Los primeros norteamericanos pueden haber sido más diversos de lo que se sospechaba anteriormente

Recuperación submarina del cráneo llamado El Pit I. Foto: Jerónimo Avilés.

Un análisis de cuatro cráneos antiguos encontrados en México sugiere que los primeros humanos en establecerse en América del Norte fueron biológicamente más diversos de lo que los científicos creían previamente.

Los cráneos eran de individuos que vivieron hace entre 13.000 y 9.000 años, en las épocas del Pleistoceno tardío y del Holoceno temprano.

Estos hallazgos complican la historia aceptada hasta ahora, basada en el análisis de esqueletos antiguos de América del Sur, los cuales sugieren que los primeros pobladores de las Américas fueron muy similares, dijo Mark Hubbe (izquierda), coautor principal del estudio y profesor de antropología en la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU).

"Los primeros estadounidenses fueron mucho más complejos, mucho más diversos de lo que pensábamos", afirma Hubbe.

"Siempre hemos hablado sobre la colonización de las Américas como si Norteamérica y Sudamérica fueran lo mismo. Pero son continentes diferentes con historias distintas de cómo se asentaron".

Hubbe ha dirigido el trabajo de investigación junto con Alejandro Terrazas Mata, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y ha sido publicado en la revista PLOS ONE.

Los arqueólogos descubrieron los cuatro cráneos aludidos entre 2008 y 2015 en cuevas sumergidas del estado de Quintana Roo, en México. Cuando vivían las cuatro personas pertenecientes a los cráneos, las cuevas estaban sobre el nivel del mar.

Costa del estado mexicano de Quintana Roo con ubicación de cenotes y cuevas que contienen sitios con esqueletos humanos y fauna asociada del Pleistoceno. El área está actualmente restringida a un tramo de 20 km en sentido norte-sur cerca de Tulum y se extiende hacia la Playa del Carmen. Todos los sitios están situados entre unos pocos cientos de metros y un máximo de 10 km de la costa actual. Mapa creado por JAO, usando imágenes de satélite de USGS.

El análisis de los mismos se llevó a cabo mediante tomografía computarizada, la cual combina datos de varias radiografías para construir una imagen tridimensional de cada cráneo.

Los investigadores analizaron los escaneos para detectar puntos de referencia específicos en cada cráneo y midieron sus posiciones en una cuadrícula tridimensional. Luego compararon las posiciones de las coordenadas establecidas con cráneos de poblaciones de todo el mundo, a fin de determinar a cuáles se parecían más.

Foto: Los cráneos de Quintana Roo analizados en el estudio.

El cráneo más antiguo mostró fuertes similitudes con las poblaciones árticas de América del Norte, mientras que el segundo cráneo más antiguo era consistente con poblaciones europeas modernas. El tercer cráneo mostró afinidades con los grupos asiáticos y nativos americanos, y el cuarto tenía afinidades con las poblaciones árticas, además de tener algunas características modernas de América del Sur.

Estos cráneos son importantes porque, en comparación con América del Sur, se han encontrado relativamente pocos esqueletos antiguos en América del Norte, dijo Hubbe. Se han hallado entre 300 y 400 esqueletos que tienen más de 8.000 años en América del Sur, en comparación con los menos de 20 hallados en América del Norte.

"No todos los cráneos que analizamos se parecían a los de América del Sur. Son bastante distintos en cuanto a su morfología", señala Hubbe.

Los resultados sugieren, por tanto, que las poblaciones iniciales que se aventuraron desde Asia hacia América del Norte tenían un alto nivel de diversidad biológica, y, por alguna razón, esa diversidad se redujo a medida que los humanos se dispersaron en América del Sur.

"Siempre supusimos que lo que había sucedido en América del Sur era semejante a lo ocurrido en América del Norte, pero ahora tenemos que revisar eso. Necesitamos dejar de hablar sobre el asentamiento de las Américas, en general. Deberíamos hablar sobre el asentamiento de América del Norte y el de América del Sur como algo muy diferente".

Hubbe concluye que los resultados también advierten contra el intento de crear narrativas demasiado simples sobre la migración humana, especialmente en las Américas: "Lo que pensamos en la actualidad sobre el asentamiento de las Américas probablemente no sea toda la historia. Todavía tenemos mucho que aprender".

Posición original de los restos óseos dentro de la cueva sumergida de Muknal de Quintana Roo (México). Foto: Jerónimo Avilés

Fuente: Universidad de Ohio | 29 de enero de 2020

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Comentario por Jose MT el enero 30, 2020 a las 11:07pm

Me decepciona que las conclusiones se basen sólo en datos de antropología física. Es una lástima que no hayan hallado ADN, que seguramente habrán buscado infructuosamente.

Comentario por Hispalois el enero 31, 2020 a las 12:14pm
“Poblaciones europeas modernas” ¿Eso cómo se explica?
Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el enero 31, 2020 a las 6:05pm

Estimado Hispalois:

¿Qué es lo que no se explica o no entiende? Haga el favor de ser más explícito.

Saludos

Comentario por Hispalois el enero 31, 2020 a las 6:19pm
Me refiero a que cómo explican los autores del estudio que hubiese personas de morfología craneana europea en el Mexico prehistórico. A mi por lo menos me parece sorprendente.
Comentario por Jose MT el enero 31, 2020 a las 7:56pm

Parte de la explicación sería, supongo, que hay genes (haplogrupo X mitocondrial) compartidos en Europa y América precolombina. [Este haplogrupo parece ser, en ambos sitios, herencia remota de poblaciones paleolíticas de los montes Altai - referencias en... ] ==  De cualquier modo, la pregunta es válida, pero parte del propósito de la investigación empírica es plantear problemas que de momento no tienen solución completa: de momento, un misterio.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el febrero 5, 2020 a las 8:13pm

Diversos grupos étnicos, los primeros pobladores de América

La suposición dogmática de que una sola ola migratoria llegó a América por el estrecho de Bering (Beringia, el territorio que hoy ocupan las penínsulas de Alaska y Kamchatka, Rusia) casi ha muerto; ahora, tras el estudio de cuatro esqueletos y cráneos de personas en cuevas subacuáticas de Tulum y que vivieron hace aproximadamente entre ocho mil y 14 mil años en lo que hoy es Quintana Roo, todo ha cambiado.

De acuerdo al espeleobuzo Jerónimo Avilés Olguín-Segovia  (izquierda), quien participó en el hallazgo de cuatro cráneos paleo-mexicanos encontrados en un vasto sistema de cuevas cerca de la ciudad de Tulum, las investigaciones revelan uno de los más grandes conjunto de esqueletos humanos en el continente americano.

“Demuestra una diversidad inesperadamente alta que sugiere que las teorías convencionales sobre la historia de la población en el continente son demasiado simplistas, pues las poblaciones iniciales de América del Norte eran morfológicamente más diversas de lo que se había supuesto, y esa diversidad se extendió a Centroamérica”, explicó.

En charla con La Jornada Maya, el espeleólogo subacuático mexicano diplomado en Bioarqueología y Antropología Física Forense, habló sobre el hallazgo de los restos de cuatro individuos recuperados en cavernas subacuáticas del municipio de Tulum, datos que ya se habían publicado científicamente y ahora suman algunos inéditos.

El investigador sostuvo que los hallazgos en los que ha participado desde 2004 significan para Quintana Roo más conocimiento de la historia de su poblamiento temprano en la península, México y el continente; es decir, que es muy posible que el primer hombre en América se haya asentado no sólo en la república mexicana, sino en lo que hoy es Tulum.

“En el estudio más reciente están incluidos los análisis de 'La Señora de Las Palmas' (2004) y 'El Abuelo de Muknal' (2012), que nos dejan ver cómo en esa época los humanos ya eran diversos; es decir, no había sólo un grupo étnico sino varios, morfológicamente distintos, lo que no se pensaba para esa época, datos que se basan en las medidas craneométricas”, mencionó.




“Es decir, con base a la forma de los cráneos se compara con otras poblaciones de distintas partes del mundo y 'La Señora de las Palmas' se ubica alrededor de grupos más o menos de esa época, con cerca de 10.000 años de antigüedad, pero de Brasil, donde hay una colección muy rica de restos de humanos tempranos”, relató.

“'El Abuelo de Muknal' se acerca mucho más a grupos del este de Asia, por lo que esos individuos son de los mejor conservados; es decir, tienen el mayor número de datos arrojados de cualquier cráneo incluido en el estudio, y estaban juntos en la misma cueva siendo de diferentes grupos antropomorfos; además, en un ritual mortuorio”, detalló.


Graham se quedó corto

Jerónimo Avilés refirió que hasta ahora se enseñaba que en América no había seres humanos hace unos 13.000 años, y autores como el escritor y reportero británico Graham Bruce Hancock, en su nuevo libro, America Before (América antes), intentan convencernos de que la última gran masa de tierra se pobló por primera vez hace más de 13.000 años.

El también director del Instituto de Prehistoria de América citó que la mayoría de arqueólogos estarían de acuerdo en que, cuando los niveles oceánicos fueron más bajos durante la última Edad de Hielo, las personas paleolíticas cruzaron Beringia -el puente terrestre que conectaba Siberia con Alaska- y entraron en el nuevo mundo, y que los primeros sudamericanos se aventuraron al sur desde América del Norte.

Sin embargo, un nuevo estudio ha demostrado que los primeros humanos en América del Norte y Central mostraron mayor diversidad en la morfología craneofacial de lo esperado. Uno de esos esqueletos humanos encontrados en cuevas subacuáticas de Tulum -van nueve-, tiene una antigüedad que va de los 9.000, el más joven, hasta los 13.500 el más antiguo.

“Graham no se equivocaba, pero se quedó corto, porque el primer ser humano ya estaba en América más de 500 años antes de los 13.000, y hay pruebas de que no llegaron solo hace 13.500 años, que es el cráneo datado más antiguo, lo que quiere decir que aquí los grupos habitaban hace entre 13.000 y 15.000 años, probablemente más”, aseguró.



Avilés Olguín-Segovia, Mark Hubbe (Universidad Estatal de Ohio) y Alejandro Terrazas Mata (Universidad Nacional Autónoma de México), y otros colegas, revelaron hace días en la revista científica estadunidense PLoS One que cuatro cráneos paleo-mexicanos encontrados en un sistema de cuevas cerca de Tulum sugiere que las teorías convencionales sobre la historia de la población en América son demasiado “simplistas”.

"Las características típicas de los primeros sudamericanos son: cráneo estrecho y alargado, con una cara sobresaliente y órbitas relativamente cortas, y los primeros restos muestran una fuerte afinidad con los grupos australianos y africanos, lo que demuestra que conservaron el patrón morfológico ancestral de los humanos modernos y, como tales, los primeros mexicanos son más diversos", refirió.

También investigador del Museo del Desierto (parque Las Maravillas de Saltillo, Coahuila) y miembro del Grupo Espeleológico Ajau –por cumplir 23 años el 25 de febrero, generando conocimiento y protección de cenotes y grutas en la península de Yucatán–, Jerónimo Avilés indicó que "el hallazgo pone a Tulum, Quintana Roo y la península en el mapa de poblamiento temprano del continente, un lugar que no se sabía para esos grupos humanos”.


Fuente: lajornadamaya.mx | 4 de febrero de 2020
Comentario por Jose MT el febrero 6, 2020 a las 2:17am

"La suposición dogmática de que una sola ola migratoria llegó a América por el estrecho de Bering... casi ha muerto" Claro, el Sr. Avilés se refiere a migraciones tempranas que llegaron al Sur de los EEUU y más allá. Pero me da la impresión de que él está suponiendo que los individuos con apariencias (fenotipos) diferentes debieron ingresar al continente en oleadas diferentes. Sin embargo, hasta donde sé nada impide que entre los miembros de un mismo grupo migratorio hubiera bastante variación fenotípica al entrar. De hecho, al hombre de Kennewick inicialmente se le juzgó afín a los Ainu o a los polinesios; y poco después un antropólogo físico afirmó incluso que tenía rasgos "caucásicos". Pero más tarde se logró analizar una muestra de ADN, y hubo que  concluir que esas interpretaciones eran erradas. Puede que en este caso vaya a suceder algo semejante, o puede que no, pero hay un precedente.

Por otro lado, se han datado (con fechamientos no confirmados) vestigios de actividad humana antiquísima en Sudamérica (Monteverde, Chile entre otros). Lo natural es imaginar que esos restos corresponden a una oleada migratoria anterior a la que trajo al continente a los ancestros de los indoamericanos modernos.

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