Un estudio indica que el fin de los neandertales podría estar ligado a la inversión de los polos magnéticos de la Tierra

Cuando los polos cambian, el campo magnético de la Tierra se debilita drásticamente, exponiendo al planeta a la radiación cósmica. Fotografía: Elen11 / Getty Images / iStockphoto

El giro de los polos magnéticos de la Tierra, junto con una caída en la actividad solar hace 42.000 años, podría haber generado un entorno apocalíptico y jugado un papel en eventos, importantes que van desde la extinción de la megafauna hasta el final de los neandertales, dicen los investigadores.

El campo magnético de la Tierra actúa como un escudo protector contra la radiación cósmica dañina, pero cuando los polos cambian, como ha ocurrido muchas veces en el pasado, este escudo protector se debilita dramáticamente y deja al planeta expuesto a partículas de alta energía.

Un giro temporal de los polos, conocido como 'evento Laschamps', ocurrió hace 42.000 años y duró unos 1.000 años. El trabajo anterior encontró poca evidencia de que dicho evento tuviera un impacto profundo en el planeta, posiblemente porque el enfoque no estuvo centrado en el período durante el cual los polos realmente estaban cambiando, dicen los investigadores.

Ahora los científicos dicen que el cambio magnético, junto con un período de baja actividad solar, podría haber estado detrás de una amplia gama de fenómenos climáticos y ambientales con ramificaciones dramáticas.  "Probablemente hubiera parecido el fin de los días", dijo el profesor Chris Turney (izquieerda), de la Universidad de Nueva Gales del Sur y coautor del estudio.

El equipo ha denominado colectivamente este período "el evento de Adams", un guiño a Douglas Adams, el autor de la Guía del autoestopista galáctico en el que se decía que 42 era la "respuesta a la pregunta fundamental sobre el sentido de la vida, el universo y todo lo demás". 

En un artículo de la revista Science, Turney y sus colegas describen cómo llevaron a cabo el análisis del radiocarbono de los anillos de antiguos árboles kauri conservados en los humedales del norte de Nueva Zelanda, algunos de los cuales tenían más de 42.000 años.

Este antiguo árbol kauri encontrado en Ngāwhā, Nueva Zelanda, estaba vivo durante el 'evento Adams'. Foto: Nelson Parker.

Esto les permitió rastrear a lo largo del tiempo el aumento de los niveles de carbono 14 en la atmósfera producido por el incremento de los niveles de radiación cósmica de alta energía que llega a la Tierra durante el 'evento Laschamps'. Como resultado, pudieron fechar los cambios atmosféricos con más detalle que el ofrecido por registros anteriores, como los depósitos minerales.

“Vemos este crecimiento masivo de la capa de hielo en América del Norte…, vemos cinturones de lluvia tropical en el Pacífico occidental cambiando drásticamente en ese punto, y luego también cinturones de viento en el océano austral y una sequía en Australia”, dice Turney.

Los investigadores también utilizaron un modelo para examinar cómo podría cambiar la química de la atmósfera si se perdiera el campo magnético de la Tierra y hubiera un período prolongado de baja actividad solar, lo que habría reducido aún más la protección de la Tierra contra la radiación cósmica. Los registros de núcleos de hielo sugieren que tales caídas en la actividad solar, conocidas como los “grandes mínimos solares”, coincidieron con el 'evento Laschamps'.

Los resultados revelan que los cambios atmosféricos podrían haber provocado grandes cambios climáticos, con tormentas eléctricas y auroras coloridas generalizadas.

Además de los cambios ambientales, que potencialmente aceleraron el crecimiento de las capas de hielo y contribuyeron a la extinción de la megafauna australiana, el equipo sugiere que los mismos también podrían estar relacionados con la aparición en cuevas prehistóricas de las huellas de manos de ocre rojo. En este sentido, los investigadores sugieren que los humanos pudieron haber usado el pigmento de ocre como un protector solar contra el aumento de los niveles de radiación ultravioleta que golpeaba la Tierra como resultado del agotamiento del ozono.

"La ocupación generalizada de cuevas por parte de nuestros antepasados durante este periodo, así como una mayor extensión del arte rupestre, podría deberse al hecho de que los espacios subterráneos ofrecían un refugio contra las duras condiciones climáticas reinantes. Tal situación también pudo haber impulsado la competencia intergrupal con el Homo sapiens, contribuyendo potencialmente al fin de los neandertales", argumenta Turney.

El campo magnético de la Tierra se ha debilitado en aproximadamente un 9% en los últimos 170 años, y los investigadores dicen que podría ocurrir otro cambio. Tal situación podría tener un efecto muy dañino, entre otras cosas devastando las redes eléctricas y las redes de satélites.

Richard Horne (izquierda), director de meteorología espacial en el British Antarctic Survey, que no participó en el trabajo, dice: "Los cambios químicos en la atmósfera superior predichos por el estudio coincidían con lo que se había medido en la estación de investigación Halley, en la Antártida, durante los fuertes eventos, pero de corta duración, en los que se emitieron partículas energéticas del sol".

Pero, ¿podrían los efectos ambientales haber sido tan severos como predijo el equipo? "Quizás no tan extremos, pero te da una pausa para pensar", dice Horne, señalando que era poco probable que el campo magnético de la Tierra desapareciera por completo.

Sin embargo, el Dr. Anders Svensson (derecha), de la Universidad de Copenhague, dijo que los núcleos de hielo de Groenlandia y la Antártida no muestran evidencias de ningún cambio climático importante que haya ocurrido en la época del 'evento Laschamps', pero eso no descarta que se hubiera producido un impacto. "Los cambios en la capa de ozono y el impacto del aumento de la radiación ultravioleta en los seres humanos no es algo que podamos confirmar o rechazar a través los núcleos de hielo", declara.

Chris Stringer (izquierda), que estudia los orígenes humanos en el Museo de Historia Natural de Londres, dijo que el trabajo era importante. Afirma que el mayor uso de las cuevas como refugio era plausible, pero que el vínculo con un aumento del arte rupestre era menos convincente, dado que, aparentemente, se estaban produciendo pinturas rupestres de cerdos en Sulawesi, Indonesia, mucho antes del 'evento Laschamps'.

"Los autores  del estudio también establecen un vínculo con la extinción física de los neandertales hace unos 40.000 años y creo que, ciertamente, ello podría haber contribuido a su desaparición", dijo. "Sin embargo, ellos sobrevivieron más tiempo y se extendieron más allá de Europa, y, además, tenemos una información muy pobre sobre el momento de su desaparición final en zonas de Asia".

El Dr. Richard Staff, investigador de geocronología cuaternaria en la Universidad de Glasgow, dijo que el estudio era notable, y señaló que podría conducir a una mayor investigación sobre los efectos ambientales y evolutivos provocados por otros cambios más grandes en la fuerza del campo magnético de la Tierra ocurridos más atrás en el tiempo.

Fuente: theguardian.com | 18 de febrero de 2021

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