El Molinete, testimonio vivo de la historia de Cartagena

Sentados en las escalinatas del Templo Itálico, los antiguos habitantes de nuestra urbe contemplaban las magníficas vistas de la ciudad y controlaban la bocana del puerto, uno de los más seguros del Mediterráneo, envidiado por su importancia estratégica, militar y comercial. El paso del tiempo ha sido generoso con Cartagena y ahora, más de veinte siglos después, las riquezas arqueológicas halladas en el Cerro del Molinete nos permitirán un reencuentro con la herencia de esta ciudad milenaria.

 

Fuente: © Ayuntamiento de Cartagena (España) | Cartagena.es, 7 de marzo de 2011


El Parque Arqueológico del Cerro del Molinete, con una superficie de 26.000 metros cuadrados, será el parque al aire libre más grande de España. Las excavaciones, dirigidas por el catedrático de la UMU, José Miguel Noguera y el equipo de la arqueóloga María José Madrid, se han dado por concluidas y los trabajos en el cerro se centran ahora en la interpretación de los restos y las labores de restauración y conservación bajo la supervisión del equipo que dirige Izaskun Martínez Pérez.

 


Realizando un recorrido completo por el Cerro junto a la arqueóloga María José Madrid, descubrimos los principales hitos que acogerá el futuro Parque: La muralla del Deán o muralla de Felipe II; el Templo Itálico o sacellum dedicado a la diosa Atargatis, el muro de andesita que sustentaba la terraza y el acceso al tempo; las viviendas indígenas; el molino ermita que da nombre al cerro; y, en la parte baja de la ladera el foro y la Ínsula I donde se hallan las termas de época romana.


El recorrido por el Parque permitirá al visitante descubrir cómo ha evolucionado la urbanización de la ciudad, ya que los restos encontrados abarcan un amplio horizonte cronológico que va desde la primera mitad del siglo II a.C. hasta el siglo XVI d.C.


ENTRADA AL PARQUE POR EL AÑO 1554


La entrada al Parque se hará por una calle diseñada salvando las estructuras del foro romano. Los visitantes se encontrarán, en primer lugar, con los restos de la muralla del Deán, un lienzo defensivo que bordea el Cerro por la zona norte y que comenzó a construirse en torno al año 1554 quedando inacabada y sustituyéndose por la muralla de Felipe II, de la que sólo se ha conservado uno de los baluartes.


Todos los detalles del Parque han sido cuidados al milímetro por el equipo de arqueólogos que incluso han supervisado el arbolado que adorna el recorrido. La arqueóloga Maria José Madrid explica que la elección de los árboles se ha estudiado para que las raíces respeten los restos arqueológicos que se encuentran en el subsuelo. Además, en la elección de la flora se ha buscado vegetación autóctona que estuviera presente en la biosfera de la época romana de la ciudad.

 

Foto: La colina del Molinete, una de las cinco mencionadas por el historiador Polibio en el siglo II a.C. como sede del Palacio de Asdrúbal, constituye una de las grandes reservas arqueológicas de la antigua Carthago-Nova. Entre los hallazgos arqueológicos destacan los restos de un "castellum aquae" en la zona alta, los restos del Foro y del Podium del posible Templo Capitolino de la ciudad y la curia de finales del siglo I a.C.


Continuando con el recorrido, los visitantes podrán descubrir otro de los grandes hitos de las excavaciones, el muro de andesita que data del siglo II a.C., pero que ha perdurado incluso hasta el siglo XIX ya que ha sido reutilizado como trasera de viviendas a lo largo de todas las épocas.


Junto al muro se encuentran las escalinatas de acceso al templo Itálico de las que sólo se conservaban una serie de recortes en la roca, pero el estudio del equipo de arqueólogos ha permitido reconstruir cómo era esta escalera monumental del siglo II a.C. En ella los antiguos habitantes de la urbe romana se sentarían a contemplar la ciudad y a controlar la entrada al puerto. Ahora, la idea es recuperar su función original y se está estudiando la posibilidad de restituir las escaleras con una estructura de madera que permita el visitante sentarse en las escalinatas y descansar la mirada en las vistas de la ciudad para hacerse una idea lo más cercana posible a la realidad.


EL MOLINO ERMITA QUE DA NOMBRE AL CERRO


El recorrido por la historia tiene una parada obligada en el principal enclave de una de las cinco colinas de la ciudad que da nombre al cerro: el Molino de Viento, que más tarde fue empleado como ermita. Este molino data del siglo XVI y es desde entonces cuando la colina comenzó a ser conocida con el nombre de Cerro del Molinete. Su primer uso, como molino harinero dio paso a otro más religioso como ermita de San Cristóbal y, por último, quedó empleado como vivienda de gran belleza según se descubre en los adornos de su interior.

 


La historia moderna se cruza también en el subsuelo del Molinete, ya que el Parque mostrará también otros hitos de gran valor histórico, aunque de épocas posteriores, como son los refugios antiaéreos de la Guerra Civil que han quedado desenterrados tras las excavaciones.


LA PARTE ALTA DEL CERRO SERÁ EL MIRADOR DE LA CIUDAD


El recorrido del Parque incluirá dos importantes zonas de miradores, la primera en el paseo de acceso al parque y la segunda en la parte superior del Cerro, junto al templo, las viviendas indígenas y el segundo molino de viento conservado desde el siglo XVI.


La parte alta del Molinete es el punto estratégico desde donde se tiene una perspectiva de los 26.000 metros cuadrados que ocupa el Parque. Desde el punto más alto se puede advertir la función defensiva que tenía el cerro. Se puede vislumbrar la bocana del puerto, controlar los dos accesos principales de entrada a la ciudad en época romana, y otros cerros defensivos como la Atalaya y el Roldán.

 


Girando la mirada hacia la zona del ensanche, el Molinete permite contemplar el antiguo Almarjal que bordeaba la ciudad por el norte, la laguna que, según cuentan los textos de Polibio en torno al 209 a.C., cuenta cómo la laguna fue utilizada para sorprender a las tropas púnicas emplazadas en la ciudad aprovechando la el estudio de las mareas y la bajada de las aguas.


En la parte alta del Parque se encuentra también otro de los principales hitos hallados durante las excavaciones, las viviendas indígenas, en las que el equipo de arqueólogos ha completado los trabajos que Pedro San Martín comenzó en el año 1977.


Completando el recorrido, a las espaldas de la muralla de Carlos I, en la zona norte de la parte alta del cerro nos encontramos con los restos más antiguos encontrados en las excavaciones. Se trata de una sucesión de habitaciones alternadas con cisternas que se utilizaban para la recogida de agua y que datan de la primera mitad del siglo II a.C., momento que coincide con la conquista de la ciudad por Escipión.


MUSEALIZACIÓN DE LA LADERA SUR Y PRIMERA APERTURA AL PÚBLICO


El Parque Arqueológico del Molinete incluye también las excavaciones que comenzaron en el año 2008 y que corresponden a una manzana de la antigua ciudad romana, conocida como Ínsula I. En este emplazamiento, el visitante puede descubrir los secretos del urbanismo de la ciudad de época alto-imperial, pudiendo incluso pasear por las calles romanas, adentrarse en las termas y contemplar el atrio.


Los restos de la Ínsula, en la calle Balcones Azules, será lo primero en abrirse al público y se espera que esté visitable antes de verano. Los trabajos actualmente se centran en la protección de los restos con la construcción de una cubierta para conservar las pinturas murales in situ. Además, se ha dispuesto una pasarela perimetral para que los visitantes puedan acceder directamente a la ínsula y permitan al visitante pasear por dentro de las propias calles romanas.

 


Similar a otras excavaciones como el Lucentum de Alicante y Lliria en Valencia que también se engloban dentro de la ciudad, aunque de dimensiones mucho menores, el Parque Arqueológico del Molinete incluirá también la musealización de los restos de la ladera sur y será además un parque recreativo que funcionará como pulmón verde y mirador de la ciudad.


De momento, cinco arqueólogos, ocho restauradores y un equipo de topógrafos, ingenieros y otros auxiliares de obra trabajan a destajo para perpetuar los restos que dentro de poco quedarán al descubierto para todos los cartageneros que podrán descubrir este magnifico legado histórico-arqueológico que durante años se ha escondido en el cerro del Molinete.

 

* Enlace recomendado con mucha información y fotos actualizadas: Foro de Cartagena 

 

*** VÍDEOS ***

 

Documental que realiza un completo recorrido por los principales yacimientos romanos de Cartagena, permitiéndonos descubrir cómo eran algunas de las principales construcciones de esta ciudad hace 2000 años, utilizando para ello una combinación de imagen real de sus restos y reconstrucciones 3D.

Si quieres conocer más acerca del patrimonio arqueológico de la Región de Murcia, visita el canal de historia de Región de Murcia Digital en: http://www.regmurcia.com/historia

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«Solo en Roma y Pompeya he visto restos tan conservados como éstos»

 
María José Madrid. Codirectora del Parque Arqueológico del Molinete «No se ha demostrado que en la cima del Molinete esté el Palacio de Asdrúbal. Seguiremos investigando, porque no hemos destruido nada»


Fuente: Rocío González, Cartagena | La Verdad.es, 2 de septiembre de 2011

 

A María José Madrid (Cartagena, 1971) le apasionan los puzzles de hace más de 21 siglos. Podría pasarse, y no en vano estos tres últimos años lo ha hecho, más de ocho horas seguidas al aire libre con una brocha desenterrando restos arqueológicos. Haga un frío que pele o un calor que asfixie.

Todavía no se ha abierto el parque del Molinete pero ella, junto a sus compañeros de trabajo, es una de las pocas privilegiadas que lo conocen de cabo a rabo. Ahora sonríe al recordar que durante las excavaciones encontraron dos bombas de la guerra cantonal, pero en su momento «nos dieron un buen susto. Salimos por patas, no fuera a ser que pasara algo», asegura. Poco le importa trabajar más tiempo de lo normal porque le apasiona reconstruir la historia de su ciudad. Por lo menos, en su casa la entienden, comenta. Está casada con un arqueólogo y ambos se distribuyen las tareas para cuidar de su hijo de seis años.

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¿Qué diferencia el Molinete del resto de hallazgos de Cartagena?

 

El Molinete tiene una singularidad muy importante, que es la transformación que ha sufrido. Por lo que hemos visto hasta ahora estuvo habitado desde el siglo III antes de Cristo, y muy probablemente también anteriormente. Lo bueno que tiene es que conserva una secuencia muy completa. En diferentes puntos tienes bien conservada la fase del siglo tercero, la fase del siglo segundo, la del siglo primero, la del siglo diecisiete... y siempre tiene edificios muy singulares. Por su propia topografía, los restos se conservan muy bien. No es algo que vea un arqueólogo a diario.

 

¿Qué zonas son las mejor conservadas?

 

La parte baja de la ladera meridional. Pese a ser un solar, los edificios de la ínsula y el del atrio tienen alzados de cuatro metros y medio. Eso yo solo lo he visto en Pompeya y en Roma. Es muy difícil que se conserven estructuras de tanto alzado. En el Teatro Romano hay zonas así como la de los vomitorios, pero no es lo habitual que haya un grado de conservación tan completo. El barrio del siglo XX me parece interesantísimo y es el responsable de esto.

 

¿Y eso por qué?

 

Las viviendas del barrio, a partir del siglo XVIII, eran casas sin apenas cimentación por la propia condición social de la gente. Eran viviendas de gente muy humilde, de clase media-baja; reutilizaron muchas estructuras. En esas viviendas están conservados muros de época romana, algunos suelos y demás. Y eso es lo que ha propiciado la conservación.

 

¿Lo había visto antes en algún otro lugar?

 

En el Teatro Romano también pasó, pero en el Molinete se ve con mucha más frecuencia y es muy interesante. Al ser una colina, en la cima los restos están peor conservados porque hay menos depósito de tierra; conforme va habiendo más niveles deposicionales, los restos antiguos están en mejor estado de conservación.

Se dice que en lo alto del cerro está el Palacio de Asdrúbal. Algunos colectivos les han acusado de destruir parte de ese patrimonio. - El historiador griego Polibio nombra la colina del Molinete Arx Asdrubalis. Dicen que ahí estuvo el Palacio de Asdrúbal. En la cima del Molinete solo hay unos restos del siglo III que hemos podido atestiguar con estratigrafías asociadas, que son una serie de habitaciones que miran hacia el norte. No sabemos si es el Palacio de Asdrúbal. El resto hay que demostrarlo y hasta ahora no se ha podido demostrar nada. Nos queda seguir investigando para que nos permita documentarlo. Aquí no se ha destruido nada.

 

Desde el Ayuntamiento se insiste en que el parque del Molinete será el más grande de Europa en un ámbito urbano.

 

Hay parques arqueológicos más grandes que el Molinete, pero ninguno de ellos están en entornos urbanos. En entorno urbano sí que es el más grande. Hay otros como el de Segóbriga, también muy grande, pero no está en un área urbana.

 

¿Qué es lo más valioso que han encontrado?

 

La cornucopia que encontramos en la palestra de las termas es una de las piezas más emblemáticas. Yo sigo pensando que lo mejor del Molinete es que lo alberga todo. También la pintura del venator, un cazador. Hasta ahora se conocían dos en Europa: una en Suiza y otra en Mérida. Gracias al puerto tenemos tanta riqueza arqueológica. Se nota mucho cuando vas a algún lugar del interior, como es Segóbriga, que está todo hecho con materiales locales.

 

¿Cuándo se abrirá definitivamente el parque a las visitas?

 

En la zona del parque la obra está prácticamente acabada. Estamos ya con los últimos retoques. No creo que tarde mucho en abrirse. En la zona de debajo de la cubierta están los trabajos muy avanzados y en breve imagino que entraremos nosotros a retirar las protecciones, a limpiar y a preparar la apertura par la visita al público.

 

¿Es respetuoso el cartagenero con los restos arqueológicos que hay por la ciudad?

 

Unos sí y otros no. Sí que es cierto que la gente cada vez es más consciente de su patrimonio y lo cuida más. Debajo de Cartagena está toda una ciudad romana.

 

En el Molinete hay restos sin vallar. ¿Qué repercusión puede tener la apertura al público?

 

Aún no lo sabemos. Confío en que la gente sea respetuosa y no pise las calzadas romanas.

  • alejandro higueras gómez

    es una suerte que se conserven restos en tan buen estado

     

     

  • José Luis Santos Fernández

    Muchas gracias, Roque. El secreto de esta comunidad de amigos es la calidad de sus contertulios. Siempre tratamos de informaros lo mejor posible, de compartir conocimientos, y, en este camino todos aprendemos de todos. Otro abrazo. :-)
  • José Luis Santos Fernández

    La historia aflora en el Molinete

    Cartagena abrirá el viernes un parque que agrupa ruinas arqueológicas de las grandes culturas mediterráneas.

     

    Fuente: Gregorio Mármol, Murcia. | La Verdad.es, 9 de octubre de 2011

    Quinientos metros a pie. Apenas una hora a un ritmo cómodo para no perder detalle. Nunca la historia estuvo tan a la mano. Nunca un viaje al pasado fue tan sencillo de hacer como cuando uno se adentra en las sendas del primer parque arqueológico de Cartagena, que abrirá sus puertas el próximo viernes para mostrar vestigios de 2.400 años de historia. En apenas 12.000 metros cuadrados se suceden ruinas carthaginesas, romanas, medievales y contemporáneas, que borran la huella de lo que hasta hace poco fue el barrio canalla de la ciudad: El Molinete.

     

    De los últimos años de prostíbulos y tabernas de mala muerte apenas quedan un par de tapias en la parte intermedia del nuevo parque. Han sido conservadas como testimonio de la trama urbana moderna del barrio erigido en la más céntrica de las cinco colinas de Cartagena. Son muretes con un siglo de historia, nada que ver con todo lo que hay a su alrededor: abundantes restos milenarios poco monumentales aunque de gran valor histórico y científico.

    El nuevo parque es un diseño del ingeniero municipal Manuel Jiménez y ha costado cuatro millones de euros que el Ayuntamiento de Cartagena obtuvo del Plan E. Jiménez ha tenido que estudiar a fondo los grandes desniveles del cerro para hacerlo un lugar accesible y original en esencia. Para ello ha combinado rampas con escalinatas que permiten la entrada peatonal por una nueva calle abierta para dar continuación a la de Francisco Irsino, junto a la popular iglesia de la Caridad. Esa vía se eleva para salvar los restos de dos baluartes de las murallas del siglo XVI y en un futuro dará servicio a los nueve edificios proyectados en las caras este y norte del Molinete. La gran comodidad del proyecto son unas escaleras mecánicas instaladas solo para subir desde la comercial calle San Fernando.

     

    «Un gran laboratorio»

     

    Cada rincón está cuidado con detalle: desde la iluminación ornamental, que permitirá a los visitantes descubrir otro lugar si lo recorren al atardecer, hasta la vegetación. «Hemos empleado flora autóctona: esparto, tomillo, romero, ciprés y morera, plantados en lugares donde se sabe que no hay restos arqueológicos», explica el concejal de Urbanismo, Joaquín Segado.

     

    El objetivo final es acercar al caminante a la densa historia de la Cartagena trimilenaria. «Esto es un gran laboratorio para estudiar la evolución de la ciudad, porque aquí encontramos ruinas de todas las épocas. Son 2.400 años en una sucesión de vestigios», aclara el catedrático de la Universidad de Murcia José Miguel Noguera, director del proyecto arqueológico junto a María José Madrid.

    Ambos llevan más de dos años estudiando en profundidad los restos históricos que hay localizados desde el antiguo foro romano -bajo la plaza de San Francisco- hasta lo más alto de la colina, allí donde el historiador Polibio situaba hace 23 siglos el gran palacio del carthaginés Asdrúbal Barca. De la existencia de ese edificio no hay evidencias claras, salvo la forzada interpretación que se ha hecho de un par de sillares y las marcas que dejó en uno de ellos una puerta de elevadas proporciones. De lo que no hay duda es de que un pequeño lienzo de pared descubierto en las cercanías pertenece a la muralla púnica, cuya existencia sólo estaba acreditada en las proximidades de la Plaza de Bastarreche. Ahora se sabe con certeza que los límites de la Quart Hadast que fundó Asdrúbal también llegaron al Molinete.
    Tradición helenística

    Es en la parte más alta del cerro donde se sucede la mayor concentración de vestigios de distintas épocas y de profunda inspiración en el Mediterráneo oriental. Siguiendo el rastro de las investigaciones que inició en 1997 el maestro de arqueólogos Pedro San Martín Moro, han sido desenterradas las llamadas viviendas indígenas, así como una sucesión de seis habitaciones y cisternas para la recogida de agua que los expertos datan en los últimos años de dominación carthaginesa. La muralla púnica casi se superpone con otro trozo de pared defensiva romana (con sus habitaciones) que Noguera y Madrid interpretan como la que levantó el general Publio Cornelio Escipión cuando conquistó la ciudad. Y a su lado, dos generosos tramos de dos murallas más: la inconclusa del Deán y la de Felipe II, levantadas con apenas treinta años de diferencia a mediados del siglo XVI. El Molinete era entonces un claro límite de la ciudad. Al norte, donde ahora se extiende el moderno Ensanche, no había más que un gran almarjal y campo abierto.
    El nuevo parque confirma al Molinete como el mejor mirador sobre la ciudad. Desde lo más alto es posible contemplarla con una perspectiva que lleva a redescubrir otras apariencias del casco antiguo y del cerro de la Concepción. También se domina la entrada al puerto. Queda claro por qué los antiguos pobladores ubicaron allí no solo algunos hitos de referencia para la navegación sino sus principales edificios religiosos, como el santuario ofrecido a la diosa Atargatis en el siglo II antes de Cristo. A su lado se conserva la huella de un templo itálico, edificio porticado de planta rectangular del que ha sido reconstruido parte de su podio con una sola columna para que el visitante se haga una idea de sus dimensiones. «Desde este pórtico los romanos tenían el control de la bahía, el istmo y la laguna que lo rodeaba», recuerda Noguera. A los pies de este edificio ha sido recreada con fines ornamentales una escalinata monumental en grava amarilla y sujeciones de acero. En el siglo I antes de Cristo, una escalera similar permitía a los ciudadanos subir al templo desde la extensa vaguada donde se asentaba Carthagonova.
    Otro de los grandes descubrimientos durante el estudio arqueológico es un tramo de muro de andesita del siglo II antes de Cristo, que ha permitido abundar en el estudio del modelo de terrazas en el que antiguamente fue urbanizado el Molinete.
    Un sistema de cartelería y la separación de zonas por el color del suelo ayudará a los visitantes a distinguir los restos arqueológicos de distintas épocas, así como a valorar los que son únicos en miles de kilómetros a la redonda. Un quiosco con vistas al puerto y dos grupos de juegos infantiles -uno de ellos eléctrico- harán más atractiva la subida a los niños. «Hay otros parques arqueológicos, pero éste se encuentra en plena ciudad y con unos accesos cómodos», destaca con orgullo Joaquín Segado.
  • José Luis Santos Fernández

    Vídeo: "El Molinete se llena de visitantes en su primer día".

    El Parque urbano y arqueológico del Molinete ha abierto sus puertas en un día muy importante para la historia del centro histórico de Cartagena, ha dicho el concejal de Urbanismo, Patrimonio y Medio Ambiente, Joaquín Segado, que esta mañana ha sido uno de los primeros en recorrer el que ya se muestra como el nuevo pulmón verde de la ciudad.

    Desde el equipo de gobierno, ha expresado Segado, están muy contentos del trabajo que se ha venido realizando estos dieciséis meses y prevé un éxito de visitantes en los próximos días. No obstante, como ha precisado Segado, el equipo de arqueólogos y técnicos todavía continúa trabajando en la redacción de los paneles explicativos que se colocarán junto a los restos arqueológicos, que se están redactando en varios idiomas para facilitar la información a todos los visitantes.


    Precisamente en su primera jornada abierto al público, el Molinete ha sido un incensante ir y venir de cartageneros, visitantes y turistas. Especialmente turistas extranjeros, coincidiendo con la llegada de dos cruceros al puerto de Cartagena en los que viajaban más de 1.300 personas a bordo, y que han podido disfrutar del buen tiempo de esta mañana.