Las excavaciones en Pampa La Cruz se iniciaron el año pasado y fueron financiadas por la National Geographic Society. (Foto: National Geographic)
Un importante hallazgo de la cultura precolombina Chimú (norte de Perú), consistente en los restos de 132 niños sacrificados, fue confirmado este martes a Sputnik por el arqueólogo Gabriel Prieto.
"Hemos encontrado un entierro con un total de 132 niños y 262 llamas (camélidos andinos). Lo más novedoso es que dentro de ese conjunto de 132 niños, hay 10 que al parecer fueron de la élite chimú, que fueron ataviados con tocados de plumas, con vestidos pintados con materiales muy finos", explicó el arqueólogo peruano.
Gabriel Prieto lidera el equipo interdisciplinario de investigación. (Foto: National Geographic)
Prieto, quien dirige al grupo de investigadores responsables de este hallazgo, realiza sus exploraciones en una zona conocida como Pampa La Cruz, ubicada en el distrito costero de Huanchaco, provincia de Trujillo, en la región de La Libertad (norte).
El arqueólogo detalla que el hallazgo de los 132 restos de niños, cuyas edades varían entre los 6 y 14 años, es producto de un trabajo que viene realizando desde 2016 bajo el auspicio de National Geographic. Sus investigaciones se realizan en torno a la cultura Chimú, civilización que se desarrolló entre los siglos XII y XV, la cual fue conquistada por el imperio Inca alrededor de 1470.
Los estudiantes de arqueología de la Universidad Nacional de Trujillo se preparan para limpiar y catalogar cráneos del entierro masivo en Huanchaquito. El clima árido del norte del Perú momificó naturalmente muchos de los restos, que están inusualmente bien conservados. (Foto: National Geographic)
Según comenta Prieto, el hallazgo revela que la cultura Chimú no sólo sacrificaba a los niños de las clases bajas sino que “los líderes chimús también sacrificaron a sus propios hijos”, como se puede desprender del lujo con el que fueron enterrados algunos de los infantes.
Los restos de dos niños, tal vez un niño y una niña, descansan uno junto al otro en el sitio de enterramiento masivo de Pampa la Cruz en la costa árida del norte de Perú. Se encuentran entre los 272 niños que fueron sacrificados y enterrados alrededor del año 1450 d.C. en dos sitios cerca de Chan Chan, la antigua capital de los chimú. La mayoría de las víctimas fueron asesinadas con un corte en el pecho, posiblemente para extirpar el corazón, y fueron enterradas en sudarios simples.
Asimismo, según las épocas en las que se estima que se realizaron los sacrificios, la cultura Chimú hizo uso de sacrificios humanos no sólo para eventos como el fenómeno El Niño, en donde se pedía “clemencia” a la naturaleza, sino para ocasiones cíclicas que aún están pendientes de investigación.
De acuerdo al arqueólogo, los sacrificios infantiles no sólo jugaron un papel importante en los rituales religiosos de los chimús, sino que “alrededor de ellos giraba una industria artesanal”.
Un tocado de plumas de guacamayo adorna el cráneo de un niño sacrificado que tiene el pelo hasta los hombros. Los investigadores dicen que el tocado indica que los jóvenes pueden haber sido de una familia de élite. FOTOGRAFÍA DE REBECCA HALE, PERSONAL NGM.
“Así como los egipcios desarrollaron una industria de lo fúnebre con la construcción de mausoleos monumentales o sarcófagos, parece que los chimús tenían las mismas intenciones de acompañar sus sacrificios con telas pintadas, artefactos de metal o el comercio de plumas exóticas traídas desde la Amazonía”, detalla el experto.
Guillermo Caso de los Cobos
Una antigua masacre de niños en Perú pudo haber sido un sacrificio para calmar el mal tiempo
El año pasado un equipo de arqueólogos en Perú anunció el descubrimiento de una masacre ritual, con siglos de antigüedad, que creen que es el mayor caso conocido de sacrificios de niños. Enterrados bajo las arenas de Huanchaquito-Las Llamas, en la costa norte de Perú, había casi 140 esqueletos infantiles, además de los restos de 200 llamas.
Aunque no se puede determinar de manera definitiva el razonamiento detrás de ese espantoso asesinato en masa de niños y niñas, que solo tenían entre 5 y 14 años de edad, ahora los investigadores dicen que el acto pudo ser una respuesta ante el desastroso evento climático conocido como El Niño.
El hallazgo proporciona nueva información sobre los rituales de la antigua civilización chimú que habitaba la costa norte del Perú. También intenta reconstruir la historia sobre por qué esas personas asesinaron a los niños, presumiblemente abriendo sus pechos y arrancándoles los corazones.
Prieto llamó a una colega, Katya Valladares, quien investigó los esqueletos e identificó marcas de corte en el esternón de muchos niños. Eso indicaba que el sitio de entierro no era un cementerio grupal, sino la ubicación de un asesinato masivo orquestado. De 2011 a 2016, Prieto y sus colegas desenterraron 137 esqueletos infantiles completos y los restos de más de 200 llamas en un área que se extendía alrededor de unos 696 metros cuadrados.
Algunos cuerpos fueron enterrados en tela, muchos llevaban tocados de algodón y otros tenían pintura de cinabrio rojo en sus cráneos. Enterradas junto a muchas de las víctimas estaban las jóvenes llamas, cada una con menos de 18 meses de edad. Ellas también fueron sacrificadas. El equipo notó que los niños estaban enterrados mirando hacia el oeste, en dirección a la costa, mientras que las llamas miraban hacia el este donde se encuentran las montañas de los Andes.
Usando la datación por radiocarbono, el suceso se remonta a una fecha cercana al 1450 d.C., lo que lo ubica temporalmente poco antes de que el Imperio inca invadiera esos territorios. El equipo también intentó recolectar ADN de los dientes de algunas víctimas, pero solo tuvo éxito en una fracción de los casos.
Esqueletos de niños y camélidos enterrados en arena arrastrada por el viento en el sitio HLL. Tenga en cuenta que todos los entierros fueron excavados a relativamente la misma profundidad. Foto: Plos One
Las muestras que lograron recabar les permiten afirmar que se escogieron tanto niños como niñas, lo que significa que el sacrificio no era exclusivo de un solo género. Un análisis adicional de ADN podría ayudar a determinar si los niños eran de la localidad o si provenían de todo el territorio del pueblo chimú pero, debido a los detalles morfológicos, los investigadores creen que las víctimas provenían de toda la zona.
Una pista importante para averiguar el motivo por el cual los chimú sacrificaron a los niños es la gruesa capa de lodo que se preservó en la parte superior de la extensión de arena donde fueron enterrados. Como actualmente esa área es un desierto, la capa de lodo indica la presencia de un período de lluvias intensas como el que se vio durante el fenómeno El Niño, o un calentamiento natural de las aguas superficiales del ... que tiene efectos sobre el clima. Ese diluvio habría devastado al Imperio Chimú, al inundar cultivos, matar los bancos de peces y arrasar con los pobladores.
También en esa capa de barro, los científicos encontraron huellas conservadas de adultos con sandalias y niños descalzos, así como señales de que las llamas fueron arrastradas hasta ese lugar. Aparentemente los niños fueron trasladados hasta ese sitio que estaba justo en las afueras de Chan Chan, la capital del territorio chimú. Los asesinatos, según los expertos, se realizaron por orden de las autoridades como una ofrenda a sus dioses o espíritus ancestrales para mitigar las lluvias.
“Es una excelente manera de hacer que las personas se mantengan en el carril”, dijo.
Fuente: nytimes.com| 7 de marzo de 2019
11 Mar 2019