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Foto: Representación digital de las excavaciones en Jordania. (Foto: PNAS).
Descubren en Jordania una inmensa fundición datada en la época del rey judío. El hallazgo revela que las minas existieron, pero no eran de oro, sino de cobre.
Vía: Rosa M. Tristán | El Mundo.es, 28 de octubre de 2008
Cuenta la Biblia que el rey Salomón fue un rey judío, que además de ser justo, llevó a su pueblo la prosperidad, quizás por unas legendarias minas de oro que le hicieron nadar en la abundancia. Ahora, un equipo internacional de arqueólogos ha desvelado que esas minas realmente existieron, pero fueron de cobre.
Esto es lo que se deduce del trabajo dirigido por Thomas Levy, de la Universidad de California (EEUU) y por su colega Mohammad Najjar, de Amigos de la Arqueología en Jordania.
Su equipo ha encontrado en Khirbat en-Nahas, en el distrito jordano de Faynan, claros indicios de que hace unos 3.000 años allí existieron unas importantes minas y una industria de fundición del cobre. Por la fecha de sus dataciones, bien pudieran ser las que sirvieron al Rey Salomón como suministro de un metal que servía tanto para fabricar armas como herramientas.
El lugar ya había sido excavado en los años 30 del siglo pasado por el norteamericano Nelson Glueck, quien ya aseguró que en Faynan estaban las minas del rey Salomón, pero luego se desdijo y las excavaciones en la zona no se retomaron hasta 2002.
Ha sido a partir de entonces cuando, en un área de 10 hectáreas, han aparecido más de seis metros de profundidad de escoria y ruinas de las antiguas minas.
Los hallazgos más recientes, en la campaña de 2006, han sido un escarabajo y un amuleto egipcio que, junto con las últimas dataciones con radiocarbono, sitúan la época de esplendor de Khirbat en-Nahas en el siglo X a. de C., lo que confirmaría el relato bíblico sobre los reyes David y Salomón.
Es decir, las minas funcionaron tres siglos antes de lo que se creía hasta ahora. Los autores del trabajo, según explican esta semana en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS), documentan un pico de actividad en las minas en el siglo IX a. de C., y ello da también la razón a la historia sobre el reinado de los edomitas, una nación hermana de los israelitas que, según la Biblia, alcanzó un gran poder al sur del Mar Muerto, justo donde hoy está el distrito de Faynan.
Biblia y realidad
Esta confirmación de una leyenda bíblica daría una vuelta de tuerca a las investigaciones que relacionan el texto religioso con la realidad. Entre las dos guerras mundiales (1918-1939) ya se vivió una auténtica Edad de Oro de la arqueología bíblica: se cuenta que los investigadores iban al campo con una paleta en una mano y el texto en la otra para tratar de casar, aunque fuera a la fuerza, fe y realidad.
Sin embargo, en los años 80 hubo un cambio de tercio: el consenso general indicaba que la Biblia fue corregida totalmente en el siglo V y sus hechos no eran reales. Es más, se pensaba que en la región de Edom no llegó la Edad de Hierro hasta 2.000 años después.
Thomas Levy, no obstante, decidió volver a excavar a este lugar del desierto jordano, aunque llevando consigo las tecnologías más novedosas. «Los datos de la primera excavación sistemática revelan evidencias de sociedades complejas que eran muy activas entre los siglos X y IX antes de Cristo, y eso va a reabrir los debates», asegura.
En concreto, han encontrado un centenar de edificios y una fortaleza en medio de una gran extensión cubierta de escoria negra, visible incluso en Google Earth. Los seis metros de profundidad en toda esa basura son un sorprendente bastón de medida de los cambios sociales y tecnológicos que se sucedieron a lo largo de la Edad de Hierro, hace entre 3.200 y 2.500 años.
Los análisis del radiocarbono de las maderas y las semillas encontradas en el lugar, analizadas en Oxford por Thomas Higham, confirmaron que en las minas se trabajaba en la época de los antiguos reinos de Israel y Edom.
Pistas importantes han sido, por ejemplo, los dos objetos egipcios hallados en el yacimiento. ¿Qué hacían allí un escarabajo y un amuleto con la cabeza de un león? El equipo de Levy los encontró justo en una capa que se correspondería con la época en la que el faraón Sheshonq I hizo una gran campaña militar en la región, una vez que Salomón había fallecido, con la que intentaba acabar con su próspera actividad económica.
"Para llegar a estas conclusiones hemos utilizado las herramientas más modernas. Por ejemplo, hemos realizado una reconstrucción digital del lugar en tres dimensiones y hemos utilizado un sistema de información geográfica (GIS) que elimina cualquier error humano. Esta investigación representa la confluencia entre los datos arqueológicos y científicos y lo que cuenta la Biblia, todo con métodos objetivos, que permiten evaluar los resultados de forma desapasionada", hace hincapié Thomas Levy.
Esta afirmación tiene sus motivos, dado que la arqueología religiosa siempre ha estado plagada de controversias y debates. De momento, Levy sigue trabajando en Jordania, pero ahora con una sociedad de conservación de la naturaleza para que se preserve el entorno de Khirbart en-Nahas y con el objetivo de que un día sea declarado Patrimonio de la Humanidad.
Copper ruins in Jordan bolster biblical record of King Solomon
New carbon dating shows the site is older than previously believed. Critics say there's still no evidence of an empire.
(2) ¿Las minas del rey Salomón?
Un equipo de arqueólogos anuncia en una revista científica que ha descubierto en Jordania un complejo minero del que pudo abastecerse el monarca bíblico.
Vía: L. A. GÁMEZ | El Correo Digital.com, 28 de octubre de 2008
Foto: Montón de escoria excavado en el complejo de Khirbat en-Nahas. / T. E. LEVY.
Indiana Jones estaría pletórico: un equipo internacional de arqueólogos anuncia hoy en la revista 'Proceedings', de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU, el hallazgo de lo que podrían ser las minas del rey Salomón. Se trata de un complejo de producción de cobre de casi diez hectáreas en el desierto jordano al sur del mar Muerto. Se llama Khirbat en-Nahas -'ruinas de cobre', en árabe-, comprende un centenar de edificios y data del siglo X antes de Cristo, según los últimos análisis mediante el carbono 14. «No podemos creer todo lo que nos cuentan los textos antiguos; pero esta investigación supone una confluencia de la arqueología, los datos científicos y la Biblia», ha dicho Thomas Levy, de la Universidad de California y director del grupo que excava el yacimiento desde 2002.
La Biblia y la arqueología son una extraña pareja. Como recuerdan Levy y sus colaboradores en 'Proceedings', el maridaje entre ambas vivió su Edad de Oro entre las dos guerras mundiales. Parecía entonces que los hallazgos arqueológicos respaldaban el Antiguo Testamento, que la ciencia confirmaba la validez histórica del libro sagrado. Su máxima expresión popular fue 'Y la Biblia tenía razón', libro de Werner Keller del que se han vendido desde 1955 más de 10 millones de ejemplares. El feliz emparejamiento de ciencia y tradición fue un espejismo. Desde los años 80, destacados historiadores han probado que casi todos los 'episodios históricos' del Antiguo Testamento son fantasías y establecido que estas minas eran del siglo VII a C.
Photo AP: Ancient: The outline of a large square fortress and more than 100 smaller buildings at Khirbat en-Nahas. The black slag indicates large-scale copper production occurred here.
Levy y sus colegas plantean ahora que son del siglo X aC y, por tanto, habrían suministrado cobre al rey Salomón, quien vivió en esa época según la tradición. ¿Qué pruebas presentan? «No veo ninguna conexión entre Khirbat en-Nahas y Salomón», indicó ayer a este periódico Israel Finkelstein, arqueólogo de la Universidad de Tel Aviv y autor -junto con Neil Silberman- de 'La Biblia desenterrada' (2001), obra que desmonta la historicidad del libro santo a la luz de la ciencia histórica. «Creer literalmente la descripción bíblica de Salomón es ignorar dos siglos de investigación bíblica», añade. Finkelstein y otros historiadores han concluido que, de haber existido y no ser una creación de los sacerdotes del siglo VII aC que inventaron en el Antiguo Testamento un pasado común glorioso para todos los hebreos, David y Salomón fueron, como mucho, líderes tribales y su Jerusalén, una pequeña ciudad. Quién controló la explotación minera de Khirbat en-Nahas es una incógnita, pero el equipo de Levy ha encontrado en el lugar escarabajos egipcios, la gran potencia regional.
No es la primera vez, ni será la última vez, que la arqueología se vincula a la Biblia con más fe que pruebas: en mayo pasado, arqueólogos alemanes anunciaron que habían encontrado en Etiopía el palacio de la reina de la Saba, personaje legendario conectado con el rey Salomón; en agosto de 2004, un historiador británico presentó a la prensa la cueva donde Juan Bautista habría celebrado ritos iniciáticos; y en un museo israelí se expone una barca como en la que navegó Jesús, simplemente porque fue descubierta en el mar de Galilea y data del siglo I. Siguiendo esa misma lógica, una capa roja de mediados del siglo XX en una granja de Kansas podría ser de Superman.
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