones arqueológicas”, sentencia. Los 300.000 euros de los presupuestos son para el pueblo, no para Aranzadi. Para que no dejen de mirar sus cosechas mientras siguen el rastro de una mano de bronce que ha abierto el libro secreto del reino de Vasconia.

    Fuente: ctxt.es | noticiasdenavarra.com | 16 de diciembre de 2022

  • ROLAND MOR ROY

    El signario de escritura es el ibero nord-oriental adaptado a la lengua de la tribu de los Barskunes en el siglo I a.C. No es signario vascónico ya que la famosa letra T la tenemos registrada en textos escritos en ibero nord-oriental y en el dado de Numancia.

    Lo que no llego a entender es cómo dos eminencias en lenguas paleohispánicas obvian este detalle. Las cecas denominadas vasconas de Omtikes y Umanbaate no saben a ciencia cierta el sonido de la letra T que en la zona de escritura ibera transcriben como M (Cabrera de mar ref. Hesperia: B.44.39 Bosekomm); en la Alcudia de Elche hay otra pieza con esta letra T escrita en caracteres ibéricos. (uTus = Umus) ref. Hesperia: A.10.05. Luego está el sistema de escritura en puntillado que se dio en bastantes téseras escritas en celtíbero, dos en Viana, NA. Otra tésera en forma de caballo en Caminreal, Teruel, escrita en celtíbero ref: TE.04.11; hay dos téseras con forma de manos diestras escritas en latín, aunque la lengua es celtíbera con la técnica del puntillado : K.15.1 Paredes de Nava, Palencia. Otra tésera del mismo estilo en Zaragoza K.0.2. La placa de bronce de Luzaga tiene escritura en puntillado, escritura celtibérica. La placa de bronce de Aranguren bastante rota es la más similar al texto de Irulegi en su estructura, contiene líneas de separación, estilo en puntillado. Parece estar escrita en celtíbero por la palabra "Beltine" que se asemeja a la festividad celta del 1 de mayo Beltane, también nombrada Beltinne caledónica. Luego esta el mosaico de Andelos escrito en signario ibérico al igual que el mosaico de caminreal escrito en signario ibérico y ambos con la técnica del puntillado, pero en mosaico. En Andelos nombra un hombre con nombre celtíbero Abulo que sale en el bronce de Botorrita y en la estela funeraria de Ibiza, aunque ahí es el nombre del clan familiar Abulo. Por lo que esta técnica del punteado domina en la escritura celtíbera y ibérica y ahora en este texto en proto-vasco.

    Hay que tener en cuenta que el contexto epigráfico dominante fue el celtíbero y seguramente ambas tribus cohabitaron influenciándose unas a otras a nivel lingüístico y cultural. La tribu de los OSKUMken y los Jacetanos de Iaka debieron de estar mezclados con estas tribus aquitanas que seguramente entraron en el siglo II - I a.d.C. en Nafarroa. Por lo que no hablamos de una raza vasca, sino de grupos humanos que interactuaron con los iberos y seguramente se mezclaron, ya que en los Pirineos la toponimia vasca es abundante, pero también el ibero y el proto-vasco parecen estar emparentados, por lo que no habría diferencias muy marcadas en la Edad del Hierro. El mosaico de Andelos tiene 5 puntos de separación entre palabra y palabra igual que la mano de Irulegi. El mosaico de Andelos no esta escrito en proto-vasco, sino en signario ibero y se puede traducir como "Likine y Abulo confederación hacen con Bilbilitanos."

  • Guillermo Caso de los Cobos

    El arqueólogo que niega la mano de Irulegui: "La palabra no es vascónica, es celtibérica"

    Imágenes de la pieza antes de su extracción y en detalle posterior. SC.Aranzadi.

    La comunidad científica no termina de ponerse de acuerdo sobre el significado traducción de las inscripciones de la mano de Irulegui. El Gobierno de Navarra se lanzó con pompa y boato, con una puesta en escena desmesurada para la que requirieron incluso de la presidenta, a divulgar el significado vascónico de una de las palabras encontradas en la tésera, y por lo tanto a dar por cierta la existencia de una lengua vascónica en el siglo I a.C. como precursora del euskera actual; pero lo cierto es que hay voces discordantes   con la interpretación que se le ha dado a la inscripción.

     

    Según los investigadores de la pieza encontrada, la primera de las cuatro palabras es "sorioneku" que podría ser traducida como "afortunado" o "dichoso" y que es una palabra muy parecida a la empleada en el euskera actual "zorioneko". El día de la presentación lo consideraron una  prueba "irrefutable" de la existencia de una lengua vascónica. "No era euskera, sino eso que se llama lengua vascónica, el antecedente del euskera de hace 2100 años", dijeron.

    Pero no todos piensan lo mismo. Guillermo Gómez, arqueólogo profesional en excavaciones de yacimientos celtibéricos, en especial en la ciudad antigua de Tiermes y colaborador del Museo Numantino de Soria, señala que la mano de Irulegui es un bronce encontrado en el contexto de un yacimiento arqueológico en territorio posiblemente vascón, pero "es indudablemente celtibérico". Para ello, se basa en el método deductivo: "Si parece un pato, nada como un pato, y grazna como un pato, entonces probablemente sea un pato".

    "Tenemos un objeto celtibérico en su contexto de un yacimiento celtibérico, con  simbología celtibérica (la mano de hospitalidad) y escrito en signario celtibérico...  Los trabajos arqueológicos en Navarra, La Rioja, Aragón y Castilla León han dado a conocer anteriormente más de 100 documentos celtibéricos similares, escritos con el mismo signario y con contenido similar. En el propio Museo de Navarra hay 5 téseras de hospitalidad celtibéricas con un texto muy parecido, y están expuestas al público desde hace años", explica el arqueólogo.

    En este sentido, señala que si todos los hallazgos en lengua celta anteriores fueron considerados como signario celtibérico, ¿por qué no se considera este así?, se pregunta.

    Gómez no entra a valorar ningún tipo de intencionalidad política en la repercusión que tuvo el anuncio del hallazgo, pero si considera que los investigadores "cometieron un  error en la lectura inicial del primer símbolo". Según él, "no es una S, sino una B; no es sorioneku, sino beoronieku y puede leerse como beoroniecum, genitivo latino de gentes beronas. Para cambiar la lectura de este signo me apoyo precisamente en otra tésera celtibérica navarra de Viana que dice 'Berkaukun Sakas', y que se ha traducido como los bercaucos de Viana hacen un pacto de hospitalidad, y del mismo modo beoroniecum, son las gentes beronas protagonistas del pacto de amistad de Irulegui".

    Los Berones eran un pueblo asentado en aquella misma época en la zona de la actual Rioja, por lo cual, Gómez no considera "descabellado" pensar que es un trato de amistad con ellos, y propone la siguiente traducción: "Nosotros Los berones, representados por el jefe Tenekerekirateres, la amistad y hospitalidad de la ciudad de Otirta Sekiea promulgamos".

    Y concluye diciendo que "la lengua vascona no esta documentada y todo el mundo lo sabe, no está definida una lengua vascona actualmente, pero sí está definida la lengua celtibérica y su dialecto berón. Es decir, los vascones usaron una lengua, que nosotros no sabemos exactamente cuál era, porque no se escribió. El vascón no se escribió, y lo poco que se escribió dentro de territorio vascón fue en lengua celtibérica".

    Otro experto en la materia, el catedrático de Historia Antigua y director del Diploma en Arqueología de la Universidad de Navarra, Javier Andreu, no pone en duda que la primera palabra de la tésera pueda ser en lengua vascónica, pero asegura que "no se puede concluir, en ningún caso, que el vasco fuese la lengua de referencia del territorio actualmente navarro en la Antigüedad ni que, como se ha llegado a proclamar en ámbitos políticos, eso muestre que el euskera es 'parte consustancial de la identidad de los navarros'".

    En su opinión, "la nueva inscripción no puede demostrar que el vasco fuera la lengua mayoritaria, ni que fuera la única de Navarra durante los tiempos antiguos", luego "no tiene sentido utilizar la mano de Irulegui en relación con la presencia del euskera en el País Vasco actual o para desmontar de un plumazo una parte significativa de las teorías de la 'vasconización tardía'" que, como es sabido, atribuía la entrada de la lengua vasca en la actual Comunidad Autónoma Vasca a movimientos de pueblos en los siglos de la tardoantigüedad.

    El catedrático desmiente también que del hallazgo, como se ha llegado a decir, se pueda colegir que Irulegui o la Cuenca de Pamplona fue el corazón del territorio vascón. Antes bien, sostiene que Irulegui fue una víctima más de las guerras sertorianas y que corrió la misma suerte que otras ciudades del entorno después de tomar partido por uno de los bandos: el de Sertorio o el de Pompeyo

    Al margen de las consideraciones de los expertos están las valoraciones políticas que se hicieron del hallazgo, principalmente de la mano de EH Bildu, que prácticamente al día siguiente del anuncio de la existencia de la mano de Irulegui, le sacó a Pedro Sánchez 300.000 euros para profundizar en las excavaciones del asentamiento.... Y una semana más tarde, en el Ayuntamiento de Pamplona, presentaban una moción para que se incluya el contenido de la interpretación que se... que edita el Consistorio.

    Fuente: navarra.elespanol.com | 15 de diciembre de 2022

  • potrokilo

    Un artículo muy científico, sí señor!!. Si al final lo que pone será Soriako, en vez de Sorioneku, no te fastidia...

    Lo que hay que leer! y además hace una traducción completa, sin ningún tipo de argumentación filológica.

    Un "medio de comunicación" que se dedica a construir noticias falsas con intencionalidad política, cuando no es directamente para insultar, eso lo sabemos bien los navarros. 

  • potrokilo

    He escuchado una entrevista de ayer en Tudela Hoy al Arqueólogo Guillermo Gómez.
    Este señor afirma que es celtibérico. Dice que la suya es la única tesis que está publicada.
    El único medio que le ha publicado ha sido Navarra.elespañol.com y este en el que escribo.
    Quiero animar a Guillermo Gómez a que nos explique de dónde saca:
    "Nosotros Los berones, representados por el jefe Tenekerekirateres, la amistad y hospitalidad de la ciudad de Otirta Sekiea promulgamos"
    Tiene que decirnos qué signos ha leído, qué sonido representa cada uno de ellos y después nos los traduce de ese celtibérico que dice que hablaban en el poblado también celtibérico de Irulegi.
    Dice que esto lo ha sacado sólo en un mes, una aproximación. Vamos, que no tiene ni idea de que pone ahí y lo único que pretende es difundir el "todoceltiberismo".

  • potrokilo

    Video "Exposición y charla mano de Irulegi" en Aranguren Televisión 

    https://youtu.be/dACHM1l-Eus

  • Paloma

    JOSEBA ABAITUA:
    La Mano de Irulegui es un texto paleohispánico, escrito en signario ibérico nororiental. Posiblemente la única certeza de índole lingüística que de momento se tiene.
    Los medios de comunicación difundieron en titulares a portada completa la noticia de que la Mano de Irulegui contenía el primer testimonio escrito en lengua vasca. Pero, pasada la euforia inicial, las dificultades para interpretar el texto desde el protovasco no parecen confirmar este anhelo. Así, Iván Igartua (El Correo 26.11.2022), en un sobrevenido papel de portavoz y aguafiestas oficial del mundo académico, puso el énfasis en un inconveniente:
    «tras el dichoso ‘sorioneku’, [hay] lo que semeja ser una oración completa, con elementos previsiblemente gramaticales que poco o nada tienen que ver con lo que creemos saber acerca del vasco prehistórico».
    Y añadía la cita de Luis Michelena (1961): «si dispusiéramos de documentos escritos en vasco prehistórico del siglo primero antes de nuestra era –o en alguna lengua emparentada con él–, cuesta admitir que no fuéramos capaces de penetrar el sentido general de textos sencillos […] y de reconocer bastantes de sus componentes»
    Sin embargo, la prudencia de los especialistas no es contagiosa y, como era de esperar, el entusiasmo de los medios de comunicación pronto se trasladó amplificado a las redes sociales y a la opinión pública. Desde diferentes foros se han ido formulando múltiples y voluntariosas lecturas de la Mano, la mayoría desde el euskera. Son propuestas que si en algo destacan es en la disparidad de soluciones.
    Fuente: Un texto paleohispánico - Trifinium

  • Percha

    Otra entrada en Trifinium:

    Aquitano y vascónico

  • potrokilo

  • ROLAND MOR ROY

    Maluquer de Motes en su libro lenguas preromanas nos habló de la letra T : Forma normal griega de la letra Tau que apenas se usa en las inscripciones peninsulares. En baja época aparece en grafitos de Azaila y algunas veces en la escritura monetal ibérica de la cuenca interior del Ebro.( Zona Vascona-celtíbera). Su valoración fonética no es fàcil. Nombra a Caro Baroja, aunque sus apreciaciones ya están obsoletas. Lo cierto es que la letra T se encuentra en otros textos escritos en ibero nordoriental, en Cabrera de mar, en la alcudia de Elche, en l'Esquirol en una tortera, y en el dado de Numancia. Javier Velaza y Gorrochategui transcribierón el texto usando el semisilabario ibérico usan los mismos valores silábicos que en el ibérico que es lo que yo investigo. Ahora bien en el texto si hay palabras de proto-vasco si mirais en el diccionario vasco-castellano vereis que Sori significa ave, pájaro, que Zorione es un nombre femenino similar a Feliciana, Felicitación y Zorioneko = bienaventurado que traducen de buena fortuna en la mano de irulegi. Con la palabra errau/ erau también hay palabras pero no erraukon. Mi opinión es que el proto-vasco al igual que el celtíbero adopta la escritura ibérica para escribir en su lengua pero esta no era por lo menos hace 2500 años tan diferente de la lengua ibera nord-oriental. El trabajo del investigador Joan ferrer i Jané de los numerales iberos en comparativa con los números en Euskera són muy buenos lo que pasa es que no teniamos textos tan antiguos para ver las similitudes que las hay por lo menos en onomástica : en lapidas funeraria Aquitanas se registra el nombre Sori, Sorini y Ane Sorini y en ibérico el formante Sor en nombres como ibeisor, Sor tike, Sorike. Y hay más coincidencias con el vasco-Aquitano de época invasión romana pues estas lápidas las escribieron en latín. Los formantes onomásticos iberos Sur, Sir también coincidieron en Aquitano antiguo : Suri, Siriconi, Siri. Lo podeis leer en mi blog: signarioiber.wordpress.com.

  • Percha

    En la página Pompaelo ha aparecido una interesante entrada sobre el asunto. Pongo el vídeo con la conferencia.

  • Percha

    Adjunto otra charla que aportó Antton en Ama Ata:

  • Percha

    El Gobierno regional pelea con una decena de entidades y particulares por la titularidad de la imagen y la marca de la plancha de bronce que contiene la primera inscripción en la lengua que precedió al vasco



    AMAIA OTAZU 

    El reciente hallazgo en un monte de Navarra de la Mano de Irulegi, una plancha de bronce de apenas 36 gramos de peso, 14,3 centímetros de altura y un grosor de un milímetro, ha revolucionado las investigaciones sobre el origen del euskera por la inscripción que contiene con el vocablo sorioneku, similar al vocablo vasco actual zorioneko, que puede traducirse como “buena fortuna”. Fechada en el siglo I a. d. C., está considerada como el primer documento escrito en vascónico, el precedente del vasco. Pero además del debate lingüístico, el descubrimiento ha provocado una polémica mercantil. Pocos días después de la presentación en rueda de prensa de este histórico hallazgo, el 14 de noviembre de 2022, miles de productos con la imagen de la mano salieron a la venta. El olor a negocio ha hecho que, desde el mismo día de su presentación, por lo menos una decena de empresas y particulares —uno de ellos ha presentado dos registros— hayan solicitado la titularidad de la marca —Mano de Irulegi / Irulegiko Eskua— o de la imagen. Otra petición es la del Gobierno de Navarra, propietario legal del hallazgo, que ha solicitado la titularidad para fines educativos y culturales.

    A todas ellas hay que añadir otra solicitud, la más sonada: la presentada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, la empresa que ha dirigido la excavación del yacimiento donde encontró la mano. Una labor que realizó gracias a la financiación de la Administración foral y del Ayuntamiento del Valle de Aranguren, promotor principal del proyecto, en cuyo término municipal se encontró el objeto. Aranzadi registró la solicitud de marca a su nombre a las 9.56 horas del 14 de noviembre de 2022. Exactamente, 34 minutos antes de que comenzara la rueda de prensa organizada por las dos Administraciones públicas y la entidad. En concreto, Aranzadi presentó una solicitud mixta, puesto que pide la titularidad tanto del gráfico denominativo —de los términos y expresiones que se refieren a la pieza, tales como “Irulegiko Eskua”, “Euskararen Eskua”, “la Mano de Irulegi” o “la mano de la felicidad”— como del elemento gráfico, que es una foto de la Mano realizada por el equipo de arqueólogos.

    La acción de Aranzadi no gustó ni al Ejecutivo ni al Ayuntamiento del Valle de Aranguren, y fuentes consultadas aseguran que la Administración foral desconocía que se iba a realizar este movimiento. El Gobierno de Navarra ha anunciado este miércoles que va a oponerse a las solicitudes de registro presentadas para garantizar que tanto la marca como la imagen sean de acceso libre y gratuito para todo aquel que desee comercializar con ellas. Si lo logra, confirman diversas fuentes a este medio, el Ejecutivo retiraría su correspondiente solicitud de titularidad.

    Según el registro de la propiedad, de las 13 solicitudes existentes, siete piden la titularidad del vocablo sorioneku o la variación sorioneko, mientras que las restantes piden la de la denominación —Mano de Irulegi / Irulegiko Eskua— o de la imagen del objeto. De acuerdo con la normativa vigente, en los dos meses siguientes a la publicación del diseño registrado, cualquier persona o entidad puede formular oposición a la concesión de ese registro alegando que se incumple alguno de los requisitos de protección establecidos. Los diferentes periodos de alegaciones vencen entre el 30 de enero y el 4 de marzo. El primer plazo que vencía es el de la solicitud de propiedad industrial de la imagen gráfica de la mano, fácilmente recurrible, por lo que todo apunta a que el Ejecutivo ha presentado su correspondiente oposición.

    ¿Qué puede hacer el Gobierno foral?

    La intención del Ejecutivo es garantizar que haya un uso libre de este hallazgo. Es decir, que ninguna empresa ni entidad pueda enriquecerse con un objeto que forma parte del Patrimonio Arqueológico de Navarra, compuesto por “los bienes muebles e inmuebles de carácter histórico que resulten susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos, tanto si se encuentran en la superficie como en el subsuelo o bajo las aguas”. Así lo establece el artículo 55 de la Ley Foral 14/2005, de 22 de noviembre, del Patrimonio Cultural de Navarra, que añade que en dicho patrimonio también se incluyen los “elementos geológicos y paleontológicos relacionados con la historia..., sus orígenes y antecedentes, que sean susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica”. Siguiendo esta norma, al ser patrimonio navarro, es un bien de dominio público. No obstante, el informe jurídico encargado por el Gobierno advierte de que esta ley se refiere al hallazgo arqueológico como tal, no a la expresión con la que se lo conoce ni a las diferentes representaciones gráficas o escultóricas que puedan desarrollar terceros.

    En lo que se refiere a la imagen gráfica —solicitada por dos entidades—, la norma de Protección Jurídica del Diseño Industrial exige que, para solicitar la titularidad de un diseño, este no debe haber sido accesible al público antes de la fecha de presentación de la solicitud de registro. Teniendo en cuenta que la mano fue expuesta el día 14 de noviembre, ya no es novedosa para las solicitudes posteriores.

    Javier Velaza, experto en epigrafía y uno de los analistas que estudiaron la mano, explica las inscripciones descifradas en noviembre de 2022.
    Javier Velaza, experto en epigrafía y uno de los analistas que estudiaron la mano, explica las inscripciones descifradas en noviembre de 2022. Iñaki Porto (EFE)

    Lo mismo sucede con la denominación de Mano de Irulegi, ya sea en castellano o euskera, puesto que la primera vez que este término aparece es en un documento del Gobierno de Navarra, en el informe realizado por la restauradora que descubrió la inscripción. Un documento que no era accesible entonces al público. Por lo tanto, todo apunta a que Aranzadi —una de las entidades que la solicita— no podría atribuirse la titularidad de la denominación, ya que, en un primer momento, la sociedad clasificó la mano como un aplique de casco.

    En el aire, y a expensas de un análisis jurídico más sosegado, queda la cuestión del término sorioneku, cuya titularidad quieren obtener varias empresas y particulares. Puede considerarse un término general perteneciente a una lengua, el vascónico. Por lo que es complicado que alguien pueda atribuirse su propiedad intelectual. En todo caso, esta podría recaer en los dos expertos analistas que descifraron el texto, Joaquín Gorrochategui y Javier Velaza. Sin embargo, eso no tendría por qué evitar que una empresa utilizara este término para designar, por ejemplo, una marca de bebidas.


  • ROLAND MOR ROY

    Percha, acabo de escuchar el video de youtube de la conferencia Pompaelo. Justamente le escribí a Javier Andreu anteriormente, de lo que comenta del bronce de Aranguren y el mosaico de Andelos están escritos en celtibérico no en vascónico como sugiere en la conferencia. Hay que consultar las referencias de la base de datos hesperia : NA.05.01 es un texto bastante roto donde solo aparecen tres palabras enteras : BELTINE que se compara con la festividad celta de Beltane nombrada también Bealtinne ( Caledónica). Kusor que podría ser un antropónimo donde el formante sor fué utilizado en nombres iberos también al igual que el N.p. Sori  vasco-aquitano. (Sorini lápida escrita en latín y Anne Sorini. Aquitania.) Referencia  hesperia : NA.03.01 Mosaico de Muruzábal de Andión. escrito en signario celtibero: Likine : Abulo rauné : ekien : Bilbiliars. que se traduce aproximadamente por : Likine (Licinio en lat.) y Abulo hacen confederación con los Bilbilitanos. Comparto la opinión del difunto profesor Javier de Hoz en que la Navarra de la antiguedad confluyerón distintos grupos y seguramente hubó bilinguismo. Són presentes los escritos en ibero, celtíbero en más número y ahora 1 texto en vascuence del s.I.a.c.

    Referente a lo que comentó Javier Andreu en el video de youtube Sorioneku, Pompaelo. Desconocen las últimas investigaciones en el campo epigráfico de la lengua ibera. En ibero tenemos el nombre Laur y Laku igual que en vascuence "LakuBegi" se segmenta Laku+Begi y en ibero tenemos antropónimos como Lakuiltum ( Tivissa) = Laku+iltum, Laku Argis ( Palamós ), Sor Laku ( Yátova), Balke Laku ( Betxí), El nombre latinizado vascónico : Calpurnia Urchatetelli se comparó en BDH. con el n.p. Biurtetel escrito en ibero de Azaila. Donde es abundante en ibérico el nombre Biur aunque Tetel y tetelli solo hay estos dos ejemplos. En cambio Urcha se debe de comparar con el ibero Urka / Urke. N.p. Urkes.

    La divinidad vascónica URDE la relacionarón con el teónimo escrito en ibero en Losa del Obispo URDAL según Joan Ferrer i Jané (academia.edu) inscripciones del Abrigo Tarragón. ref.hesperia : V.24.01 repetida unas 9 veces en la roca. Ferrer piensa que Tikanal, Urdal eran divinidades iberas y compara con la inscripción de la divinidad Urde de Navarra.

    Són muchos los aportes que un investigador autodidacta como yo puede aportar para aclarar este contexto que no es otro que el de una mezcla cultural y étnica que se verra amenazada por la invasión del imperio romano. Signarioiber.wordpress.

  • Guillermo Caso de los Cobos

    La vuelta al vascoiberismo de la Mano de Irulegui

    La Mano de Irulegui se halló en el valle de Aranguren, cerca de Pamplona. Nafarroako Gobernúa. Gobierno de Navarra

    Desde obras de Pompeyo Trogo (siglo I a.C.) a escritos de Alfonso X el Sabio, el vascoiberismo se instaló como una identidad compartida entre el íbero antiguo y el vasco o euskera. Un hecho que durante los últimos años ha sido ignorado o denostado, pues no ha sido hasta tiempos recientes que esta afirmación ha vuelto a obtener la importancia que mereciera. Explica a este diario Antonio Arnáiz-Villena, catedrático y fundador del departamento de Inmunología de la Universidad Complutense, experto en investigaciones sobre la historia genética de los grupos étnicos, así como en la elaboración de hipótesis lingüísticas novedosas, que «nuestra obra, la de la asociación “Euskeraren jatorria” (“El origen del euskera”), ha hecho aflorar de nuevo el vascoiberismo». Una situación que se ha acentuado con «la reciente aparición en las cercanías de Pamplona de la Mano de Irulegui, escrita en íbero con palabras de traducción vasca descrita por fonología y semántica». Esta pieza bimilenaria ha reavivado el debate alrededor del origen de la lengua vasca, y asegura Arnáiz-Villena que «gracias a este objeto están todos de acuerdo en que el euskera era el íbero antiguo». Asimismo, el investigador, que lleva más de dos décadas estudiando estos aspectos, añade que «hemos encontrado que el íbero está escrito en las rocas de las Islas Canarias, así como revisando los textos de franceses, en el Sahara. Por ello nos interesa hablar de la historia, de cómo se ha considerado, desde la Guerra de las Galias hasta los cronistas de los Reyes Católicos, que el euskera era el íbero antiguo».

    Si bien hace miles de años bajo el desierto del Sahara existieron multitudes de ríos y lagos, la desertificación hizo que sus habitantes se moviesen en todas las direcciones, huyendo. «En este periodo es posible que gran cantidad de norteafricanos entrasen en Iberia, siendo decisivos en la formación de lo que serían los íberos», explica Arnáiz-Villena. Así lo demuestran las escrituras halladas en Canarias y en el centro del Sahara, y que han definido como el Círculo Canario-Sahariano.

    «Hemos postulado dicho círculo como posible origen del íbero, ya que el signario ibérico-tartésico mismo se encuentra grabado en rocas de dichos lugares», apunta, y remite a trabajos de investigación al respecto que ha publicado junto al equipo que dirige en la Universidad Complutense, entre los que se encuentran el investigador canario Fabio Suárez-Trujillo, el catedrático Martín-Villa, Marcial Medina de Lanzarote y Félix Lancha de Zalamea la Real (Huelva).

    Inscripción ibero-tartésica en el volcán Tenazara, en Lanzarote. Se observa la tendencia de algunos caracteres del signario ibérico a juntarse. La Razón.

    Flujo de culturas

    Entre dichos trabajos, destacan aquellos en los que Arnáiz-Villena y equipo han analizado dos de los varios paneles de escritura rupestre hallados en la ladera del volcán Tenezara, en Lanzarote. Una publicación que se centra en inscripciones ibero-guanches, anteriormente denominadas latinas, y que explican cómo «la Prehistoria de Canarias se ha caracterizado por un fuerte dogmatismo y abandono. Se han dejado de lado descubrimientos que no encajaban en la historia oficial. Estas inscripciones han sido olvidadas una vez se descubrió que estaban relacionadas con las ibéricas», resume el estudio. Con esto, además cabe destacar que los canarios, norteafricanos e ibéricos muestran un estrecho parentesco genético. Y así lo explican los expertos en la publicación «El Círculo Saharo-Canario: la olvidada Prehistoria de la fachada atlántica euroafricana y la falta de pruebas de entrada de gentes orientales»: «Se ha producido un flujo continuo de genes, cultura y personas entre África e Iberia en ambas direcciones a través del Estrecho de Gibraltar durante la Prehistoria».

    «La cultura mediterránea se construyó gracias a las interacciones de africanos y europeos que convivieron durante miles de años», cosa que «se ha atribuido erróneamente en exclusiva a Roma y Grecia».

    En definitiva, apunta Arnáiz-Villena que ha sido la mano de Irulegui la que ha permitido consolidar la teoría en la que lleva años trabajando. Pues tras su descubrimiento «se hicieron eco todos los medios del país y del mundo y, aparentemente, y sin estar toda la inscripción traducida oficialmente, aunque hay varias propuestas en nuestra asociación, varios de los académicos más anti vascoiberistas ya admiten de nuevo, tras 70 años de anti vascoiberismo, que el vasco y el íbero son idénticos o muy cercanos. Todo ello por la mano de Irulegui», concluye.

    Fuente: larazon.es | Concha García | 6 de febrero de 2023


  • ROLAND MOR ROY

    Joaquín Gorrochategui, Comentó en la conferencia del museo San Telmo, que la palabra Akar'i de la mano de Irulegi tiene un paralelo en ibérico nororiental en la inscripción de la Joncosa, (Jorba) : akari : la diferencia reside en el tipo de s en ibero es r simple mientras en Irulegiko eskua es r multiple.(r') Mi opinión es que el tipo de sonoridad de la r no es motivo para descartar su posible parentesco con el ibero. Luego si observamos los puntos de separación veremos que en la 1ª linea y en la última linea són 3 los puntos de separación mientras en la 3ª linea són 6 puntos, lo que podría indicar otra letra en forma de palo que representaria la letra Ba / pa en ibero nororiental. Por lo que posiblemente 3ª otzirtan Baese akar'i  4ª erraukon.

    https://signarioiber.wordpress.com/2022/12/18/la-mano-de-irulegi/

  • Percha

    De 'sorioneku' a 'sorioneke' y otras dudas sobre la 'mano de Irulegi', el hallazgo que iba a revolucionar el origen del euskera

    La mano de Irulegi.

    Rodrigo Saiz - El Diario.es

    En 2022 la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia) eligió 'zorioneko', afortunado en castellano, como palabra del año en euskera en honor a la mano de Irulegi. Lo hizo después de que en noviembre de ese año, la Sociedad de Ciencias Aranzadi hubiese dado a conocer el descubrimiento de esta pieza de bronce datada en el siglo I a.C. con una inscripción de cuatro líneas en la que los expertos lingüistas Joaquín Gorrochategi y Javier Velaza interpretaron la primera palabra como 'sorioneku', muy similar al 'zorioneko' actual, lo que, de confirmarse, revolucionaría las investigaciones sobre el euskera al demostrar que los vascones escribieron en su propio idioma. De repente, aparecieron joyas, postales y todo tipo de objetos con el hallazgo.

    Un año después de su descubrimiento, la revista editada por el Gobierno de Navarra 'Fontes Linguae Vasconum' ha reunido a diferentes expertos lingüistas para analizar el detalle de la inscripción de la mano. La conclusión a la que han llegado es que no se puede determinar que el idioma en el que se hizo la inscripción sea vascónico, pero tampoco lo contrario. Es, de hecho, la misma hipótesis que defendieron Gorrochategui y Velaza el día que presentaron la mano.

    Tras el estudio más minucioso de la inscripción, que ha incluido una mejor limpieza de la mano, los expertos se decantan ahora por que la primera palabra sea 'sorioneke' y no 'sorioneku'. Este cambio de la última letra da origen a una nueva hipótesis: la mano se trataría de una ofrenda a la fortuna en un contexto de las guerras sertorianas (años 83-73 a.C), de las que los pobladores del valle de Aranguren tomaron parte. Sería por tanto un dativo a la fortuna, costumbre que los vascones habrían imitado de alguno de los pueblos cercanos, como los romanos, y no una pieza que se colgó en una puerta para desear “buena fortuna” a los pobladores de una casa, como se teorizó en un inicio.

    Además, el filólogo y especialista de la lengua vasca de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Joseba Andoni Lakarra descarta que el término 'sorioneku/ke' equivalga al a 'zorioneko' –'dichoso', 'feliz', en castellano– ni se relacione con 'zorion' –dicha, felicidad– del euskera actual. Según añade el autor, estos términos no se formaron hasta el siglo XVIII, cuando el impulsor de esta lengua en la Ilustración Manuel Larramendi y sus seguidores comenzaron a difundirlos a través de la literatura y el uso oral.

    Más allá del cambio de 'sorioneke' a 'sorioneku' y el significado que tenía la mano para los pobladores de Irulegi, la gran duda que despierta la pieza es si realmente está escrito en lengua vascónica, la lengua de los antiguos vascones y que dio origen al euskera actual. Esta es la hipótesis que siguen defendiendo el catedrático de lingüística indoeuropea por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Joaquín Gorrochategui y el catedrático de Filología Latina en la Universidad de Barcelona y experto en epigrafía Javier Velaza, quienes sostienen que la mano contiene algunos signarios fácilmente atribuibles a los vascones. En concreto se refieren a uno con la forma de la letra 'T' latina mayúscula. “Es un signo que ya aparece en dos monedas que proceden del mismo territorio y que en su día nos sorprendió mucho porque son monedas escritas aparentemente con un signario derivado del ibérico con una letra que no aparece en ningún otro texto en ibérico, por lo que parece que se trata de un signo diferente creado por los vascones”, explica Javier Velaza en conversación con elDiario.es/Navarra.


    Pero el epigrafista experto en lengua ibérica Joan Ferrer i Jané apunta otra hipótesis: que si bien la mano estaría escrita en lengua vascónica, ésta fuese pariente de la lengua ibérica. En su artículo publicado en la revista 'Fontes Linguae Vasconum' sustenta esta teoría arguyendo que la pieza “presenta un mayor grado de afinidad con el ibérico de lo esperado”. Así, analizando la inscripción desde la lengua ibérica llega a la conclusión de que el protovasco se tratase de “alguna variante aquitana”, lo que lo acercaría al ibérico. Este extremo lo confirmaría también el hecho de que la inscripción esté realizada sobre la figura de una mano cortada que, como apunta Francisco Beltrán Lloris, catedrático en Historia Antigua en la Universidad de Zaragoza, es típica de la cultura íbera.

    En todo caso, esta teoría no supondría que la hipótesis de que es vascónico quedase anulada. Gorrochategui y Velaza sostienen que se podría tratar de una adaptación del signario ibérico al vascón. “Los vascones seguramente aprendieron a escribir de los íberos, al igual que hicieron los celtíberos; pero es que los íberos aprendieron de los pueblos del sur, y éstos a su vez aprendieron de los fenicios”, apunta Velaza. Es decir, la mano de Irulegi viene a demostrar el continuo contacto entre culturas y pueblos que se dio en la Antigüedad en la zona de la actual Navarra.


    Todos los expertos comparten que para llegar a alguna certeza sobre si el idioma empleado en la inscripción de la mano es vascónico será necesaria la aparición de nuevas piezas con las que poder comparar el texto, cuestión que no descartan que suceda en próximas fechas a la vista de este reciente descubrimiento. “Siempre hemos trabajado con hipótesis que creemos verosímiles, nunca con certezas porque no las tenemos”, argumenta Velaza.

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    Y es que hasta la fecha tan solo se conocen cinco inscripciones que se cree que pueden estar escritas en lengua vascónica y que, además, “son muy breves”. Un dato que puede servir de referencia que apunta Velaza es que del ibérico se tienen más de “2.500” inscripciones y todavía no se ha podido traducir la lengua; de la lengua etrusca se tienen “13.000” inscripciones y se ha podido traducir “un 20%”. “Este es el principal problema. Entiendo que la gente quiera saber, pero tienen que entender que llegamos hasta donde podemos llegar”, concluye el catedrático de Filología Latina en la Universidad de Barcelona.

    Otro punto en el que coinciden los expertos que han participado en el análisis de la mano de Irulegi es que la pieza es auténtica y que el trabajo arqueológico se hizo bien, documentando cada punto del proceso con imágenes desde el momento de la excavación en la que se localizó la pieza y manteniendo en todo momento la cadena de custodia, que no se rompió nunca. Eso no es algo menor, ya que hace una década se pretendió situar el origen del euskera en el yacimiento romano de Iruña-Veleia, a las afueras de Vitoria, donde aparecieron centenares de piezas excepcionales también sobre la cristiandad o incluso jeroglíficos egipcios o un pretendido Cenáculo (la última cena de Jesucristo). Aquella acabó en condena judicial por falsificación de las piezas romanas originales y la constatación de que los surcos de las inscripciones presentaban restos de metales modernos.