Santorini es un pequeño archipiélago circular formado por islas volcánicas, localizado en el sur del Mar Egeo, unos 200 km al sureste del territorio continental griego. Es también conocida como Thera (o Thira, en griego Θήρα), formando el grupo de islas más meridional de las Cícladas, con un área aproximada de unos 73 km² y una población estimada en unos 13.600 habitantes (en 2001).
Santorini es, en esencia, lo que queda de una enorme explosión volcánica que destruyó los primeros asentamientos existentes, haciendo desaparecer gran parte del territorio de la antigua isla y provocando la creación de la caldera geológica actual. Su espectacular belleza, junto con una animada vida nocturna, la han convertido en uno de los principales destinos turísticos de Europa. Sus construcciones tienen un aspecto oriental, con casas blancas y marcos de ventanas y puertas en azul, como se pueden encontrar en las costas de Marruecos o Túnez. Por otra parte, también se han formulado reproches contra el carácter desordenado y excesivo de su desarrollo urbanístico reciente.
Una gigantesca laguna central, más o menos ovalada, y con unas medidas de unos 12 por 7 km, está rodeada por tres lados por altos acantilados de unos 300 metros de altura. Las pendientes de la isla descienden desde lo alto del acantilado hasta el circundante Mar Egeo. En el cuarto lado, la laguna está separada del mar por una isla mucho más pequeña llamada Therasia; la laguna se une al mar por dos sitios, al noroeste y al sudoeste. Las aguas en el centro de la laguna tienen una profundidad de unos 400 metros, haciendo así posible la navegación de todo tipo de buques. Los puertos de la isla están todos en la laguna, y la capital, Fira, cuelga de lo alto del acantilado, sobre la ladera que desciende hasta la laguna.
Es el centro volcánico más activo del arco volcánico del sur del Egeo, si bien lo que hoy en día queda es realmente una caldera inundada. En la isla tuvo lugar una de las mayores erupciones volcánicas de la prehistoria reciente, la cual ocurrió hace aproximadamente 3500 años. Investigaciones recientes sitúan tal fecha en el año 1627 a. C. La erupción dejó una enorme caldera rodeada por depósitos de ceniza volcánica y, según algunas teorías, pudo haber causado indirectamente el colapso de la civilización Minoica de la isla de Creta, situada 110 km al sur, causando un gigantesco maremoto. Otra teoría sostiene que la erupción de Thera podría ser la inspiración principal de la leyenda de la Atlántida.
El nombre actual (Σαντορίνη, en griego) es de origen italiano, en concreto debido a los mercaderes venecianos medievales que la llamaron Santa Irene en italiano en honor a la patrona de la isla Santa Irene de Tesalónica. Previamente fue llamada Kallistē ("la más hermosa"), Strongylē ("la redonda"), o Thera.
En 1860 se descubrieron restos arqueológicos durante la puesta en marcha de una cantera destinada a proporcionar pumita para la construcción del canal de Suez. En 1967 se emprendieron excavaciones sistemáticas, bajo la dirección del polémico Spyridon Marinatos. Como resultado se comprobó que la isla había sido sede de una sociedad rica y desarrollada, culturalmente muy relacionada con la civilización minoica. Entre los restos han aparecido objetos y frescos, perfectamente conservados, que revelan una intensa relación comercial, con objetos procedentes no sólo del Egeo, sino de Chipre, Egipto o Anatolia.
En la Antigüedad la isla estuvo sucesivamente sujeta a los diversos poderes que dominaron el Egeo. Pasó de la dependencia de la liga de Delos a la del reino ptolemaico de Egipto, Roma y finalmente el Imperio Bizantino. Desde 1204 y hasta 1579 estuvo bajo dominio de la república veneciana, hasta que pasando luego a dominio otomano. En 1840, con el Tratado de Londres, se incorporó a Grecia.
Entre el 1628 y el 1627 a. C., la erupción del volcán terminó con una gigantesca explosión de caldera, del mismo tipo que la mucho más estudiada de Krakatoa (Indonesia) de 1883. Como efecto de la explosión la isla perdió buena parte de su superficie, y se puso en marcha un maremoto que asoló el Mediterráneo Oriental, provocando, entre otros efectos, una grave crisis de la civilización minoica de Creta. Parece que la población encontró tiempo suficiente para evacuar la isla, llevándose muchos de sus bienes muebles. Marinatos popularizó la idea de que la explosión prehistórica de Tera-Santorini está en el origen del mito de la Atlántida.
La explosión fue muy intensa y la emisión de polvo oscureció la atmósfera lo suficiente como para que el hecho fuera observado en China. El enfriamiento del tiempo ha quedado registrado en anillos de los árboles incluso en Canadá. En Egipto, jeroglíficos datados de ese periodo muestran que la nube lo asoló; un escriba egipcio escribió: «El sol se ha ocultado, nadie se ve la sombra, las cosechas han muerto, ahora debemos sobrevivir». Este fenómeno duró nueve días en Egipto, medio día en China y se estima que una hora en la Antártida.
Santorini es uno de los cinco volcanes elegidos por la Unión Europea para centrar un proyecto de estudio vulcanológico, y también uno de los de la lista de los Decade Volcanoes (‘volcanes de la década’), un proyecto internacional sobre investigación de riesgos volcánicos. El volcán sigue activo y ha presenciado erupciones, esencialmente efusivas (no explosivas), desde la gran erupción prehistórica.
El yacimiento arqueológico de Akrotiri se encuentra en la isla de Thera, ubicada en Santorini, conjunto de pequeñas islas a 100 km de Creta que conforma las Cícladas.
El aspecto actual de Santorini se debe a que este pequeño archipiélago se halla en el cráter del único volcán activo del Egeo, de hecho su última erupción tuvo lugar en 1711. Gracias a ello, las islas son muy fértiles y llevaron a que, durante la cronstucción del Canal de Suez, éstas fuesen utilizadas como cantera. La actividad realizada durante la década de 1859-1869 fue decisiva para que se hallasen los restos arqueológicos mejor conservados después de los de Pompeya y Herculano.
El químico M. Christomanos y el minerólogo M. Alafousos fueron los primeros en darse cuenta de la magnitud del descubrimiento, al encontrar una casa completamente intacta. No fue hasta la intervención de la Escuela Francesa de Arqueología cuando se realizó de forma sistemática la excavación de la isla, y más adelante, con Spyridon Marinatos (años 60) y Doumas (años 70), cuando se estableció un método correcto de extracción de los restos.
Los vestigios encontrados en Akrotiri se corresponden al final de la Edad del Bronce, Minoico Reciente, también denominado de los Segundos Palacios o Periodo Neopalacial (1600-1450 a. C.), aunque se han hallado restos pertenecientes al Bronce Antiguo y Medio. El proceso de destrucción de la isla fue lento según diversos estudios realizados y se establecen varias fases. En un primer momento hubo una gran actividad sísmica que provocó el abandono de la isla, aunque se ha documentado una posterior repoblación que llevó consigo tareas de drenaje y restauración de aquellos edificios derruídos. En el momento en que se estaban llevando a cabo esta reparación, se produjo un segundo terremoto que llevó consigo la erupción del volcán y consiguiente hundimiento de la isla. Las investigaciones realizados por los vulcanólogos registraron una primera capa fina de pumita, seguida de otra de la misma piedra y una deposición de ceniza volcánica de más de 50 m de grosor. Sin embargo, no ha sido posible establecer una fecha exacta de la destrucción de Akrotiri:
* La datación por carbono-14 la sitúa entre el 1700-1610 a. C.
* El estudio de cenizas depositadas en la isla de Groenlandia hacia 1645 a. C.
* Los estudios de dendrocronología realizados a árboles de California la fechan en 1626-1628 a. C.
* Muy similar a los análisis efectuados a una fragmento de rama de olivo hallado en el mismo yacimiento, 1627-1600 a. C.
La ausencia de restos humanos ha llevado a pensar que pudieron huir antes de tiempo, pero no se sabe nada acerca de su paradero ya que no aparecen nombrados en niguna fuente escrita, por lo que se ha establecido la hipótesis de que como consecuencia del hundimiento de la parte central de la isla se produjese un tsunami que arrastró todo a su paso.
Tras estar un tiempo abandonada, en el siglo IX a. C. se funda la colonia espartana de Thera, nombre con el que se conoce a la isla, que seguirá en pie hasta época romana. La influencia cristiana se hizo sentir en el siglo IV al construir basílicas sobre los templos greco-romanos. En época contemporánea pasará de manos venecianas a turcas, y finalmente griegas.
Akrotiri es uno de los yacimientos fundamentales a la hora de estudiar la arquitectura doméstica de la época. Gracias al buen estado de conservación en el que se encuentran los edificios podemos conocer cuál era el método constructivo, los materiales utilizados, estructura y ordenación de las viviendas, decoración utilizada, etcétera.
La ciudad se organiza de norte a sur, adaptándose al terreno, y cuenta con un red viaria importante. Una calle principal llega hasta la denominada "Plaza Triangular", un protoágora o espacio oairto de carácter público. Destaca el sistema de desagües y red de cloacas documentado. Las técnicas constructivas, nos hablan de un método bastante avanzado: la fosa de cimentación llega hasta la roca madre para más adelante realizar un basamento de piedra volcánica cubierto a base de placas de caliza, dándole un aspecto digno. El alzado debía ser resistente a los movimientos sísmicos frecuentes en la isla, por lo que está formado de armazones de madera de olivo, barro y guijarros, al igual que puertas y ventanas. En cuanto al suelo, la tierra mezclada con conchas de pequeños moluscos y una capa de piedras era la base para el enlosado de las habitaciones. Las techumbres son planas y aterrazadas.
Se han documentando tres tipos de viviendas: las grandes villas o casas de lujo (suroeste del asentamiento, "Xeste 3"), complejos independientes y bloques residenciales (este). Éstos últimos son edificios de 2 a 4 plantas en las que el piso inferior serviría como almacén y taller mientras que los últimos servirían como lugares de habitación. Las residencias lujosas en cambio, tedrían las habitaciones de servicio en la planta inferior y las de uso privado en la superior, así como pequeños santuarios domésticos.
Al mismo tiempo se ha documentado, en la zona noreste, unas estancias destinadas a almacenamiento ("despensa norte") ya que en su interior se hallaron grandes pithoi que guardarían la harina realizada en la 'plaza del molino', próximo al bloque residencial.
La mayoría de los muros de las viviendas estaban decorados con pinturas al fresco. Presentan una temática bastante amplia, desde paisajes con flora de la zona (Fresco de los lirios) e incluso de papiros Antiguo Egipto|egipcios (hallado en la Casa de las Damas), lo cual evidencia que los habitantes de ls isla mantenían relaciones comerciales con éste. También de fauna autóctona en forma de golondrinas, monos y antílopes.
Al mismo tiempo hay representaciones de escenas relacionadas con el mundo religioso:
En la denominada "Casa del Oste" se encuentra el mural denominado de "Los pesacadores": hombres desnudos con la cabeza rasurada y pintada de azul, identificados como sirvientes del dios, están ofrendado pescado a la divinidad. Lo mismo ocurre con la escena de Los boxeadores, anteriormente se pensaba que era una escena de alguna competición atlética, ahora se sabe que se corresponden con sirvientes de algún dios aún no identificado.
La Casa de las Damas albergaba también un santuario doméstico. En una de las estancias encontramos una escena en la que una sirviente se propone a ofrecerle una falda a una mujer sentada sobre una silla de tijera (símbolo de divinidad). Sabemos que es un santuario al hallar representada un altar de consagración de cuernos, destinado al sacrificio de animales.
Sin embargo, los frescos más conocidos son «los frisos históricos», interpretado en un primer momento como una batalla naval, pero que investigaciones recientes apuntan a la recepción de una embajada extranjera con la representación de ambas ciudades y personajes engalanados. Esta escena ha permitido conocer cómo eran las ciudades de aquél momento, así como las embarcaciones y relaciones exteriores.
La ciudad de Akrotiri, al contrario de lo que pueda pensarse, no era una colonia dependiente de Creta, sino que era un territorio autónomo e independiente que prosperó gracias a sus relaciones comerciales. Es por ello que lo habitantes de la isla fuesen nobles y mercaderes, gente próspera, que tenía a su servicio a arquitectos, pintores y, en definitiva, artesanos capaces de realizar aquellas grandes obras de ingeniería y arte.
Recibe este nombre, dado por Sir Arthur Evans en honor del mítico rey Minos, la civilización floreciente en Creta desde el año 2000 a.C. Cuyo predominio e influencia en el mundo Egeo son manifiesta, con una evolución en la Edad del Bronce muy distinta y propia. Su situación geográfica y la riqueza de su suelo le proporcionaban pocos recursos minerales, pero en la parte este y centro grandes praderas y mesetas pastorales, olivos, vides, robles, cipreses y en las partes norte y este playas protegidas favorables para el atraque de barcos de todo tipo.
Antes del 2500 a. C. son escasos los restos de metales, salvo la obsidiana de Melos. No obstante desde el 2500 al 2000 la población crece en número y la riqueza gracias a los adelantos técnicos: predominio de herramientas de piedra y arcilla, aun después de la introducción de la metalurgia.
La característica principal de Creta en esta época, según Finley, es la absorción de elementos culturales (y de población) procedentes de Grecia continental, las Cíclades, Asia Menor, Siria y Egipto gracias al comercio dentro de su desarrollo propio y coherente. Imprimieron su cultura cretense a los jarrones y objetos metálicos (puñales de cobre) y ya en el Minoico Antiguo MA empieza a aparecer el embrión de la arquitectura minoica con su estructura aglutinada en forma de celda de panal.
Respecto al origen de la civilización minoica desde el punto de vista etnológico es difícil adscribir a los cretenses minoicos con algún pueblo conocido. Una de las tesis más admitida es que son herederos directos de los habitantes neolíticos de la isla (que llegarían a la misma hacia el 6000 a. C.) y que los pueblos no neolíticos (indoeuropeos o no indoeuropeos) que pudieran haber llegado a la isla no se impusieron, sino que se vieron absorbidos por la cultura cretense sin imponer la suya.
Palmer, el eminente lingüista, plantea que la destrucción de los palacios hacia el 1700 a. C. es obra de la penetración en la isla de un pueblo anatolio, los luvitas, lo que explicaría también el cambio de escritura, Lineal A en vez de la jeroglífica, pero a falta del desciframiento del Lineal A, nada es seguro. Si seguimos las noticias de Creta que da Homero en la Odisea, la población cretense era una población mixta conformada por cidonios, eteocretenses y pelasgos, pueblos de los que, aparte del nombre, apenas se sabe nada.
¡Muy buen reportaje, José Luis! Gracias. La civilización micénica es fascinante además de ser la primera civilización europea. No sólo es sorprendente su altísimo nivel de refinamiento, sino que su concepción estética es la misma que la nuestra. Quizá no podamos saber qué es lo que pensaban, cómo veían el mundo o cual era su historia, pero viendo sus frescos, su cerámica, su arte, podemos sentirlos próximos a nosotros...
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