Foto: Restauradoras de bienes culturales en La Ontavia.
El conjunto, en buen estado de conservación, consta de piscinas y salas frías, templadas y calientes, además de vestuarios y letrinas
El yacimiento arqueológico de la villa romana de La Ontavia, en Terrinches (Ciudad Real), ha sacado a la luz los restos de unas termas de más de 2.000 años de antigüedad. El hallazgo ha sido elogiado por la comunidad científica pues su estado de conservación es bastante aceptable y permitirá conocer más detalles de cómo era la España romana del siglo IV después de Cristo.
Fuente:
J.V. MUÑOZ-LACUNA, TOLEDO | Ideal.es, 21 de noviembre de 2010
El descubrimiento ha tenido lugar en la campaña de excavaciones de 2010 que finalizó hace unos días. Según la delegada provincial de Cultura en Ciudad Real, Valle Fuentes, «destaca el buen grado de conservación de las instalaciones, que cuentan con piscinas y salas frías, calientes y templadas, además de vestuarios y letrinas». Según el equipo de arqueólogos que trabaja en este yacimiento desde 2007, la villa de La Ontavia se creó hace 2.000 años. Un misterioso y rico terrateniente romano decidió marcharse de la ciudad donde vivía y abandonar sus incomodidades para instalarse con su familia y sus esclavos en un lugar próximo pero en plena naturaleza. Para ello, eligió un paraje del Campo de Montiel, una comarca bien comunicada a través de la Vía Augusta, camino natural entre la Meseta y la Alta Andalucía. Allí mandó construir su villa en la que tanto él como sus descendientes y el servicio doméstico residieron durante siglos hasta que el lugar fue abandonado durante las invasiones godas.
«Más tarde, esta zona fue reutilizada en época tardo-antigua como cementerio», explica Valle Fuentes. «Se han excavado cerca de 30 tumbas que contienen restos de 50 individuos y en las que se han encontrado dos anillos de bronce y uno de plata como elementos de ajuar».
En 2007, el Ayuntamiento de Terrinches y la Junta de Castilla-La Mancha acordaron la recuperación y consolidación de este yacimiento romano. Desde entonces, se han descubierto unos 1.500 metros cuadrados de esta residencia de descanso y el último hallazgo ha sido el complejo de sus antiguas termas.
Cuatro meses de trabajo
La intervención, en la que 50 personas han trabajado a lo largo de los últimos cuatro meses, ha estado dirigida por el equipo técnico de la consultora
Anthropos, S.L., especializada en arqueología y ha contado con la colaboración de la Universidad de Castilla-La Mancha y la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid.
Pero la villa romana de La Ontavia no es el único resto arqueológico con que cuenta el pequeño municipio de Terrinches, de apenas mil habitantes, que puede considerarse como un pueblo-yacimiento. El asentamiento de Castillejo del Bonete, de la Edad del Bronce, es su otra gran joya patrimonial. Se trata de un yacimiento de unos 500 metros cuadrados, situado en las estribaciones de Sierra Morena, donde desde el año 2003 se han hallado puntas de flecha de sílex y metálicas, botones de marfil, puñales de cobre, vasos cerámicos, brazaletes, hachas y varias tumbas con sus respectivos ajuares.
«
El Castillejo del Bonete» cuenta, asimismo, con una cueva fortificada sellada e intacta desde la Prehistoria hasta su descubrimiento arqueológico en 2004. La oquedad, de grandes dimensiones, tiene dos rampas subterráneas y una galería de acceso de nueve metros de longitud. Tanto el Castillejo del Bonete como la villa de La Ontavia volverán a ser objeto de excavaciones arqueológicas 2011.