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Foto cortesía de la Dra. Eilat Mazar mostrando la inscripción hallada. Fotografiada por Oria Tadmor
Fuente: mfa.gov.il | 10 de julio de 2013 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Merced a los trabajos que lleva a cabo cerca del Monte del Templo, en Jerusalén, la arqueóloga de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Dra. Eilat Mazar, ha desenterrado el primer texto alfabético escrito descubierto en la ciudad.
La inscripción está grabada en un gran pithos, una tinaja de cerámica sin cuello hallada junto con otras seis en el lugar de excavación de Ofel. Según la Dra. Mazar, la inscripción, en lenguaje cananeo, es la única de su tipo descubierta en Jerusalén y es un elemento importante para la historia de la ciudad.
Datado en el siglo X a.C., el artefacto es anterior en doscientos cincuenta años a la primera inscripción hebrea conocida en Jerusalén, la cual es de la época del rey Ezequías, al final del siglo VIII a.C.
Una tercera generación de arqueólogos trabaja en el Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea y la Dra. Mazar dirige las excavaciones arqueológicas en la cima de la Ciudad de David y en la pared sur del Monte del Templo.
El hallazgo se dará a conocer en un artículo realizado por la Dra. Mazar, el profesor Shmuel Ahituv (izquierda), de la Universidad Ben-Gurion del Negev, y el Dr. David Ben-Shlomo (derecha), de la Universidad Hebrea, después de una extensa investigación sobre el artefacto.
El profesor Ahituv estudió la inscripción y el Dr. Ben-Shlomo analizó la composición de los materiales cerámicos. El documento, "An inscribed pithos from the Ophel" (Una inscripción en un pithos del Ophel") aparecerá en el Israel Exploration Journal 63/1 (2013).
La inscripción fue grabada cerca del borde de la tinaja antes de que fuera cocida, y sólo un fragmento de la misma ha sido encontrado junto con trozos de otras seis grandes tinajas del mismo tipo. Los fragmentos fueron utilizados para estabilizar el relleno de tierra bajo el segundo piso del edificio en el que fueron descubiertos, el cual data del período IIA de la Edad del Hierro temprana (siglo X a.C.). Un análisis de la composición de la arcilla de las jarras indica que todas ellas son de una marca similar y probablemente originaria de las colinas de los alrededores de Jerusalén.
Según el profesor Ahituv, la inscripción no está completa y probablemente se desarrollaba alrededor del hombro de la jarra, por lo que la parte restante es sólo el final de la inscripción y una letra de su comienzo. La inscripción está grabada en una escritura proto-cananea de los siglos XI al X a.C., que es anterior a la norma de Israel y a la prevalencia de la escritura hebrea.
Leyendo de izquierda a derecha, el texto contiene una combinación de letras de aproximadamente 2,5 cm de altura, que se traducen en m, q, p, h, n, (posiblemente) l, y n. Dado que esta combinación de letras no tiene sentido conocido en lenguas semíticas de occidente, el significado de la inscripción se desconoce.
Los arqueólogos sospechan que la inscripción especifíca el contenido de la jarra o el nombre de su propietario. Debido a que la misma no está en hebreo, es probable que haya sido escrita por un residente no israelí de Jerusalén, tal vez un jebuseo, los cuales formaban parte de la población de la ciudad en la época de los reyes David y Salomón.
Las excavaciones en el lugar se llevan a cabo en colaboración con la Autoridad de Antigüedades de Israel, la Autoridad de Naturaleza y Parques de Israel, y la Compañía de Desarrollo de Jerusalén Este. El sitio se encuentra en el parque nacional que rodea las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén, cerca de la pared sur del complejo del Monte del Templo. La Autoridad de Antigüedades de Israel mantiene el lugar de la excavación como parque nacional abierto al público.
Las excavaciones son posibles gracias a una generosa donación de Daniel Mintz y Meredith Berkman, de Nueva York. Los participantes incluyen estudiantes israelíes y trabajadores, junto con los estudiantes o alumnos del Colegio Herbert W. Armstrong, los cuales fueron enviados a Jerusalén desde Edmond, Oklahoma, para participar en la excavación.
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Mensaje decodificado: un texto de 3.000 años de antigüedad arroja luz sobre la historia bíblica
Fuente: FoxNews.com | Sasha Bogursky | 31 de julio de 2013 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Unos pocos caracteres sobre el borde de un fragmento de una jarra de barro de 3.000 años de antigüedad, y que se remonta a la época del rey David, ha dejado perplejos a los arqueólogos hasta ahora, pero una traducción reciente puede tener profundas consecuencias para nuestra comprensión de la Biblia.
Los expertos habían sospechado que la inscripción fragmentaria fue escrita en el idioma de los cananeos, un pueblo bíblico que vivió en el Israel de hoy en día. Sin embargo, eso no es así, dice ahora un experto que afirma haber descifrado la inscripción: el misterioso lenguaje es, en realidad, la forma más antigua del hebreo escrito, ubicando, de este modo, a los antiguos israelitas en Jerusalén antes de lo que se creía anteriormente.
"Los hablantes de hebreo controlaban Jerusalén en el siglo X a.C., lo que apunta, en la cronología bíblica, a la época de David y Salomón", dice a FoxNews.com el experto en Historia Antigua de Oriente, Douglas Petrovich (izquierda).
"Quienquiera que ellos fuesen, estaban escribiendo en hebreo como dueños del lugar", dijo.
Descubierto por primera vez cerca del Monte del Templo el año pasado en Jerusalén, el fragmento ha sido descrito como la 'Inscripción Ofel'. Ella probablemente designa el nombre de los propietarios de la jarra y su contenido.
Si el análisis de Petrovich resulta cierto, sería una evidencia de la veracidad de los relatos del Antiguo Testamento. Si el hebreo existió como lengua escrita en el siglo X a.C., como él dice, los antiguos israelitas estaban grabando su historia en tiempo real, en lugar de escribirla varios cientos de años más tarde. Eso haría que el Antiguo Testamento fuera un relato histórico de los acontecimientos de la vida real.
Según Petrovich, los arqueólogos no están dispuestos a calificar la inscripción de hebreo para evitar conflictos.
"Es únicamente el ambiente reinante entre los investigadores la razón por la cual se quiere atribuir lo menos posible a los antiguos israelitas", dijo.
Huelga decir que sus afirmaciones están agitando la controversia entre aquellos que no les gusta mezclar los datos de la arqueología -tierra, piedras y huesos- con historias de la Biblia.
El arqueólogo de la Universidad de Tel Aviv, Israel Finkelstein (derecha), dijo FoxNews.com que la 'Inscripción Ofel' es fundamental para la historia temprana de Israel. Pero las nociones románticas de la Biblia no deben nublar los métodos científicos. Un mensaje que él proclamó ya en 2008, cuando se descubrió una inscripción semejante en un lugar que muchos llaman ahora uno de los palacios del rey David.
En aquel momento, él advirtió, en la agencia Associated Press, en contra de la "reactivación de la creencia de que lo que está escrito en la Biblia es tan exacto como en un periódico".
A día de hoy, comenta a FoxNews.com, la "'Inscripción Ofel' habla de la expansión de Jerusalén desde el Monte del Templo, y nos muestra el crecimiento de Jerusalén y la complejidad de la ciudad durante ese tiempo". Pero, ¿la Biblia? Tal vez no.
El profesor Aren Maeir (izquierda), de la Universidad Bar Ilan está de acuerdo en que algunos arqueólogos confían simplemente demasiado en la Biblia como fuente de evidencia.
"¿Podemos plantear argumentos sobre el reino de David y Salomón? Eso me parecería una actualización grandiosa", dijo recientemente al diario Haaretz
En la última década, ha habido un renacimiento en Israel de arqueólogos en busca de evidencias históricas de los relatos bíblicos. FoxNews.com ha informado sobre varias excavaciones este año que reivindicaban haber demostrado varias historias de la Biblia.
Más recientemente, un equipo dirigido por el arqueólogo Yossi Garfinkel concluyó una excavación de diez años en un posible palacio del rey David que domina el valle donde el rey hebreo hirió victoriosamente al gigante Goliat.
Garfinkel tiene otra explicación sobre el significado que está detrás de la 'Inscripción Ofel'.
"Creo que es como un texto de un teléfono móvil", dijo Garfinkel a FoxNews.com. "Si alguien toma un texto de nosotros, 3.000 años a partir de ahora, no será capaz de entenderlo".
En su opinión, la escritura del fragmento de la jarra es un tipo de taquigrafía de agricultores usada en el siglo X a.C., y no una manera oficial de comunicación que fuera transmitida hasta hoy.
"Lo que es importante es que hay una revolución con este tipo de inscripción que se ha hallado", dice Garfinkel. Ha habido varias del mismo período de tiempo encontradas en Israel en los últimos cinco años.
"Cuando nos encontremos con más y más de estas inscripciones, quizá no hasta la próxima generación, podremos tener un gran avance", concluyó.
Fuente: protestantedigital.com | 1 e febrero de 2014
La inscripción alfabética más antigua que se ha encontrado en un yacimiento arqueológico en Jerusalén data de tiempos del rey Salomón y lleva a interesantes conclusiones. Si es correcta la traducción inicial de la misma, da fe de una administración organizada y de un sistema en el que la gente estaba alfabetizada y había un sistema de clasificación de vinos por su calidad.
La inscripción fue encontrada en el área de Ofel, al sur del Monte del Templo, en una excavación arqueológica dirigida por la Dra. Eilat Mazar, del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
La inscripción fue descubierta hace seis meses, y contiene un texto grabado en los restos de lo que fue una gran jarra de arcilla, compuesto por ocho letras. Está fechada en la segunda mitad del siglo X a.C., es decir, en los días del rey Salomón.
Gershon Galil, del Departamento de Estudios Bíblicos e Historia Judía en la Universidad de Haifa en Israel dijo a FoxNews.com que ha llegado a la "única traducción razonable" del texto hasta el momento. La escritura hebrea temprana parece ser una etiqueta de vino, de acuerdo con su interpretación, aunque tres de las letras en el artefacto son incompletos.
IMPORTANCIA DEL DESCUBRIMIENTO
Hay arqueólogos que están en desacuerdo con la interpretación que da Galil al texto pero, a pesar de ello, coinciden en que la existencia de esta escritura temprana es tan o más importante que lo que significa el propio texto.
Así, la inscripción sugiere que había escribas en Jerusalén en la segunda mitad del siglo X a. C., lo que significa que había gente que podía haber escrito textos históricos y literarios, además de textos administrativos, como el que ha sido descubierto.
"Este hecho es de gran importancia para reconstruir el proceso de la cristalización de la Biblia, y aún más para la comprensión de la historia de Israel y de Jerusalén en tiempos bíblicos", dijo Galil.
El profesor también dijo que espera hallar más evidencias de los reinos de David y Salomón, que cree que saldrán a la luz en los próximos años. "Las evidencias que tenemos hoy en día -y cada año se obtienen muchas más- demuestran que David y Salomón fueron reyes reales e importantes y no sólo un relato mítico de la Biblia", dijo.
LA INSCRIPCIÓN
El texto en cuestión es la llamada "inscripción Ofel", que es la inscripción alfabética más antigua jamás descubierta en Jerusalén. La arqueóloga Eilat Mazar y su equipo descubrieron la escritura en el año 2012.
Las conclusiones del Galil fueron publicados en la revista académica "Strata: Boletín de la Sociedad Arqueológica Anglo-Israel", según un comunicado de prensa emitido la semana pasada por la Universidad de Haifa. Él dice que la primera parte de la inscripción indica que el vino es del año veinte o treinta del reinado de Salomón, y que la parte media se traduce como "vino inferior".
"Este vino barato no se servía en la mesa de Salomón, ni se utilizaba en el templo", dijo Galil en un comunicado. "Por lo tanto, es razonable suponer que era servido a los trabajadores que se dedicaban a los proyectos de construcción a gran escala en Jerusalén, y tal vez también a los soldados que sirvieron allí."
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