¿Para qué quiere anillos un mono?

Yacimiento de "El Tesorillo".

Pinar de La Algaida (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz) 

"Las garzas ya han vuelto de la sierra. Ellas van allí todos los días a comer y por la tarde vuelven a descansar", dice mi amigo M. P., un hombre de setenta y dos años que se conoce las marismas del Pinar de la Algaida, en Sanlúcar de Barrameda, como la palma de su mano.

 

Es él quien me ha llevado, siempre que se lo he pedido, a visitar los yacimientos arqueológicos más emblemáticos de la zona norte de la provincia de Cádiz. Gracias a él he conocido el Cortijo de Évora, en la carretera que va de Sanlúcar a Trebujena, donde se halló el famoso tesoro tartésico que lleva su nombre. O el emblemático yacimiento de El Tesorillo, en el citado Pinar de la Algaida, que fue sede de un Santuario dedicado al Lucero, identificado con el Luciferi Fanum que menciona Estrabón. O, también, el no menos conocido Cortijo de la Fuente, de donde fue rescatado un ídolo cilíndrico del Calcolítico… Además de otras localizaciones que he conocido, tales como el yacimiento de Mesas de Asta, a la que dediqué mi anterior post.

 

Hoy he estado reunido con él y otros amigos y amigas que conocen bien la zona y conocen también muy bien en qué estado se encuentran dichos yacimientos y qué acontecimientos se han ido desarrollando en torno a ellos. Lo más llamativo de la larga e interesante conversación que hemos mantenido, es la tremenda y vergonzosa expoliación que ha habido a lo largo de más de treinta años.

 

Objetos de cerámica, figurillas etruscas, fíbulas, monedas fenicias, griegas y romanas, ídolos fálicos, columnas enteras… han sido literalmente robadas de aquellos lugares por personas que, por pura ignorancia –porque es por eso, y no por otra cosa– arramplaron en su momento con todo lo que encontraron a su paso; en ocasiones, incluso se presentaban por allí con detectores de metales y, tranquilamente, se llevaban unas cuantas monedas con toda impunidad. “Sacos de monedas” es la expresión exacta que han pronunciado en la reunión. No quiero pecar de inocente, pero mantengo la esperanza de que solo fuera una exageración.

 

La desfachatez llega hasta el punto de que estos ladrones de nuestra Historia incluso exhiben alegremente sus "trofeos". Tal es el caso de uno que tiene colocado un falo de piedra –que intuyo de época romana– en el umbral de su casa, flanqueado por columnas de mármol y otros adornos presumiblemente antiquísimos. Dejando constancia de que solo hablo de oídas, pues no los he visto, hay quien colecciona sus "trofeos" y con ellos decoran sus hogares. Y allí permanecen mudos en las estanterías, y digo mudos, pues sus ignorantes "propietarios" no tienen ni la más mínima idea de lo que estas reliquias tienen que contarnos.

 

No obstante, si hablo de coleccionistas, hablo del mejor de los casos. Porque también hay quien guarda, amontonados en garajes, trasteros o desvanes; criando polvo, telarañas y humedad, los vestigios de nuestra Historia, dejando que se deterioren cada día que pasa sin que nadie vaya a rescatarlos y cuidarlos con el mimo que se merecen, después de tres mil años.

 

Tres mil años de Historia encerrados en trasteros, vitrinas o repisas pertenecientes a un puñado de ignorantes que, por engrosar su vanidad y fardar delante de sus amigotes del bar de la esquina, roban un patrimonio que es de todos. No entiendo para qué los quieren, si no se hacen ni una remota idea de lo que tienen… ¿Para qué quiere anillos un mono?

  • Guillermo Caso de los Cobos

    No le falta razón a Fran, desde luego. Aparte de que bastantes museos españoles están cerrados por obras, mantienen infinidad de vestigios en sus almacenes sin ponerlos al público. Y, por si fuera poco, traten de preguntar si tienen libro-catálago del museo en cuestión (aunque sea un libro sencillo). Apenas lo tienen ninguno. Lo que no deja de ser increíble.

    De todos modos, Fran, en última instancia vale más que los restos arqueológicos se guarden en los museos, cuando son sacados a luz, a que los tengan por ahí en "centros de interpretación" desperdigados a expensas de que los roben y destrocen expoliadores desaprensivos (como hemos visto recientemente con el mosaico romano de Baños de Valdearados).

    Y las autoridades políticas y responsables de la cosa ya se pueden ir poniendo unas buenas pilas, porque con la pavorosa crisis económica que padecemos mucho me temo que vamos a asistir, al margen de una nula actividad de excavaciones arqueológicas, a un incremento muy notable del expolio de nuestro patrimonio arqueológico.

  • Carmen L.

    Daría para escribir muchas entradas lo que cuentas, amigo. Muchas, porque las causas de esto son entrelazadas y complejas como jersey de Áran. No me voy a detener en causas, porque entre estas se encuentran la inexistente educación histórica/ética/económica; la "crisis moral" que demuestra una sociedad que fabrica cachos de carne con patas capaces de almacenar cosas de esas en garajes (ellos seguro se declaran a todo el que quiera oirlos "amigos de la humanidad" e "indignados" con cosas mucho menos cuestionables/inteligibles) y la incapacidad del estado de impedir los saqueos o, al menos, de revertirlos en beneficio de la comunidad. Pero sí que me pregunto una cosa ¿qué podemos hacer nosotros, aficionados con conciencia, por impedir/aminorar/cambiar estos hechos? Lo pregunto sin asomo de retórica ni ganas de escuchar eso de denunciarlo ante las autoridades (?) o los medios de comunicación, que ya vemos pa' lo que sirve.

  • Hispalois

    Lo más triste es que una pieza arqueológica pierde casi todo su valor científico cuando se saca del suelo clandestinamente, sin anotar dónde estaba, en qué contexto, etc. Recuperar robos está bien pero no se recupera el conocimiento perdido. Es mucho más útil evitar los robos y expolios antes de que ocurran.

  • Ángel Román Ramírez

    Completamente de acuerdo, Hispalois. Habría que "blindar" más los yacimientos. Si se pusieran más medios para proteger los lugares en los que se producen nuevos hallazgos, quizá no ocurrirían estas cosas o, al menos, no serían tan comunes. De la misma forma que se protegen ciertas especies de animales, que me parece algo totalmente loable, debería ocurrir lo mismo con los yacimientos y, sobre todo, si son nuevos. Porque los que ya han sido expoliados, lamentablemente, poca solución tienen ya...

    Bueno, poner multas muy cuantiosas, o incluso la cárcel, y aplicar la ley (y no archivar las causas) quizá disuadiera a estos amigos de lo ajeno.

  • Santiago Z.

    Haces muy bien en escribir todo esto, Ángel.

    También yo lo hice en su momento y en el caso que sigue, por ejemplo, y así hago un llamamiento, una vez más, a quien compete a dejarse llevar por la racionalidad y la inteligencia y no por la desidia o el interés económico (en pleno yacimiento, al menos, del Bronce, sin haberlo sometido a excavación experta, tienen aprobado colocar un parque eólico):

    Posible santuario rupestre

     

    Ángel, entiendo perfectamente tu rabia, me gusta cómo lo cuentas y pienso que todos los que conociéramos casos similares deberíamos denunciarlos en voz alta, ser altavoces de estos desmanes. 

    ¡Ánimo, Ángel, que somos muchos los que vamos en la misma dirección!

    Un afectuoso saludo.

     

    Pdt.: ((¡Ah!: los monos aprenderían a ponerse y quitarse los anillos, y hasta llegarían a apreciarlos. Los humanos que tú citas, según últimas noticias, andan por ahí intentando cavilar (porque no llegan ni a eso) cómo hacer para robar a los monos sus sortijas)).

     

  • Ángel Román Ramírez

    Muchas gracias, Santiago. Precisamente estaba leyendo antes este otro post que, de hecho, tiene mucho que ver con lo que estamos debatiendo aquí.

    Por cierto, muchas gracias por el enlace que me has facilitado en tu anterior mensaje, me ha resultado interesantísimo!!

    Y en cuanto a lo de la posdata... ¡¡¡Jajajajajaja!!! XD

  • Santiago Z.

    Amigo Ángel, yo creo que uno de los mejores regalos que se te podría hacer sería que vieras en Asta Regia (una Mesa impresionante, y no la conozco "al natural") un trabajo arqueológico en condiciones... Creo que no me equivoco, ¿no?.

    No desistiremos, Ángel, que cosas que parecían inalcanzables se han conseguido, así que adelante, y mientras llega ese momento, que llegará (quiero ser optimista), a seguir en la brecha, que es lo que estamos haciendo. Creo que así vamos en el buen camino. Un abrazo.

     

  • Ángel Román Ramírez

    Pues sí, Santiago. Sería algo así como un imposible hecho realidad...! Y estoy seguro de que algo así contribuiría en muchísimo a un conocimiento más completo y profundo de nuestra remota Historia, aún tan dispersa, llena de recovecos que todavía faltan para completar el puzle (aunque parezca increíble). Espero que ese mensaje tuyo cargado de positivismo llegue a cumplirse algún día no muy lejano!!!

    Otro abrazo fuerte para ti!